UNA SEMANA, una maldita semana ha pasado desde lo ocurrido, una maldita semana desde que todo empeoró para mi. A Wynter le prohibieron hablarme, mis padres pasaron de ignorarme a golpearme por cualquier estupidez, los chicos siguen con sus “ratos de diversión”, todo simplemente es una mierda para mi.

       Terminé de alistarme, aún era algo temprano, pero quería que irme antes para poder comer algo allá. Cuando llegué a la escuela me fui directo a la cafetería para ir por algo de comer, pedí una orden de panqueques con un jugo y me fui a sentar.

Hoy era el debate y la demolición de la planta. Supuestamente Addison se iba a unir a la manada de lobos como la Gran Alfa, y por eso ella se estaba arreglando con un look lobuno que aparentemente ellos le habían dados el día de ayer. Pero algo me dice que ella no es la Gran Alfa, osea, su actitud dice mucho. Sé que un Alfa busca el bienestar de TODOS en su manada, pero Addison solo quiere ser la Gran Alfa para “encontrar su lugar”, cosa que estoy segura que no existe, no porque nuestro cabello sea extraño significa que es por alguna razón en especial.

     Terminé de comer, vi la hora para darme cuenta de que me tocaba irme a mi clase. En todo el día traté de evitar lo mas que pude a los amigos de Addison, pero lastimosamente los iba a ver en el debate. Aunque no se porque voy a ir, no es como que me vayan a extrañar. Me alcé de hombros, no es como que tuviera algo mas que hacer, así que me dirigí hasta el auditorio.

No muy lejos del auditorio, vi de reojo como Addison venía entrando a la escuela con su look de mujer loba mientras todos murmuraban cosas sobre su nuevo estilo, alimentando su ego.

— ¡Addison!— la llamó Zed, y ella se volteó a verlo—. No dormí nada pensando, no puedes ser una mujer lobo, no puedes.

— Me encanta caminar bajo la luna.

Pero no por eso eres una mujer lobo. Simplemente no significa nada en especial.
Osea, a mi también me gusta caminar bajo la luna, así como a muchas otras personas.

— ¿Y? Te gustan las puestas de sol, y no por eso eres vampira.— buen punto—. Mira, es muy duro ser considerado un monstruo, créeme.

¿En que sentido? Porque ambos son monstruos, y Zed lo es literalmente, pero también me refiero a su personalidad, a su forma de ser.

— Zed, al fin encontré mi lugar.— sacó una caja y se le pasó a Zed, ¿de donde mierda la sacó?—. Cuando vea a los lobos me lo voy a poner. Lamento no poder ir al debate, pero debo ver a los lobos.— lo abrazó—. Te irá bien, Zed.— se despidió de él.

Addison avanzó unos pasos, pero se regresó por la caja que Zed aun sostenía. Él cerró rápidamente la caja y se le entregó a Addison.

— Suerte.— le dijo para luego irse a buscar a los lobos.

Zed se quedó viendo decepcionado a la nada por unos segundos. Tengo que admitirlo, me dio algo de pena. Él se quedó estático por unos segundos hasta que Eliza llegó dónde él. Decidí irme de allí antes de que Eliza me viera, así que entré al auditorio.

Cuando entré, me di cuenta de que el lugar estaba lleno de carteles de Zed, pero lo hicieron ver como un monstruo.
Ojalá algún día se den cuenta de que los monstruos no necesariamente son criaturas sobrenaturales, porque a veces también viven en las personas.

    Vi que la Directora Lee se subió al escenario para presentar a los nominados a la Presidencia Estudiantil.

— Su primer nominado para presidente- oh, ok.— sonrió incómoda cuando los Aceys le quitaron el micrófono.

— Para presidente con el uniforme de los poderosos camarones...— anunció Lacey.

— ...Tres veces campeón de la máquina animadora...— siguió Stacey.

— ...Y el capitán de nuestros corazones...— añadió Jacey.

— ...¡Bucky!— gritaron los tres al unísono.

Bucky subió la plataforma usando una bata verde brillante, y él hizo una pose para que los Aceys le quitaran la bata.

— Su otro nominado- si, porque no?— Eliza también había subido a quitarle el micrófono a la pobre directora.

— Él es el futuro primer presidente con cabello verde. Representando a la gente, ¡Zed!

Zed subió a la plataforma y chocó los cinco con Bonzo para luego ir a su puesto.

»— Escuchennos rugir.

— De hecho, hoy no rugiremos.— contestó Zed.

— ¡Zed peleará por ustedes!— gritó emocionada haciendo que Zed le quitará el micrófono antes de que dijera otra cosa.

— No voy a pelear, porque esto solo es un lindo y cordial debate.

— Nos da gusto, Zed.— chocó los cinco con él—. ¡Oh! ¿Se dieron cuenta? Fue un choque de manos, ¿no?— se aclaró la garganta—. ¿Están listos para pelear?

Bonzo puso música y el debate empezó, era una especie de batalla de rap. Al principio estuvieron parejos, pero después Zed agarró ventaja.

Siendo sincera, una parte de mi no quiere que Zed gané porque eso significaría que Addison tendría muchos beneficios de esto, y entre esos, que Zed la cubra cada vez que quiera agredirme o cosas por el estilo. Pero por otro lado, si Zed gana, los zombies podrán ir al baile, y podrían ganar un poco mas de igualdad.

Salí de mis pensamientos cuando escuché a la gente gritar con pavor mientras empezaban a correr de un lado a otro. Dirigí mi vista a Zed, quién parecía un zombie de verdad, con venas y ojeras color rojo oscuro resaltando en su piel mientras rugía. Instintivamente fui hacia él.

Lo mas probable es que haya sido una falla en su zombie-banda.

Cuando estuve cerca de él, me di cuenta de que tenía ¿el collar de Addison? Mierda. Rápidamente me acerqué a Zed y como pude le quité el collar de su zombie-banda, y él lentamente fue volviendo a la normalidad. Zed me miró por unos segundos, pero yo solo le di el collar con brusquedad y salí de ahí.

Creo que esto me va a traer problemas de alguna manera. Si Addison no encuentra el collar, seguramente me va a culpar a mi, y dudo que Zed confiese que él se lo quitó.

   Sin darme cuenta terminé en el patio de la escuela. Estaba por sentarme en el pasto para descansar un rato mientras analizaba las cosas, pero un mal presentimiento me invadió.

— ¿Dónde estará Addison?— preguntó el idiota de Wyatt al ver que Addison no llegaba.

— Agh. Que importa donde esté.— respondí de mala gana—. Tenemos que irnos ya.

— No podemos irnos sin ella.— me contestó Willa—. Ella es nuestra Gran Alfa, es su deber ayudarnos.

— ¿Y tú desde cuándo creés en esa profecía?— le pregunté molesta.

— Desde que vi su cabello blanco y me di cuenta de que Addison tiene aires de Alfa.

— Tsk, ¿aires de Alfa?— pregunté irónica—. Porfavor, ella mas bien tiene aires de dictadora.

— ¡Wynter!

— Es que es la verdad, o es que acaso no se han dado cuenta de que ella solo quiere ser Alfa para “encontrar su lugar”?— hice comillas en la última parte.

— Wynter, ya basta.— me callé, pero mantuve mi mirada fulminante hacia ambos.

— Bueno...— habló Wyatt rompiendo el silencio y la tensión—. Como Addison ya se tardó, les voy a decir el plan.

— ¿Cual plan?— cerré los ojos irritada al escuchar su voz.

— Uno que no es de tu incumbencia.— le respondí enojada y girándome a verla.

— ¡Wynter! Respetala.

— Es un asunto de lobos, y tú no eres uno.— ignoré olímpicamente a Wyatt.

— Wynter, será mejor que cierres la boca.

— Estoy lista para ser un lobo, dejen que me una a ustedes.

— Si es que el collar funciona y te conviertes en lobo.— estaba mas que segura de que no funcionaría.

— ¡¡Wynter!!— me regañaron ambos hermanos.

— No está.— dijo después de haber abierto la caja.

— ¿La perdiste?— pregunté enojada.

— Seguramente se me cayó cuando-

— ¡La perdiste!— la interrumpí—. Perdiste una piedra lunar, y no cualquiera, ¡perdiste el collar de la Gran Alfa! Si tú en verdad fueras la Gran Alfa no hubieras sido tan descuidada.

— Wynter.— me reprendió Willa—. De seguro se te cayó de camino aquí.— le dijo a Addison.

— Te ayudaremos a encontrarlo.— le dijo Wyatt.

— Ti iyidirimis i incintrili.— le arremedé con notable molestia—. Que no ven que si en verdad fuera la Gran Alfa, ella no sería tan descuidada?!

— ¡Wynter!

— ¡No! ¡Es enserio! Ustedes quieren dejar la vida de la manada en manos de alguien que ni siquiera puede con algo tan simple como cuidar un collar.

— ¡Wynter, ya fue suficiente!

— Nosotros iremos a la planta a detener la demolición, tu mira si encuentras el collar.— Addison asintió ante las palabras de Wyatt.

Willa y Wyatt fueron avanzando junto con la manada, pero yo me quedé mirando a Addison fijamente.

— ¿Que tal todo, Wyntersita?— sonrió de la manera mas hipócrita posible.

— ¿Como que “Wyntersita”?— ¿me enojé? Si, definitivamente si—. No vengas a tratarme como si fuera tu amiga, porque no lo soy. Escúchame bien, algún día vas a lamentar todo lo que le has hecho a Aisha, sé que todos lo van a lamentar algún día.

— ¿Que fue lo que te dijo esa chismosa?— preguntó enojada.

— No tiene que decirme nada para que yo sepa lo que le haces. Adiosito.— le sonreí falsamente para luego irme a alcanzar a la manada.

Que bien se sintió encararla. Ojalá pudiera hacer lo mismo com Willa y Wyatt, pero cuando lo intento ellos suelen usar su voz de Alfa para callarme.

— ¡¿Que diablos le dijiste a Addison?!— me preguntó Wyatt al haberlos alcanzado.

— Solo le dije lo que ella tenía que escuchar.— sonreí inocente.

— Wynter, te prohibo que le vuelvas a hablar así a Addison.— ordenó Willa con su voz de Alfa.

Se los dije.

— Ya me da igual. Ya dije lo que tenía que decirle.— respondí tratando de restarle importancia.

— Deja de defender a la inútil de su hermana, ella no vale nada, aquí la importante es Addison.

— Agh. Dejen de hablar de “lo importante que es Addison”...— mencioné con ironía— ...Y vamos a la planta de una vez.— empecé a caminar alejándome de ellos.

— Bien, andando.— escuché a Wyatt para luego sentir como la manada me alcanzaba.

Y así, nos encaminamos con dirección a la planta para detener la demolición y recuperar nuestra preciada piedra lunar.

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