𝕯𝗜𝗔 𝗨𝗡𝗢 ; thousand years

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Les aviso que tengo paja corregir todo y aquí solo leerán mierda, igual que se le hace 😈🤙

Las cortinas se movían lentamente por la brisa que se colaba por el balcón, la luna estaba llena y tenía una vista preciosa, desde allí se podía observar el mar.

Giyuu miró sonrojado la cama matrimonial perfectamente arreglada, perfumada y llena de pétalos rojos ¿De verdad Makomo y Mitsuri organizaron todo esto? Si le hubieran preguntado a su yo de ocho años sobre una boda, probablemente habría respondido un "que asco" "¿Qué les pasa? El matrimonio es un pedazo de mier..." Bueno, era un simple niño de ocho años y no sabía lo que decía hasta que terminó vestido de novia hace unas cinco horas.

Sabito atrapó la cintura de Giyuu con sus manos y plantó un beso en sus mejillas. -Te vez muy bien con ese vestido blanco. -susurró.

Las mejillas de Giyuu tomaron un fuerte color carmesí ¿De verdad llevaba un vestido de novia puesto? «Todo lo que hago por complacerte» Giyuu habría llevado un traje, pero su novio se negó y dijo: "No, quiero verte con un vestido de novia".

«Sabito y sus fetiches» pensó Giyuu. No solo tenía maquillaje, tenía una lencería bajo su vestido y una liga puesta en su pierna.

Sí, todo lo que una novia lleva puesto el día de su boda y se sentía apenado de ser hombre ¿Porqué diablos tenía puesta una lencería de color blanco? Sin contar que llevaba otras dos en su maleta.

-Todo por tu culpa. -habló Giyuu. Sabito soltó una sonrisita traviesa.

-Es bueno variar durante el sexo. -pasó su lengua por el lóbulo de Giyuu.

-No hagas eso. -pidió su novio, sabiendo que aunque se negara, la verdad era otra.

Sabito sonrió un poco y besó los labios de su amado, era tan precioso, que verlo rojo de vergüenza por llevar ese vestido, solo lo hacía morir de ternura. No sabe que haría sin Giyuu a su lado.

Sabito se separó de la boca de Giyuu y luego susurró-: Eres tan bello. -le dió vuelta al azebache para poder apreciar su mejor su rostro.

Al menos Shinobu y Kanae se esforzaron por dejar a Giyuu perfectamente maquillado, cualquiera diría que es una chica y una bien hermosa. Pero en realidad es chico, y es hermoso con o sin maquillaje. Para Sabito, Giyuu es más perfecto.

Ambos continuaron en un vaivén, mientras sus bocas danzaban juntas a un mismo ritmo, lento y apasionado. Sabito levantó a Giyuu y lo levantó entre sus brazos.

Luego dejó a Giyuu sentado con cuidado en la cama matrimonial y se arrodilló frente a su amado.

-¿Puedo? -preguntó Sabito señalando el vestido.

Giyuu asintió en silencio, sus mejillas ardían «¡Qué vergüenza!»

Sabito levantó lentamente la esponjosa falda de novia hasta el regazo de Giyuu. El ojilila se quedó observando las blancas piernas de Giyuu.

¿Cómo podía Giyuu lograr ser mas perfecto de lo que ya es?

Con cuidado, Sabito pasó las yemas de su dedos por la suave piel de el azebache, se detuvo cuando tocó la liga, esa sexy liga que encajaba perfectamente con Giyuu. Sabito, sin poder evitarlo, hizo que Giyuu se acostara y luego levantó sus piernas para que él viera toda la acción.

Y Giyuu, pues el estaba más rojo o que un tomate aunque no fuera su primera vez, obviamente ya había tenido sexo con Sabito antes, así que, solo por dos le cumplió la manía a su pareja de llevar vestido de novia.

"Quiero cogerte con con el vestido puesto" fue lo que le dijo antes de que le propusiera matrimonio.

«Ojalá que se abra la tierra y me escupa en la Bahamas» pensó mientras miraba a Sabito, quién tenía una mirada lasciva. Oh sí, se estaba excitando.

Él de cabellos melocotón llevó sus labios a la liga blanca y con así dientes, comenzó a arrastrarla hasta sacarla de la pierna de Giyuu. Después la tiró lejos, ya después harían otra cosa con la liga; completamente sonrojado, Giyuu miró en otra dirección, pero, tuvo que volver a mirar sus piernas al sentir algo húmedo.

Entonces su cuerpo hizo corto circuito, Sabito pasaba su lengua por toda la longitud de su pierna, mientras le miraba fijamente; Giyuu soltó unos cuantos jadeos de satisfacción la ver la penetrante de su, ahora esposo y sonrió sin mostrar los dientes.

-¿Trajiste la lencería? -preguntó Sabito con una sonrisa mientras quitaba los tacones de los pies de Giyuu. El azebache asintió sin decir nada, estaba concentrado mirando a Sabito mientras esté lamía sus dedos de los pies.

-Quiero verte.

-N..No. -titubeó Giyuu.

-Cariño... -Sabito dejó de hacer lo suyo y acarició el rostro de Giyuu, mientras le daba un mirada de amor- Tienes un cuerpo hermoso, no necesitas ser una mujer para verte sensual con la lencería.

Y eso terminó por quemar las últimas neuronas de Giyuu. -Está bien. -se sonrojo y se dió vuelta, quedando en cuatro.

Con paciencia y cuidado, Sabito comenzó a bajar la cremallera. Cuando terminó, deslizó el vestido de los brazos, luego la cadera y por último, todo el cuerpo de Giyuu, sacando por completo aquél atuendo.

Mientras tanto, Tomioka sentía morirse al sentir la mirada de Sabito, y aunque no le estuviera mirando la cara, sabía que el ojilila estaba mirándolo a arriba abajo.

-Estás muy... -Sabito suspiró-. Muy hermoso. -por no decir sexy, cogible, etc... No quería arruinar el momento.

Y no solo Sabito estaba satisfecho, si no que estaba maravillado. La lencería era blanca y se ajustaba apenas al cuerpo de Giyuu. Dió gracias a las chicas por ser tan generosas y conseguirle esa lencería tan estupenda.

-¿De verdad? -preguntó lentamente Giyuu.

-¿Te lo demuestro? -el azebache asintió con lentitud y nerviosismo.

Sabito se acercó lo suficiente a la espalda de Giyuu y comenzó a olfatear su aroma, le encantaba el perfume. Pasó la punta de su nariz desde su espalda, hasta la pequeña prenda que cubría la intimidad de Giyuu. Complacido por lo que veían sus ojos, apretó un poco la nalga de su esposo, este dió un pequeño saltito por el contacto de sus pieles.

El ojilila comenzó a bajar con sus dientes, se acabó de volver una manía, las bragas de Giyuu, después de dejar su lindo trasero blanco al aire, se tomó la libertad de morderle el trasero.

-¡Sabito! -gritó el otro al sentir los dientes de su pareja enterrarse en su piel.

-Exquisito. -susurró lo suficientemente alto para que Giyuu escuchara. Sabito levantó su rostro y miró el rostro de Giyuu, sus orbes azules lo miraban con excitación, mientras sus mejillas tenían un fuerte tono carmesí.

Esta vez, Sabito me dió vuelta a Giyuu y pudo observarlo completamente. -No puedo creer que tuviera que ponerme esto. -habló Giyuu al sentir la mirada de Sabito sobre su pecho.

Porque sí, también tenía un sostén de esos que vienen con lencería. Según Mitsuri "le darían un toque más sexy" si claro, como ella si tiene senos.

-No digas eso. -Sabito se abrió paso entre sus piernas y colocó sus manos sobre la fina tela del sostén- Te queda bien. -dicho esto, removió el pedazo de lencería y comenzó a pellizcar con cuidado los pezones de su pareja.

Se sentía increíblemente bien, Giyuu no podía evitar soltar gemidos de placer, solo Sabito sabía cómo complacerle. Tomioka se aferró a las mantas de con pétalos y aspiro el perfume que traía esta.

Nunca imaginó terminar de esta forma tan... Erótica.

Sabito cambió sus dedos por su boca, deseaba saborear a Giyuu de pies a cabeza. Mientras tanto, la mano del ojilila viajó hasta el miembro de Tomioka, el cual estaba ya erecto.

Y el suyo también.

Después de un rato, Giyuu no tardó en tener un orgasmo. El azebache tiró de Sabito para besarle, su boca necesitaba de la atención de Sabito.

El ojilila no tardó en corresponder al beso, besando y mordiendo los labios de su amado, había esperado tanto tiempo por esto, poder despertar todos los días junto a él, junto a su amado.

Los gemidos y el rostro sonrojado de Tomioka no tenían comparación, era tan tierno en todas sus formas de ser. Incluso cuando se enoja.

Separaron sus labios por la falta de aire, aunque, amaban sentirse así. Completos.

-Sabito... ¿No crees que tienes mucha ropa? -preguntó Giyuu mientras observaba el traje de Sabito.

Que por cierto, me queda muy bien.

-Sí. -ya iba a desnudarse, cuando la mano de Giyuu lo detuvo.

-¿Qué pasa?

-Déjame y lo hago yo. -Sabito sonrió y dejó que su pareja lo desnudara.

Cuando Giyuu sacó la camisa de Sabito, se quedó totalmente quiero la observando el cuerpazo que tenía su hombre «y solo mío» sonrió para sí mismo y continúo con el resto de ropa, desde su pantalón, hasta sus boxers y luego solo quedó su...

-No entiendo cómo todo es entra en mi. -habla Giyuu mirando el pene erecto de Sabito.

-Ni yo tampoco, creo que es porque somos tal para cual. -ambos sonrieron, y el pelinegro, pues no pudo evitar agarrarlo con una mano.

-¿Que haces?

-Lamer una paleta. -respondió Giyuu con calma mientras pasaba su lengua por la longitud de Sabito.

-Carajo. -maldijo Sabito y observó el rostro de Giyuu mientras hacía lo suyo.

«Giyuu me calienta más que el sol de verano» dió un suspiro y jadeo por las constantes lamidas y caricias de su pareja, cuando por último, Giyuu pasó su lengua por el glande, Sabito de corrió, no pudo evitarlo.

-Lo siento...

-Nada mal. -susurró Giyuu con una sonrisa lasciva.

Sabito levantó y tiró a Giyuu a la cama de nuevo y se subió sobre él, mientras esté reía.

-Hace dos semanas que no he tenido sexo, así que más te vale compensarlo durante toda esta semana. -soltó Sabito, mientras buscaba el lubricante.

Al encontrarlo, se impresionó de verlo todo perfectamente ordenado. «¡Si que se esforzaron!» pensó.

Lo aplicó en la entrada de Giyuu y con cuidado introdujo su miembro en él. El ojiazul soltó un breve gemido al sentir el pene de Sabito entra lentamente.

Cuando ya entró completamente, el ojilila esperó a que Giyuu se acostumbrara a su tamaño, ya que hace dos, como se mencionó antes, no tenían sexo; Sabito soltó un gemido ronco de placer al sentir las paredes de Giyuu abrazar su miembro, pero aún así, esperó.

El azebache movió sus caderas hacia arriba dándole luz verde a Sabito para seguir. Sabito acomoda las piernas de Giyuu sobre sus hombros, facilitando las embestidas.

-Eres... muy... hermoso. -susurró entre jadeos Sabito mientras escuchaba los gemidos de Giyuu cuando sus caderas chocaban entre sí.

El ojiazul se aferra a Sabito con necesidad, sin querer, comienza a enterrar sus uñas en la espalda de Sabito, quién se queja un poco pero parece no importarle.

-Sa..Sabito... -gimoteó Giyuu.

-¿Sí?

-Ahí, golpea ahí. -pidió.

Sabito hizo lo que dijo el azebache, había llegado a su punto dulce y eso le provocaba grandes oleadas de placer a ambos. Las paredes de Giyuu apretaban cada vez más el pene de Sabito, queriendo correrse dentro de Giyuu.

-Voy a correrme... ¡Giyuu! -soltó y tuvo su orgasmo, por su parte, Tomioka también alcanzó el orgasmo y ambos terminaron rendidos en la gran cama.

-Fue magnífico. -susurró Giyuu.

-Te amo -habló Sabito y besó la frente de su pareja-, esposa mía.

Giyuu se sonrojó aún más, ese rostro no tiene precio para Sabito. Definitivamente ama a ese antisocial; los cubrió a ambos con la sábana y luego abrazó a Giyuu por detrás.

-Gracias por estar conmigo. -susurró Sabito.

-Yo también te lo agradezco, te amo mucho. -el de cabellos melocotón sonrió.

-Duerme, Yū. Mañana será un largo día.

-Entonces que sueñes conmigo -murmuró Giyuu cerrando sus párpados.

Palabras:1973

N/A: Este capítulo tiene una continuación en el día cinco, si quieres puede pasarte a leer.

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