575 A.C.

Babilonia

Se produjo el caos. Los civiles trataron de huir de los hambrientos y salvajes desviantes. Una fina mota de oro se extendió por todas partes indicando la presencia de Makkari que alejaba a todos los humanos del peligro.

Thena saltó y cortó la cabeza de un Desviante, sonriendo victoriosa al ver la sangre pegajosa que hizo que Gale se apartara y se aguantara las arcadas. Cada vez era más fácil diferenciar a los que disfrutaban de la emoción del combate de los que preferían un combate con menos gore.

―¡Eh, ese era mío! ―Se quejó Kingo, ―Oh, no importa. ―Añadió rápidamente, recargando y disparando las bolas de energía a otro.

Una niña pequeña tropezó de rodillas mientras corría para alejarse del gigantesco Desviante que la perseguía. Gritó asustada al ver su figura acercarse cuando Ikaris voló de repente entre ellos, agarrando la pierna del Desviante y empujándolo hacia atrás con sus rayos permitiendo a Makkari lanzarse y disparar rápidos golpes contra él. Gale se unió, y el Desviante chilló de dolor ante la ráfaga de viento que lo separaba.

Se giró y sonrió suavemente a la temblorosa muchacha. Le dio una palmadita en la cabeza. ―No temas. ―Le dijo suavemente y saltó para ayudar en otro lugar.

―¡Rápido! Dentro de las puertas! ―Los civiles se apresuraron a entrar siguiendo las instrucciones de Gilgamesh y las enormes puertas marrones con paredes azules al lado se cerraron. El hombre de gran complexión formó una copa transparente con contornos dorados alrededor de su brazo y dio un paso adelante, cargando contra el Desviante con un golpe de puños.

Gale se apoyó en las paredes y observó la batalla del resto. El grupo estaba formado por Rayo (Makkari), Arándano (Ikaris), Puño Ladrillo (Gilgamesh) y Lanza (Thena). Habría ayudado, pero estaba demasiado ocupado asombrando su fuerza combinada con una amplia sonrisa. Era una vista espectacular de cerca.

―Gracias por la ayuda. ―firmó Makkari sarcásticamente una vez que el monstruo fue finalmente derrotado.

Gale soltó una risita y se frotó la nuca encogiéndose de hombros. ―¿Qué? Ha sido agradable de ver. ―Murmuró y se dio la vuelta para marcharse. ―Además, el sarcasmo de Pixie está haciendo efecto en ti. ―Se burló y se marchó, Makkari sonrió al ver su figura desaparecer.

Entró en la nave espacial escondida dentro de la fortaleza e hizo una "o" con la boca al ver al hombre del traje azul, Phastos, jugando con una proyección dorada de algún nuevo diseño.

―¿Cuál es el nuevo invento, Mago?―

Phastos puso los ojos en blanco y se dio la vuelta con expresión exasperada. ―¿Cuántas veces te lo tengo que decir? No soy un mago. Esto es ciencia. ―Explicó por milésima o quizá millonésima vez. Gale perdió la cuenta a la décima.

―Podría haberme engañado. ―Gale se encogió de hombros y sonrió ampliamente a Druig, que estaba sentado en la esquina junto al cristal, con una sonrisa de satisfacción hacia las bromas de ida y vuelta de ambos.

―Hola Jugador Mental.―

La sonrisa de Druig se amplió ante el apodo unido a la cálida sonrisa. ―Hola. ¿Y cómo fue la pelea, cariño? ―Ninguno de los dos sabía cómo había empezado, pero con el paso del tiempo, para Druig. 'darling' se había quedado con Gale y sólo con él.

Como de costumbre, un ligero color rosado cubrió la mejilla del manipulador del tiempo, pero se las arregló para hacer frente a cualquier anomalía meteorológica. ―¡Genial! Tenías que haber visto el trabajo en equipo. Explosión..... bien..... Desviantes de la explosión. Blueberry voló con sus habituales rayos y Spear acuchilló al Desviante de una sola vez. Luego, Relámpago y Puño Ladrillo asestaron muchos golpes fuertes y potentes.―

Druig asintió con la cabeza, prestando a Gale toda su atención y escuchando con una sonrisa afectuosa. Siempre le gustaba escuchar al infantil y alegre chico del tiempo, sobre todo por la facilidad con la que se dejaba impresionar a pesar de ser un súper ser. Y el brillo de sus ojos y su radiante sonrisa siempre hacían que al ojiazul le costara desviar la mirada.

―Phastos. ―llamó Ajak con un suspiro al entrar. ―¿Fuiste a la fiesta de anoche como te dije?.

―Phastos se aclaró la garganta, obviamente sorprendido por la pregunta. ―¿La fiesta? ―Se burló tratando de mentir despreocupadamente, ―Sí. Fue-―

―Trabajó toda la noche. ―Druig le cortó, él y Gale bajando la cabeza y reprimiendo la risa ante la mirada de Phastos.

―¿Quién estaba hablando contigo?―

―Búscate una vida. ―Ajak le regañó como una hermana mayor. ―¿Y dónde está Sersi?. ―Miró a su alrededor tratando de encontrar a la chica del traje esmeralda.

―Tarde como siempre. ―Respondió Sersi, recostada sobre la mesa.

―Lo siento pero tengo algo muy emocionante que enseñarte, ¿de acuerdo? ―Phastos. arrastró a Ajak alrededor de su proyección. ―Espera a ver esto. ―Ajustó la figura, con todos los ojos curiosos puestos en él.

Ajak levantó una ceja, sin entender el mecanismo por el que Phastos estaba tan emocionado. ―¿Qué es? ―Su cabeza se agitó ligeramente para enfatizar su confusión.

―Es un motor. ―Phastos respondió como si fuera lo más obvio: ―Mueve el vapor de alta presión a baja presión.―

―¿Entiendes lo que Mago acaba de explicar? ―susurró Gale, inclinándose automáticamente hacia Druig, que resopló encogiéndose de hombros.

―Dejé de escucharle desde que empezó a hablar de esa cosa de transporte voladora que parece un pájaro.―

Gale soltó una risita por lo bajo ante la respuesta sarcástica y Druig sonrió con éxito, sin importarle el ligero golpe que recibió en el brazo.

―Los va a asustar. ―Sprite reventó la burbuja del emocionado Phastos, con su mano haciendo girar un objeto redondo parecido a un brazalete.

―Quiero decir, sólo han tenido la rueda mil años así que.... ―añadió Druig y se quedó sin palabras.

―Sabes, podríamos hacer eso, donde usas tu mente para controlarlos, ―trató de convencer Phastos y se dio la vuelta, ―Y así podrían hacerlo más rápido.―

―Ajak, ¿escuchas esto? ―El controlador mental interrumpió con una mirada punzante.

―Phastos, este vapor.... ―Ajak se quedó a medias, aún olvidando y sin entender el invento.

―Motor. ―El inventor corrigió monótonamente: ―Es una máquina de vapor.―

―Es demasiado pronto. ―Reprendió con severidad. Volviéndose al oír los pasos que se acercaban. ―Y ahí está. ―Dijo al ver a Sersi que jadeaba.

―¿Qué me he perdido?―

―Nada. ―Phastos se encogió de hombros, su siguiente frase goteaba sarcasmo: ―Sólo los gritos de mi profunda decepción.―

―Seguro que tienes algo más sencillo. ―Ajak trató de mantenerse optimista y hacer que el decepcionado Eterno se sintiera mejor.

―Más sencillo....uh.... ―El brazo de Phastos rehízo toda la estructura terminando finalmente en un dispositivo mucho más simple tanto visual como mecánicamente, ―Damas y caballeros, les presento. Un arado. ―La molestia llenó su tono. ―Porque eso es lo que hace. Arar la tierra. ―Caminó.

A Gale le costó contener la risa, pero no quería que el genio decepcionado se sintiera peor, así que, en lugar de eso, enterró la cara entre las manos, con la cabeza apoyada inconscientemente en el hombro de Druig a su lado. El controlador mental lo miró fijamente con una mirada suave y le acarició la cabeza con una sonrisa.

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―Las maravillas del mundo te esperan. Sigue a Gilgamesh y Enkidu en la batalla y déjate inspirar por su valentía y su fuerza. Tú y tus hombres vivirán grandes aventuras. Y convertiros en vuestras propias leyendas.―

Los ojos de la multitud se fijaron en los remolinos y encantos de las figuras. Sprite narró las historias de las aventuras de los Eternos en su idioma, añadiendo unos cuantos detalles de dramatismo para mostrar plenamente sus poderes. Una vez que toda la figura se desvaneció en fuegos artificiales, la multitud aplaudió y celebró.

Makkari y Gale rieron entre ellos, sosteniendo bolsas de artefactos que habían tomado prestados discretamente sin intención de devolverlos. Tal vez habían robado. Pero era para divertirse entre los dos amigos íntimos.

―Mi precioso cariño. ―Una voz baja saludó a los dos, salvo que su mirada estaba puesta sólo en la de pelo rizado. ―Llegas tarde. ―Reprendió, Makkari dio un codazo a su ruborizado amigo con una sonrisa burlona.

―Necesitábamos conseguir suficientes artefactos para conseguir un buen intercambio. ―Señaló la veloz muchacha mientras Gale abría el maletín y colocaba sobre la mesa un montón de bienes valiosos con un golpe seco.

Makkari puso los ojos en blanco al ver a los dos hombres que intentaban estafarlos y agarró los artefactos de la mano de uno de ellos a la velocidad del rayo, haciéndoles retroceder.

―Puedo sentir las vibraciones. Hasta el más mínimo movimiento. Incluso sus voces cuando hablan. ―Señaló con una falsa sonrisa dulce, Druig traduciendo mientras continuaba.

―¿Acaso ustedes dos acaban de hacernos perder el tiempo? ―preguntó Gale en su idioma, sonriendo y formando pequeñas nubes sobre sus cabezas que funcionaban para asustarlos.

―¡La Tabla Esmeralda que buscan es un mito!―

No lo oyó y se distrajo con los fragmentos de cristal seguidos de gritos colectivos de locura. La brusquedad lo tomó por sorpresa y estaba a punto de provocar una lluvia tormentosa cuando sintió que alguien le frotaba los dedos de los nudillos. Se volvió para mirar a Druig susurrando que estaba bien.

Gale sonrió agradecido y asintió juguetonamente al ver que los ojos del controlador mental se volvían brillantes y dirigía a los hombres que se peleaban para que se dieran una palmada en cada mejilla y se reconciliaran con una alegría y un abrazo.

Le dio un codazo en el hombro al controlador mental, sonrojándose una vez más por la atención no compartida. ―Cuando los humanos tienen conflictos, la Sanadora nos dice que no debemos interferir. ―Recordó.

Druig sonrió y rodeó la cintura de Gale con un brazo, acercándolo a él. Los ojos de éste se abrieron de par en par y se sonrojó profusamente. Siempre le sorprendía cómo nunca podía producir accidentes climáticos involuntarios cerca del controlador mental. También era la razón por la que se sentían tan seguros el uno al lado del otro.

―Bueno, ella también dice que robar es muy, muy malo. ―Reprendió, su voz acentuada y grave hizo que el otro rompiera el contacto visual y mirara a cualquier otra cosa que no fuera él, azorado.

―Si no lo dices tú, no lo diré yo. ―Gale sonrió con picardía y Druig sonrió y se apartó, fingiendo que lo estaba considerando.

―Trato, cariño. ―Su voz bajó en una palabra de silencio.

El manipulador del tiempo se rió, manteniendo la cabeza en alto por orgullo y también para recordar que seguía siendo más alto. El controlador de la mente resopló y sólo hizo lo mismo, mostrando su mandíbula. Sus ojos nunca rompieron la mirada y tampoco sus sonrisas, el brazo de Druig seguía rodeando la cintura de Gale.

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