Taehyung refregó sus manos contra sí mientras observaba a Joon salir delante de él. Estaba nervioso y su lobo no dejaba de moverse inquieto en su interior. Murmuró algo por lo bajo que ni siquiera él entendió y se metió dentro de la camioneta cuando guardó su maleta en la cajuela.

— ¿Estás nervioso?—Preguntó Joon–Hyun con algo de burla mientras encendía el automóvil. Tae la miró como si esa fuera una pregunta estúpida y negó con la cabeza.

Su salud no se había desmejorado, tenía ojeras y su piel se veía un poco pálida, pero Joon sabía que no era por lo que sucedería si él tomaba la decisión de no ir hacia Jeongguk. Habían pasado los últimos meses en el hospital, haciendo estudios y comprobando que todo estaba bien, por el momento sí, pero Tae había notado hacía unas semanas la forma en la que su lobo dormía cada vez y en ocasiones podía sentir como le repetía lo cansado que se encontraba y si eso comenzaba a suceder significaba que algo malo estaba pasando. Él perdería a su lobo cuando todo sucediera y luego simplemente se dejaría llevar por la muerte porque se degastaria lentamente. Era algo que no quería porque adoraba a su omega y la conexión que habían formado luego de que había comenzado a hacer terapia. Aceptó muchas cosas a su favor y entendió que a veces algunas pasaban porque tenían que pasar y que no estaba en sus manos tratar de hacerlas quedarse, dejó ir una parte muy dolorosa que lo había hecho sufrir por meses, pero entendió que eso había sucedido por algo y era para que se diera cuenta lo mal que estaba al odiarse de esa forma, por dejarse llevar por comentarios que no valían nada en su vida y que dejar que eso le afectara era estúpido de su parte. Ahora se amaba, amaba ser omega,amaba la forma en la que su cuerpo había cambiado, amaba su aroma y sobre todo amaba a su lobo. En sus meses de terapia dejó ir muchas cosas y aceptó que no eran para él, pero siempre recordaba a Jeongguk como el único amor para toda su vida y no podía dejarlo ir con tanta facilidad, por eso justamente se había mentalizado para contarle todo lo que había sucedido y aceptar si él en algún momento lo rechazaba o estaba decepcionado de lo que había hecho.

—Lo estoy—Murmuró mientras jugaba con los finos anillos de sus dedos, observando los tatuajes que estaban en estos y como algunos escalaban por su mano, pasando por su muñeca y deslizándose por todo su brazo. No todos tenían un significado, algunos simplemente los había hecho por hacer porque le había gustado el diseño y ya, pero otros, algunos más pequeños tenían profundos significados que solo él y sus amigos conocían—. Pero sé sobrellevarlo así que no será un problema muy grave. Me siento muy mal al dejarte acá, mamá—Ella sonrió y negó con la cabeza.

—Tengo algunas sesiones para hacer y debo firmar algunos contratos, pero te prometo que en cuanto termine con eso iré para Corea. También se lo prometí a Seokjin... que iría a visitarlo—Tae sonrió cómplice y picó su brazo mientras ella trataba de alejarse de su toque—. Quieto, estoy manejando.

—En ocasiones el manager es muy molesto, pero me gusta para que esté contigo, claro si es que ambos quieren estarlo—Encogió sus hombros.

Su madre le había contado la historia de la amistad que terminó en romance y luego terminó en rompimiento que había tenido con Seokjin. Fue casi cinco años después de que él naciera, había conocido a Seokjin cuando ella trabajaba en una librería del centro de la ciudad en la cual anteriormente vivían, tan atolondrado como él lo era había tirado varios libros de una estantería y se había apresurado a levantarlo, tirando una maceta que estaba encima del mostrador dándole en el brazo a Joon–Hyun quien había comenzado a lloriquear e insultarlo por lo bajo. Seokjin había pedido disculpas muchas veces mientras acomodaba todo y la había acompañado al hospital pagando la factura de atención para asegurarse que no había sufrido algún golpe más profundo, siguió yendo al lugar y siguió pidiendo disculpas cada vez que entraba, y es así que ambos decidieron por conocerse más, con el tiempo pasando y las estaciones cambiando, ellos comenzaron a salir. Su madre la describió como una linda relación que duró un poco más de tres años, pero rompieron cuando Seokjin tomó la decisión de terminar sus estudios en el extranjero y aunque le había pedido a Joon–Hyun que se mudaran juntos para allá, él sabía muy bien que no aceptaría porque su hijo estaba en ese país, en esa ciudad, en casa de su hermana y ella no iba a ser capaz de dejarlo así como así. Habían seguido en contacto, pero no hablaban como antes y ellos habían vuelto a cruzar palabras luego de lo que había sucedido con Taehyung, y se llevaban bien y tal vez podían intentar formar una pareja nuevamente.

—Oye, no me importaría si es que deciden darme un hermanito.

— ¡Taehyung!—Gritó ella mientras sus mejillas se ponían rojas, podía ver por el rabillo del ojo como su hijo reía en el asiento a su lado—. ¿Le has dicho a los chicos que ya saliste para el aeropuerto?

—Lo hice. Se lo dije a Jungkook también, dijo que también me esperaría en el aeropuerto.

— ¿Por eso tu aroma se siente así de dulce? Estás muy emocionado por volver a verlo.

— ¿Es así? ¿Se siente mucho?—Ella negó con la cabeza y señaló su nariz, en ocasiones olvidaba que su mamá era una omega dominante y su olfato era cien veces mejor que el de él.

—Hemos llegado—Murmuró muy bajo buscando un lugar para estacionar. Lo acompañó hasta la puerta de abordaje, colgándose de su brazo y realmente no queriendo dejar  ir a su osito de invierno, abrazándolo con fuerza cuando supo que él debía de pasar por esas puertas para subir al avión—. Cuídate, por favor. Come todas tus comidas y cuando vaya cocinaré para ti todo lo que quieras. Prometo terminar las sesiones pronto.

—No te preocupes, mamá. Estaré bien, lo prometo. Te mandaré mensaje apenas mi vuelvo aterrice, ¿bien?—Ella asintió y secó las lágrimas que se habían juntado en sus ojos. Dejó un marcado beso en su mejilla y le dio un último abrazo.

Observó a Tae a lo lejos, saludandolo con la mano mientras él pasaba los controles de seguridad. Y Taehyung respiró ansioso cuando perdió de vista a su mamá y se metió al pasillo que lo llevaría a abordar el avión. Envío unos últimos mensajes y apagó su celular, luego de tanto tiempo volvería a Corea y volvería a ver a las pocas personas que él realmente adoraba, y no podía estar tan malditamente nervioso por eso.

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Cuatro horas y cuarenta y cinco minutos después Taehyung estaba terminando de pasar por los controles de seguridad, había tomado una pequeña siesta en el avión y a pesar de que quería seguir durmiendo porque apenas eran las 3 de la mañana, supo que tenía que despertar porque había personas que estaban esperándolo fuera. Había tomado ese vuelo porque sabía no habría nadie a esa hora y los paparazzi estarían concentrados en otra cosa que él.

Cuando salió habían unas pocas personas rondando por el lugar, pero murió de vergüenza cuando vio a Jimin y Hoseok cargando con un cartel luminoso en donde estaba su apellido y nombre. Él tapó su rostro mientras miraba hacia otro lado tratando de que nadie se diera cuenta que él era la persona a quien los otros dos estaban buscando. Ese día había elegido ropa muy ligera y con la cual se sentía sumamente cómodo, tenía puesta una ancha camisa de color amarillo pastel que venía adornada con un moño de color celeste y con rayas blancas, había elegido un pantalón oxford (en todos los sentidos) de color marrón oscuro y sus tan cómodas Converse blancas, también había colocado un choker algo grueso de color negro.

—Chicos no había necesidad de llegar siendo tan... llamativos—Murmuró mientras los abrazaba con fuerza—, por algo elegí este horario para viajar, se supone que los medios no debían de enterarse—Jimin rió fuerte mientras negaba con la cabeza.

—Tranquilo, nadie va a enterarse. Estamos bien, mientras tanto él no llamé la atención más de lo que ya lo está haciendo—Señaló hacia atrás, al muchacho que tenía una remera de color negro y encima una camisa de colores que iba en combinación con los pantalones—. Apesta desde que entró, no puedo decir si está nervioso o feliz. Su aroma es una combinación extraña y huele mal—Tapó su pequeña nariz de botón mientras miraba como los ojitos mieles de Tae brillaban en cuanto los puso en Jeongguk.

Y él dejó la maleta a un lado, se separó de Jimin y Hoseok para correr hacia el alfa que se movía inquieto mientras trataba de controlar las lágrimas que se acumulaban en sus ojos. Taehyung estaba ahí, corriendo hacia él y viéndose tan hermoso, tan perfecto que hacían a su lobo saltar en su lugar, aullar, lloriquear y mover la cola de felicidad. Tae saltó y Guk lo atrapó haciendo que enredara sus piernas en sus caderas para posteriormente estampar sus labios con los contrarios. Jeongguk lo besó, suave y lento mientras acariciaba como podía su espalda, las lágrimas interponiendose entre el beso que estaban brindándose.

— ¿Por qué lloras?—Murmuró Tae pegando su frente a la contraria mientras sus manos acariciaban el rostro del alfa. Jeongguk cerró sus ojos y negó con su cabeza mientras mojaba sus labios con su lengua. Sonrió en medio su llanto silencioso.

—Solo estoy feliz. Gracias por volver—Dijo mientras el omega bajaba de sus brazos y se ponía frente a él. Lucía hermoso y elegante con ese atuendo que había elegido, los pantalones se ajustaban a su marcada cintura y a pesar de que la blusa era ancha parecía remarcar el lindo cuerpo que tenía.

—Hay una razón por la cual volví, Guk.

—Lo sé. Así como sé que tienes muchas cosas para contarme, pero puede ser más tarde. Aún es muy temprano y aunque quisiera pasar toda la madrugada contigo, me muero de sueño—Bostezó al final de lo que dijo y Tae lo miró un poco más, su piel pálida y las ojeras oscuras que estaban debajo de sus ojos por alguna razón hicieron que el omega tenga escalofríos que escalaron su columna vertebral hasta posarse en su nuca como si una mano helada hubiera tomado esa parte y se hubiera quedado ahí, haciéndole saber que algo estaba sucediendo—. ¿Te vienes conmigo? Dejaremos a Hoseok y Jimin en el departamento de ellos e iremos al mío. Hay algo que deseo mostrarte—Pero Tae no habló, parecía haberse puesto muy angustiado de golpe y Jeongguk no entendió por qué.

¿Podía ser qué eso que en algún momento enfermería a Taehyung y su lobo, pudiera afectarle a Jeongguk de alguna forma u otra?  Porque él estaba viéndolo desde otra perspectiva y podía sentir en como su lobo se lamentaba, lloriqueando, y Jeongguk parecía sentirlo porque lo miraba extraño como si supiera algo que no quería decir en voz alta, todo parecía sumamente confuso de entender incluso para ellos mismos. Lo único que Tae pedía es que a Guk no le sucediera nada porque la desmejoria que había notado era preocupante.

El alfa había cambiado de automóvil hacía una semana, así le había comentado a Tae en sus conversaciones nocturnas que ambos habían tenido. Intercambiaron muchos mensajes y el omega pudo saber la forma en que ocasiones la fama atormentaba a Jeongguk. Había tenido que cambiar su brillante auto deportivo por una camioneta Range Rover, los paparazzi ya sabían qué automóvil era el que manejaba y no perdían tiempo en perseguirlo por toda la ciudad para saber qué hacía, para ver si podían ensuciar su imagen un poco más de lo que estaba, para ver si podían encontrar una pareja que fuera igual o más problemática que él y así arruinar su reputación un poco más, no importaba si el alfa simplemente había salido a comprar al supermercado en pantalones cortos, sandalias y una campera deportiva, ellos necesitaban de una primicia que les era muy difícil de conseguir.

Tae subió al asiento de copiloto mientras que Jimin y Hoseok lo hicieron en los asientos de atrás . Jeongguk subió unos minutos después, luego de haber guardado la maleta del omega en la cajuela. Salió del estacionamiento del aeropuerto, inquieto.

— ¿Estás bien?—Murmuró bajo la pregunta mientras miraba unos segundos a Taehyung, este asintió—. Es leve, pero puedo sentir la forma en la que tu aroma cambió. Tal vez Hoseok y Jimin no lo noten, pero yo sí puedo hacerlo y me está preocupando.

—No... yo no... Simplemente es que... ¿Te has tratado últimamente, Jeongguk?—El otro sonrió con burla mientras manejaba con una mano y com su codo (de su brazo libre) se apoyaba en el espacio que lo separaba del omega—. No es gracioso, lo estoy preguntando en verdad.

—Hace un tiempo que no lo hago, pero me siento bien, no hay por qué preocuparse.

—Bien, bien, no te ves—Murmuró Jimin desde el asiento trasero. Últimamente el omega se había convertido en un maldito grano en su trasero, era un pequeño idiota que fingía ser inocente, pero en realidad estaba cargado con un sarcasmo venenoso que no perdía la oportunidad de utilizarlo—. En realidad te ves como si estuvieras oliendo mierda o algo por el estilo, ¿y esas ojeras? Madre mía, hermano. Son espastonsas, al igual que tu color de piel, mira, Yoongi parece ser del clan Cullen, pero ¿tú? Amigo pareces papel.

—Jimin—Masculló Hoseok entre dientes porque Jeon había clavado su mirada por el espejo retrovisor en el omega y parecía no querer quitarla a pesar de que Tae le murmuraba que mantuviera sus ojos en el camino en todo momento—, cierra la boca.

—Pero si solo estoy diciendo la verdad por algo Taehyung le preguntó si tuvo alguna consulta médica.

—Jimin, ya—Dijo Tae mirándolo unos segundos y este levantó las manos mientras negaba con la cabeza, aceptando dejar de lado el seguir molestando a Jeon. Él hizo como que no notó la forma en la que Jeongguk había cambiado el color de sus ojos porque parecía haber tocado una fibra sensible en él que no aceptaba las pequeñas bromas que estaba haciendole.

El resto del camino fue silencioso, nadie hablaba y Hoseok había decidido tomar una siesta hasta que llegaran a su departamento, Jimin se perdió en su celular y Taehyung miraba de vez en cuando a Jeongguk. El sentimiento de preocupación no se desvanecía y parecía aumentar con cada segundo que pasaba, con cada aceleración que la camioneta obtenía de Jeongguk pisando el pedal. Él no tendría que estar reaccionando de esa manera, pero ahí estaba haciéndolo y se estaba comportando de una manera estúpida porque hacía que el alfa se preocupara por la manera en que estaba comportándose.

— ¿Estás seguro qué quieres quedarte con él?—Jimin parecía tener algo en contra de Jeongguk que había desarrollado hace muy poco y Taehyung no lo entendía muy bien.

—Sí, quédate tranquilo. Estaré bien.

—Oye, si él en algún momento llega a sentirse incómodo estando conmigo y quiere volver, seré yo mismo quien lo traiga ¿bien? No voy a tenerlo de rehén, él puede decidir por sí mismo.

—No estaba hablando contigo, imbécil. Mándame mensaje ¿sí?

Las puertas se cerraron y Hoseok miró mal a Jimin.

—Deberías conseguirte a alguien ¿sabes? Últimamente has tenido estos estúpidos cambios de humor que alteran a más de una persona y no sé bien si es porque hace un tiempo has estado pasando tus celos solo o si es por otra cosa en sí.

—Déjame en paz.

La camioneta arrancó mientras ellos seguían peleando en la puerta del complejo de departamentos en el que estaban viviendo hacía unos meses.

— ¿Qué diablos pasa con él?—Tae pasó ambas manos por su rostro mientras negaba con su cabeza para sí mismo.

—Solo déjalo, cariño. Habrá tenido una mala noche—Miró al alfa que había colocado una de sus manos en su muslo y sonrió, llevando la suya hasta la contraría y entrelazando sus dedos—. ¿Tienes hambre? Podemos pasar por un 24 horas si deseas comer algo.

—Yo estoy bien, ¿tú quieres algo?—Jeongguk negó con la cabeza antes de llevar sus manos entrelazadas y dejar un suave beso en el dorso de  ambas.

Tae cerró sus ojos y empujó su cabeza un poco más contra la almohadilla que tenía el reposacabezas, las lágrimas estaban queriendo escapar de una vez por todas. Si él perdía esto, estaba seguro que luego simplemente dejaría que sucediera lo que sabía estaba próximo a suceder.

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Acomodarse en el nuevo departamento de Jeongguk había sido bastante fácil. Era amplio y moderno, tenía decoraciones sencillas y otras minimalistas que hacían a Tae admirarlas por unos segundos. Predominaba el color blanco, pero era acompañado de negro y algunos grises. Los muebles hacían juego con todo el departamento en sí, complementando y volviéndolo un poco más lujoso de lo que se veía a simple vista.

—Esto es lo que quería mostrarte—Estaban en un piso 12 y la vista que tenía de toda la ciudad era simplemente magnífica, Tae sonrió en grande cuando Guk corrió las cortinas para que pudiera apreciarla.

—Hum... ¿tienes sueño?

—Realmente no, era una excusa para traerte aquí. Quiero pasar tiempo contigo y tratar de recuperar el que perdimos.

—Y lo haremos, si no me odias después de esto. ¿Podemos hablar?

—Claro que sí. Déjame ir por las tazas de té.

—Bien—El omega se separó del ventanal y se sentó en el sofá, llevando sus piernas hasta su pecho mientras parecía acobardarse cada vez más.

El alfa volvió unos minutos más tarde con dos tazas de colores con humeante té que dejó en la mesa de centro para luego sentarse unos centímetros alejado de Tae porque simplemente quería ver bien su hermoso rostro que hasta ahora había notado lo pálido y ojeroso que estaba.

—Tuve un tiempo de mierda luego de que me alejé de ti. Lamento lo que hice, fui egoísta y nunca pensé en cómo tú te sentirías—Jeongguk negó con la cabeza mientras le sonreía suavemente—. Mamá me permitió quedarme con ella luego de que la llamara diciendo que necesitaba un lugar para quedarme por unos meses y cuando llegué a Japón lo único que podía hacer era encerrarme en la habitación y llorar. Lloraba la gran mayoría del tiempo, peleaba con mi lobo y en ocasiones dormía dos días seguidos. Joon hizo todo lo posible para sacarme adelante, pero yo no quería seguir viviendo. Tenía el constante pensamiento de que te había lastimado huyendo de esa manera, ya lo había hecho una vez y sabía que habías sufrido ¿qué sucedería una segunda vez? No podía aceptarme a mí mismo mientras mi lobo me decía que yo siempre me había aferrado a una mentira que me habían dicho de niño. Los meses pasaban y sin saberlo, comencé a hacer un nido, te extrañaba y solo tenía una remera que con el tiempo tu aroma se fue desvaneciendo, esa tarde recuerdo haber hablado con mamá y prometerme a mí mismo que a partir del día siguiente todo comenzaría a ir bien porque yo lo permitiría, me levantaría y trataría de recuperarme—Miró hacia el techo mientras ocultaba las lágrimas. Jeongguk estaba escuchándolo atentamente y solo se había movido para tomar su taza con té y darle pequeños tragos—. Realmente creí que el universo y la madre luna se habían puesto en mi contra. A la mañana siguiente me levanté con dolores en mi espalda baja y no le tome la debida importancia porque creía que mi celo estaba cerca, pero cuando estaba dándome una ducha... yo... yo realmente no lo sabía y mi lobo mucho menos...

— ¿Tae?—Preguntó mientras sentía el miedo atravesar su alma, por alguna razón que no sabía, no quería que él siguiera hablando.

—Yo... estaba en cinta y no lo sabía.. y... y... y... los perdí, Guk... y–yo, si lo hubiera sabido, los hubiera cuidado más y habría ido a consulta para que todo estuviera bien, pero no lo hice... y los perdí—Las lágrimas caían por sus mejillas mientras trataba de secarlas, su aroma había perdido la dulzura y se sentía amargo en la boca de Jeongguk. El alfa se acercó a él y lo encerró en sus brazos mientras trataba de calmarlo. Un mareo lo hizo aferrarse al cuerpo de Tae mientras caía en la realidad de lo que había sucedido—. Los médicos dijeron que no había sido mi culpa y que simplemente no me había desarrollado lo suficiente para poder sobrellevar un embarazo yo solo—Guk enredó sus dedos en las hebras oscuras y acarició suavemente mientras asentía con la cabeza. Él podía entenderlo más su cabeza parecía no decodificarlo de buena manera.

Los recuerdos lo golpearon dolorosamente mientras su lobo aullaba con llantos de sufrimiento. Esa noche, él había hecho todo lo posible para no marcar a Taehyung, pero a raíz de esto no pudo prestar la debida atención cuando se anudó dentro del omega, llenándolo de sí y sabiendo que en ese día él estaba más fértil que nunca.

—Lo siento, Guk. Perdóname porque no pude llevar a tus cachorros como debía. Lo siento mucho.

—Mi amor, no tienes por qué disculparte. Todo está bien ¿sí? Perdóname a mí por no haber salido detrás de ti esa noche, pero Tae muchos dicen que las cosas pasan por algo. Tendremos muchos cachorros más cuando tú estés listo, bebé. Deja de sentirte culpable por algo que tal vez debía de pasar—Tae apoyó su frente en el hombro del alfa mientras clavaba sus dedos en la remera, en su espalda tratando de aferrarse a él.

—Esa no es la verdadera razón por la cual volví—Murmuró mientras tenía pequeños espasmos por culpa del llanto—. Cuando tuve el aborto espontáneo, los médicos me dijeron que fue porque soy un omega con desarrollo tardío y que para terminar mi desarrollo necesitaba del alfa que logró, de alguna forma, que mi subgénero comezara. Necesitaba de tus feromonas para poder sobrellevar el embarazo y también sigo necesitando de ellas para terminar mi desarrollo, si no es así... puedo... llegar...

—A morir. Lo sé, lo he investigado cuando te fuiste. No entendía por qué había sucedido ese cambio tan extremo que habías tenido y me volví un demente buscando información en todos los lados que podía, consulté con médicos y aunque no muchos me dieron una respuesta buena, siempre tenían la misma teoría y la gran mayoría me comentaban de la leyenda de los alfas que no son alfas, pero la conexión que poseían con sus lobos era tan grande que ellos eran capaz de fingir un subgénero que realmente no eran. Los alfas que no son alfas se convertían en omegas cuando aceptaban el amor que tienen con su destino, su otra mitad, pero ellos no sobreviven si se separan de su alfa porque necesitan de sus feromonas para seguir con un desarrollo. Por eso te estaba buscando con desesperación, no quería que algo te sucediera. Te había perdido dos veces, no podía dormir por pensar en que tal vez podía perderte para siempre. Nadie me daba una respuesta sobre ti y la mayoría de personas me mentían diciendo que no sabían dónde estabas, sentía que iba a volverme un demente. Cuando me mandaste ese mensaje, sentí que mi alma volvía a mi cuerpo y por fin pude respirar, Tae. No sabes la manera en que me sentí con fuerzas nuevamente porque sabía que estabas bien—Él entrelazó sus manos con la de Tae cuando este escaló sobre su regazo—. Todo ese tiempo traté de distraerme con distintas cosas, tengo cientos de canciones nuevas de las cuales he grabado menos de la mitad e hice colaboraciones para mantener a mi cabeza lejos de los malos pensamientos que volvían en la noche cuando estaba solo y haciendo nada. Me tomó 3 días asimilar que eras tú quien me estaba hablando.  Por ahora y frente a ti con tu lobo y el mío escuchando, no pienso dejarte ir. Voy a ayudar con tu desarrollo y cuando quieras vamos a ir a una consulta para saber cómo debemos de seguir, ¿bien?—El omega asintió antes de abrazarlo y besarlo. Jeongguk lo siguió con suavidad mientras ingresaba su lengua en la cavidad contraria, formando una guerra despiadada entre ambos músculos que los llevó a separarse un tiempo después porque por ese día no querían las cosas a más a pesar de que sus lobos lo querían y parecían necesitarlo con fiereza.

El sol estaba haciendo que el cielo cambiara de colores mientras Jeon estaba sentado frente al ventanal con una copa de vino en sus manos, las lágrimas seguían bajando por sus mejillas mientras seguía sintiéndose imponente. Ya había  pasado y ahora Tae estaba con él, durmiendo en el sofá de la sala, pero el tiempo que habían perdido parecía ahorcarlo con fuerza mientras recordaba todo lo que el omega le había comentado. Todo el dolor que había tenido que pasar por sí solo, sin su compañía a su lado lo hacía molestarse con él mismo.

Taehyung lo vio, con la luz del alba encandilando su figura y él se acercó al alfa, abrazándolo por los hombros, apoyando su barbilla en el hombro contrario.

— ¿Qué sucede?—El alfa negó con la cabeza.

—Nada, simplemente pensando—Pasó uno de sus brazos por la cintura contraria y lo sentó sobre su regazo.

—Y llorando—Masculló—. ¿Por qué?

—Simplemente no puedo creer todo lo que has tenido que pasar solo.

—Jeongguk, deja de pensar en eso. Ya no hay nada que pueda suceder, estamos juntos.

—Lo sé, pero sigue torturandome...

—Que ya no lo haga. Estamos bien.

Jeongguk soltó sus feromonas, una gran cantidad que llenaron cada espacio del departamento e hicieron que Tae y su lobo se sintieran sumamente cómodos. Sus aromas combinándose, parecía una noche de lluvia con el aroma del café y el té de piña recién hechos con el aromatizante de coco llenando también el lugar.

Y se quedaron ahí porque ese era ese lugar, ambos amándose en silencio y planeando un futuro, pero también organizando su presente.

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Estoy llorando por el reencuentro. Espero que les guste.

¿Tienen alguna canción que crean que va con el social media? Quiero hacer una playlist, pero todavía no se me ocurrió mucho JDKAJS

El outfit con el que me lo imaginé a Tae:

El de Guk:

Cuídense♡