❝ CAPÍTULO DOS ❞

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𓏲 . * 𓂃  𝐁 𝐄 𝐓 𝐓 𝐄 𝐑      
━━ chapter two

៸៸ ⁺ :  bad sensation 🗝️ ִ  ۟ ✧

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Alfea tenía varios puntos a su favor, como por ejemplo los inmensos jardines verdes y los espacios al aire libre para estudiar o pasar el rato con amigos. Las hermosas estructuras que conformaban el colegio daban la sensación de estar en un castillo, más había zonas donde las remodelaciones eran más modernas y daban un toque más elegante al lugar.

La protección era otro punto, por supuesto; la escuela estaba protegida por un gran campo mágico que rodeaba todo el terreno del colegio y un poco más allá del bosque, protegiendo a sus alumnos y a todo el personal de cualquier maldad que hubiera afuera, como algunas criaturas depredadoras o enemigos de reinos vecinos.

Otra ventaja era que el colegio era tan grande, que si uno quería un momento de soledad para aclarar sus pensamientos o simplemente relajarse, solo debía perderse entre los pasillos y uno tardaría en dar con él o ella.

Y si bien Fay había llegado a hacer eso el año pasado, cuando la frustración se apoderaba de ella, ahora mismo lo consideraba un martirio; Desde que escuchó a unos alumnos comentar que habían encontrado el cadáver de un pastor en las fueras del colegio, y que la directora junto con Silva y Harvey se habían encargado de inspeccionar el cadáver y la zona, Fay no había parado de buscar a su padre para asegurarse de que estuviera bien.

Su padre podía ser el mejor guerrero en la escuela, pero eso no significaba que ella no pudiera preocuparse por él; la muerte de su madre la había marcado tanto a pesar de que ella no la podía recordar.

El simple pensamiento de que él saliera del campo mágico para investigar una muerte la hacía sentir nerviosa; temia que algo los ataque y dejará incapacitado a su padre para poder luchar; temia no poder estar ahí para él y ayudarlo.


Temia perderlo a él como lo hizo hace 16 años con su madre; Fay tenía apenas unos meses de nacida cuando su madre murió protegiéndola a ella y al pueblo donde solían vivir; Su padre en aquel entonces salía en muchas misiones junto con su batallón, mientras que Fay y su madre, Amber, se quedaban en casa esperando su regreso.

No obstante su padre jamás imagino que un día los quemados, criaturas oscuras y despiadadas, atacarían el pueblo donde su hija y esposa vivían, y que perdería al amor de su vida.

Ese día Amber dio la vida para salvar a Fay.

Ese día Fay perdió a la persona que la trajo al mundo.

Y ese mismo día Sky perdió a su padre.

Así que si, el temor más grande de Fay era perder a su padre también.

—¡Papá! —exclamó al verlo entrar por las puertas del colegio junto a la directora y el profesor Harvey. Fay se acercó rápidamente a ellos e inspeccionó con la mirada a su padre de arriba a abajo, en busca de alguna herida visible o notoria. Estaba ileso—. ¿Están todos bien? ¿Qué ha pasado?

Su padre intercambio miradas con sus compañeros y estos asintieron, entendiendo la petición silenciosa, para luego dejarlos solos. Sin embargo cuando pasaron por su lado, Fay alcanzó a mirar de reojo como el profesor Harvey sacaba un pañuelo con cenizas.

Se giro a ver a su padre perpleja.

—Han vuelto, ¿No es así? —preguntó sin rodeos. Sin embargo su padre suspiró profundamente y se sobo el tabique de la nariz con cansancio.

—¿Cómo supiste que...?

—Los chismes corren rápido por aquí... Deberías saberlo ya —Su padre bufó y negó levemente la cabeza. Ella, por otro lado, preguntó—.Entonces, ¿es cierto? ¿El Pastor está muerto? — pero su padre la tomo del brazo y la llevo a un lugar más apartado de la entrada, fuera de los oídos chismosos de los estudiantes que circulaban por ahí.

—Si, está muerto, pero no sabemos que lo mato —respondió.

—Vi las cenizas que llevaba el profesor Harvey; ¿Estaban en la escena del crimen? ¿El pastor las tenía? Porque si es así entonces sin duda fue algo de un quema...

—Basta Fay —cortó Silva—.  Sabes que no se han visto en años.

—Que no los hayan visto no quiere decir que no sigan por ahí, papá —repusó ella. Saúl suspiró resignado a qué ella tenía razón en eso.

—Eres igual a tu madre —musito él en un susurró apenas audible, pero Fay lo escucho perfectamente; una pequeña sonrisa surgió en automático en su rostro y él lo noto.

—Hace tiempo que no me lo decías —dijo ella y Silva sonrió cabizbajo.

No es que no le gustara hablar de la madre de Fay. Al contrario, era una grandiosa forma de mantener su recuerdo vivo en él. Pero el hecho de que estuviera incumpliendo la promesa que le había hecho a su difunta esposa años atrás lo hacía sentir terrible y culpable.

Fay era una réplica de Amber; el mismo cabello, los mismos ojos, la sonrisa y su mismo empeño y carácter... Incluso sus mismos poderes.

Había jurado mantenerla a salvo y ahora la tenía estudiando para lanzarse directo al peligro.

Y con ese simple pensamiento la atmósfera padre e hija que se había creado entre ambos se rompió como una burbuja. Silva carraspeó, recuperando la compostura de profesor, y retrocedió dos paso para luego mirar a Fay, quien lucia decaída ante el repentino cambio de su padre.

—Ve a la fiesta. Olvídate de lo que viste, nosotros nos haremos cargo.

Y dicho eso, se alejo por el pasillo dejando Fay sola y con incertidumbre.
 

   
                        
                        
                        
                        
                        
                     
                        
                        
                        
                        
                        
                        
                        
                        
                        
                        
                  

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Fay no sabía que era peor: Si ver a Sky hablando de nuevo con aquella chica pelirroja que le trasmitía una energia extraña, o ver como Stella se acercaba a ambos y acaparaba toda la atención de Sky con pretensión y egoísmo.

Era increíble como a pesar de haber sufrido todo el verano con su ruptura, Sky aún le siguiera dirigiendo la palabra.

Fastidiada, Fay apartó la vista de ambos en cuanto vio como Stella le ofrecía un vaso de jugo a Sky y este lo aceptaba. En su lugar vago su mirada por toda la fiesta, buscando a Eve, o en todo caso a algún rostro conocido, cuando encontró a cierta hada de la tierra sola y algo apartada de la multitud.

Tomó otra bebida de la mesa junto a ella y se acercó a Terra.

—Hey Terra —saludó con una sonrisa que hizo que la castaña suspirara aliviada, como si verla fuera un alivió. Fay le ofreció el vaso que había traído con ella y Terra lo acepto gustosa.

—Es bueno verte Fay —le dijo el hada—. Por fin alguien con quien hablar sin que quiera ponerse unos audífonos para evitar oírme —y soltó una pequeña risa nerviosa.

Extrañada por aquel comentario, frunció el ceño y le pregunto que a qué se refería, a lo que Terra le explicó rápidamente lo que había pasado con una de sus nuevas compañeras de cuarto; porque si, a diferencia de los especialistas que compartian habitación con un solo compañero, las hadas tenían una suite que compartían entre seis o cinco.

Terra dio rienda a suelta a contarle sobre sus compañeras de suite; la pelirroja que anteriormente hablaba con Sky era una de ellas y se llamaba Bloom. Ella y Terra todavía no habían hablado mucho, por lo que su amiga no pudo decirle mucho sobre ella; Luego estaba Aisha, un hada del agua que le agrado a Terra cuando está le permitió poner algún plantas en su cuarto; Luego estaba Stella, quien por alguna razón desconocida debía compartir suite con las de primero y ser su mentora —Fay se compadecia de su amiga y las otras chicas al tener que compartir suite con ella—. Y por último pero no menos importante,Musa. La compañera de habitación de terra.

Por lo que la hada le contó, Musa era callada y reservada, apenas y habia dicho una palabra desde que había llegado a la habitación. Tanto así que se había puesto sus audífonos para fingir que no la escuchaba, pues Terra solía tener la costumbre de hablar hasta por los codos cuando se encontraba nerviosa, cosa que a Fay no le molestaba en lo absoluto. Pero su amiga supo al instante que Musa fingía no escucharla porque Aisha le habló sobre algo a Terra y Musa escuchó lo que está decía aún con los audífonos puestos.

Ese gesto sin duda no le agradó nada a Fay; Terra era una chica de lo más dulce. Era amable, bondadosa y excelente amiga, y no merecía ser tratada asi solo porque tuviera vómito verbal en ocasiones. Sin embargo, y a pesar de que le molestaba que tratarán así a su amiga, no se preocupo demasiado, sabía muy bien que su amiga era fuerte y tenía un gran potencial, y que podía defenderse muy bien sin la ayuda de alguien más

Pero eso no quitaba el hecho de que no era justo el trato que recibía.

—No le des importancia —pidió Fay—. Ella se pierde la oportunidad de tener a una grandiosa amiga como tú Terr — y su comentario hizo que Terra sonriera abiertamente—. Así me gusta, te ves mucho más linda con una sonrisa en el rostro.

—Gracias Fay — agradeció Terra con un ligero rubor en las mejillas. En eso miro a su alrededor con extrañeza, como buscando a alguien; cuando Fay iba a preguntarle, ella habló—. ¿Y dónde está Eve? Siempre vienen juntas a las fiestas.

—La última vez que la vi estaba preocupada por Riven, fue él quien encontró el cuerpo del pastor —le contó esto último en un susurró para que nadie más que ella la escuchará

Terra abrió los ojos al tope.

—¿Fue él? —preguntó. Fay asintió.

En eso su atención volvió a captar a Sky, quien se iba de la fiesta con gesto decaído y cansado. Fay sintió el impulso de querer seguirlo para ver qué estuviera bien, pero eso significaría dejar sola a Terra en la fiesta.

Y su amiga no tenía más amigos con quien estar. Así que se quedó con ella; Luego podia hablar con Sky.

—Vamos por algo más para beber —sugirió ella y Terra aceptó con gusto.

Ambas entrelazaron sus brazos y se dirigieron a la zona de la cafetería de la escuela, donde varías mesas estaban situadas para las horas del almuerzo o estudios; Eve se unió a ellas unos minutos después de que llegaron, venía con su típica sonrisa risueña y saludó a Terra con amabilidad —el año pasado Fay las había presentado y se llevaron bastante bien, para su alivio—. Incluso Sky trataba a su amiga con cordialidad.

Riven... era un caso aparte.

Las horas pasaron y las tres habían preferido quedarse en una de las mesas de la cafetería bebiendo soda y charlando de temas triviales cuando vieron a Riven apoyado en la pared de uno de los pasillos de piedra tomando de una cantimplora; Hasta el más tonto se daria cuenta que aquello sin duda no era soda o el jugo de la fiesta.

—Hará que lo expulsen un día de estos —bufó Evo bebiendo de su propio vaso pero sin apartar la mirada del castaño—. Aunque no lo crean, encontrar el cadáver le afecto un poco.

—No me digas —respondió Fay con ironía y la rizada se rió levemente.

En eso vieron como Riven se acercaba a uno de los novatos de primero y le echaba de lo que sea que estuviera bebiendo a su vaso. El moreno, dudoso, se llevó el vaso a los labios, pero Riven se lo inclinó aún más e hizo que bebiera todo el contenido de golpe.

Terra explotó para sorpresa de ambas. La castaña se había levantado de su asiento y se dirigió a paso firme hacia el par de chicos.

—¿Intimidas a un novato? ¡Que valiente! —le reclamó Terra mientras Fay e Eve la seguían.

—¿Si quiera le preguntaste si quería beber eso? —le preguntó Eve en tono más suave pero Riven se encogió de hombros, restandole importancia.

—No se intimida a los dispuestos —respondió él y se giro hacía el moreno con una sonrisa.

—No sé que significa eso —respondió él, un tanto tímido.

—Solo ignoralo —le pidió Terra y se volteo a Riven—. Se cree muy rudo, pero es solo un nerd que finge ser genial.

—Y tu pesas más que tres chicas geniales.

—¡Riven! —reclamaron Fay e Eve al unísono, incrédulas de haberlo oído decir eso.

—Hey hombre —hasta el moreno parecía sorprendido por el comentario.

Fay dio un paso adelante dispuesta a enfrentarlo pero Eve la detuvo del brazo y Terra dijo:

—Yo me encargo —Riven se rió con desden al ver que Terra daba un paso hacia él—. La gente cree que puede tratar de la mierda a las chicas grandotas porque somos dulces e inofensivas y deberíamos alegrarnos de que nos hables. Pero a veces hemos tenido un día realmente malo y un imbécil escuálido dice algo en un mal momento, y ya no nos alegra que nos hablen... No somos dulces... Y no somos inofensivas —En eso sus ojos brillaron de un intenso color verde y las enredaderas detrás de Riven lo tomaron del cuello y comenzaron a ejercer presión.

Eve ahogó un jadeo llevándose la mano a la boca mientras que Fay abría los ojos impresionada.

Observó como los alumnos alrededor se acercaban para ver la confrontación y se giró a ver a Terra con algo de orgullo y a la vez con cierto temor de que se fuera a sobrepasar. Porque a fin de cuentas era un hada novata, no tenía el control total de sus poderes y estos podían salirse de control.

Riven comenzaba a ponerse cada vez más rojo por la falda de oxígeno e intentaba hablar.

—¿Disculpa? —le dijo Terra y Riven movió los labios—. ¿Qué dices, Riv? De seguro es gracioso, pero no puedo oírlo.

—Creo que es suficiente Terra —le murmuró Fay en cuanto el color rojo comenzó a ser morado. Terra suspiro y bajo sus manos de golpe, liberando a Riven en el acto. El castaño fulminó al hada con la mirada y dio un paso hacia ella pero Eve se interpuso entre ambos poniéndole una mano en el pecho.

—Casi me mata —reclamó él pero Terra solo sonrió.

—Tambien te extrañe.

Riven miro al moreno, a Fay y por último a Eve, quien lo miraba con preocupación. Y sin decir más nada se alejo de ahí a paso rápido e irritado; Eve hizo el ademán de seguirlo pero se detuvo y se giro hacía las demás. Tanto Fay como Terra vieron la indecisión en su mirada y le dijeron que fuera con él.

Eve no tardó en seguirlo.

—Lo siento, soy Terra —se disculpó y se presentó ella hacia el moreno, quien volteo a verla y le sonrió levemente.

—Que buena manera de presentarte —murmuró burlonamente Fay y se giro hacía el chi o—. Soy Fayra, pero dime Fay.

—¿Es mejor o peor que vomitar después de un trago? —Preguntó el moreno quien parecía mareado y tenia arcadas.

—Ven, vamos por acá —le dijo Terra y lo tomo del hombro para guiarlo por el pasillo hacia el baño más cercano.

Fay les sonrió a los dos y se quedó en lugar; Era una gran oportunidad para Terra de hacer amistades nuevas.

—Tu amiga sí que sabe como callar a alguien —Elliot, a quien no había visto desde el entrenamiento de esa mañana, se acercó a ella con un vaso en mano y señaló el camino por donde Terra y el chico se había ido—. Dane tiene mucho que aprender.

—Asi que se llama Dane —musitó ella y meneo la cabeza—. Pues lo mejor será que se mantenga lejos de Riven si no quiere tener malas influencias —comentó ella regresando a la mesa donde anteriormente estaban las tres y tomo su vaso.

—¿No es amigo tuyo? —le preguntó el de ojos azules, curioso.

Fay sonrió.

—Exactamente por eso mismo lo digo; será mi amigo y todo pero hasta yo sé que no es una buena influencia para un novato —dijo y Elliot se rió.

En eso uno de los amigos del mayor lo llamó y esté se despidió de ella con una sonrisa para luego ir con ellos. Fay, quien ya no tenía nada que hacer en esa fiesta, se terminó lo último que quedaba de su vaso y lo desechó en el primer bote que vio para luego dirigirse a la salida.

El dia había caído y la luna brillaba en lo alto del cielo. Se dirigió a paso tranquilo hasta el edificio de los especialistas y, una vez dentro, subió las escaleras al segundo piso donde las habitaciones de su generación estaban. La distancia de las escaleras a su habitación no era tan larga, pero se detuvo frente a su puerta y tardo más en abrirla cuando de reojo visualizó a alguien entrando en la habitación de Sky; Solo alcanzó a ver una larga cabellera rubia y ondulada antes de que la puerta se cerrará por completo.

Y no tuvo que esforzarse mucho para saber de quién era.

Volvió su vista al frente, sintiendo como un nudo se formaba en su garganta y abrió la puerta de su habitación pata rápidamente entrar y evitar que alguien en el pasillo pudiera verla. Cerró la puerta detrás de ella y terminó apoyándose sobre está sintiendo como su corazón latía dolorosamente dentro de su pecho.

¿Qué rayos le estaba pasando?

El sonido de la llave de la ducha le advirtió que Eve estaba ahi y que al parecer no pudo encontrar a Riven. No queriendo que la rizada la hubiera de ese modo, porque sin duda comenzaría hacerle preguntas y lo que menos deseaba Fay en esos momentos era responderlas, se apresuró a tomar la chaqueta negra que había dejado sobre la silla de su escritorio, su cinturón y su espada y salió de la habitación para dirigirse al exterior. De nuevo.

A paso apresurado se dirigió al campo de entrenamiento, el cual a esas horas se encontraba vacío. Necesitaba descargar todos esos sentimientos dentro de ella antes de que algo malo pudiera pasar con su magia. Se acercó a uno de los maniquís de entrenamiento y sacó su espada de la funda para luego arrematar contra el muñeco. Cada estocada que daba iba con más fuerza. Y siguió así hasta que comenzó a dolerle el brazo.

Cansada, dejo caer su espada junto a ella y se sentó sobre el pasto frio, apoyando su frente contra sus rodillas.

¿Qué era lo que realmente le molestaba? ¿Que Stella y Sky se estuvieran acostado en ese preciso momento? ¿O que Sky hubiera vuelto con ella a pesar de todo lo que paso entre ambos en el verano? Porque eso era seguro, habían vuelto, o si no ella no iría a buscarlo a su habitación a escondidas.

Fay resopló.

¿Por qué Sky tenia que caer siempre bajo los encantos de Stella? ¿Por qué no se daba cuenta que la relación que tenía con la princesa de Solaria no era buena? A Fay le molestaba muchísimo cuando escuchaba a a alguien decir que Sky estaba mal de la cabeza o que era un Psicópata por estar con Stella. Y es que desde lo sucedido el año pasado con Ricki, mejor amiga de la rubia, nadie entendía como alguien como Sky estaba con esa princesita.

Además, siempre terminaban peleando por culpa de los celos de Stella. Y si era honesta, Sky no merecía eso.

Él era un chico amable, gentil y dedicado. Merecía a una chica que se preocupara por él y no por su imagen. Una chica que lo escuchara cuando tuviera un problema y no que lo buscará para solucionar sus propios problemas.

Alguien que lo amara y lo cuidara de forma genuina.

Tal vez se debía a que se encontraba en un estado sentimental, que de pronto se imagino a ella siendo esa chica, pero rápidamente borro ese pensamiento de su mente y se reprendio por aquello.

Inhaló y exhaló dos veces seguidas antes de levantar la mirada y encontrarse con una cabellera roja alejándose hacia los límites del Domo; La compañera de Terra, Bloom, corría através del jardín con dirección al bosque con sigilo. Cómo si no quisiera que nadie pudiera verla.

Fay frunció el ceño; ¿Acaso la chica estaba loca? No podía salir al bosque y muchos menos de noche.

Una mala sensación la recorrió por completo y sin pensarlo dos veces, tomó su espada, la guardo en su funda y corrió detrás de Bloom.

Sabía que debía ir a informar aquello primero. Dejar que su padre o algún profesor se hiciera cargo del asunto, pero entonces podría sería demasiado tarde para Bloom.

Así que la siguió sigilosamente y no dudo en atravesar la barrera cuando Bloom ya se alejaba por el otro lado.

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𝐁𝐚𝐫𝐛𝐬 © | 𝟐𝟎𝟐𝟐

Capitulo editado ✔️

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