❝ Veo que no soy el único que quiere poseerte pero si el único que te tendrá. ❞

DEEP WEB.

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Fascinación. A Yoongi le fascinaban cientos de cosas pero ninguna se comparaba a la gran y enferma fascinación que sintió cuando vió la cara aterrada del rubio. Fácilmente podría calcular que el chiquillo no tenía más de dieciocho o diecinueve, para ser sinceros era la edad perfecta según él. Quería destruirlo en cuanto lo vió por esa pantalla, destruir cada centímetro de su cuerpo y de su estabilidad mental. Quería arrancarle cada puta gota de inocencia que el chiquillo ése destilaba, anhelaba hacerlo llorar y verlo suplicar, claramente notó que sólo era otro de esos adolescentes curiosos por entrar a la red oscura y estaba ansioso porque fuera su víctima.

Una ronca carcajada salió de sus labios cuando vió esa carita llena de confusión y terror. Aterrado por él. Y bueno, así como llegó su risa también se fue así de rápido, su humor era tan confuso.

No quería que ése chiquillo se fuera tan rápido, quería ver esa cara aterrorizada un poco más.

— Mierda. Ni siquiera me dió tiempo de rastrear su puta ubicación, maldito chiquillo. — Habló Yoongi entre dientes, y pateó con fuerza la silla de madera en la que anteriormente estaba sentado.

— ¿Por qué diablos pateas la silla, Yoon? Sabes que salió costosa, es importada desde Francia. — Regañó JooHeon revisando si la madera estaba buen estado. Un suspiro de alivió y mire confusión al hombre furioso. — ¿A ti qué te pasa? ¿No ha salido bien el negocio?

— Me vale verga que sea importada, compra otra y ya cállate.

Joo rodó los ojos con fastidio.

— Qué vulgar, hombre.

— Cállate la puta boca, JooHeon. No estoy de humor hoy. — Soltó bruscamente pateando de nuevo la silla "costosa".

— ¡Joder, hombre! ¿Qué te puso tan rabioso?

Yoongi suspiró resignado antes de dirigir su vista al chico fastidioso que estaba ahí.

— Es que un chiquillo me la ha jodido hoy, lo ví por la Web Cam ya que él no la tapó cuando ingresó a la Deep Web o al menos eso creo. — Dijo sirviéndose un poco de líquido de la botella amarga llamada Whisky. — Nadie sería tan estúpido como para dejar encendida la Web Cam y encima no taparla.

— Pues ese chiquillo sí. Yah, Yoon. ¿Y por qué te ha puesto tan rabioso?

— El chiquillo cerró la PC o yo que sé, no me dió tiempo de rastrear la ubicación. — Tomó un largo trago del vaso de cristal antes de seguir hablando. — Quería que fuera mi juguete.

— Triste. Ahora déjate de mariconadas haciendo berrinches y pongámonos a trabajar, tenemos un político que decapitar.

JooHeon soltó con diversión pero su expresión rápidamente se tornó aterrorizada.

— ¡Mierda, hombre! ¡Con la silla no!

El sonido de la PC los hizo detenerse, Yoon dirigió toda su atención a ella acercándose rápidamente.

— Vaya, vaya. Estoy de suerte. — Mencionó enderezando la silla de madera en el suelo, se sentó en esta y miró a JooHeon con una sonrisa ensanchada. — El chiquillo está siendo ofrecido por una gran cantidad.

— ¿Tan rápido? Bueno, venga, siempre has sido bueno con los negocios.

El tatuado asintió desde la PC sin prestarle atención, JooHeon se acercó a él dispuesto a ver y tragó saliva cuando notó el precio.

¿2.57 de dólares? Min Yoongi daría cinco millones si él quisiera, el dinero le sobraba por el culo.

— Ya lo tengo. Es todo mío ese cachorrito inocente. — Festejó el de hebras oscuras chocando los cinco con Joo, su tétrica sonrisa se ensanchó nuevamente cuando la ubicación le llegó al PC. — Park Jimin es de mi propiedad.

— Yoongi, tienes que ver esto ahora, mierda. — Dijo el pálido pidiéndole que se acercara nuevamente, el otro obedeció mirando atentamente el monitor.

— Veo que no soy el único que quiere poseerte pero si el único que te tendrá.

— Parece que no fuiste el único que vió la Web Cam de ese chico, acá hay dos hombres quejándose de tu compra y al parecer tienen toda la intención de arrebatartela.

Yoongi tensó su mandíbula, no había pagado casi dos putos millones por nada. No dejaría que nadie le arrebate al chiquillo, Park Jimin es su nuevo juguete, uno que salió demasiado caro.

— Que lo intenten. Les encantará conocer al demonio favorito del jodido satán. — Sonrió con arrogancia y Joo se tensó al ver esos frívolos ojos azules con ese destello sádico.

Sabía que era otro capricho de Yoongi, un capricho que saldría muy mal.

— ¿Quieres que te mencione los nombres? — Cuestionó el pálido evitando su escalofriante mirada.

— Dímelos.

— Kim Taehyung y Jeon Jungkook. Hay otros dos por aquí pero no puedo ver sus nombres, por muy gran hacker que sea, supongo que ellos tienen mejores habilidades.

— Los encontraré.

— ¡Hyung, fue aterrador! — Reclamó el rubio sintiendo sus ojitos cristalizarse por quinta vez desde que la clase comenzó.

— Todo es tu maldita culpa, ¡SungWoon!

Taemin golpeó en la cabeza a su compañero reclamándole por idiota.

— Yah, Jiminnie — Habló por primera vez Ha llamando la atención del pequeñito que lloriqueaba. — ¿Por qué no tapaste la Web Cam? Lo dice claramente el tutorial que te envié.

Oops.

— D-Digo, el tutorial que viste. — Trató de corregir pero la mirada tensa de Taemin sobre él lo hizo sentirse cohibido. — Lo siento, Jimin. Sólo quería bromear.

— No vuelvas a abrir esa página, ¿está bien, cielo? — Ordenó el castaño revolviendo las hebras rubias de aquél dulce chico que era su amigo.

— ¡Está bien, Taemin hyung! Pero...¿Podría acompañarme en el receso y en la salida para esperar a Namjoon hyung?

Jimin los miró con sus ojitos llenos de miedo encogiendo el corazón de ambos mayores, SungWoon se sintió mal por hacerle eso a alguien tan puro.

— Por supuesto, pequeño. ¿Pero por qué? Nada malo va a pasarte.

El rubio dirigió toda su atención a Taemin y jugó con sus manos nerviosamente, era una manía que tenía.

— Es que esta mañana cuando salí de casa para venir al colegio...yo sentí que alguien estaba mirándome.

SungWoon perdió los colores de la cara comprendiendo la situación.

Alguien de la red oscura lo había visto.

FIN DEL CAPÍTULO.