🜼𓂃࣪˖ ִֶָ 06

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—Hola Jaemin, bienvenido a nuestro dulce hogar —Dice la Peli rubia abrazando a Jimin. El menor se quedó estático en su lugar por él abrazó tan repentinamente. Le corresponde igual, no quería ser descortés. La rubia se separó de él mirándole con una bonita sonrisa— Eres tan guapo y lindo.

—Déjalo respirar mujer —Se escuchó una voz gruesa detrás. Venía un alto hombre cabellos oscuros muy guapo, la señora Jeon se separó del rubio tomando la mano de su esposo —Mucho gusto en conocerte Min Jaemin.

—El gusto es mío, mmm...—Se supone que sabía quienes eran, pero prefirió que ellos se presentaran.

—Que descortés somos. Soy Jeon Gong Yoo, ella es mi esposa Jeon Somin. —Saluda la mujer rubia— Él es mi hijo Namjoon, ya lo conoces es mi hijo mayor y ella —Atrajo a su una chica castaña muy bonita también— Es Jeon Tzuyu, mi hija menor.

—Un placer Jaemin —hace una reverencia y Jimin igual.

—Y por último tu futuro prometido —el guapo pelinegro se acercó y Jimin no se perdió movimiento de él— Él es mi hijo de en medio, Jeon Jungkook —Presenta orgullosos de sus hijos.

—Hola Min Jaemin es un gusto conocerte al fin —el pelinegro tomó la mano del rubio y besó su dorso, Jimin sintió un escalofrío recorrer su cuerpo al tacto de sus labios en su piel.

Lo soltó lentamente, las mejillas del rubio se tiñeron de rojo algo que le pareció muy tierno al pelinegro.

—El gusto es mío Señores Jeon, gracias por recibirme en su hermosa casa.

—Nada de señores, llámanos Gong Yoo y Somin. Vamos debes de morirte de frío, prepare un delicioso chocolate caliente para ti con malvavisco, hace mucho frío pero nada lo remedia mejor que un chocolate muy caliente —Tomó la mano del menor llevándolo casi arrastras a la cocina.

El señor Jeon y sus hijos se reían de la situación pues la señora Somin siempre era así de atenta y dulce, aunque esta no los conociera del todo. Los demás también fueron a la cocina para tomar una taza de chocolate caliente, Jimin se sentía nervioso pues la señora Jeon le hacía preguntas y ya no sabía qué responder la verdad. Su mirada viajaba al guapo pelinegro quien también no le quitaba la mirada de encima y eso hacía que al rubio sintiera revuelto el estómago de las mariposas que sentía.

O tal vez tenía indigestión.

—Bueno Jaemin espero que te agrade estar aquí con nosotros, sabemos que no debe ser fácil venir tan pronto y menos cuando ya sabes sobre lo del matrimonio —Bebió un poco de chocolate mirando a ambos chicos— Pero no quiero que te sientas presionado de alguna manera e igual se van a ir conociendo poco a poco. Pero si me quieren dar un nieto antes de tiempo yo ni me quejo.

Jimin abrió su boquita y sus mejillas más rojas que nunca. Los hermanos rieron ante la situación, de verdad su madre no tenía remedio. Jungkook sentía la vergüenza pasarle por todo el cuerpo.

—Mamá deja al pobre de Jaemin en paz un rato con tus miles de preguntas, no ha dicho casi nada y tú solo lo pones más nervioso. Seguro que está super cansado por el viaje y tú aburriéndole —Le reclama la castaña.

—Tiene razón querida, ya es tarde mejor dejemos que Jaemin descanse un poco, en la cena podrás convivir más con él, o bueno en su caso con Jungkook —Le dice Gong Yoo a su esposa y esta termina aceptando.

Aunque no quería del todo pues Jaemin se miraba tan tierno y dulce.

—Muy bien, pero en la cena platicaremos más cariño, Jungkook lleva a tu prometido a su habitación la que ambos compartirán —Le dijo guiñandole un ojo, pero Jimin escupe un poco de chocolate casi haciéndolo toser.

—¡Mamá! Deja de bromear, se ahogará con el chocolate —regaña Tzuyu a su madre mientras estaba le daba Palmaditas en la espalda al rubio, quien se sintió muy avergonzado.

—Lo siento Jaemin no fue mi intención, solo bromeaba un poco —Jungkook miraba la escena con una sonrisa que hace mucho no tenía, su madre siempre fue de tratar muy bien a sus parejas; bueno no que es que hubiera tenido muchas en su vida, pero solo aúna no le cayó bien a su madre. Con Jaemin era muy diferente todo, al parecer le caía bien ya que empezó a bromear con él.

Algo muy típico de ella.

—Vamos Jaemin te llevaré a tu habitación, espero que te guste la decoración fue por parte de mi cuñado Seokjin —Jeon tomó las maletas de su prometido y Jimin se paró del sofá a seguirlo.

—Jungkook, hijo, no vayan a hacer esas cosas con nosotros en la casa, porque voy a jalarte las orejas jovencito. —Le gritó mientras subían las escaleras.

La cara de Jimin más roja no pudo estar y Jungkook solo se limitó a reprimir una risa. A su mamá sí que le encantaba poner en vergüenza a sus parejas.

—Lo siento, ella siempre es así de bromista, creo que la caíste muy bien.

—Está bien, ella es muy simpática, aunque casi se me sale el chocolate por nariz cuando dijo aquello —Jeon se rio ante su comentario.

—Es el alma de la fiesta siempre, te acostumbrarás a su modo de ser —Jimin no dijo nada más y terminaron de subir los escalones para sí dirigirse a la puerta del último pasillo. Miró que enfrente había otra habitación ¿Era de él? O sea ¿Ambos estarían al frente del otro? Eso le causó nervios a Jimin.

—Esta será tu habitación, Jaemin.

Jeon abrió la puerta y Jimin miró la hermosa habitación. Las paredes eran blancas, pero tenía unos tonos color crema, tenía luces en forma de estrella cercas de los espejos, también en el techo cerca de la pared y bajo la cama, tenía una alfombra la cual se miraba muy calentita, había algunos cuadros en la pared y la cama se miraba tan cómoda que no dudo en sentarse en ella.

—Espero que te guste, Seokjin el esposo de mi hermano Namjoon, la decoró junto con mi hermana menor, espero que te haya gustado y puedas sentirme cómodo —Dejó las maletas del rubio en el cuarto cerca del armario.

—Está preciosa muchas gracias —Sonríe feliz mirando por todos lados, admirando la belleza de la habitación, jamás en su vida miró una igual a esta, solo en televisión o catálogos.

—Descansa un poco, yo te llamaré cuando la cena esté lista, mi habitación está justo enfrente de la tuya por si quieres platicar o algo —Rasco su nuca nervioso, el menor se volvió a sonrojar — No vayas a pensar mal solo mmmm... quiero conocerte, ya sabes —Su voz sonó nerviosa.

Pero a Jimin le pareció tierno que quisiera corregir su malentendido, ¿En serio era así de lindo? Se preguntó el rubio. ¿Pero hablar? Bueno tenía que sacarle información sobre sus gustos para Jaemin, así que no podía perder esa oportunidad de conocerlo.

—Si claro, con gusto podríamos hablar y eso.

—Que bien. Te dejo descansar, me voy o mamá en serio vendrá a jalarme las orejas, pensará otra cosa y quiero evitar su reprimenda —Ambos sueltan una carcajada ante imaginarse eso.

—Creo que si la creo capaz, nos vemos en la cena Jungkook —El rubio se paró de la cama haciendo algo inusual en él, pues se animó a besar la mejilla de Jungkook en agradecimiento. Jeon se sorprendió, pero no le disgustó para nada su dulce beso.

—Mmm —Carraspeó algo sonrojado —Nos vemos, adiós descansa.

Jimin sonríe como un tonto, pero su sonrisa seso cuando recordó que tenía que llamar a Jaemin para reclamarle el porqué le mintió.

Tomó su teléfono y le puso seguro a la puerta totalmente enojado. Esperó a que él contestara hasta que lo hizo.

Jaemin:
¿Qué pasa? ¿Qué quieres?

Jimin toma un suspiro ante su forma de responder.

Jimin:
¿Por qué me dijiste que era solo mi novio y no mi prometido?

Jaemin:
Bueno da igual Jimin, se conocerán y todo eso; además no es como que fuera gran problema, solo has el trabajo y déjame en paz que tengo un vuelo que tomar, nos vemos chao.

Colgó.

En serio sentía que le dolería la cabeza con toda esta situación, los señores Jeon no parecían malas personas, al contrario, fueron tan amables con él cómo para que este les mintiera en la cara. »Vamos Jimin, lo haces para una buena causa« Se dijo así mismo. Claro que lo hacía por él y por el señor Choi, necesitaba el dinero y mucho.

Pero no lleva ni un día y se sentía totalmente nervioso y algo tonto cuando estaba cercas de Jeon Jungkook. Hay que ser realistas, él no se fijaría en el Jimin pobre, y si está siendo amable es porque él cree que eres Min Jaemin el rico mimado de los Min. Aunque eso le dolía un poco a Jimin, sabía que tenía razón como para hacerse falsas ilusiones con el pelinegro.

Jamás pasaría algo serio entre Jeon y él.

Dejó esos pensamientos y se dispuso a ponerse algo más cómodo. La verdad era algo extraño que hasta en la talla de ropa coincidieran, apenas ahora lo había notado. Se puso un pantalón blanco con una camisa de manga larga muy calentita para dormir un poco, le mandó un mensaje a Taehyung para que no se preocupara, le escribió que había llegado bien.

Se acostó en las finas cobijas, era tan cómoda y tan calentita. Jamás en su vida podría tener algo cómo esto. Su colchón era duro, pero no podía costearse uno, tenía deudas, apenas tenía para comer. Se abrigó bien y se entregó a los brazos de Morfeo.

Por otro lado, Jungkook miraba la nieve caer mientras bebía un poco de chocolate caliente, a su lado llegaba su hermana menor mientras los demás preparaban la mesa para cenar.

—¿Qué te pareció Min Jaemin hermanito? —Le pregunta curiosa mirando también por la ventana.

—Es lindo, eso no lo voy a negar —Bebe un poco de chocolate sintiendo la bebida caliente en su garganta— Creí que sería como un total divo, ya sabes. —Tzuyu asiente— Pero su actitud me impresionó, en su mirada pude ver humildad y timidez eso me gustó de alguna manera y creo que más cuando se sonroja.

—¿Consideras que puedas conquistarlo hermanito? Digo, él si es muy lindo y para nada feo, yo considero que deberías mañana llevarlo a la cabaña y empezar a hablar con él sobre todo este tema del matrimonio arreglado y esas cosas, se nota que está nervioso, pero no creo que le disguste la idea.

—Si creo que tienes razón, aún tenemos un mes así que no apresurar las cosas, haré mi esfuerzo por conquistar su corazón —Le dice seguro.

Tzuyu lo mira de perfil, pero noto algo en su hermano mayor que no había visto antes, ¿Será por Jaemin o tal vez hubo un flechazo entre ellos? O bueno tal vez solo estaba equivocada y su hermano solo se miraba feliz.

Uno nunca sabe lo que cupido podría hacer.

—Vamos hay que ayudar a mamá —La castaña se aleja y Jungkook se queda mirando un poco más la nieve.

Este matrimonio arreglado aún no lo convencía del todo, pero cuando miró a ese rubio pasar por la puerta no pudo articular palabra. Tenía bonitos ojos, también esos labios tan esponjosos y esas abultadas mejillas ¡dios!, era totalmente hermoso. Tal vez podría hacer el intento como dijo su padre, después de todo no puede quedarse estancado en el pasado, un pasado que quiere olvidar.

Nota: Por si no sabían. Esta historia me la inspiró la novela, La Usurpadora. Jeje.




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