𝗧𝗥𝗢𝖨𝖲

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Eran alrededor de las ocho de la mañana cuando la casa volvió a quedar en silencio en consecuencia de que todos se habían ido, Chan le había dejado comida al gatito cuando lo vio en la cocina junto a ellos, pero el minino siquiera se dispuso a acercarse al plato. El mayor de ellos se había acercado a la habitación del maknae para que no se levantara tarde y le prestara un poco de atención al pequeño gatito que había llevado a la casa.

JeongIn estaba recostado en su cama cuando sintió un lado de esta hundirse, él se había despertado hace unos minutos por ende sabía que estaba solo. Eso le dio algo de miedo, pero no hizo movimientos apresurados y lentamente se volteó, quedando frente al rostro de un chico que parecía tener, máximo, dieciséis años. El chico lo miró y entrecerró un poco sus ojos, para luego inclinar su cabeza hacia la izquierda.

Lentamente se sentó en su cama, miró al chico y este llevaba una camiseta suya. No quería alterarse, pero no entendía nada y esto comenzaba a darle algo de miedo. Sobre todo por la mirada del chico que no se despegaba de él.

— ¿T-Tú eres? —Intentó sonar tranquilo. El chico frunció un poco su ceño y apretó sus labios

— ¿No vas a correrme? —JeongIn lo miró aún más confundido que antes, definitivamente no comprendía que estaba sucediendo en ese momento.

— Eh... bueno, no sé qué se supone que debo hacer —El chico sonrió y se bajó de la cama de JeongIn.

JeongIn se acercó algo temeroso a la orilla y frunció el ceño al ver a su gatito y a su camiseta en el suelo. El minino se subió a su cama, haciendo que Yang estuviera un poco asustado por ello.

JeongIn frunció el ceño— ¿Tú eres mi gatito? —El pequeño maulló— ¿Puedes hacerlo otra vez? —El gatito volvió a maullar y se adentró en las sabanas de la cama, para luego volver a su forma humana

Sacó su cabeza por la sabana y miró al chico sonriéndole tímidamente. Eso era bastante tierno ante los ojos de JeongIn, pero eso no quitaba que estuviera un poco exaltado por todo eso.

— Mierda... —JeongIn movió su cabeza rápidamente y tomó la camiseta que estaba en el suelo— Es decir, toma —Se la entregó y se sentó en la cama.

— Gracias —Volvió a sonreír

— ¿Entonces... tú cambias de forma? —Preguntó dudoso y luego negó con su cabeza— No me respondas, es tonto, ¿Tienes nombre?.

— Soy Felix —JeongIn asintió y llenó de aire sus mejillas. Felix imitó su gesto, lo había visto hacerlo un par de veces y le parecía raro pero lindo.— ¿Quieres comer algo de verdad? Digo, no lo que te da WooJin —Frunció su ceño y se levantó de su cama

— ¿Él no me da comida real? —Preguntó Felix confundido, nuevamente inclinando un poco su cabeza hacia la izquierda.

— No, es decir, si es comida real, pero... no importa —Le extendió unos pantalones de jogging— Ponte eso, hace frío —Felix asintió y se lo colocó como muchas veces había visto a los chicos hacerlo.

JeongIn bajó las escaleras seguido por el híbrido, quien sonreía. Para el más alto eso era extraño, no era normal que un pequeño gatito se convirtiera en un chico con lindas pecas de un día para el otro.

Ambos estaban en la cocina desayunando algo que JeongIn había preparado en un par de minutos, tenía muchas preguntas y quería hacer el máximo que pudiera antes de que los mayores volvieran.

— ¿Por qué no te transformaste antes? —Preguntó de la nada JeongIn, haciendo que Felix lo mirara

— Porque... tenía miedo —Felix miró su plato— ¿Lo que me daba WooJin no era comida real?

JeongIn rió— Si lo era, solo que eran las sobras de lo que nosotros no nos comíamos.

— Oh... —Habló Felix, levantando su mirada hacia JeongIn nuevamente— Entonces... antes de que me trajeras aquí, no había comido sobras por mucho tiempo —JeongIn no sabía cómo reaccionar, algo se había apretado en su pecho ante lo dicho por el minino, solo asintió y continuó comiendo

— ¿Tú... cuanto tiempo estuviste dentro de esa caja? —JeongIn miró a Felix y vio como frunció el ceño

— No lo sé, primero llovió y luego no y luego volvió a llover, luego tuve miedo y apareciste tú —Sonrió y movió sus orejitas junto con su cola haciendo que JeongIn sonriera al ver una sonrisa tal sincera en el chico de tierna mirada.

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