CAPITULO 5

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Pov's Alex

—¿Podemos hablar?

Mi cuerpo se tensó al escuchar la voz de Jackie.

Había pasado toda la semana huyendo de nuestro encuentro con éxito, tarea difícil teniendo en cuenta que vivíamos en la misma casa. Las únicas veces que nos encontramos era en el comedor, con toda la familia, en el auto de ida y vuelta a la escuela, y esa vez que bajé más temprano de lo normal y la encontré con Cole.

Estaba de espaldas a ella, eligiendo la camiseta que me pondría para ir a la fiesta a la que Dylan había invitado a Sky. Desee que solo fuera mi mente jugándome una mala pasada, pero volvió a llamarme así que no tuve más remedio que voltear.

Seguía luciendo igual que la última vez. No debería haberme sorprendido, ella odiaba los cambios.

—¿Saldrás? —Preguntó mirando la camisa que llevaba en la mano.

—Sí.

Un silencio incómodo se hizo. En otra ocasión habría intentado llenarlo, habría hecho todo lo posible por hacer que se sintiera cómoda. A Jackie Howard le hubiese compartido cualquier parte de mí sin nada a cambio. Ya no más.

—Alex, lo lamento.

—Irónico que tus disculpas llegan varios meses tarde.

Sus labios se entreabrieron por el filo en mi voz, pero se recuperó rápidamente.

—Yo... Era demasiado difícil, necesitaba tiempo para pensar... ni siquiera ahora sé cómo explicarlo.

—Claro, lo entiendo. En serio lo hago. ¿Cómo le explicas a tu novio que besaste a su hermano? ¿Cómo lo ves a la cara sabiendo que le dijiste "No te lo merecías." cuando supiste todo lo que había pasado con su novia anterior? Insististe tanto en saber la historia, ¿para qué? ¿para poder repetirla?

Estaba siendo un imbécil. Lo sabía, pero no quería parar. Por una vez, deseaba dejar de ser correcto. Necesitaba sacar lo que había estado atorado en mi pecho durante todo el verano. Ya no quería pensar en ella antes que en mí.

—Aún estás enojado...

—¿Esperabas que no? —Ella parecía tan serena al respecto y eso me enfadó más. —Te fuiste sin explicaciones. Ni siquiera pensaban decirme lo que había pasado, ¿verdad? —Su silencio fue la respuesta. Me sentí aún más idiota que antes. —Estúpido Alex, jamás se dará cuenta. ¿Fue divertido creer que podían mentirme?¿Ese iba a ser el juego?

—¡No, Alex! ¡No! Y si me dejaras explicarte sabrías que nunca quisimos lastimarte. Cometimos un error.

—Que fácil es decirlo. Que fácil es dejar un desastre atrás y salir corriendo a Nueva York para vivir la vida de niña rica. Eres la persona más egoísta que he conocido.

Vi el instante en que mis palabras las golpearon y, aunque enfadado, quise traerlas de vuelta pero Jackie salió corriendo de mi habitación antes de que pudiera disculparme.

A pesar de que deseé ir tras ella me quedé plantado en mi lugar. ¿Debía ser yo quien pidiera disculpas ahora? Mi cabeza decía que sí, el corazón me pedía a gritos que fuera con ella, pero mi orgullo me mantuvo en mi alcoba.

Se había acabado. Entre más distancia hubiese entre nosotros mejor. Confié en ella, sabía lo mucho que me había lastimado la traición de Paige y Cole, pero al final terminó haciendo lo mismo. No me sentía capaz de perdonar aquello.

Lo último que quería ahora era ir a esa fiesta, pero se lo había prometido a Sky así que tomé la billetera después de cambiarme la camisa y bajé. Isaac y Lee ya estaban en la sala de estar, al parecer llevaban tiempo esperando, por suerte ninguno parecía saber lo que acababa de ocurrir arriba.

Cuando salimos al pórtico mi mirada se encontró con la de Cole. Él se detuvo cuando estaba a punto de subir al auto, parecía que quería acercarse pero al final terminó por entrar al vehículo y arrancar desapareciendo por el camino. Eso significaba que él también estaría en la fiesta de esta noche. Genial.

Casi al instante las luces del auto de Ivy aparecieron. Ella se había ofrecido a buscarnos, siempre y cuando uno de nosotros fuera el conductor designado de la noche. En este caso sería yo, porque Danny estaba en la universidad y Lee e Isaac no sabían conducir. No tenía licencia todavía pero no creía que fuera un gran problema. Papá me había dado el visto bueno como conductor.

Me sorprendió no encontrar a Sky en el auto.

—Dylan pasó por ella a mi casa, insistió en llevarla "para que no se perdiera". Me ha mandado la ubicación. —Declaró Ivy como si hubiese leído mis pensamientos.

Los chicos no perdieron tiempo y se montaron en el auto. De camino pasamos por Skyler, el novio de Nathan.

La música se escuchaba desde la entrada de la casa cuando llegamos. Isaac y Lee vibraban de la emoción, creo que todos lo hacían. Yo tenía un nudo en el estómago. La cabeza me dolía y no podía dejar de pensar en que esta noche sería eterna, no en un buen sentido. Pero todas mis quejas se esfumaron cuando la vi.

Sky lucía jodidamente preciosa.

Su cabello tenía ondas que lo hacían parecer más voluminoso. El viento la había despeinado un poco, a pesar de ello seguía viéndose increíble, como si le diese un estilo salvaje. Era hermosa naturalmente pero está noche el maquillaje resaltaba sus rasgos. Tenía las mejillas pintadas de un rosado natural que contrastaba con su piel dorada. Los labios le brillaban pareciendo demasiado tentadores para el bien de cualquiera. Y sus ojos, emarcados por unas pestañas gruesas y largas de color negro, te robaban el aliento. Parecía magia.

Reía a lo lejos cuando nos vio llegar. De inmediato se levantó y dejó atrás a Dylan y a sus amigos para venir a nuestro encuentro.

Mientras se acercaba mi corazón dio un baile violento, como si estuviera reviviendo.

El aire balanceo su vestido. Era demasiado corto, así que sus piernas estaban al descubierto. Me pregunté si no tendría frío pero supongo que su chaqueta de mezclilla la cubría bien. Por alguna razón me alegré de que Dylan no tuviera la oportunidad de ocupar la excusa del clima y prestarle su abrigo. Algo en Sky usando el número de Dylan no me sentaba bien. Es decir, ella era mi amiga y nada más, pero no confiaba en Dylan para cuidar el corazón de Sky, tenía casi la misma reputación que Cole.

—Hola.

Me encantaban sus saludos. Era un gesto simple y pequeño, pero tenía algo especial cuando venían de ella.

—Te ves hermosa.

Mi comentario nos tomó por sorpresa a ambos. Sin embargo, no me arrepentí, no cuando le saqué una sonrisa.

—Gracias. Ivy insistió en arreglarme como si esto fuera una cita, aunque yo no estoy muy segura de que lo sea.

—Bueno. Es un hecho que Dylan está interesado.

Declaré mientras miraba al moreno a lo lejos. Definitivamente no lucía contento ahora que la atención de Sky lo había abandonado.

—¿En verdad lo crees?

—Estoy seguro.

—Bueno.

Los demás ya se habían alejado y comenzaban a conversar con el resto de invitados.

—¿Y tú? —Fue inevitable querer saber.

—¿Eh?

—¿Tú estás interesada?

—No lo sé. Es lindo, pero dije que no quería todo el drama de los chicos. Así que espero que podamos ser solo amigos.

—Bien.

—¡Sky! —Le gritó el susodicho desde donde estaban antes. —Ven aquí.

Sus cejas se unieron solo por unos segundos. Se cruzó de brazos y le dio la espalda al capitán, sonriéndome a mí. Eso hizo que mis mejillas se elevaran.

Dylan debió darse cuenta de que a ella no le gustaba que la llamaran cual perro porque terminó viniendo a donde nosotros.

—Ey, —La tomó por el codo. A Sky no pareció molestarle el contacto así que me obligué a ignorarlo. —las chicas quieren decirte algo, ven con nosotros.

Ella me miro animándome a acompañarla. En ese instante, como si mi mente lo hubiese invocado, Cole salió de la casa, a penas me dio un repaso antes de dirigirse a donde estaban los amigos de Dylan.

—Mejor no. Ve, yo voy con los chicos.

Sky, tan inteligente como era, miró hacia donde estaba Cole y luego a mí.

—¿Seguro?

Odié que se preocupara. Esta noche se suponía que tenía que ser divertida para ella. No quería arruinarle la experiencia.

—Sí, estaré bien.

Aunque un poco reticente terminó yendo con él a la esquina donde se encontraba el grupo selecto de personas.

Si tan solo dejara de huir de Cole las cosas serían más sencillas. En parte esa era una de las tantas razones por las que estaba enojado; en el fondo quería ser un poco como él. Deseaba algo de su valentía, de su descaro para hacer lo que quería cuando quería sin sobre pensarlo demasiado.

Durante un rato intenté prestarle atención a lo que las personas con las que estaba decían, intento fallido porque cada dos por tres me encontraba mirando hacia Sky. Estaba de espaldas a mí así que no pude ver demasiado pero los de su alrededor parecían cautivados con su presencia.

Para la media noche mis hermanos e Ivy no parecían tener ganas de irse pronto y yo ya había dejado de intentar escuchar así que opté por irme a sentar al filo del muelle que la casa tenía. No estaba muy lejos de los demás pero igual servía.

Pasó poco antes de que Sky llegara. No dijo nada, solo apoyó su cabeza sobre mi hombro soltando un gran suspiro. El gesto se sintió familiar, como si lo hubiésemos hecho un millón de veces antes. El detalle es que mi corazón se aceleró.

—Por fin. Se han ido a comprar más cerveza, solo así pude escapar. Dylan puede ser un poco... abrumador. —Su nariz se arrugó. Dudé que fuera consciente del gesto. —¿Recuerdas lo que dije de que esperaba poder ser amigos? Ya no estoy tan segura de eso.

Ahogué una risita e intenté sonar realmente decepcionado.

—Lamento que no haya resultado como esperabas.

Si era honesto el alivio me invadió; tal vez podría tener su amistad por un poco más de tiempo, por muy egoísta que fuera.

Su cabeza se levantó de mi hombro dejando un vacío extraño. La miré; se veía más cansada que al inicio de la noche.

—¿Por qué? Creo que salió bien. —Sonrió. —Ivy y los chicos se están divirtiendo, así que algo bueno resultó.

Me giré a ver a los mencionados. Definitivamente tendrían una gran resaca mañana, pero por hoy parecían felices.

—Sí, tal vez.

—Soy yo quien lamenta no haber sido una buena compañera para ti. Quería que estuvieras conmigo mientras conocía a los demás, pero no quise obligarte a ir a donde estaba Cole.

El calor se extendió por mi pecho. Sky lo sabía, tal vez no los detalles, pero me había prestado atención lo suficiente para darse cuenta de lo que pasaba entre mi hermano y yo. Por eso comprendió mi negativa a ir con ella hace un rato y no insistió.

—¿Qué pasa entre ustedes y esa chica, Jackie?

Su pregunta me tomó por sorpresa. Mis hermanos notaban que las cosas estaban tensas entre ellos dos y yo, pero creían que era otra de mis antiguas peleas con Cole y pensaban que el tema de Jackie era punto y aparte de él. Por sorprendente que fuera ninguno de los chicos había hecho la conexión entre los tres, o si lo hicieron ninguno lo mencionó. Era Sky, la chica que había conocido hace una semana, de entre todos a mi alrededor quien lo había descubierto.

—Soy bastante observadora. —Agregó con una sonrisa de disculpa. Tal vez pensó, por mí afonía, que me había incomodado.

—Sí, lo eres. —Mi tono dejó claro que veía eso como algo bueno en ella.

Nos quedamos en silencio, solo con la música de fondo y la mirada en el lago. Ella había hecho su pregunta, porque estaba en su naturaleza ser así de curiosa y a decir verdad me encantaba que fuera así, sin embargo no fue invasiva; dejó la opción ahí. Podía o no responder, ella no se enfadaría por mi elección.

Durante esta semana Sky se había convertido en mi amiga. Ella era una mariposa social y aunque conocía ya casi a toda la escuela era conmigo con quien elegía estar en las horas libres o con quien se sentaba en clases. Era normal que hubiese notado que Jackie se iba con mis hermanos y conmigo a casa. Ahora, no espere que prestara atención o que le importara lo que pasaba entre nosotros dos. Mis hermanos veían la tensión, pero ellos sabían la historia, Sky en cambio no. ¿Quería que la supiera?

La observé de nuevo. Seguía mirando al frente. Fue la vista más hermosa que tuve. Cuando se giró para conectar sus ojos con los míos la respuesta fue clara: Sí. Quería darle ese pedazo de mi historia.

—Jackie es la hija de la mejor amiga de mi mamá. Perdió a sus padres y a su hermana el año pasado, desde entonces está con nosotros. Ella y yo tuvimos algo, pero acabó tan rápido como empezó. Se fue el verano a Nueva York mientras que yo me fui al campamento. No nos habíamos visto desde entonces y ahora las cosas son un poco incómodas.

—Cole tuvo algo que ver en que acabara así de rápido.

Su declaración fue hecha con tacto. Por un momento pensé que alguien ya le había contado lo de Paige y el pánico me invadió. Quería hablarle de lo que sucedió, pero una gran parte de mí se avergonzaba. Sabía que Sky no me juzgaría, ella me daba esa seguridad, sin embargo el sentimiento de ser inferior estaba ahí y odiaba sentirme así.

¿Cambiaría su manera de verme después de saber la historia? ¿Me vería con lástima a partir de eso? No, no lo haría. Debía asustarme la firmeza con la que creía conocerla, pero no lo hacía.

Una ráfaga de aire frío nos golpeó. La madrugada estaba por comenzar y la temperatura había bajado. Sentí el cuerpo de Sky estremecerse, fue por ello que me apoyé un poco más en ella cuando de nuevo puso su cabeza sobre mi hombro.

—Está bien, Alex. No tienes que darme los detalles.

Lo sabía. La cuestión es que quería hacerlo pero no encontraba la manera.

—Sky, en serio me agradas. Aprecio tu amistad, pero no estoy listo para hablar de ello con nadie. No por ahora.

—No hay problema.

La paz que me invadió fue algo que nunca había experimentado. Creí cada una de sus palabras, no se enfadaría y las cosas entre nosotros no cambiarían. Eso solo me motivó más, en poco tiempo estaba seguro de que ella sería la primera persona a la que le contaría cada pequeño detalle.

El ruido de los recién llegados nos sobresaltó rompiendo la burbuja que sin darme cuenta habíamos creado. Nos giramos en dirección a la entrada. Dylan había vuelto.

El grupo de jugadores reunió a todos los que quedaban alrededor de la fogata así que no tuvimos más remedio que levantarnos e ir.

—Es hora de verdad o reto.

Nunca había estado en sus fiestas, pero si lo que se decía por los pasillos sobre su juego de verdad o reto era cierto no me emocionaba demasiado. Lo confirmé cuando Dylan cambió de lugar con una de las chicas para estar a lado de Sky.

Le sonrió y ella le devolvió la sonrisa. Algo en mi estómago se removió.

El juego comenzó. Comprendí la dinámica rápidamente; verdad o reto, si elegías verdad podías no contestar y pasarle el turno al otro; con un beso. Lo mismo en el caso de reto. Agregaron otra regla estúpida; por cada turno todos debíamos tomar un trago. Treinta minutos después Isaac apenas y podía mantenerse de pie. Los demás reían por cualquier cosa y Sky, aunque de las más sobrias, ya estaba mareada. Yo fingía beber, pero en realidad no lo hacía, tenía que conducir. Pude solo haberme quedado fuera del círculo en lugar de mentir y pretender jugar pero no lo hice. En su lugar preferí quedarme a un lado de Sky.

—Dylan. —El tono achispado de Ruby me puso los nervios de punta. —¿Verdad o reto?

Por su sonrisa y la complicidad en sus miradas supe lo que el moreno respondería.

—Verdad.

—¿Quién, en tu opinión, es la chica más caliente de este círculo?

Sostuve el vaso con fuerza, rezando en silencio que estuviese equivocado.

Dylan le sonrió como estúpido a Sky. Casi quería que contestara, la respuesta era obvia, no lo hacía mejor, pero prefería eso a lo que estaba a punto de suceder.

La tomó por la cintura con delicadeza acercándose lentamente a su rostro. Ella era más baja que él así que tuvo que inclinarse para tomar sus labios. No podía ver el rostro de Sky porque estaba de espaldas a mí pero tampoco fui capaz de despegar la vista de la escena. En ningún momento se mostró reticente así que no intervine. Fue hasta el último segundo que bajé la mirada al suelo aceptando su decisión.

—Creo que ya no quiero jugar. —Escuché la voz suave de Sky.

Entonces miré; el beso de Dylan había caído en su mejilla porque ella giró el rostro en el último segundo. Volví a respirar.

Un >Oh> se escuchó en coro. Dio un par de pasos atrás, pero él no la soltó.

—No es así de fácil. —Reclamo Ruby.

—Son las reglas de juego, bebé. —Dylan intentó sonar apenado.

—No quiero.

—Sky... —Él volvió a insistir.

Eso fue todo. Si antes no interviene ahora era distinto. Ella había dicho que no quería. Puse una mano sobre su pecho empujando levemente cuando intentó volver a acercarse.

—No quiere, Dylan.

¿Era tan difícil de entenderlo? Si ella no hubiese hablado, ¿En serio la iba a besar sabiendo que estaba ebria? ¿Yo iba a dejar que pasara? No tenía derecho sobre Sky pero ella tampoco estaba inconsciente así que supuse que podía tomar esa decisión. Y ahora que lo había dejado claro iba a apoyarla.

—Alex.

La llamada de atención en la voz de Cole me enfadó. Podía irse al infierno acerca de esto. No iba a dejar que su mejor amigo besara a Sky sin su consentimiento.

—¿Eres su niñera, Alex? —Se burló el moreno.

Desee en verdad darle un puñetazo en el rostro, pero eso solo generaría más drama. De nuevo, no iba a arruinar esto para Sky.

—Te ha dicho que no quiere.

La miró a ella y después a mí. Aunque le costó, se tragó su orgullo y levantó las manos en señal de paz.

—Bien. No me importa pagar el castigo por ti. —Le dijo a Sky.

Ahora debía tirarse al lago a plenas dos de la mañana. Era probable que le diese hipotermia o algo parecido pero también tenía la opción de contestar. Tan solo quería parecer el héroe.

Pude ver en el rostro de Sky la culpa cuando Dylan se tiró al agua. Y lo odié con todas mis fuerzas por hacerla sentir mal.

Cuando salió, temblando cual perro, nos pasó de largo. Todos entramos a la casa detrás de él, el frío había empeorado. Continuaron con el juego en la sala de estar, aunque ahora con menos integrantes, la mayoría se habían desmayado en el sofá y Dylan había desaparecido en uno de los cuartos.

Sky se abrazaba a sí misma a pesar de que dentro la calefacción estaba encendida. Quise borrar la preocupación en su rostro, Dylan no lo merecía.

Acomodé su cabello que volaba en todas las direcciones. Mi toque la hizo salir de sus pensamientos.

—¿Quieres irte a casa?

—¿Y los chicos?

Ella pensaba en si se enfadarían. Por supuesto que no lo harían, pero incluso si sí no me importaba. Si ella quería irse nos iríamos.

—Creo que han terminado por hoy. —Señalé a Lee quien yacía tumbado en el sillón.

Se le escapó una pequeña risita. —De acuerdo.

En poco tiempo reunimos a todos y subimos al auto. Dylan nunca apareció, por suerte.

Sky se quedaría esta noche a dormir con Ivy así que pasé a dejarlas a ellas primero. Mañana les devolvería el auto.

Bajé ayudando a su amiga a caminar hasta la puerta. Sus padres no estaban así que había aprovechado para ponerse una buena. Mañana seguro lo lamentaría.

Una vez que Ivy entró aproveché a capturar a Sky sólo por un momento.

—No te sientas mal, no has hecho nada malo.

Me sonrió, aunque se veía cansada.

—Lo sé, gracias.

—Descansa.

Me incliné a depositar un beso sobre su frente por inercia. Yo no era cariñoso de esa forma con mis amistades, pero a ella no le molestaba. Le encantaban los abrazos y siempre se despedía con besos en la mejilla. Creo que ese era su lenguaje del amor; contacto físico. Aunque a mí se me dificultaba valió la pena por poner una sonrisa en su cara.

Ya estaba subiendo al auto cuando me llamó. Me giré viendo como se acercaba solo para decirme:

—Tus ojos son verdes. Antes había pensado que eran cafés. Hace unos días me di cuenta que no.

Me reí, porque ¿Qué sentido tenía que me lo dijera ahora? Probablemente la brisa la había mareado más.

—Ya entra a dormir, Sky.

Me sonrió y nada nunca brilló como sus ojos.

—Duele demasiado solo por ahora. —Dijo. No supe al instante a qué se refería, pero luego comprendí. Hablaba de Jackie. —Algún día alguien te amará tan fuerte como tú amas, Alex. Solo tienes que esperar.

Sin más se dio la vuelta desapareciendo dentro de la casa.

Tenía miedo de enamorarme de nuevo, aún más así de rápido, porque no podía durar mucho. Pero sobre todas las cosas; tenía miedo de enamorarme de Sky porque sabía que para superarla necesitaría toda mi vida.

Supe entonces que estaba en problemas, porque esta noche ¿cuántas veces pensé en que Sky era hermosa? Y ¿por qué ahora tenía unas ganas tremendas de ir y plantarle un beso en los labios?

.
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🦋

Estoy amando a estos dos.

¿Les gustó? ¿Qué les pareció? ¿Hay algo que les gustaría ver que pasara?

¿Quién no quiere a Dylan? 🙋🏻‍♀️

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