𝗤𝗨𝗔𝖳𝖱𝖤

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Lily siempre había sido consciente de que ser omega podría tener sus desventajas, como también muchas ventajas, pero lamentablemente había tenido que aprender a soportar su propia vida a base de alfas intentando marcarla y en muchas ocasiones incluso persiguiéndola hasta su casa con tal de poder hacerlo, en Australia tenía a su padre quién siempre lograba sacarla de esas situaciones, pero cuando un alfa había intentado comprarla —a lo cual sus padres se negaron— éste alfa había amenazado a la familia con incluso tomar a la omega a la fuerza si era necesario con tal de poder tenerla. Esa había sido una de las razones por la cual su familia se había mudado de regreso a Corea, donde luego de un tiempo las cosas que parecían habían mejorado para la omega volvieron a lo mismo, pero nadie intentaba tocarla, marcarla o incluso abiertamente dicho que quería tenerla, simplemente la seguían, y aunque eso era igual de malo —o incluso peor ya que podrían seguirla hasta donde vivía— ella no creía que fuese igual de malo.

Durante mucho tiempo había intentado verle el lado positivo a todo lo que no le sucedía e ignorar lo malo que sí le pasaba, pero con el tiempo las cosas fueron tornándose mucho más peligrosas y eso hacía que ella volviera a sentir el mismo pánico del cual había escapado años atrás. Y aunque podría volver con sus padres sentía que eso sólo era una carga para ellos, después de todo ellos también merecían tener una vida tranquila como —teóricamente— ella tenía, después de todo siempre mentía diciendo que no pasaba nada y que todo iba de maravilla.

La noche en la que terminó en el local ocultándose. su jefe le había pedido adelantar un trabajo, y como ella no podía decir que no, lo aceptó sin pensar que quizás alguno de los alfas de la oficina podrían seguirla. Y a pesar de que esos dos alfas ya lo habían hecho en repetidas ocasiones, esta vez pareció volverse mucho más agresivo, es decir, ella solía ignorarlos y caminar rápido por lo cual ellos simplemente se alejaban, pero esa noche ellos no habían dejado de seguirla y si ella apresuraba el paso ellos lo hacían el doble. No veía ningún lugar seguro para adentrarse ya que a pesar de que habían lugares abiertos éstos no tenían personas como tal dentro trabajando, lo que significaba que nadie podría ayudarla. Ante la lluvia que caía y que hacía que no pudiese ver con claridad, simplemente visualizó a lo lejos un cartel que decía "open" con letras amarillas, haciendo que sin pensarlo se adentrará allí, siendo recibida por una alfa que parecía siquiera mirarla.

— Por favor, no me saques de aquí, hay un par de alfas que me están siguiendo desde que salí de mi trabajo y este era el único lugar que sabía iba a estar abierto y me dejarían entrar —Soltó con rapidez, mintiendo en el proceso— Prometo secar todo esto —Volvió a hablar mientras señalaba el suelo mojado a su alrededor.

Lily tragó saliva, los ojos negros de la chica hacían que se sintiera nerviosa, y que ésta no dijera nada hacía que se sintiera mucho peor. No quería que la sacaran de allí, pero no quería causar problemas. La omega se sintió pequeña cuando la alfa se acercó a la puerta para detenerla con una de sus manos, haciendo que cerrara sus ojos ante el impacto, al mismo tiempo que en cuanto abrió sus ojos vió a la alfa mirar hacia el exterior.

— Estamos cerrando. —Soltó la alfa, haciendo que Lily volviera a tragar saliva.

— Nuestra amiga entró aquí, vamos a sacarla para irnos, no nos va a tomar mucho tiempo —Habló el alfa, haciendo que la omega negara levemente desde su lugar.

— ¿Cómo se llama su amiga? Estamos cerrando y no van a entrar, díganme su nombre y le digo que la buscan. —Continuó empujando la puerta, Lily simplemente miraba a la alfa quién usaba un tono neutro pero que asustaba lo suficiente.

— Tiene el cabello rosa, es imposible no-

— Díganme su nombre. —Habló la alfa con un tono fuerte, empujando la puerta ahora con su pie y mano. Lily no podía alejar su vista de la alfa.

— Olvídalo. —Soltó el alfa.

La alfa de ojos negros cerró la puerta con seguro, una de las omegas que trabajaba allí se acercó a Lily y la guio a una de las mesas, sonriéndole en el proceso, haciendo que la peli-rosa se sintiera un poco más tranquila.

— ¿Estás bien? —Habló la chica, haciendo que Lily.— Buscaré algo para que puedas secarte y te daré algo caliente —Sonrió levemente.

— No es necesario, yo... —Habló mientras veía a la chica alejarse— Iba a irme —Finalizó en un murmuro, apretando sus labios.

— No te dejaría irte sabiendo que esos tipos pueden estar afuera —Habló la alfa acercándose a ella, haciendo que en cierto modo un calor inexplicable se sintiera en su pecho.

— Muchas gracias por hacer eso por mí, lamento haber mojado el suelo, prometo que voy a secarlo —Miró a su alrededor, viendo como la alfa simplemente la miraba negando con su cabeza.

— No te preocupes por eso, ¿tú estás bien? —Se acercó a la mesa, sentándose frente a ella-

— Sí, estoy bien, sólo mojada y no es nada —Acomodó levemente su cabello mientras evitaba mirar a la alfa.

— Encontré una manta en la oficina, supongo que puede ayudarte —Habló la chica que la ayudó, entregándole la manta— Están preparando una infusión para tí —Sonrió.

—Realmente no es necesario.

— Cortesía de la casa —Sonrió la alfa, haciendo que Lily también le sonriera.

Esa misma noche la alfa se había negado a que se fuera sola, por lo que la guio hasta su auto seguida por la omega de nombre SullYoon. Ella había estado hablando bastante con esa omega, incluso había logrado saber que ella tenía pareja, algo que hizo que se sintiera feliz por ella —aunque realmente no la conocía—, en el viaje hacia su departamento continuó hablando con SullYoon, la alfa continuaba con un gesto imposible de descifrar para ella, pero simplemente agradeció cuando llegó a la puerta de su edificio, para luego bajar del auto y adentrarse corriendo ya que la lluvia no parecía querer detenerse.

En cuanto entró a su departamento soltó aire y apretó sus ojos, tomó un baño caliente y simplemente se dispuso a ir a su cama para cubrirse lo mejor posible con las sábanas, aún así esa noche no fue muy tranquila, ya que en cuanto cerraba los ojos veía a esa alfa mirándola con esos ojos negros que expresaban tanto y tan poco al mismo tiempo.

Los días pasaron más que monótonos, es decir, salir de su departamento, tomar el bus, llegar a su trabajo, terminar su trabajo a horario y salir para tomar el bus de regreso, durante una semana completa ninguno de los alfas había aparecido en la oficina, lo que había hecho que se sintiera tranquila, pero en cuanto su jefe nuevamente le pidió que se quedara a terminar algo importante nuevamente estaba allí corriendo lejos de esos alfas que al parecer habían estado esperando que saliera tarde para volver a seguirla. Nuevamente se repitió lo de la semana anterior, se adentró al local, la alfa de ojos negros se acercó a ella al igual que SullYoon y luego la alfa la llevó hasta su edificio, aunque esta vez la alfa de nombre HaeWon se bajó con ella.

— No quiero sonar inoportuna o sonar que me aprovecho de esta situación, pero realmente necesito que aceptes que vaya por tí a tu trabajo —Habló la alfa, provocando que el corazón de la omega latiera con fuerza.

— No es necesario, haz hecho mucho por mi en estas dos ocasiones y siquiera deberías haberlo hecho. —Respondió la omega mientras intentaba que la alfa no notara su nerviosismo.

— Quizás para tí no debería, pero quería hacerlo y quiero hacerlo —Frunció el ceño la alfa, haciendo que Lily sintiera nuevamente esa sensación caliente invadiendo su pecho— No... no creo poder soportar que algo así vuelva a sucederte, realmente me gustaría que aceptes mi propuesta.

Y aunque no aceptó la propuesta de la alfa formalmente, había tomando el papel que ésta le había ofrecido, haciendo que en cuanto estuviera finalmente en su departamento sonriera con mucha ternura ante las palabras de la más alta, al igual que cerró sus ojos simplemente recordando lo bonito que ésta la miraba a ella. Quizás eso último sólo había estado en su cabeza, pero nunca nadie la había mirado con un gesto tan tierno que incluso se reflejara en sus ojos.

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