Capítulo diecinueve

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“El amor puede doler a veces” - Photographic, Ed Sheeran.

«Suspiró con frustración, dando vueltas en la silla giratoria. Tenía en frente los papeles con los requisitos para su ascenso, donde solo faltaba una cosa para finalmente ser su propia jefa. Había trabajado durante muchos años, mostrando todo el esfuerzo y dedicación, pero más allá de la burocracia, existía un requisito interno para llegar a ese cargo al que muchos aspiraban.

—Jisoo unnie, solo tienes que pedírselo y cumplirás tu sueño.

La alfa miró a su secretaria y amiga acercarse a ella. La mujer peli-roja tomó a la mayor por las mejillas, acercando su propio rostro al de Jisoo.

—¿Cómo puedes estar tan tranquila sabiendo que puedo llegar a hacer eso con él?—murmuró, colocando sus manos con delicadeza en la cintura de su secretaria.

La peli-roja le sonrió.

—Quizás estoy muy ocupada siendo tuya.»

Jisoo suspiró, dejando de mirar el cuadro colgado en la pared con la foto de ella y su mejor amiga el día de su boda. Caminó hasta la puerta ventana y la abrió para salir su pequeño balcón privado. Sacó una cajetilla de cigarrillos intacta y un encendedor. No solía fumar aunque siempre llevaba un atado en el bolsillo, cuando su hijo nació había tenido que dejarlo por obligación y con el paso del tiempo lo fue olvidando, pero la situación lo ameritaba.

El humo entrando a sus pulmones arrastraba consigo los problemas en los que se sentía ahogada, a pesar de que la sensación de bienestar no le duraba demasiado y era consciente de ello.

—Jisoo noona, ¿qué haces fumando?—su tono de voz sonaba a reproche, por lo que la mujer soltó una risita—. No olvides que hoy tienes...

—Reunión con un empresario japonés—rodó los ojos—. No eres mi secretario, Seok, eres nuestro fotógrafo.

—Lo sé, pero me pagan para tomar fotos donde tú aparezcas—se defendió, acercándose a la baranda para observar la impresionante vista. Se encontraban en el edificio más alto, por lo que se podían ver todas las terrazas de los demás edificios—. ¿Cómo se encuentra YoonGi-ssi? No volví a ver a ese niño desde la fiesta.

La expresión en el rostro de la mujer cambió totalmente a uno más serio, mientras daba la última calada al cigarro y lo apagaba restregandolo contra la pared. Ni siquiera había visto al omega esa mañana, quería suponer que estaba bien, encerrado en la habitación de siempre.

—Muy bien—hizo el intento de mostrar una sonrisa, sin embargo, se notaba como la estaba forzando—, se ha puesto más flojo ahora con el embarazo aunque solo tiene un par de meses.

Cuando la mujer cayó en cuenta de lo que acababa de decir, miró al fotógrafo con los ojos igual de abiertos que el mismo muchacho. Había olvidado que el lo sabía, él y unos cuantos más. ¿Pero que excusa iba a poner en cuanto la barriga de su omega comenzara a crecer todavía más?


Extrañamente, esa mañana el omega había despertado de buen humor. Tomó un baño relajante de agua caliente y se vistió con ropa cómoda para luego colorarse algo de maquillaje, solo un poco de sombra y un delineado sutíl, pero se veía lindo.

Salió de la habitación luego de ordenar todo, pues tras un acuerdo con la señora Chihiro, ella no entraba allí. De hecho, nadie más que él lo hacía puesto que cerraba con llave, era su refugio y no quería otro olor ahí dentro. Después de todo, nadie que pudiera opinar sobre el tema se opuso.

Se encontró con la mujer en el pasillo, se sonrieron en forma de saludo silencioso, y el omega procedió a bajar a la primera planta. Estando ya en el living encendió la televisión para colocar un canal donde solo reproducían videos musicales, y la canción que comenzó a sonar era simplemente pegadiza. Tanto, que en cuestión de segundos ya se la había aprendido; no era bueno con el inglés pero algo entendía, y lo que no, se lo inventaba.

Tampoco era bueno cantando, sin embargo, no desafinaba demasiado. Por alguna razón el ritmo de la canción le invitaba a bailar, y aún si no sabía cuál era la coreografía, el omega movió su cuerpo inventando pasos de baile. Posiblemente aparecería un espíritu invocado por la combinación de canto-baile raros que estaba haciendo, pero él se sentía feliz.

Se movió arrastrando los pies al estilo Michael Jackson –solo que hacía delante–, y entró al comedor. Llevándose un susto al ver al encargado de cocinar dejando una bandeja con varias cosas humeantes. YoonGi se quedó estático, procesando la información de que había sido visto actuando como un tonto por aquél hombre.

—Señor YoonGi, buenos días—saludó educadamente con una reverencia.

—Bue-buenos días—contestó, con la vergüenza reflejada en su rostro.

—Hoy se ve animado y feliz, señor—comentó. Desde que había empezado a trabajar en esa casa, era la primera vez que notaba al chico tan alegre.

—Si... E-eso creo. ¿Que es eso?—señaló las cosas sobre la mesa. Sabía que el contenido de la taza seguro se trataba de café, pero no lograba ver el resto.

El hombre acostumbraba a esperarle con el desayuno caliente, y los días en que no quería despegarse de la cama le llevaba todas las comidas hasta la habitación. YoonGi sinceramente estaba muy agradecido con él.

—Le preparé galletas, están recién salidas del horno. Espero le guste.

YoonGi le había pedido infinitas veces que le hablara sin tantos honores y respeto, le hacía sentir como un anciano, pero el hombre se negaba diciendo que él era su patrón y le debía respeto. Por lo cual, el omega se resignó a dejar que le tratara como si él verdaderamente fuese alguien importante.

—Oh, claro—asintió, acercándose finalmente a la mesa para tomar asiento. Notó que no era café lo que había en la taza, sino, leche caliente con canela. Le recordó a su infancia, cuando su amada tía le preparaba aquello también  Aunque ciertamente el omega no sabía que las galletas eran también sus favoritas hasta que se llevó una a la boca. Sus ojos se cristalizaron, y miró al hombre que estaba a punto de volver a la cocina—, Yujiung, e-espera.

El hombre volteó, mirándole con curiosidad.

—Dígame.

—Muchas gracias, hyung.

Yujiung sonrió genuinamente para el omega, con una sensación en el pecho de bienestar. YoonGi era como un niño pequeño, y a él le gustaba mirarlo con comida deliciosa solo para verlo tan feliz como esa mañana.


—¡Wendy noona, tienes que venir!—llamó desde el baño, gritando.

YoonGi había ido a visitar a sus amigas luego del almuerzo, aunque Sunhee se encontraba fuera por algunas compras, Wendy y el omega se distraíam escuchando música y jugando a hacer karaoke. Min se había tomado en serio lo del buen humor, necesitaba gastar energías, pero había tenido que ir al baño a vaciar la vejiga tras beber agua como una esponja. Y estando allí, había descubierto algo.

La alfa corrió asustada por los llamados de su amigo, con el miedo que le hubiera sucedido algo malo. Sin embargo, lo encontró mirándose el abdomen, o al menos eso creyó la mujer.

—¿Qué sucede? Me asusté mucho, tonto.

—E-esto es raro, y muy vergonzoso, pe-pero... Hace días me duele la zona de los pectorales, más precisamente...

—¿Los pezones?—preguntó la mujer, con cierta duda, a lo que el chico que le daba la espalda asintió. Ella había vivido el embarazo de uno de sus amigos muy de cerca, por lo que entendía algo del tema—. Yoon, eso es normal. Y te aseguro que van a doler más cuando comienzen a aumentar de tamaño con el pasar de las semanas.

El omega se acomodó la ropa y se volteó para acercarse a su amiga, la expresión en su rostro continuaba siendo de preocupación. ¿Por qué en la escuela no le habían explicado por todo lo que su cuerpo atravesarla el día que quedará en cinta?

—Eso q-quiere decir que... ¿Por un tiempo voy a tener pechos, a-así como ustedes?

La mujer se rió, apretando el cuerpo del menor en un abrazo. Se notaba relamente asustado por la nueva información, a Wendy le causaba ternura.

Salieron del baño y juntos bajaron por las escaleras nuevamente a la planta baja, justo cuando la otra mujer cerraba la puerta tras de sí y dejaba las bolsas con las compras junto al sofá.

—¡Hey, bonita!—la alfa se separó del cuerpo de su amigo y corrió a abrazar a su novia, dejando varios besos por todo su rostro. Irene intentó corresponderle y sonreír al mismo tiempo, pero no podía, estaba ida—. Amor, ¿sucedió algo? ¿Te encuentras bien?

—Noona—con timidez, el peli-negro también se acercó a la mujer. Verdaderamente se notaba mal, su piel estava más pálida que de costumbre—, ¿pasó algo malo?

—Ustedes...—vaciló por un segundo, y alternó miradas con los otros dos—, ¿ustedes creen en los fantasmas?

La alfa frunció el ceño, ¿qué le pasaba a su novia, santo cielo?

—No lo sé, pero, ¿y eso qué?

—Hoy ví uno, chicos.




Era, simplemente, imposible. Lo que Irene les había contado en la tarde tras decir que había visto a un fantasma, no podía ser cierto. YoonGi se había cerrado en la idea de que, tal vez, ella había visto a alguien similar a la chica.

Por el momento se encontraba lo suficientemente ocupado con el celular como para continuar dando vueltas en ese asunto que le parecía absurdo.


YoonGi se puso cómodo en la cama, con la espalda apoyada en el espaldar y las piernas estiradas, y un minuto después recibió la llamada del alfa, la cual atendió de inmediato.

—Hola, Jiminie.

—¿Ya cenaste?

—Si, Yujiung me preparó una sopa de verduras. ¿Y tú?

—Me preparé un sándwich, no tenía tanta hambre.

—Tienes que alimentarte bien, Jimin—suspiró con reproche.

—Cállate, tonto—se rió—. ¿Hiciste algo productivo durante el día o solo estuviste encerrado en mi habitación?

Estuve con Wendy y Joohyun, y para tu información, yo no me paso todo el día metido ahí.

—Sí, claro, y yo estoy pasándola súper bien aquí.

Tras aquél chiste irónico que de gracioso no tenía nada, ambos se quedaron en silencio por unos minutos.

» —¿Yoon?

—Jisoo se ha estado comportando muy extraña, ¿sabes?—comentó para cambiar de tema, girando la cabeza hacia la izquierda—, por eso dormimos en cuartos separados y casi no hablamos. No comprendo... ¿qué hice mal?

—¿Quieres que lo diga?

El omega rodó los ojos, claro que no quería oír que todo comenzó a irse al demonio desde que ambos habían traspasado el límite de padrastro-hijastro.

No, gracias. ¿Cómo va todo por Alemania? No me has enviado ni una sola foto.

—Todo normal. No conozco a nadie y tampoco salgo nucho, ya sabes, pero es... lindo.

—Me inagino—soltó una risita, y soltó un bostezo—, oye, ¿qué hora es?

—Las... Doce y cincuenta.

—¿Del mediodía?—cuestionó curioso, puesto que en Corea eran justamente las doce y cincuenta, se suponía que tenían varias horas de diferencia aunque no sabía exactamente cuántas.

—Claro que no, tontito, es de noche.

El silencio los envolvió, el lobo omega se removió inquieto en el interior del peli-negro tras aquellas palabras. YoonGi tenía la sensación de que Jimin no estaba diciendo toda la verdad, y por alguna razón, recordó las palabras de su amiga Irene y la presunta "fantasma" con la que se había topado.

» —¿Yoon? ¿Sigues ahí?

Sip, no me fui a ninguna parte—suspiró, cerrando los ojos. Lo que estaba a punto de preguntar, podía derivar a que las cosas salieran muy mal, o demasiado mal—. ¿C-Crees que algún día vendrás de visita tú también?

—Omega, me fuí hace dos semanas.

—Pero tu... amiga, estaba hoy en el supermercado—tragó saliva, nervioso—, ¿cómo es que ella puede venir con facilidad y tú no?

¿Qué cosa estás diciendo?

YoonGi podía imaginar al alfa frunciendo el ceño, temblando ligeramente. Lo conocía verdaderamente tanto, aún si había pasado poco tiempo. Y por más que lo negara, el omega sabía que su reciente sospecha era cierta. Pero... él los había visto marcharse para subir al avión, ¿eso había sido toda una farsa también?

Solo responde a mi pregunta, Jimin—suspiró, encogiendo las piernas contra su pecho—, ¿estás fuera del país, sí o no?

Te has vuelto loco.

Aquella frase le recordó a Jisoo. De tal palo, tal astilla. Nada más obvio que eso.

¡Puedo soportar que tu madre me diga eso, pero tú no!—bramó con molestia, pues la diferencia era que con él podia enfadarse y recriminarle, pero con la alfa no—. ¿Por qué no puedes responder una cosa tan simple? ¿No puedes explicarme la razón de que estés mintiendome?

Jimin se mantuvo en silencio por varios minutos. Podía negar todo, tachar al peli-negro como un demente, y hacerse el ofendido ante tal acusación —ya que, prácticamente el omega le estaba llamando mentiroso—, sin embargo, hacer aquello solo llevaría a distanciarse del mayor. Y sinceramente, era lo menos que quería.

El problema no es que no pueda, sino  que... no sé cómo hacerlo sin sentirme aún peor.




Pasaron muchas cosas en este capítulo, pero no diré nada al respecto 😈

Nos leemos el sábado. Lxs amo, muchas gracias por los votos y comentarios, me hacen muy feliz 🥺💗

©ʏᴏᴏɴɴɪᴇxᴊɪᴍɪɴɪᴇ5

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