O18. emergency

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O18 | EMERGENCIA

    —Enlazarse con un vampiro es algo sumamente ridículo —June fijo sus ojos claros en el anciano frente a ella—. ¿Cómo permitiste que uno de tus mejores guerreros hiciera tal cosa? ¿Dónde estaba Kang Seung como para no impedir tal estupidez?

—Dejarás que esa sanguijuela haga de las suyas —suspiro—. Nuestros antepasados perecieron al confiar en ellos, casi nos extinguimos por dejar que se acercarán..

—¡Basta! —vocifero enfurecida—. Creí que está reunión trataría de temas más importantes, pero viniendo de un par de vejestorios, supongo que pedí demasiado.

—¿Cómo puedes decir eso? June tu-

—Gran Aibek —corrigió—. Soy la gran Aibek ahora, y como maxima autoridad en esta tribu, les ordeno que dejen de quedarse atascados en el pasado.

—Gran Aibek...

—Si nuestra madre Luna permitió aquella masacre hace más de mil años, quienes son ustedes para contradecir la historia de nuestra gente —la mujer desvío sus ojos hacia Liam, quién se encontraba retenido por los hombros para no abalanzarse sobre los ancianos—. Si Aqmar Liam no fuera bien recibido por nuestra madre Luna, hace mucho que Kang Liam estuviera muerto.

—¡Pero es algo inaudito!

—¡Es una desgracia!

—¡Silencio! —gruñó—. Están denigrando a un Aqmar, eso merece un castigo severo. ¡Saquenlos fuera de mi vista por un mes!

Los ancianos se quejaron al ser tomados y arrojados fuera del lugar, Liam y su hermana intercambiaron miradas llenas de complicidad y se alejaron en silencio.

No pasarían por alto sus palabras y ambos hermanos harían un par de travesuras en sus contras por pensar que podían insultar a Edward sin tener más que un regaño por parte de June.

Solo los ancianos serían capaces de tener tales pensamientos sobre la unión de un hijo de la luna y un vampiro. Pues tal como había dicho la alfa, si aquella unión no estuviera permitida, Liam hubiera muerto por ir encontra de los deseos de la madre Luna.

—Por la madre Luna, no esperaba tener tal drama a un dia de mi regreso  —bostezo Sasha, acercándose a la alfa una vez los testigos se esfumaron dejando a las mellizas a solas con la mayor—. Drama aquí, Drama allá. Ni en nuestras pequeñas vacaciones tuvimos tranquilidad.

—No fueron vacaciones —alegó Konan, dejando que June envolviera sus brazos alrededor de su cuerpo—. Estoy de vuelta, Deacon.

Bienvenida, Zira —susurro contra sus labios antes de unirlos.

—Que asco —musitó Sasha.

June bufo, alejándose un poco de su pareja para mirar a la contraria.

—Bien, ¿alguna cosa que deba de saber sobre su viaje a Forks?

Ambas mellizas se miraron, sabiendo perfectamente lo que tenían que decir y dejar la última decisión a la alfa.

—Cosas, no muy buenas, están a punto de suceder en Forks, Aqmar Liam puede estar en peligro.





     —Esa loca.

—Ya está arreglado, June intervino la última vez que quiso acercarse y parece que le dió un buen escarmiento.

—¿Qué es lo que te ve? —refunfuño—. ¿Le diste alguna cosa para que se haya vuelto tan dependiente de ti?

—Nada de nada, solo fuimos amigos un tiempo, cuando veníamos aquí.

Misuk frunció el ceño, insegura. Pero que más daba, Jade parecía estar tan enamorada de él que todo podía ser posible.

Solo agradecían que no fuera un lobo o sería capaz de dejar su huella en Liam, haciendo el problema más grande de lo que era.

—¿Y que fue lo de esta mañana? ¿De qué cueva salieron esos viejos decrépitos?

—No lo sé, hoy es día de reunión con la gran Aibek. Tal vez quisieron aprovechar el momento para decir sus equivocadas opiniones —rodo los ojos al recordar, su padre había insistido en mantenerse tranquilo en su sitio, confiando plenamente en su alfa—. Cómo si un par de ancianos pudieran ser capaces de separarme de Edward.

—Dudo que después de hoy sigan pensando en hacerlo —sonrió con malicia.

La mañana había sido tan ajetreada y algo productiva gracias a sus travesuras contra el par de ancianos.

—¡Liam! ¡Misuk!

—¡Maia! —saludó alegre la pelinegra, tomando a la infante entre sus brazos para restregar su mejilla contra la de la menor—. Qué linda, aún no me puedo creer que Archie sea tu papá.

—Mi papá es guapo.

—Si, seguro que lo es —se burló Misuk ante la inocencia de la pequeña.

—Misuk.

—¿Qué? mentira no es.

—¿Dónde está la chica bonita? —Maia se separó de las caricias y trato de mirar detrás de los hermanos—. ¿No están aquí?

—No, aún no.

—¿Volverá?

—No lo sé —le sonrió, dejándola en el suelo—. Tienen asuntos personales que resolver antes de venir aquí otra vez.

—Ya veo —asintió, mirando al mayor de los hermanos Kang—. ¿Lo extrañas?, pienso que Aqmar Liam también te extraña, y mucho.

Liam sonrió, agachándose hasta su altura y colocando una de sus manos sobre la cabeza de la infante.

—Si, también lo extraño mucho.

—¡Liam! —Sasha se acercó a ellos, trotando y jadeando—. Te estuve buscando por todos lados.

—¿Qué pasa? —el susodicho se incorporó, clavando sus orbes verdes en la figura de la fémina.

—Una emergencia.





    —Su efluvio tiene que guiarlos hasta el sitio donde se desarrollará la pelea —Bella entendió, no muy segura de que funcionara. Pues lo mismo habían intentado con James, fracasando en el proceso—. El problema es que su olor se desvanezca hasta ahí.

Luego de lo que serían un exhaustivo entrenamiento para un humano normal, los Cullen y la manada habían llegado a un acuerdo, planeando todo movimiento para asegurar la victoria.

Las cosas se habían vuelto un poco tensas alrededor de Bella después de la visión de Alice durante la fiesta de graduación.

Un ejército de neofitos se acercaba a ellos con intenciones de acabar con su vida, algo que ni su novio ni los Cullen permitiría.

Se lo debían.

—¿A dónde vas? —cuestionó confundida la única humana, mirando al lobo esconderse entre unos arbustos—. ¿Ian?

—Solo ira a cambiarse —respondió Edward en su lugar.

—¿Crees que mi olor a perro logre camuflar el de Bella? —pregunto vistiendo tan solo unos pantalones recortados, ocasionando una risa ahogada en el vampiro.

—Tal vez funcione.

—Eso significa; 1% probabilidad, 99% fe —Emmett no repuso ante la sonora carcajada que soltó.

La situación parecía aliviarse tan solo un poco, lo suficiente para darle un respiro. Entrenar y pensar en diferentes estrategias en dónde la manada Quileute pudiera ser un gran apoyo era algo agotador mentalmente.

Pero en dos días todo martirio desaparecería.

En dos días podría fin a su historia con Julieta.

—Alguien se acerca.

—¿Un intruso?

Alice salto en su lugar emocionada al percibir un aroma particular. Sus hermanos se mantenían alertas pero ella sabía que tal presencia no era peligrosa.

—Liam.

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