xi. memories, hot, but memories anyway

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

STARGIRL ; c0sm1city
xi. memories, hot, but memories
anyway  🏁 ─


📍GRAN PREMIO DE FRANCIA
recuerdos
pasado domingo 24 de julio

Estaba molesta, muy molesta. Otra carrera de mierda a mi mala racha, esta vez ni siquiera estuve entre los primeros cinco.

Luego de ser obligada por Toto a enfrentar a la prensa y responder sus malditas preguntas que no hacian mas que molestarme o recordarme la perdedora que era, decidi que era suficiente y me largue de alli.

Escape apenas pude, me subi al carro y acelerece, sabiendo que me eso me costaria una multa pero en ese momento era lo ultimo que me preocupaba.

Llegue al hotel y no tuve energia de siquiera dedicarle una sonrisa a la chica que me entrego la llave de mi cuarto.

Camine por los largos pasillos, relajandome al saber que pronto estaria en mi habitación y podria dormir en vez de lidiar con mi triste realidad.

Pero el universo me odiaba.

Siempre lo supe, pero lo confirme de sobremanera cuando levante la mirada y pude verlo caminando hacia mi. 

—Maldita sea —suspire para mi misma cuando vi su ceño de sorpresa al descubrirme—

Pronto su rostro mostro una mueca burlesca al llegar a mi, y en vez de seguir su camino, se coloco a mi lado para caminar ambos en la misma direccion.

—Madelyn Blake —menciono mi nombre en el tono que tanto odiaba que usara y me sonrio— No te vi en la carrera hoy —se burlo respecto a mi mala posición y el hecho de que ni siquiera vi su monoplaza de lo lejos que nos encontrabamos uno del otro en la pista—

—No me jodas Verstappen, hoy no estoy de humor —hable en un intento de que me tuviera compasion mientras masajeaba mis cienes, agotada—

—Fue una simple pregunta schatje —pude notar como se acercaba mas a mi colocando una de sus manos en mi cintura para guiar nuestros pasos a un ritmo igual, enviando un escalofrio al resto de mi cuerpo —

—Estas nerviosa Madelyn —acaricio suavemente la piel expuesta de mi cintura, pues llevaba una sudadera corta—

— No estoy para tus juegos Max

Intente alejarme de el, aunque mi cuerpo pidiera algo totalmente diferente.

Pero por supuesto que el no me dejaria ir
tan facilmente

—Ni lo intentes, schatje —nego con una sonrisa juguetona en su rostro, tomandome del brazo para evitar que huyera— No he terminado contigo, tenemos algo pendiente desde hace tiempo.

Lo empujé lejos de mí, pero contrario a mostrarse sorprendido, eso pareció gustarle.

—¿No lo has entendido? —su tono solo me demostraba lo divertida que le parecia mi molestia— Me gustan los retos, y a como van las cosas, tú eres el reto que más me interesa conquistar.

—Parece que el que no termina de entender eres tú, campeón

Max se quedó estático frente a mí, aturdido por mis palabras.

—¿Cómo me llamaste?

Sus palabras fueron casi un susurro y tal vez eso fue lo que encendio mi curiosidad

—¿Al pequeño Maxie le gusta que lo llamen campeón? —sonrei de forma burlesca— Eso es algo lindo pero no estoy de humor, quítate de mi camino.

Su mano haciendo repentina presion en mi cuello fue suficiente para hacer que me detuviera. No perdio el tiempo pues sus labios devoran los míos como si fuera lo único que deseara en el mundo. Me lleva contra la pared a mis espaldas, con su rodilla instalándose en mi entrepierna, moviéndola en círculos lentamente. Aplica la presión perfecta para arrebatarme un gemido, pero no tanta como me gustaría.

No me preocupo por lo que esta haciendo, sino mas por el lugar en el que lo hace. El hotel esta vacio, pues la mayoria de los pilotos aun estan lidiando con la prensa y el personal no es demasiado para respetar nuestra privacidad, por lo que las mucamas llegan en la mañana y la unica persona presente sin contarnos era la bonita chica de recepcion.

—Dilo de nuevo

—Di por favor y lo consideraré. —lo rete—

Su mirada irradia enojo. No quiere obedecerme, no quiere ceder el control. Para su mala suerte, yo tampoco.

Su mandíbula tensa, su respiración entrecortada y su agarre esta vez en mi cintura, apretándome contra él con fuerza solo son mas formas de hacerme saber lo mucho que me desea en este preciso momento. Sé que odia tener que hacer esto, odia saber que quiere escucharlo nuevamente de mí.

—Dilo de nuevo... por favor.

Lo tengo en la maldita palma de mi mano.

—Bien, es bueno que reconozcas quién tiene el control aquí —me alejé de él, entrando al elevador, esperando que las puertas se cerraran, pero por supuesto que logró meterse antes de que lo hicieran—

—Me cansé de tu maldita actitud —realmente estaba perdiendo la paciencia, y eso era en efecto mi culpa— pero entiendo que ya estés acostumbrada a perder, por eso no te costará trabajo acostumbrarte a lo que quiero hacer contigo.

Le dediqué la peor mirada que le he dado a alguien en mi vida. Como si necesitara que justamente él me recordara mis pésimas carreras últimamente.

—Parece que hoy finalmente voy a poder disfrutar de ti —sus bonitas orbes azules hacen contacto con las mias de forma intensa— ¿vas a permitirmelo, schatje?

Un escalofrío me recorrió por completo. ¿Max Verstappen realmente tiene ese efecto en mí? Por dios.

—Claro Maxie, sigue creyendo eso.

Su mano se deslizo dentro de la tela de mis leggins, colocándose encima de mis bragas

—Estás muy mojada para ser una persona a la que no le intereso en lo absoluto como sigues repitiendo —hizo a un lado la tela de mi ropa interior y fue directamente hacia mi clitoris, atormentándolo, dibujando círculos alrededor de él—

Solté un gemido, aunque no quise hacerlo. No quiero que sepa que estoy disfrutando de sobremanera su toque.

—Tan mojada solo para mí

Continuó masturbándome frente al espejo del elevador, separando mis piernas con su rodilla para tener un mejor acceso Sé que disfruta verme con los labios entreabiertos, jadeando y pegándome más a él en busca de más contacto de su parte.

—Hace poco me preguntaste por qué tengo el espejo enfrente de mi cama —su mano esta vez jalando un poco mi cabello — Hoy voy a ponerlo en práctica contigo.

El ascensor se detiene y casi como si fuese premeditado, se abre justo frente a la habitacion 111, ni nada mas ni nada menos que su maldito cuarto

Max abre la puerta de un manotazo

Sus labios atacan los míos. Ambos peleando desesperados por tener más del otro, por tener el control. Pongo mis manos sobre su pecho y lo empujo a la cama, posicionándome encima de él. Friccionando nuestros cuerpos, rozandonos por encima del pantalón, disfrutando de verlo gemir y jadear en busca de más de mi contacto. Mis labios besando su pecho, asegurándome de dejar marcas en su piel. Porque no importa lo que pase esta noche, o cómo nos sintamos por la mañana, quiero que tenga un recordatorio constante de que es mío.

Puse una mano sobre su cuello, ejerciendo presión como él lo había hecho conmigo hace un rato, pero se zafó de mi agarre, y en su lugar aprisionó mis manos.

—No puedes ganar hoy cariño, al igual que en la carrera, sabes que siempre seras la numero dos.

Estaba furiosa por sus palabras, pero el efecto que causaban en mi era fascinante y sin duda estimulante

—No, Maxie, yo...- lo dije con inocencia, mientras deslizaba mi mano por su pecho, descendiendo hasta su pantalón, colándome debajo de la ropa, poniendo mi mano sobre su erección.-... ya gané.

Y parece que eso fue más que suficiente para oprimir el botón de encendido en su cuerpo. Su mirada se ensombreció y no le tomó mucho esfuerzo tomarme de las muñecas e invertir los papeles, dejándome esta vez debajo de él.

Este chico realmente odia no estar en control, incluso aquí.

—Voy a hacer que te corras tantas veces que vas a quedarte sin voz de tanto gritar mi nombre... abre la boca.

—¿Sí? Lo dudo mucho.

Me tomó con fuerza de las mejillas con su mano, introduciendo dos dedos en mi boca.

—Chúpalos bien, algo me dice que te va a gustar lo que voy a hacer con ellos.

Lo detesto. Detesto que me guste, detesto cómo me hace sentir. Su sonrisa victoriosa se abre paso en su rostro al verme de esta forma. Pero no ha ganado nada. Todavía.

Una vez que lo creyó suficiente, los retiró de mi boca y los acercó a mi intimidad.

Comenzó jugando con su pulgar en mi clitoris. Dibujando círculos y masajeándolo como si no estuviera desesperada por sentirlo de otra forma.

—Mirame — demandó al darse cuenta de que mi mirada divaga con expectativa.

—No puedes decirme que hacer.

—Schatje, lamento ser yo quien te lo diga, pero sí puedo, al menos esta noche me perteneces —la seguridad de sus palabras comenzaba a repercutir cada vez mas en mi mojado centro, pero no había forma de que yo permitiera que el descubriera el efecto que tenia en mi — Deja de comportarte como una mala perdedora y se una buena chica para mi

Y cuando estuve a punto de replicar algo, esa fue su señal para enterrar sus dedos en mí, haciéndome arquear la espalda, quedando aún más expuesta para él. Su estúpida sonrisa arrogante, su sonrisa de campeon se abre paso en su cara.

Y eso conmigo jamás. Yo puedo jugar esto también.

Metí mi mano en su pantalón, retomando lo que había empezado hace un instante. Noté que se tensó bajo mi tacto.

—¿Qué te pasa, Maxie?

Me miró con seriedad y aumentó sus movimientos.

Me toca en los lugares perfectos, es casi como si tuviera un mapa de mi cuerpo. Su pulgar atormentando mi clitoris, sus dedos entrando y saliendo a su antojo. Y hay algo respecto a su estúpida actitud conmigo en este momento que me hace mojar todavía más.

Podría rendirme ante el placer que me está provocando, quedarme acostada en la cama con mis manos hechas un puño contra las sábanas, pero eso significaría rendirme ante él. Y yo jamás voy a rendirme frente a Max Verstappen.

Comencé a mover mi mano de arriba a abajo sobre su polla, sintiendo su longitud. Está ansioso, sé que deseaba esto tanto como yo, pero sé que eso significa también que no va a estar dispuesto a perder el control de la situación.

Y no voy a dejar que me gane aquí también.

Pronto ambos estábamos desnudos sobre su cama, sus dedos perdiéndose en mi interior, mi mano cubriendo la punta sensible de su polla, subiendo y bajando. Nuestros gemidos eran callados por los besos del otro, completamente entregados a lo que estamos haciendo.

—¿Vas a correrte para mí, Maxie? — jugué con su punta—

—Yo voy a hacer que te corras primero. Pero necesito que seas una buena zorra para mí y grites mi maldito nombre.

—Eso no va a pasar

Pero se detuvo. Maldita sea se detuvo, haciéndome sentir vacía y al borde de un colapso.

—¿Qué demonios crees que estás haciendo?

—Pídemelo...

Maldita sea. Se acabó, sabe que me tiene justo donde me quiere y sé que estoy tan excitada que haría lo que fuera porque me haga terminar.

—¡Max! —replique molesta, y sin notarlo habia hecho lo que el queria—

—Bien, ya gritaste mi nombre —menciono satisfecho— Ahora, pídemelo y te lo daré, pero ruega. Pídeme que te deje venirte sobre mis dedos, pídeme permiso para montarlos.

—Estás loco si crees que...

-Mads, mads, mads, te tengo goteando sobre mis dedos. ¿Realmente quieres que me detenga ahora?

Supongo que tengo que tragarme el orgullo y darle lo que quiere... porque también es lo que quiero.

—Maxie... ¿podrías hacerme venir... por favor?

—Eso fue un buen toque. Lo haré solo porque estás siendo educada —fingió una sonrisa antes de continuar con su labor—

Aumentó sus movimientos sobre mi clitoris, enterrando sus dedos en mí, metiéndolos y sacándolos a su antojo, sonriendo como si estuviera ganando un campeonato al ver mi reacción.

Finalmente, me corrí sobre su mano, dejándome completamente deshecha. El orgasmo arrasó conmigo por completo. ¿Cómo puede ser tan bueno en esto? No me lo explico.

—Buena chica... ya vi que no te cuesta mucho obedecerme.—sentí que podía venirme otra vez cuando lo vi chupar sus dedos... mismos que tenía en mi interior hace solo un momento—

Dios mío.

Lo siguiente que hizo fue posicionarse detrás de mí. Una de sus manos en mi rostro, aprisionándolo y haciéndome mirar al espejo mientras la otra atormenta mi centro.

Sus dedos entrando y saliendo de entre mis pliegues, su pulgar dibujando círculos en mi clitoris, haciéndome arquear la espalda ante la sobre estimulación, pegándome todavía más hacia su pecho, sintiendo su sedienta polla golpear contra mi trasero.

—Mírate bien... necesito que veas quién está a cargo aquí.

—¿Se supone que ese eres tú?

—¿Lo sigues dudando? —susurra en mi oído, olas de placer sobresaltándome.- Ya estás goteando sobre mis dedos schatje, y no estoy ni siquiera cerca de terminar contigo esta noche. Ahora, vas a ser una buena perdedora, y vas a tomar mi polla como la buena chica que eres ¿fui claro para ti?

No esperó por mi respuesta. Me inclinó sobre la cama, dejándome en cuatro. Sus manos en mi cintura, apoyándose para deslizarse con vergonzosa facilidad en mi interior.

La sensación es maravillosa. Y no solo es porque se siente bien, sino también por la tensión que se había acumulado entre nosotros estos últimos meses, pues terminó por explotar de la mejor forma posible. Hace una coleta improvisada con mi cabello, y lo jala ligeramente para hacerme levantar mi cara y encontrarme con el reflejo de lo que estamos haciendo.

Su mirada concentrada en sus movimientos, su rostro enrojecido por la excitación del momento, sus labios entreabiertos y su cabello despeinado pegándose a su frente. Su torso desnudo y su pelvis chocando contra mi cuerpo en cada salvaje embestida.

Me folla con ira, con desenfreno, pero también con alivio, porque sé que él deseaba esto tanto como yo también. Nuestros cuerpos moviéndose en perfecta sincronía, explotando después de tanto tiempo posponiendo lo inevitable.

Me embiste con fuerza y jala mi cabello hacia atrás, provocando una sensación muy satisfactoria que repercute en mi centro.

—¿Vas a correrte sobre mi polla?

—Cállate —dije concentrándome en lo que me está haciendo sentir.

—Cállame...

¿Qué este chico no puede seguir una orden por una puta vez?

Nuestros movimientos complementándose a la perfección, su cuerpo encajando perfectamente con el mío.

—Max, me voy a...

—No te di permiso

—Qué cabrón —solté entre gemidos.

—Sabes lo que tienes que hacer schatje

Me odiarie por esto en unos minutos pero se bien que es capaz de dejarme asi, de frustrar el orgasmo que estaba por explotar en mi. Y no puedo permitirlo.

—Max... ¿puedo correrme, por favor?

Lágrimas de placer desbordando por mis mejillas, ansiosa por volver a sentir lo que me hizo hace rato.

—Correte para mi Madelyn.

No tuvo que decírmelo 2 veces. Me corrí sobre él, estando en cuatro, frente al puto espejo de su habitación tan solo un par de segundos antes de que su orgasmo explotara tambien.

El recuerdo estaba matandome. Mi mano dentro de mis shorts intentando darme al menos un poco del placer que el me genero aquella noche.

Extrañaba las manos de Max tocando mi cuerpo.

No me alcanzaba imaginarlo, lo necesitaba conmigo.

Pero el habia sido quien me habia traicionado. Max me habia lastimado.

Y el dolor que sentia al recordarlo era mas fuerte que el deseo de tenerlo conmigo.

Ya habia pasado un mes desde el incidente.
Max había recibido una penalización de puntos, y aunque Toto se encargo de gritarle a todos los supervisores de la carrera, no consiguio mas que eso.

Y ninguno de los dos le habia dirigido palabra al otro en todo este tiempo.

Era sabido que el neerlandés no se tragaria su orgullo, ni siquiera por mi.

Asi que me obligue a dejar de pensarlo y me enrolle entre las frías sabanas, extrañando su presencia a mi lado, pues sin quererlo me di cuenta que me habia encariñado con el. Habia aprendido a soportar sus actitudes y aquel orgullo y egocentrismo que siempre portaba. Y ahora que no tenia sus comentarios molestos de los que siempre me habia quejado, comenzaba a extrañarlos.

Entonces con un nudo en la garganta y la dolorosa punzada en el pecho, habia logrado conciliar el sueño.

Sin saber que en este preciso momento, el se sentia igual que yo y no podia dormir, pensando en que el era el culpable de todo

En que si tal vez no se hubiese dejado llevar por los celos y el resentimiento, no hubiera cometido esa idiotez, y ahora estariamos juntos, con mi rostro escondido en el hueco de su cuello y su mano acariciando mi cabello hasta ambos quedarnos dormidos.

Porque teniamos que estar al borde de perdernos, para darnos cuenta de lo mucho que nos necesitábamos.

@-c0sm1city
20 / 06 / 23



capitulo colaboracion con Andromeda1655

• Me gustaria agradecerle a Andy por la dedicacion y amor con el que me acompaño en la escritura de este capitulo.
Porque fui super timida a preguntarle si queria ayudarme a escribir la parte smut del capitulo (pues me encanta como escribe) creyendo que tal vez me diria que no, y al contrario no dudo en decirme que si desde el primer momento y puso todo su empeño en lo que escribio.
Verdaderamente no se que habria hecho sin ella, mil gracias cari🤍

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro