The Last Two Hours

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11 de Septiembre de 2001

New York City

7:30

Giyuu ama todo de su esposo: su sonrisa, sus ojos lavanda, su cicatriz, sus pestañas, sus cejas, su cabello melocotón, su cuerpo, su forma de ser... Todo, lo ama de todas las maneras, no importa si han pasado ya cinco años desde que se casaron, Giyuu se siente como si hubiera sido ayer el día en que Sabito le propuso ser su novio.

—Aquí tienes. —el pelinegro deja el túper en la mesa y se limpia las manos.

Sabito aparece por el pasillo con su traje de ejecutivo y le sonríe como siempre lo hace: lleno de amor y cariño.

—Amor, no tienes porqué hacerlo. Yo puedo desayunar afuera, son las 7:30.

Giyuu niega, odia cocinar, pero tampoco permitirá que su esposo se enferme por comer alimentos no saludables.

—Pues lo hice con mucho amor y me ofenderá que prefieras comprar un Starbucks —advierte Giyuu—. No quiero que te enfermes.

Sabito toma el túper, lo guarda y se acerca a Giyuu. —Te amo, me debo ir. —le planta un beso los labios de despedida y lo abraza, como todas las mañanas antes de irse al trabajo.

—Yo también te amo. —responde Giyuu con sus mejillas rojas de vergüenza, aún se sentía una colegiala cada vez que Sabito le decía cuánto lo amaba, incluso después de cinco años de matrimonio.

Sabito se despide de nuevo y sale del despertarmento en el que ambos viven. Hace unos meses, comenzó a trabajar en la torre norte del World Trade Center con sus amigos de secundaria, Kyojuro, Zenitsu, Shinobu, Mitsuri, Sanemi y Kanao. El ambiente laboral es bueno y la paga también.

Él conduce hasta el estacionamiento de las intenciones 28 minutos después de un largo trayecto, baja del auto, saca su portafolios y va hacia la entrada de la imponente torre norte.

—¡Que se pudra el jefe! —Zenitsu camina detrás de Sabito y lo alcanza con dos starbucks en la mano— Ten uno, hoy tenemos trabajo hasta el culo. —brama el rubio sin filtro y Sabito ríe recibiendo el café.

—Te afectó juntarte con Shinazugawa y Kochō. —menciona Sabito entrando a las instalaciones.

—Yo no tengo nada que ver con ese idiota. —Sanemi mira a los dos chicos al lado de la recepcionista, que ríe divertida y le pasa una serie de documentos al albino.

Zenitsu pone los ojos en blanco y agarra el brazo de Sabito.

—Vamos, son las 8:00 y tenemos hasta las 8:10 para llegar a la junta. Luego a eso de las 9:00 debemos bajar al piso 50 para recoger más documentos. —Agatsuma mira la hora en su rolex y tira de Sabito hasta el ascensor.

Sanemi se despide con un gesto y camina hacia otro lugar con los papeles en manos; Zenitsu descansa su espalda en el metal del elevador y cierra los ojos por un momento.

—¿Qué es peor? ¿Un japonés hablando inglés o una discusión con tu novio? —cuestiona el de baja estatura.

—¿Uzui? —Sabito concluye que es lo más obvio, solamente el extravagante Tengen puede hacer que un chillón rubio se haga tantas preguntas sobre su existencia— Las dos cosas.

Zenitsu bufa y se pone rígido cuando las puertas se abren y llegan al piso 107, donde se hará la junta. Al llegar, los dos se sientan al lado del otro. Shinobu los saluda con un gesto y vuelve a prestar atención a la presentación que hace Kyojuro.

Sabito se acomoda en la silla y saca su portafolios, hoy sería una larga jornada.

8:40

Kyojuro ya se había sentado y luego siguió Mitsuri con una explicación del próximo negocio que estarían haciendo. Era aburrido, a pesar de que Kanroji es buena dando exposiciones.

El ojilila saca su teléfono disimuladamente y le envía un mensaje a Giyuu:

“Te extraño, amor”

A los segundos, Giyuu responde con un: “Yo también mi bebé” y Sabito sonríe como idiota enamorado.

8:44

Tanjiro mira con diversión a su hermana menor, Nezuko. Ella sigue enojada debido al retraso del avión, hace una hora no podía esperar a llegar hasta la casa de sus abuelos en San Francisco, pero siendo positivos, siempre lograrían llegar a su destino.

—¿Qué miras? —gruñe la chica y el mayor ríe.

El pelirrojo saca su celular y mira su fondo de bloqueo, es una foto de él y Kyojuro en Hawai, lo va a extrañar muchísimo durante el tiempo que esté fuera de la ciudad. Busca el chat y le escribe un mensaje, después guarda su teléfono.

Será un largo viaje.

8:46

No entendía ¿qué se supone que debía de hacer en una situación como esta? ¿Cómo debía reaccionar? ¿Cómo?

Mitsuri está gritando con desesperación, mientras Kyojuro abraza a Zenitsu que no para de llorar del miedo, y Sabito, él... Está paralizado de miedo. Hace unos momentos tuvieron que cubrirse los oídos ante un fuerte sonido que tal vez se escuchó por toda la ciudad, Sabito cayó al suelo cuando el edificio tembló y sus amigos golpearon sus espaldas contra la pared por el brusco movimiento.

Todo comenzó muy rápido. Después de el estruendoso sonido de una explosión que llegó a levantarlos en el aire, los cristales se rompieron en pedazos y las paredes de rajaron, Shinobu se cortó la mejilla con un trozo vidrio que quedó enterrado en su piel y una parte del techo casi cae sobre ellos mientras la gente gritaba como locos. Desde donde se encontraban, se comenzaba a observar el humo cubrir el cielo azul.

Todo es muy confuso.

Shinobu se levanta tosiendo del suelo y cubre su mejilla con un pañuelo, no era un corte tan profundo, pero tenía aún un cristal roto enterrado en su herida.

—Mis oídos. —chilla Zenitsu cubriéndolos. El rubio siempre tuvo un oído sensible y desarrollado, cuando todo comenzó, sintió su tímpano rasgarse de apoco.

—¿Que está pasando? —Mitsuri se abraza a ella misma y se acerca a Shinobu para ayudarle a quitar el vidrio.

—No lo sé. —esa fue la única respuesta de Sabito, tiene miedo, lo admite.

A través del pasillo, aparece Sanemi corriendo. Kyojuro es el primero en verlo y se levanta sin soltar a Zenitsu.

—Sanemi ¿qué es lo que pasa? —cuestiona él directo al grano, no estaba dispuesto a darle rodeos a la conversación, tenía un mal presentimiento.

El albino se detiene y toma un momento para respirar.

—Vengo del piso 101, un maldito avión acaba de chocar dos pisos más abajo haciendo explotar casi el edificio. Lo único que hice fue correr hacia aquí, de todas formas no hay salida. Todo arde en llamas y el fuego no tardará en llegar hasta este lugar. —toma una bocanada y se sienta en el suelo.

La sangre de los demás se congela.

—¿Un avión? —pregunta Shinobu con un nudo en la garganta— ¿Dices que la torre se está quemando y no tenemos salida?

Shinazugawa asiente, no iba a darle falsas esperanzas a sus amigos, él tenía más claro que la calma les ayudaría a pasar sus últimos momentos de vida, pero no sería por mucho.

Ya tienen un pie en el cementerio.

9:00

Giyuu guarda con sumo cuidado la ropa de su marido en el clóset. Al no tener nada que hacer después de que Sabito se marchó al trabajo, se dedicó a doblar la ropa y organizar algunas cosas de las habitaciones.

El gato blanco que ambos adoptaron se aparece en el lugar y se sube a la cama para luego restregarse en la espalda de Giyuu.

—Eres un gatito muy travieso. —el pelinegro ríe con ternura y continúa guardando las últimas camisas.

Aún no sabe que hará de cenar esta noche, pero al menos tiene todo el día para hacerlo y sorprender a su esposo. Tal vez debería pedirle ayuda a la hermana de Shinobu, Kanae, ella es una exelente cocinera y le dará buenos consejos si se los pide.

El teléfono suena desde la sala. Giyuu se levanta renegando, el molesto sonido no lo dejaba concentrarse en sus pensamientos. Sin embargo, el enojo desaparece de su cara cuando lee en la pantalla el nombre de “Amor”.

Contesta sin dudarlo.

—Cariño, es un milagro recibir tú llamada a estas horas de la mañana ¿Ya terminó tu reunión? —pregunta con cierta emoción, pero lo único que recibe es la tos de Sabito al otro lado de la línea— ¿Sabito?

—G-Giyuu. —Sabito menciona su nombre con dificultad y cubre su nariz con un pañuelo que le proporcionó Mitsuri para evitar inhalar el humo, aún así le estaba haciendo difícil respirar.

—¿Qué está pasando? —cuestiona Giyuu con preocupación, desde el fondo se pudo escuchar un grito de Mitsuri.

—Las... n-oticias, míralas.

El pelinegro corre hacia la televisión, la enciende y busca el primer noticiero que se le aparece, es entonces cuando por primera vez en muchos años —déspues de la muerte de sus padres—, siente que su sangre comienza a helarse.

Las noticias estaban presentando en vivo como una de las torres gemelas, la norte, está en llamas por la parte superior. Hay demasiado humo, mucho a decir verdad.

—La torre norte... ¡Sabito sal de ahí! —grita Giyuu. El pánico se apodera de él.

—Giyuu...

—Joder, debes hacerlo, no puedes morir. —Giyuu ignora el llamado suave de Sabito.

—¡Tomioka Giyuu! Coff, coff. —esta vez habla fuerte, no obstante comienza a toser de nuevo y debe calmarse, siente que la garganta le quema.

—No hables, no te esfuerces, Sabito. —el pelinegro habla condom desesperación— Tienes tos seca, terminarás desgarrando tu garganta.

Sabito deja salir una suave risa antes de toser de nuevo. —No es tanto. —dice dando suaves golpes en su pecho, aún así, sabe que Giyuu tiene razón.

—Por favor... —suplica Giyuu.

—Estoy en el piso 107 ¿cómo pretendes que salga de aquí? —la voz de Sabito comienza a sonar rasposa.

Tomioka siente sus manos sudar, tiene miedo, mucho miedo.

—No quiero perderte. —susurra tan bajo que Sabito lo haya escuchado.

—Cariño...

9:03

Sabito fue interrumpido por el estruendoso ruido de otro avión chocando con la torre sur, y a pesar de estar lejos, fue tan fuerte que Zenitsu comienza a gritar del dolor que sufre en sus oídos, al tiempo que los demás cubren sus orejas. Kyojuro intenta calmar al rubio, pero es difícil con el humo cubriendo todo el piso.

El edificio tiembla, pero no demasiado. Por los gigantes ventanales rotos se alcanza a ver de forma mínima la torre sur, en llamas.

—Zenitsu, debes calmar.. coff, coff. —Kyojuro tose.

El pelidamasco observa a sus alrededores con frustración. Allí todavía se encuentra Mitsuri , Shinobu y Sanemi,

—¡¿Sabito?! —Giyuu suena alterado, acaba de ver cómo la torre sur fue atacada por otro avión.

Era cierto, no recordaba que su esposo seguía en la llamada; Sabito toma con fuerza su celular e intenta articular.

—E-estoy... Bien. —intenta hablar, hace el esfuerzo, sin embargo, cada vez es más difícil.

Los ojos de Giyuu se cristalizan, Sabito estaba mintiendo, no estaba bien, no podría salir de allí con vida.

—¡No mientas! —le grita lleno de ira y tristeza, con lágrimas en sus ojos.

Sabito siente su corazón partirse en pedazos, odia escuchar a Giyuu llorar, odia tener que hacerlo pasar por esto. Desde la línea se pueden escuchar los sollozos de su esposo y desea estar allá y consolarlo, pero no puede.

Y no lo hará en el futuro cuando esto haya terminado.

El teléfono de Mitsuri tintinea, ella lo saca de su bolsillo y contesta. —¡Iguro! —se siente feliz y al mismo tiempo fatal.

—¿Dónde estás? las torres se están quemando, dime qué no estás ahí, por favor... —suplica Obanai con la voz temblorosa.

—Yo... Coff, coff —tose—. Lo... Siento... E-estoy en... La norte, atrapa.. coff... Atrapada. —la chica tose sin parar y las lágrimas brotan de sus ojos— Te amo.

Iguro está paralizado, lleno de miedo.

—¡Mitsuri, debe haber una salida!

—¡No la hay! —grita Shinobu iracunda, estaba harta de escuchar el "sal de ahí"— No tenemos opción, o nos tiramos por las ventanas y morimos por la gravedad, o nos convertimos en carbón... Coff, coff. —ella habla fuerte y claro.

Giyuu escucha la conversación a través de la línea, no para de llorar. Desea creer que hay una salida, pero es imposible que eso suceda, no quiere que nadie muera, mucho menos Sabito.

—Coff, coff, pero podemos alargar nuestra vida. —Kyojuro habla esta vez y se coloca ola corbata en su nariz y boca— Subamos... hasta... el 110, será difícil pero vale el esfuerzo.

—Giyuu... —Sabito llama al pelinegro— ¿Sigues ahí?

Giyuu inhala y exhala, sorbetea su nariz y limpia sus lágrimas, ya tiene los ojos rojos e hinchados de tanto llorar.

—S-sí, haz lo que dice Kyojuro, por favor —suplica él—. Cuesta decirlo pero... Quiero escucharte por el resto de tiempo que tenemos, Sabito... —de nuevo, ahí estaba llorando otra vez.

—¡Vamos, Sabito! —grita Sanemi y lo agarra del brazo para llevarlo con él, nunca dejaría a un amigo suyo.

—Bien. —contesta a Giyuu y siente su alivio por la llamada.

Sanemi conduce a Sabito por las escaleras. Mitsuri ayuda a Shinobu a subir llevándola de la mano, mientras Kyojuro carga en su espalda a Zenitsu, no es fácil, y el menor de todos —que es Agatsuma— parece que caerá inconsciente en cualquier momento; Sabito no termina la llamada con Giyuu, sabe que él quiere estar al pendiente de todo, al menos por una última vez.

Giyuu escucha como las instalaciones comienzan a caerse, la tos de los demás y los pasos. Está asustado, no despega su vista de la televisión y menos del teléfono, anteriormente pudo escuchar los gritos de Zenitsu y el llanto de Mitsuri, le parte el corazón imaginarlos a todos en ese lugar.

A Shinobu, a Kyojuro, a Sabito... Las lágrimas no paran de salir. Desea tanto verlo y abrazarlo, quiere que sea una pesadilla de la cual quiere despertar ya, pero no es así, esto es real.

Y le duele.

9:37

Makomo recibe un mensaje de Giyuu a su celular, indicándole que vea las noticias. Siente un escalofrío al ver las torres en llamas, pero muy pronto se presenta otra impactante noticia, otro avión chocó contra el pentágono.

—Mierda y más mierda. —la chica se levanta para vestirse y salir de su casa, en Japón.


9:55

—No puedo más, coff, coff.—Shinobu está apunto de llorar.

—¡No te rindas! —grita Sanemi y la empuja para que siga— Nos falta un puto piso para llegar al 110, yo sé que tú puedes. —la anima.

—Toma —Sabito le da su teléfono a Shinobu—. Yo te cargo, no termines la llamada.

Kochō no alcanzó a responderle cuando Sabito la levantó en el aire y la lleva en su espalda. Ella no quiere molestarlo, ambos saben que el humo los a afectado mucho, sus pulmones arden y prefieren no gastar fuerzas, pero Sabito se sacrifica por ella.

—No tienes porqué... Coff... Coff —ahí estaba de nuevo ella tosiendo.

—¡Ya casi! —grita Kyojuro la ver el final de las escaleras sin soltar a Zenitsu.

Mitsuri gira y ve a Sanemi subir con dificultad, así que espera a que llegue, cuando lo hace, levanta al albino y lo sube sobre su espalda.

—¡Mitsuri! —Sanemi le grita irritado, pero comienza a toser.

—Déjame ayudar, al menos por lo que me resta de vida. —susurra ella y continúa subiendo. Terminó la llamada con Iguro hace unos momentos, no quiere escucharlo sufrir.

Está satisfecha de poderlo escuchar, una última vez.

9:59

Giyuu escucha el grito ensordecedor de su esposo y los demás, la torre sur, o lo que era, se estaba derrumbando. Por su parte, Sabito sintió su garganta desgarrarse al gritar tan fuerte, siente sus pulmones quemarse y la dificultad para respirar se vuelve cada vez peor.

—Gi-yuu. —susurra el ojilila, afónico.

—¡Sabito, no esfuerces la voz! —Giyuu siente que en cualquier momento sufrirá un ataque de pánico.

A unos centímetros de Sabito se encuentra Shinobu. El pelidamasco la mira confundido, pero la chica lo ignora y derrama unas lágrimas.

—¡Kanao! —solloza Shinobu y cae al suelo de rodillas, su hermana menor trabajaba en el piso 88, duda que haya alcanzado a salir.

La gran torre sur del World Trade Center acaba de colapsar con Miles de vidas inocentes dentro.

10:07

En todos los noticieros se dió por sentado de que los Estados Unidos estaba siendo atacado brutalmente. Uzui fue despertado de su cómodo sueño por un llamado a la puerta de su casa. El albino se levantó haciendo una mueca, le daba furia que su sueño fuera interrumpido a esas horas de la noche.

Al abrir la puerta se encontró con una gran sorpresa.

—¿Makomo? —la pelinegra se gira y lo mira directamente a los ojos— ¿Porqué andas por aquí a estas horas? Son las 11 de la noche, van a ser las 12. —Tengen bosteza.

—¿Qué no sabes? —cuestiona la menor de los Urokodaki.

Él la mira confundido. —¿Qué cosa?

—¡Las putas noticias! ¡Corre a ver el maldito noticiero, estúpido! —le grita y Uzui se asusta.

—Cálmate ¿porqué mierda querría yo ver un noticiero?

Makomo toma aire. —Giyuu me acaba de enviar un mensaje, las torres gemelas fueron atacadas por unos terroristas, están en llamas y la torre sur se cayó en pedazos —la pelinegra aguanta las ganas de llorar—. Mi hermano Sabito, Mitsuri, Sanemi, Shinobu y Zenitsu, tu novio, están atrapados en la norte.

Eso bastó para que el mundo de Uzui se viniera abajo y corriera hasta la sala de su casa para ver el noticiero. No podía ser posible, Zenitsu no podía estar ahí, sin embargo, era cierto, y ahora solo estaba la torre norte ardiendo como el infierno.

—¡¿Dónde mierda dejé mi celular?! —Uzui se desesperó, tenía que llamar a su novio, que trabaja en la torre norte— Makomo, siéntate, no pierdas la calma.

La chica asiente y se deja caer en el sofá.

10:14

Zenitsu mira la pantalla de su celular alumbrar, lee el nombre de Tengen y sonríe por un momento, le duele todo el cuerpo, sobre todo los oídos. Contesta, pero lo hace solamente por escuchar por última vez la voz de su amado novio, lo extraña mucho.

—Tengen... —tose y se aferra a la camisa de Kyojuro.

—¡Idiota, me tienes preocupado! Acabo de ver las noticias gracias a Makomo ¡¿están bien?! —el albino grita lleno de preocupación.

Zenitsu deja salir una suave risa.

—De puta madre. —contesta con sarcasmo— Apunto de morirme por inhalar demasiado humo. Harás fiesta.

—Cállate, Agatsuma. —gruñe Uzui— No puedes morir. —esa palabra rompe el corazón del rubio y comienza a llorar, tiene los ojos rojos de tanto hacerlo y la voz preocupada de su novio no ayuda en nada.

—No fue decisión mía, coff. —tose.

Kyojuro escucha la conversación por un momento, hasta que recibe un mensaje a su teléfono y lo saca de su bolsillo, es Tanjiro.

[Tanji]: ¿Estás bien? Voy en el vuelo, aún no hemos llegado.

—¿Puedo soltarte? —cuestiona Rengoku hacia Zenitsu, que asiente y se recuesta en la pared para apoyarse.

[Kyo]: No estoy bien, creo que las torres fueron atacadas, no lo sé. Todo sucedió muy rápido, Tanjiro. Supongo que esta es la última vez que nos hablamos, estoy atrapado.

[Kyo]: Recuerda que te amo así esté en otro mundo, te adoro, eres mi amor para toda la vida.

Kyojuro teclea y envía el mensaje, Tanjiro no demora en contestar.

[Tanji]: ¿Qué? En mi avión están hablando de lo mismo, además de hay unos hombres bastante sospechosos.

El rubio analiza el mensaje.

[Tanji]: Llámame, ahora.

Kyojuro entra a sus contactos y marca el número de Kamado, que contesta rápidamente.

—Kyojuro... —susurra el pelirrojo.

—¿Q..qué pasa? Coff, coff —Kyojuro tose.

—Tienen armas.

—¿Qué?

—Ellos tienen armas.

—¿Ellos quienes? —pregunta Rengoku con preocupación— ¿Tanjiro?

—Te amo.

—¿Tanjiro? —silencio— ¡¿Tanjiro?! —nadie contesta, pero la llamada no ha terminado.

Y todo ocurre igual de rápido, se escuchan voces de personas que no conoce, luego distingue la voz de su cuñada, Nezuko, y la de su querido Tanjiro. Es entonces cuando su sangre se enfría al escuchar unos disparos.

10:24

—¡Quitenles la cabina! —grita uno de los pasajeros y todos de abalanzan sobre los terroristas.

Nezuko se queda oculta en uno de los asientos del avión por petición de Tanjiro, intentó hacer que se quedara pero fue imposible.

Un disparo.

Dos.

Tres.

Cuatro... Nezuko se levanta y queda horrorizada. Hay sangre por todos lados.

—¡TANJIRO! —grita el nombre de su hermano mayor tan fuerte y este se gira para verla entre la multitud.

—Nezu... —le sonríe y lleva sus manos a su estómago.

Acaba de recibir un disparo.

—¡NO! —vuelve a gritar la menor e intenta correr hacia él, no obstante, el avión comienza a caer de repente en picada.

Kyojuro está escuchando todo, lo último que escucha en ese momento, es una explosión y debe apartar su oído para no quedar sordo.

La llamada termina y el vuelo 93 acaba de chocar en los campos de Pensilvania, informa un noticiero.

10:27

—Sabito ¿donde estás? ¡amor! —Giyuu no ha escuchado a Sabito en ningún momento

El pelidamasco abre sus ojos lentamente, los párpados le pesan, su cabeza duele, sus pulmones y garganta arden demasiado.

—Moriré, Giyuu. —articula lentamente, cada sílaba es una tortura para decirla.

Las lágrimas no paran de salir de los ojos azules de Giyuu, intenta ser fuerte, de verdad que sí, pero no puede hacerlo.

—No lo digas. —suplica el pelinegro.

—Lo siento tanto —esta vez Sabito se rompe en llanto—. Me duele todo, el cuerpo, la garganta, hablar es un infierno —solloza—, no quiero dejarte solo, amor, coff, coff —tose—. Pero te cuidaré desde donde esté, es una promesa.

—Sabito. —Giyuu lo llama con miedo— No quiero perderte.

—Yo tampoco, cariño. Pero debemos ser realistas, y odio decirlo, pero debes ser feliz después de mi muerte, así no sea conmigo.
—Sabito habla bajo, ha forzado mucho sus cuerdas vocales.

—¡No! Tú y yo seremos felices, saldrás de ahí y... y...

—¡Giyuu! coff, coff —Sabito vuelve a toser y lleva su mano a su boca. Al revisarla, llora más fuerte, expulsó sangre.

—¡SHINOBU! ¡¿QUÉ MIERDA HACES?! —Sanemi grita y llama la atención de todos.

Shinobu los mira parada desde la ventana.

—No voy a morir así —dice y limpia una lágrima—. Los amo a todos, mis amigos, pero no voy a esperar que este edificio derrumbe primero. Adiós, chicos. —Zenitsu se levanta a duras penas del suelo y corre hasta Shinobu para impedirle que salte.

Pero es demasiado tarde, ella salta y le sonríe por última vez al rubio.

—¡SHINOBU! —Mitsuri grita horrorizada.

—Tiene razón. —susurra Zenitsu y hace una mueca de dolor por el pitido que escucha en sus oídos— Uzui, no voy a esperar a que contestes esto, te amo mucho, enserio, pero no voy a morir de esta manera tan dolorosa. Nos vemos en otra vida donde sí me pueda casar contigo.

Uzui intenta contestar. —Amor, no... —la llamada es terminada por Zenitsu antes de lanzarse al vacío.

Kyojuro está en shock. Ahora solo quedan ellos cuatro.

—Giyuu... Coff, coff. —Sabito llama a su esposo.

—¿Sí, Sabito?

—Me gustaría haber probado tu cena... —susurra el ojilila— Quise llevarte a pasear en la playa durante la noche, tal vez comparar tus ojos con el mar y...

—Lo harás. —responde Giyuu.

—Dile a Makomo y a ese viejo que los amo —Giyuu ríe sin dejar de llorar— Te amo, nunca lo olvides, me alegra haberte escuchado, amor mío —Sabito también sonríe. Kyojuro, Sabemos y Mitsuri se acercan a él, formando un círculo—. Nadie te odia.

—Era solo un cuento de Shinobu. —admite Sanemi con una sonrisa de melancolía.

Giyuu los escucha por el teléfono.

—Adios, amor. —dice Sabito y termina la llamada

10:28

Sabito deja su teléfono caer al suelo al escuchar un sonido más fuerte que todos los anteriores. Todos vieron trozos del techo caer por todas partes, el piso se movió debajo de ellos, las paredes se rajaron por completo y el suelo de rompió.

Mitsuri dió un grito, antes de caer en los escombros que se iban formando a medida de la torre norte caía.

Sabito cierra los párpados, viendo su vida pasar frente a sus ojos. Todo pasa rápido, como todo lo anterior, primero el sonido del edificio colapsando, todo derrumbándose a su alrededor, y por último, un vacío más oscuro que la noche.

Todos lo vieron en vivo. Makomo lo vió, Uzui, Kanae, la familia Kamado, Tsutako, los Rengoku... Y Giyuu.

La torre norte acaba de ser reducida a escombros, al igual que la vida de sus amigos y esposo.

—¡Sabito! —grita tan fuerte, sintiendo como si le abrieran una gran herida en su pecho.

Sabito, su esposo, su amigo, su otra mitad... Ya no estaba en este mundo.

1 de Septiembre de 2011

—Me encanta como está escrito ¿qué opinas? —pregunta Tsutako con una sonrisa mientras admiran el 9/11 memorial.

Giyuu sonríe de manera melancólica y asiente.

—Si... —pasa las lleva de sus dedos por el mural dónde está escrito el nombre de: “Sabito Urokodaki”.

Al otro lado están escrito los nombres de: “Sanemi Shinazugawa”, “Mitsuri Kanroji”, “Shinobu Kochō”, “Kyojuro Rengoku”, “Kanao Tsuyuri”, “Zenitsu Agatsuma”, “Tanjiro Kamado” y “Nezuko Kamado”. Hoy vinieron a visitarlos a la zona cero, los de identificación de cadáveres aún no han encontrado los restos de sus seres queridos, pero tanto Uzui como Giyuu, esperan tenerlos muy pronto.

—¿Crees que realmente me esté cuidando? —pregunta Giyuu.

—¡Claro que lo hace! Él jamás faltaba a una promesa, eso hacen los hombres. —Makomo aparece por el camino con una rosa blanca en su mano.

Giyuu baja su mirada. Lo extraña demasiado.

—Tienes razón, Mako. —la chica le da la rosa a Giyuu para que sea quién tenga el honor de dejarla en el mural— Adiós, amor. —susurra por último el pelinegro, deja la rosa sobre el nombre de su esposo y da media vuelta para marcharse.

—¿Vamos? —pregunta su hermana.

—Vamos.

¡Hola! Volví con una historia bastante triste a decir verdad. Bueno, no lo es tanto, pero hice el mayor esfuerzo para que fuera trágico. Tengo testigos.

Les cuento, el sábado ví la noticia del 9/11 y quise hacer un pequeño homenaje a las víctimas. No crean no me dolió matar a Tanjiro y Sabito, son dos de mis personajes favoritos; yendo al caso, el 11 de septiembre del 2001 fue un día trágico para tanto Estados Unidos como para el mundo. En mi opinión, aquellos actos terroristas fueron tan desalmados... Mejor ni sigo porque me enojo más.

Les agradezco por leer este one-shot todo pendejo. Corregiré el final en un futuro para que sea más sentimental, y gracias, ya casi publico el día 11, solo aguanten.

La canción que elegí para este OS se llama Everglow de Coldplay, si quieren buscarla por YouTube.

Nos leemos ✨

Los hermosos gráficos fueron hechos por jaekyunista <3

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