𝟬𝟭. 𝗜𝘁 𝗰𝗼𝘂𝗹𝗱 𝗯𝗲 𝘄𝗼𝗿𝘀𝘁

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❝ Tened cuidado. Si tu hermano
te ofende, respondele, y si se
arrepiente, perdonale; si te
ofende siete veces en un día,
y siete veces vuelve a decirte:
“Me arrepiento”, lo perdonarás ❞

     ESRA PERDONO A SU HERMANO SIETE VECES por asuntos de gran impacto y siete veces pago las consecuencias de esos errores. La primera vez fue algo realmente pequeño pero significativo para una niña, pues Evren había roto su vestido favorito mientras jugaban en el jardín y su madre no habría creído tal cosa como que el pequeño heredero, su hijo predilecto, había hecho tal desastre de la hermosa prenda azúl, así que no fue difícil convencerla de que fue Ersa quien arruinó en vestido.

     Después de eso, la pequeña de la casa Çelik no uso prendas azules por más de un año a pesar de que este fuera su color favorito y paso dos meses sin salir al patio a jugar sin la supervisión de su madre.

     La segunda vez fue después de su primer sangrado. Evren también era joven, pero hace mucho que se había aventurado a los placeres banales de la carne y el alcohol, y para el joven de cabellos caoba y labios rosados fue fácil llevar a su hermanita a uno de sus tantos escondites de placer bajo la idea de que tenía que divertirse. Por desgracia el lugar estaba lleno de víboras y ratas que no dudaron en ir corriendo a contarle a Meryem Çelik donde estaba su hija, tal como hicieron la primera vez que vieron al joven Evren. Su madre estuvo en el lugar en menos de una hora y encontró a su hija con un leve aliento etílico. Esa misma noche Esra no durmió por estar rezando por el perdón de su pecado.

     Rezo y rezo hasta que sus rodillas se amorataron y las uñas se le enteraron en la carne, manchando las pulcras lozas de cerámica con el rojo de su sangre. Por lo que supo, Evren fue castigado personalmente por su padre.

     Tan solo dieciocho lunas después su hermano la despertó a media noche. Sus mejillas brillaban bajo la luz de la luna y su voz era tan firme como un cristal agrietado. La joven Çelik tardo solo dos semanas en pensar una salida para el problema de su hermano. Así llegó el tercer perdón, cuando su madre descubrió que alguien le había robado un collar que se había vendido en el mercado de manera ilegal. Meryem descubrió el robo y la venta, si, pero no a la joven que recibió el dinero ni al doctor al que se le pago para erradicar el fruto mal concebido de Evren.

     Ersa estuvo encerrada seis meses en su habitación. Y cada uno de esos días algún sirviente leal a su madre entraba por la puerta para vigilar que realizará sus oraciones y plegarias.

     El cuarto perdón fue, bueno, difícil. Con solo catorce años, Ersa ya era una de las jóvenes más hermosas que se hubiera visto en su ciudad. Día con día algún jovencito incauto caía en las redes de sus cabellos caoba, sus grandes ojos de chocolate y esa tenue sonrisa que presumía por la calle como si fuera verdad. Un día uno de tantos chicos enamorados llegó a la puerta trasera de su casa con una caja agujerada. El chico era huérfano y partiría en un barco de pesca donde iba a trabajar los próximos dos meses, pero antes de irse quiso darle una pequeña parte de el mismo a su amor imposible.

     ━━━ Perdimos a nuestras madres al mismo tiempo, en cierto modo es como mi hermano. Se que no me conoces y no tienes por que aceptar, pero yo te conozco, te he visto en el puerto y, bueno, hasta llegué a enamorarme de ti. ━━━ el tenía los ojos tan azules como el mar enmedio de una tormenta y cabellos tan brillantes como el sol━━━ ¿Cuidarías a Sir. William Catman por mi? No come mucho y sabe ir al baño donde le indiques. Cuando regrese, te traeré algo realmente bonito, ¡Lo juro! Y tal vez puedas decirme porque siempre estás triste.

     Sus mejillas se volvieron manzanas maduras y acepto. Sir. William Catman era naranja y algo pequeño para su edad, igual que su dueño/hermano, a quien despidió con un beso y una pulsera de su propio uso personal para la buena suerte. Tal vez, cuando volviera, los tres podrían darse una escapada al bosque y solo charlar. Lejos de los Çelik o los ojos curiosos.

     Paso un mes y como debía ser, Evren termino por tirar la sopa. A Ersa le instruyeron a confirmar en su hermano, a quererlo y respetarlo por encima de todo, así que la primera persona en conocer al pequeño Sir. Will fue su hermano. Lástima que resultará ser alérgico a los gatos.

     Una mañana como cualquier otra su hermano llegó con resaca al comedor para tomar el desayuno en familia tal como solían hacer las pocas veces que su padre estaba en casa. Al notar su estado y temiendo la reacción de su esposo, Meryem Çelik le ordeno a su hijo que después del desayuno fuera a rezar al cuarto de su hermana con ella.

     ━━━ No puedo. Su gato me provoca alergia ━━━ tan sumergido en su dolor de cabeza, el joven de dieciseis años se frotó las sienes con lentitud, muy contrario al ritmo tan rápido al que iba el corazón de su hermana.

    Ilhan Çelik se levantó de la mesa sin decir nada ni mirar a nadie y cuando su hija estuvo a punto de seguirlo a su habitación la mirada fría y dura de su madre la hizo encogerse en su lugar. Después de un día de reprimenda y rezos en el cuarto de su madre, Esra volvió a su cuarto, donde solo encontró a Rosa, hija de la cocinera y la única persona a la que podría llamar amiga.

     Rosa la abrazo y la llevo al viejo pozo, aquel que hace años empezó a tener agua contaminada. Ersa lloro mientras su única amiga sacaba el cuerpo húmedo y frío del pequeño Sir. William Catman con el viejo valde el fondo del agua. Con ayuda del jardinero y la madre de Rosa la joven Çelik le hizo un funeral al animalito anaranjado esa misma noche.

     El quinto perdón tardo menos de doce horas, pues a la mañana siguiente Ilhan llamo a sus dos hijos a su despacho.

     ━━━ Lo preguntaré solo una vez ━━━ Esra no podía apartar la mirada de su padre ahora que el finalmente la veía a los ojos, cosa que casi nunca había hecho en sus catorce años y siete lunas de vida ━━━ ¿De dónde salió ese animal callejero?

     ━━━ Un chico del puerto de lo dio a mi hermana antes de partir en un barco pescadero ━━━ por más que quisiera no podría culpar a Evren. Su crianza y ese miedo tan palpable que emanaba de su hermano se lo impedían.

     ━━━ Un chico del puerto ━━━ repitió el patriarca de los Çelik con voz dura. Volvió a repetir esas cuatro palabras cuando veces, cada una más suave que la anterior. Más burlesca, como si fuera el chiste más gracioso en lugar de una realidad el como su hija acepto un regalo de un mero huérfano del puerto, seguramente el bastardo piojoso de algún pirata.

     Su padre no la miro a la cara otra vez. Y fue una suerte que ni el chico ni su barco de pesca volvieran al puerto.

     El sexto perdón fue un poco parecido al tercero combinado con el según y lamentablemente tuvo que ver con Rosa. Esta vez fue su amiga quien llegó llorando a su cuarto en mitad de la noche, pero no para pedir dinero o una solución, no. Fue a despedirse.

     ━━━ Mi madre le escribió una carta a mi padre ━━━ dijo. La luna acariciando sus cabellos dorados y reflejando en sus ojos verdes ━━━ El dirije una sede de la marina, mando un pequeño barco por mi que ya está en camino, pero debo esperarlo en el puerto de una isla más al sur para no levantar sospechas.

     ━━━ Te vas a ir ━━━ dijo la joven Esra de solo diecisiete años. Su camisón blanco se retorcía ante los movimientos inquietos de la castaña ━━━ Dejame darte cosas para el viaje.

     Esra se levantó de la cama para buscar viejas joyas de cuando era niña, ignorando el creciente dolor en su pecho y haciendo un desastre con cada movimiento de sus manos.

     Rosa se acercó a ella y tomo sus manos entre las suyas y miro a su amiga de tantos años ━━━ Ven conmigo. No necesitaríamos joyas con mi padre, solo que traigas algo de tu propia ropa.

     Quería ir. Quería estar con Rosa, ayudarla en los meses venideros y estar ahí cuando aquella criatura saliera del vientre de su mejor amiga. Quería ver si tenía los ojos de Rosa o el cabello de Evren. Quizás incluso podría encontrar alguna similitud entre ella y el bebé.

     Pero algo en su interior grito y negó mil veces en un solo segundo hasta quedarse sin voz. ¿Qué fue? ¿Acaso el miedo? ¿Fue el deber o el sacrificio por venir quizás? Incluso pudo ser la aventura que la esperaba más allá del dolor y el destino inevitable que le esperaba.

     Rosa se fue esa noche sin su amiga y con el corazón roto por los hermanos Çelik. Uno por amor, el otro por amistad y lastima, pero al final ambos lo rompieron en pedazos y solo la pequeña vida creciendo dentro de ella podría sanarlo. Pero esa, esa es una historia para otro día.

     Esra, ahora casi a sus veinte años, se miraba en el espejo admirando el vestido elegido por su madre. El verde de los Çelik que portaba en sus ropas era solo una formalidad. Ella sería una hoja más cayendo en el lago tan azul como lo era la casa Rell. La casa de su futuro marido.

     Eh aquí al séptimo y último perdón.

     Esra solo se miro al espejo y recordando los seis perdones anteriores sonrio para mí misma, mientras una lágrima cristalina rodaba por su mejilla. Tratándose de Evren esto no era nada.

     Podría ser peor.































































AUTHOR'S NOTE

No mentiré, llore al escribir esto.

Y más cuando escribí la parte de Sir. William Catman, porque tenía a mi gato al lado ಥ⁠‿⁠ಥ





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