2| Como NO debe ser un hermano

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng




𝘿𝙖𝙣𝙞𝙚𝙡:

Fuertes olpes a mi puerta invadieron mi sueño obligándome a despertar con esfuerzo, sin noción. Mas dormido que despertó respondo al constante llamado:

-Puedes pasar.

Alzo mi vista al ver cómo la puerta se habría lentamente, cuando por una calculada ranura una cabeza y medio cuerpo se asomaron con lentitud adrede, perteneciente de aquel molesto chico castaño.

Mi hermano.

-Hermanito -ese tono chillón que hacía para molestarme.

Sabía lo que se venía.

-Ay no... -me quejo en silencio y sin intentar prestarle atención me escondo en lo más profundo de mi almohada sin verlo o escucharlo-. ¡Vete! -grito de manera poco audible por de bajo de la almohada, distanciándome del ruido.

La puerta se abrió más y más hasta escuchar pasos cada vez más cerca de mi.

-Her-ma-no -comenzó a deletrearlo muy cerca de mí, eso era aterrador  -Despierta -presentía que estaba de pie justo frente a mi.

Eso solo significaba una cosa.

-¡DESPIERTA! -se abalanzó sobre mí con violencia.

Odiaba que hiciera eso, lo odiaba a él.

El sofoque que sentí y la almohada en mi cara me hicieron reaccionar brutalmente, era un idiota si creia que lo dejaria en paz despues de esto.

Intento salir un poco de mi zona para respirar por última vez antes de que empujara mi cabeza boca abajo.

-¡Quítate, eres pesado! -digo casi rogando con mi último aliento, boca abajo.

A lo cual hizo caso omiso, riéndose de mí por encima, como un tonto. Es cansado que cada vez que entra a mi habitación comienza con una estupidez en lugar de un buenos días.

Saco fuerzas de algún lugar de mi ser ya que mí escuálido e inservible cuerpo no era útil en estos casos, y en ningún otro. Me abalanzo hacia arriba con toda la mentalidad de ganar y lograr derribarlo, con un potencial increíble le doy una patada, un estruendo silencia la habitación, al parecer terminó en el suelo más pronto de lo que pensé.

Bien dicen "La experiencia hace al maestro" en este momento me sentía el maestro.

-¿Qué mierda? ¿Por qué siempre reaccionas tan agresivo? -dice con una evidente falta de aire. Se encontraba hincado a la orilla de la cama, con una mano a un costado de su abdomen, sobándose, al parecer había logrado tocar un punto doloroso en las costillas, siempre funcionaba.

-¿Qué quieres? -me aviento hacia atrás rodando los ojos ignorando sus escandalosos quejidos de supuesto dolor para hacerme sentir mal.

-Es mamá, quiere hablar contigo -se recupera como si nada levantándose sin una sola mueca, con total seguridad.

-¿Por qué no viene ella ?

-Bueno, cierta persona estaba dormido y no quería despertarte -se sienta nuevamente en la cama.

¿Qué hora era?

De inmediato comencé a buscar mi celular como loco entre las sábanas hasta encontrarlo, veo la hora en la pantalla principal, era la 1:45 pm.

¿Tanto había dormido?

-¿De qué quiere hablar ? -omitiendo que dormí 6 horas seguidas vuelvo al tema como si nada.

-De tu expulsión, está buscando un nuevo colegio.

-Pero yo lo voy a elegir. ¿Cierto? -lanzo una mirada amenazante.

Mierda, era posible compartir instituto con Oliver, si eso pasaba todas las esperanzas de prosperar se irían al carajo, seria igual de mantenido y geocéntrico que él.

-No lo sé, tal vez opte por lo más fácil -dice, haciendo énfasis en "fácil". Refiriéndose a la posibilidad de ir a ese estupido colegio de ricos al que iba.

Toda mi vida me la he pasado en escuelas públicas, ¿qué haría en un sitio como ese? los ambientes eran completamente diferentes. Antes por lo menos tenía amigos que resguardaban la poca vida social que había cuidado por años, ahora ni eso me quedaba.

-Ya lo veremos -hablo de manera retante.

No iba a permitir que eligiera por mí, como siempre lo hace.

-Eso mismo digo yo  y para que lo compruebes porque mejor no bajas a hablar con ella, te está esperando -lo dice de una forma demasiada segura, como si tuviera razón en algo.

¿Pero en qué?

-Ya bajo -respondo con desinteres.

Eso bastó para que se levantara y saliera sin decir nada más. Me dejó bastante pensativo.

Espere unos minutos para bajar a la sala, buscando una respuesta a mi incertidumbre. Me encuentro con una mujer cómodamente sentada en uno de los enormes sillones centrales, con el celular en mano sin prestarme atención en lo más mínimo, carraspeo antes de acercarme más a ella. No tardó en levantar la mirada azulada decorada con una amplia sonrisa, que para mí eso solo significaba  perdición.

-¿Me buscabas?

El silencio era envolvente, hasta que apago el dispositivo y lo dejo en la mesa central, sin decir nada se levanta dirigiéndome  una última mirada antes de caminar hacia la cocina.

-Tengo algo que mostrarte -con misterio me da una señal para seguirla.

Rodeo los ojos con desaprobación antes de seguirla.

Aveces me pregunto por que hace cosas como estas: quedarse en silencio después de caminar o mantener esa fachada de mujer misteriosa y aterradora cuando mira a alguien, supongo que son los efectos de tener todo el poder bajo su control, es imposible no hacerse una película mental de todas las escenas que a echo con su refinada amargura, ahora entiendo cómo fue que llegó a ser actriz y no por los  dramas fingidos que le hacia a papá, creo que es por el porte de villana que tiene de naturaleza.

Llegando a la cocina  lo primero que veo es el computador abierto destellando con su brillo encima de la mesa.

-Mira esto -soltó de la nada. Giro la computadora para que pudiera ver con claridad, mientras señalaba la imagen frente a mí.

¿Qué era eso?

Antes de perder mi atención en la pantalla frente a mí, no pude evitar lanzarle una mirada de duda, la cual correspondió con una sonrisa. Hasta que logre enfocarme en ese texto enorme expuesto, intente leerlo totalmente.

Abro mis ojos con violencia al igual que mi boca, sin palabras la miró impactado.

-¡Oh por... dime que no lo hiciste! -mi asombro negativo  hizo que reaccionara con una cara de preocupación.

-Dan, es lo mejor para ti, logre que entraras, es una oportunidad única -confiesa, antes muestra una sonrisa de: "se que odias la idea pero me importa un carajo lo que pienses" suponiendo que estaba algo apenada por lo que hizo cuando de todos modos le importaba muy poco mi opinión a pesar de tratarse de algo mío.

-¡Entonces por qué todo este tiempo me has estado preguntando qué es lo que quiero, si de todas formas tu vas a elegir! -en ese momento me había exaltado demasiado al punto de elevar la voz.

-¡Baja ese tono niño! -me mirarme con imponencia-. Pensé que era lo que querías, lo mejor para ti, creí que por fin habías corregido esas manías, pero ya veo que no.

Estaba molesto, claro, ella no es obligada a hacer algo en lo que no está de acuerdo, le repetí tantas veces que no me gustaba la idea de ir al mismo colegio que Oliver, no me importa el nivel, no importaba que fuera uno público, le dije infinidad de veces que no quería estar ahí, siempre se trata de hacer lo que ella quiera, de todos modos en unos días estaré junto a Oliver.

-Tu sabias que no quería ir a ese colegio. Esas personas no necesitan a alguien como yo, sino como Oliver, yo soy diferente a ellos.

-Te lo repito, yo solo pensé en tu futuro, en algo mejor para ti, hay más oportunidades de sobresalir, no como el lugar en el que estabas, nadie resaltaba tus cualidades. Sé que eres mejor que eso, mejor que ellos -. Se acercó de manera peligrosa en un intento de tomar mi brazo, lo que evadí de inmediato.

Me costaba creer que lo que decía era cierto.

-¿No estás cansado de eso? De ser un don nadie.

Toda mi vida lo e sido y el que ahora lo reconozca solo hace que reaccione de una manera indiferente.

-Tal vez esta es la oportunidad que necesitas para cambiar -. Sigue insistiendo cuando al final iba a terminar cediendo, no sirve de nada discutir, será lo que ella quiera, como siempre. ¿Qué podía hacer?

Corte la platica interrumpiéndola.

-Has lo que quieras, al final será lo que tú digas. ¿No? -digo con un tono cortante y distante.

-¡Daniel!

Era inútil seguir escuchándola, sin pensarlo dos veces me dispuse a huir de su escandalosa voz.

-¡Daniel! -gritó un par de veces mi nombre mientras me seguía.

-¡Eliza! -repliqué con ese tono agudo que ella hacía al hablarme. La arremede con una rabieta de molestia hasta huir por completo, sin prestar atención al par de cosas que gritaba por detrás de mi.

Cómo es posible que ni siquiera elija en donde quiero estudiar.

No era necesario conocer ese lugar de cerca para saber lo que me esperaba. Se supone que la carta de aceptación estaba lista, no se desde cuando, tal vez antes de mi expulsión o más antes, como dijo "esto es solo una oportunidad" pero para ella, alta sociedad, hijos con educación "superior a la promedio", no necesitaba nada de eso, no necesitaba darle gusto a ella. 

Pero creo que lo más cuestionable era: ¿Por qué odiaba tanto un colegio?

Simple, mi hermano estaba ahí, sus amigos, su ambiente, sus fiestas cada fin de semana, su fama, entre tantas cosas que él hace con frecuencia. Conocía cada punto de ese campo de suma importancia, no quería ser la humillación, la burla de la familia (aunque ya lo era de cierta manera ) temía que si  me rodeaba de ellos, lamentablemente podría terminar siendo como ellos, no quería eso, no quería sentirme obligado a ser como él o a compararnos, yo soy muy diferente, era lo opuesto a mi hermano, en términos simples; el era blanco y yo negro, todo lo contrario. Oliver siempre será el orgullo de la familia, el que esperan ponga el nombre en alto, todos lo aman lo adoran, y yo... bueno, intento no ser aun más decepcionante de lo que ya era.

Pretendiendo que todo esta bajo control para seguir dándoles la estabilidad que quieren, porque de lo contrario el nombre de la familia quedaría manchado de por vida, sin duda es un gran peso ser yo.

Es difícil vivir con mi nombre y apellido.

Respiro un par de veces e intento no exagerar.

Solo puedo rezar para no perder la poca paciencia que me queda.

•🌈•

-Buenos días -un ruido poco audible se escucha por encima de las sábanas-. ¡BUENOS DÍAS DIJE! -un grito más que audible hizo que me sacudiera por completo.

-Callate, dejame dormir -escurrido entre las sabanas, me envuelvo.

Ni siquiera en sábado se puede descansar, salgo de mi nido de mantas enganchadas entre sí, solo para ver la cara de molestia de mi hermano con esfuerzo ya que la luz del sol entraba directo por la ventana que llevaba al balcón.

-Has visto la hora que es, qué pasa con levantarte temprano si solo té la pasas dormido. ¿Estás seguro de que estas bien? -Intenta poner su mano en mi frente, en un intento fallido después de alejarme de forma abrupta.

Desde que se enteró de mis salidas de casa a tan temprana hora, no deja de molestar con sus burlas, claro que no sabía a dónde iba, la única excusa que le dije fue que salía a correr y llegaba antes de ir a clases, cosa que no hacía, aun así no le preocupaba para nada, nunca hemos compartido camino en las mañanas, prácticamente cada uno sale por su lado.

-Eso solo lo hago entre semana -respondí semi dormido.

-De todas formas levántate, tengo algo que mostrarte -me di cuenta de que sus intenciones no eran buenas al momento en el que me destapa completamente-, arriba, arriba -sacude la única sabana que queda encima de mí.

-Aun no quiero levantarme -rezongo con flojera cerrando los ojos.

-¿Cómo que no? -me cuestiona amenazante.

Solo siento como unas manos comenzaron a rodear mis pies, reaccionó al descubrir su plan.

-Ya, ya voy -me inclino con rapidez logrando sentarme- espero que valga la pena -ahora entiendo por que no me caía bien.

-Espérame aquí, ya vuelvo -salió de la habitación apenas termine de abrir los ojos.

-¿Entonces para qué me despiertas? -murmuro al aire.

De pronto llega muy feliz y sospechoso, no venía con las manos vacías.

Sonrió y extendió sus manos con un bolso de seda blanca.

Miedo.

-¿Qué te pasa? ¿Qué es esto? -sinceramente tenía un poco de desconfianza y más viniendo de él. Logré tomarla hasta que tuve voluntad. Acto seguido comencé a abrirla con miedo, miedo que él impuso en mí desde que nací.

Oh no, no, no, no.

-Dime que es una broma -hable con decepción.

Aquella bolsa contenía las piezas de un uniforme muy elegante y fino, desconocía lo que era usar uno ya que a dónde yo iba no solía llevar.

-Mamá me dijo que al final si iras y llego esto para ti -señala la bolsa desatada con el conjunto a medias, ya que ni siquiera lo saque por completo, con verlo por fuera era suficiente, sé como se veía en conjunto.

Veía a Oliver llegar con él las veces que no se iba con sus amigos (nunca estaba en casa y cuando lo estaba solo era para molestar) casi siempre era el único que se quedaba en casa, Eliza también salía seguido dejándome solo la mayor parte del tiempo.

-¿Te lo dijo? Debió de estar muy emocionada porque acepte su estupida petición -chisto con disgusto.

-Daniel, no es así, ella solo quería ayudarte.

Desvié la mirada para enfocarme en meter el uniforme a la bolsa con la intención de ignorarlo.

-¿Y qué puede salir bien? Nada -niego con molestia meneando la cabeza.

Sentía que me harían la vida imposible, infestado de todos esos niños adinerados, educados y refinados, mientras yo solo soy una escoria andante, soy desechable como la basura e inútil, era como una pesadilla mal soñada de eso era posible.

-Si te opones tanto a la idea nada buenos saldrá.

-Dos años Oliver, dos años de mi vida, se que no acabará bien -suelto con preocupación  -me comerán vivo -esto último lo susurre para mí, cosa que él también escucha.

-Vamos, eres muy fuerte, si no fuera tu hermano y no conociera tus técnicas de ataque, lo pensaría dos veces antes de acercarme a ti, eres intimidante, dudo que alguien te haga daño -mientras me observa se sienta en la cama-. Esa mirada de zombie no es para nada amigable -ríe de inmediata casi después de decirlo.

Sin ganas de discutir lo mire justo como quería, amenazante.

Recordé el motivo por el cual seguía diciendo que me miraba como un zombie, riendo en mis adentros.

Tiempo atrás:

Una mañana de invierno me desperté como cualquier otro día (cabe mencionar que la noche anterior dormí máximo 3 horas, me había quedado jugando videojuegos).

El clima era tan frío que logró bajar a menos 0. Desperté pero con el detalle de que mi cuerpo estaba empapado en sudor, con escalofríos horribles y una voz entrecortada por la congestión, llamamos a un doctor sin necesidad de salir de casa el cual solo pidió reposo acompañad de unos cuantos analgésicos. Omitiendo lo aburrido y llegando al punto de deshidratación después de la fiebre, ahí es donde entra mi hermano.

Fueron horas de tensión gracias al estado de mi salud que cada vez empeoraba más, dejándome deshecho y sin energía, era como un muerto andante, daba demasiado la impresión de serlo, mi sistema inmune era muy bajo, aún lo es, es muy fácil que contraiga todo tipo de enfermedades.

Al momento en el que me vio lo primero que se le ocurrió fue compararme con un zombie, no tardo ni 30 segundos en tomar una foto, decía que mis ojos grises (son de un color claro, un poco intenso) y las ojeras de un día anterior le daban un toque realista al igual que los escalofríos repetitivos.

El imbécil sin compasión bromeo un par de veces sobre mi condición en mi cara, mientras me encontraba con montones de almohadas para poder respirar, casi sin color sumándole que mi tono de piel es pálido, lechoso. Inconsciente, solo sentía el flash de una cámara, después me enteré del tipo de ediciones que les hizo a las fotos y desde ese momento no volví a enfermarme o al menos lo intentaba.

•🌈•

-No creo que sean útiles -mi decepción era notoria al bajar la mirada.

-Vamos, hay que verle el lado positivo, nuevos amigos.

Como respuesta hice mueca de disgusto mientras simulaba una arcada.

Ese era uno de mis principales problemas: socializar.

-¿Amigos? Lo veo difícil y más conociendo tu particular círculo -. Conozco algunos de sus amigos y no tolero a ninguno, a simple vista todos parecen lo mismo, egocéntricos y presumidos.

-Dan, tómalo con calma aun no entras y ya lo tomas tan mal.

-No es eso, es solo que yo no soy... como tú -aquello último lo dije con cierto tono de duda, no quería victimizarme diciendo que él es mejor o comparándome con él, eso no era lo mío, cada uno era diferente a su manera.   

-Por eso mismo es que puedes resaltar, por ser tú mismo, además. ¿Que te hace pensar que tengo todo bajo control?

-No voy a encajar, no es el ambiente que necesito -respondo exaltado- se los dramas que se hacen -agrego más calmado.

Ser el hermano de Oliver no traería nada bueno, el simple hecho de llevar el mismo apellido es escandaloso para cualquiera que lo sabe, es lo que mi familia ha defendido por años, nuestro apellido, nuestra reputación, nuestra dignidad y por supuesto nuestro futuro.

Solo obtuve un suspiro pesado de su parte.

-No te preocupes por eso, entre menos importancia les des menos ruido hacen.

Todo lo relacionado con rumores, mentiras, verdades, secretos envueltos en los estudiantes se encontraban desvergonzadamente públicos en páginas anónimas,  con la finalidad de esparcirlos en nombre de los estudiantes más importantes, chicos populares, millonarios o simples famosos, como era de esperar mi hermano estaban en primer lugar (con la fama que se carga como no estarlo) se a rodeado de toda esa mierda desde que entró y yo no quería eso.

-Sabes que no quiero -respondo indeciso de mis palabras-, pero tengo que hacerlo.

-Suena a que te están obligando.

-Casi -blanqueo los ojos acedándome de Eliza

-Al menos no te perderás las fiestas, son lo mejor.

Tal vez lo dice porque él sale cada fin de semana y regresa los lunes por la mañana, no tenia limites.

-Yo también salía a fiestas en mía antigua escuela -repliqué disgustado.

-No a ese tipo de fiestas -me corrige con una sonrisa curiosa- me refiero a otros lugares más importantes y exclusivos.

Sabía a lo que se refería; Zonas moradas, "donde lo ilegal era legal". Ultimamente he escuchado hablar demasiado de ellas como si fuesen la gloria, lo dudo mucho, o  mejor dicho creo que son lugares viciosos y de perdición  que nunca imaginé que él conociera.

-Se supone que es una ventaja... ¿por qué? -cuestiono de manera trivial.

-Como que por qué, los pases a esos sitios son escasos, dudo que puedas llegar a conseguir uno por tu cuenta -afina su voz a algo mas convincente-.Pero yo lo puedo conseguirlo para ti con facilidad.

-¿Ahora me chantajeas? -evidencio sus sucia acción.

-No, solo digo que puedes unirte a nosotros cuando quieras -responde con velocidad como si realmente intentara convencerme.

-Oliver -logró llamar su atención-. ¿Por qué estás tan entrometido en esto? A ti nunca té a importa lo que haga o me pase.

-No lo sé, quiero hacer algo bueno por ti.

Suelto una carcajada escandalosa, de alguna manera sentía que algo que era  imposible de que ocurriera, de una en un millón de posibilidades estaba de pasando, dijo que quería hacer algo bueno por mí.

Noto una cara de desconcierto total.

-¿Seguro? -pregunto aun reponiéndome de lo anterior.

-Si, ¿por qué no lo haría?

-No lo sé, pero sigue así, me agrada ese lado caritativo -agrego una pequeña sonrisa, apoyando mi mentón en mi brazo encima de la rodilla- lo del colegio aun lo pensaré -solte con tranquilidad. No estaba en posición de reclamarme nada.

Pensaba tomarme un tiempo para debatirlo y tal vez decirle a papá lo que Eliza quería hacer, de todos modos no tenia elección.

-No lo pienses tanto, el lunes entras conmigo quieras o no.

-¿El lunes? -cuestione sorprendido-. ¿Contigo? Es una broma.

-Si, iras en lo que te acostumbras, el camino está muy lejos y no quiero quejas -advierte con seriedad.

-¿Por qué no me dijeron antes? Para prepararme de manera adecuada. 

Y decirle a papá.

-Pero te lo digo ahora. ¿Por qué crees que te traje esto? -señala la bolsa encima de la cama.

-No tengo ni idea de qué hacer cuando llegue.

Uno de mis mayores conflictos era mi paranoia y el hecho de preocuparme por todo y por nada todo el tiempo, como por ejemplo ahora, mi único conflicto era... ¿Cómo es que voy a llegar? ¿Y si cometo un error? ¿Es obligatorio presentarse con los demás? ¿Qué tengo que decir ? ¿A qué salón tendría  que ir? Preocuparme por los problemas antes de que ocurrieran era mi pasión. Probablemente no duerma de los nervios.

-El lunes te muestro lo más importante, sé que lo sabrás llevar bien.

-Okey -sonrió, resignado.

-No te preocupes de mas, estando ahí será mas fácil. Confía ¿sí? -lo dice tan tranquilamente, lo cual no me calma en absoluto-. Me tengo que ir, se supone que tengo una cita -sonríe triunfante antes de levantarse para salir.

Asiento como respuesta. Regreso a lo mío acomodando mis mantas para descansar los ojos otro rato más.

-Ah, por cierto, hoy por la tarde viene Alex -suelta de repente sin mirarme.

-¡¿Qué?! ¿Aún hablas con él? -lo miro sorprendido. ¿Cómo es posible que aun hable con el enemigo?- después de lo que me hizo.

-No lo tomes tan personal, han pasado años Dan -habla de manera indiferente, lo que hacia ver que no le impostaba, yo no le importaba- te aseguro que él ni siquiera se acuerda de ti -se hunde entre hombros.

-Seguro, como tú eres su "mejor amigo" -hago una mueca seguido de una voz chillona en tono de burla-. Solo asegúrate de que estaba vez no te baje a tu novia.

-Ese no es tu problema. Te avise porque pensé que alguien tan rencoroso como tu querría saberlo y veo que tenia razón, sigues guardándole rencor.

-Hiciste bien, ahora sé que tendré que desaparecerme por la tarde.

-Como quieras, solo te digo que hace años no lo ves, puede sorprenerte lo mucho que ha cambiado.

-Y no necesito verlo para saber que sigue siendo un idiota, como TU.

-Bien, me voy -al sentirse insultado solo levanta las manos en defensa y sin decir nada más sale .

Hoy no me quedare en casa, así no veo a su molesto amigo -refunfuño.




No te olvides de votar. ⭐️

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro