8: Coincidencia

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8: Coincidencia.

—¿Qué?

—Sirius Black, dime todo lo que sepas de él.

Por Merlin. 

La saliva goteara de mi barbilla si no cierro la boca pronto. 

Es más, mi vida peligrara si no hago algo ¡Pronto!

Lucius se me queda viendo con intensidad, cruza los dedos esperando impaciente por mi respuesta. Y esos ojos, por Merlin, luce como si supiera mis secretos, son una flecha que atraviesa mi alma.

Que me preguntara esto podría ser una coincidencia muy grande, ya que es un tema muy común entre los empleados o muy probablemente sospecha de mi. Lo que no tiene sentido.  

—Se que es un asesino en serie —dije agarrando el periódico para observar la imagen sin preocupacion. Ya es muy tarde para fingir demencia —, el que entrego a sus amigos al que no debe ser nombrado.

Parece que no lo convencí. Sigue con la misma postura.

—Ibas al colegio Hogwarts con el.

Alce las cejas sorprendida.

—Pues si, era un par de grados avanzada que él —acepte recordando mis tiempos de estudiante —¿Cómo sabe eso?

—No preguntes y solo responde. No solo se que eras su compañera, también fuiste su vecina.

—¡Oiga! ¿Quien le dijo dónde vivo?

Lucius suspira y saca un folder con mi currículum dónde casualmente está toda mi información.

Que estúpida.

—Se que lo debes conocer. 

—Escuche —me doy un momento antes de hablar —. Se que fuimos compañeros e incluso vecinos pero no lo conozco de nada. Apenas cruzamos palabras cuando salíamos de casa y en el colegio mucho menos. Siempre estaba con esos otros tres chicos igual de salvajes que él y yo estaba en lo mío. Mi hermana menor si fue su compañera de clase ¿Por qué no le pregunta a ella?

Eso último lo mencioné en tono de sarcasmo. 

—Tengo entendido que eres la única en tu casa. ¿O me equivoco?  ¿Has visto algo extraño últimamente?

Puedo sentir el sudor frío cayendo por el lateral de mi cabeza. Los nervios me ponen los bellos de punta.

—Si soy la única viviendo ahí y ahora que lo menciona, no. No he visto nada extraño —me cruzo de brazos —Creeme con lo miedosa que soy ya habría llamado a los Aurores pero es en exceso tranquilo en Grimmauld place. Aunque si le sirve saber, ya ha pasado mucho tiempo desde que alguien va a la casa Black.

Malfoy ladea la cabeza.

—Dime más.

Aterrador.

—La última vez que ví a alguien por ahí fue a su hermano menor —dije con dificultad —¿Cómo se llamaba?

—Regulus —me interrumpe —Regulus Black.

Asiento, dándole la razón.

—Al día siguiente falleció y después de eso nadie más visito esa vieja casa —conteste lujubre —como sea, dudo mucho que Sirius pase por ahí.

Lucius frunce el ceño.

—¿Ah sí? ¿Y por qué lo dices tan segura?

—Porque la casa tenía una contraseña para evitar que los Muggles la vieran. Es un hechizo de protección tan antiguo que su familia tenía por generación y solo los que vivían ahí la tenían. Hasta que la señora Black excluyó a Sirius y el escapó de casa ¡Fue todo un escándalo! Cambiaron la contraseña para evitar que volviera. Y el secreto debió morir con Regulus.

—¿Cómo sabes eso?

Me acerqué al escritorio para tirar el periódico en su cara.

—Ya le dije, todos se habían enterado. Una de las familias más importantes de magos y brujas de los últimos tiempos había tenido un rebelde. Y dejame decirle que las paredes no son tan gruesas. 

Lucius dió un respingo, un poco decepcionado. 

—Te pregunté esto por el vínculo que creí podrían tener, aunque me doy cuenta que ha Sido una simple coincidencia.

Ahora soy yo la que frunce el ceño. Si, si, coincidencia.

—¿Acaso Black no tiene primos o eso? ¿Por qué no les pregunto a ellos?

Lucius abre la boca para contestar, aunque no se le ve muy contento que digamos.

Segundos más tarde me doy cuenta de que caí en un error. Sirius si tenía tres primas a las que recuerdo, una de ella se casó con un Muggle, otra termino encerrada con cadena perpetua en Azkaban y la tercera, la única que representaba estatus al apellido hasta que se casó, Narcissa Malfoy. La esposa de mi jefe.

Diablos.

Lo veo levantarse con las manos apoyadas en el escritorio y una mirada retadora. Si cierro los ojos para recibir el comentario doloroso que se que me dará, sería de mucha ayuda. Aunque me veo interrumpida cuando un cuerpo se hace presente sobre la puerta del despacho.

—¿Interrumpo algo? —dijo un señor, igual de alto y flaco con las piernas más chuecas que jamás haya visto, es un viejito —. Lo lamento, tú secretaria no estaba.

Lucius desvía su vista hacia el señor y relaja el cuerpo. 

Acaba de entrar en su papel “Señor respetado elegante y con modales.” Horroroso.

—No, no. Pasa por favor Avery, te estaba esperando.

—Traere otra taza —les aviso, saliendo de ahí lo más antes posible.

Cuando le entrego el café al señor llamado Avery, la puerta se cierra abruptamente haciendo volar mis mechones de cabello.

Me acomodo la ropa con dignidad para seguir con mi trabajo cuando me distraigo por el sonido de las voces provenientes de la entrada de madera. 

—Tu nueva secretaria se me hace conocida —susurra el viejito. 

—¿Quien? ¿Sea Grey? —escucho un quejido —Le di el empleo por el apellido de su padre pero es una inútil.

—¡Ah! ¿Es una Grey? ¿De ese apellido importante? —Lucius asiente —Con razón se me hacía conocida.

—¿Vienes a hablar de mi secretaria o vamos a discutir sobre cosas relevantes?

—Lo lamento Lucius. ¿Ya lo viste? ¡Está en todas partes! Es cuestión de tiempo que lo atrapen.

—Si sabe lo que le conviene, no lo creo.

—¿Y sí es así? ¿Que haremos, Lucius?

—¿Crees que no me lo he preguntado?

—¡Tendremos que buscarlo nosotros y matarlo! Si es verdad que ha vuelto por venganza nos echara de cabeza a todos nosotros. Nuestras familias.  Black no viene por el chico Potter como piensan los demás.

—Dejemos creer que si. Solamente hay que evitar que se encuentre con ese despreciable chico. Del resto se encargarán los Aurores y los del tribunal.

—Que tal si ese plan falla. Sirius dirá la verdad. 

—¿Quien le creerá a un loco que estuvo encerrado por 13 años en un infierno como ese? ¡Nadie con razón! 

—Si lo atrapan es un peligro pero si no lo hacen ¡También lo es!

—Tranquilo, hasta donde se, todos quieren matarlo, incluso Harry Potter querrá hacerlo. Ya sabra que es el culpable por la muerte de sus padres.

Se escuchan risas y luego otras frases que no logro distinguir, aún poniendo mi oído lo más cerca de la puerta. Me sorprende que Lucius no lanzo el hechizo silenciador, siempre lo ocupa cuando tiene una reunión pero probablemente se le olvidó por el coraje que le hice pasar por mencionar a su esposa de manera indirecta.

—Debes tener cuidado, Lucius. Sobre todo por la gente que te rodea.

—¿Tú? ¿Diciéndome que hacer?

—Es enserio. Escuché que a la mayoría de tus empleados no les agradas.

—Algo debo estar haciendo bien.

—Eso no es bueno. Sabes que mucha información viene y va, la gente que despides puede estar ahí afuera regando chismes.

—¿Que quieres decir Avery?

Carraspea: —Básicamente, que empieces a juntar personas de confianza ¿Por qué no intentas con esa chica nueva la señorita Grey? Parece ser que no te agrada pero, piénsalo, es la más cercana a tu trabajo.

—No veo porque tendría que involucrarse.

—Tienes que tener a tus amigos cerca y a tus enemigos aún más cerca. Ella sabe cosas de ti y si le corres cualquier información que tenga sería de ayuda para otros. Además, si es cierto que es de la familia Grey será fácil unirlas a las filas bajo tus alas.

—Es una tontería. Parece ser una chica fastidiosa de esas que hacen lo correcto. 

—Pues, su abuelo era un Mortífago, lo sabes. Dudo mucho que vaya a poner a su propia familia de cabeza. Necesitas aliados y Sea Grey es una candidata perfecta.

Escucho silencio, haciendo que quite mi rostro de la puerta para no ser descubierta espiando.

El señor Avery sale del despacho junto con Lucius. Ambos se despiden y luego mi jefe se regresa para analizarme un par de segundos, luego vuelve a su nido del mal y no me llama hasta que termina el turno.

Hey Honeys 💙
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Bye 💙

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