𝐄𝐩í𝐥𝐨𝐠𝐨: 𝐈

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

"El primer momento que te ví,
con tu pelo corto y un lindo uniforme escolar.
Solo recuerdo esa imagen
No te puedes ir a ningún lado
Tú tienes que mirarme a mí también".

—Outro: Propose (BTS).

Kim Seokjin

Hundo mis manos en los bolsillos del abrigo blanco, no sé si sea que está muy gastado pero siento que ya no me protege del frío. O es eso, o en realidad solo estoy buscando excusas para pedirle al alfa que me abrace.

Sí, la segunda es más probable. Y ni siquiera es necesario que le diga lo que necesito, Taehyung ya lo sabe. Posa una de sus manos en mi espalda baja y la otra en mi hombro, para pegarme por completo a su cuerpo mientras suelta una risa ronca.

—Eres un mimado, ¿sabías, Jin Jin?

Sobo la punta fría de mi nariz en su mejilla provocando que vuelva a reír.

—¿De quién es la culpa?— dejo un beso en su mandíbula empezando a ronronear para el alfa.

Taehyung solo ladea la cabeza para darme más espacio, al enterrar el rostro entre su hombro y cuello las vibraciones en su garganta se hacen presentes. Ronronea también, complacido, lo siento así.

No deja de mandar esas sensaciones mediante la marca.

—¿Dices que te tengo mal acostumbrado, amor?

La mano que tenía puesta en mi espalda baja, ahora acaricia toda esa zona, yendo de arriba a abajo por mi columna hasta la curva donde empieza mi trasero. Ya no hay nada de aire entre nuestros cuerpos, el frío que sentía se ha esfumado para estos momentos.

Y regresa en forma de impacto contra nuestros rostros. Una bola de nieve.

Taehyung reacciona primero, voltea nuestros cuerpos para darle la espalda al sitio de donde ha venido el golpe y me aprieta en sus brazos empezando a soltar feromonas, quiere hacerme saber que me protege.

Pero no estoy ni un poco asustado.

—Tae— empiezo a hablarle para calmarlo mientras gruñe —Solo fue...

La risa de Hoseok estalla interrumpiéndome, al menos ya no es necesario calmar a mi alfa. Taehyung solo suspira cansado.

—Hyung no hagas esas cosas— murmura empezando a aflojar su agarre —estábamos...

—¿Ves que tus padres son unos aburridos?— habla Hobi aparentemente al aire, ignorando por completo que Taehyung intentaba reclamarle el haber interrumpido nuestro momento —Deberías mudarte conmigo pequeño cachorro.

Mi omega ve divertido como el alfa toma a mi pequeño y lo levanta en sus brazos, haciéndole gestos que en su mayoría solo tienen a la sonrisa en forma de corazón de Hobi como protagonista. Río contagiado por el infantil sonido que escapa de la boca de mi niño.

—Jamás, Hobi— intento separarme de Taehyung para ir a cargar a SeongJin —su lugar es con sus padres.

Taehyung todavía toma mi mano sin dejarme ir del todo. Volteo para pedirle silenciosamente que me suelte, entonces una ráfaga roja se lleva a mi cachorro en sus brazos. Gruño molesto, se le pudo haber caído. Pero las ganas de regañar a Jimin que tenía se esfuman en un santiamén. El alfa portador de un enorme abrigo rojo frota la mejilla del cachorro con la suya moviendo los rostros de ambos, dándole mimos.

—¡Ahh~! ¡Pero es tan tierno!

Oigo a mi pareja gruñir a mi lado, tal vez receloso de la cercanía de los alfas con nuestro pequeño. Pero no podemos evitarlo, se ha ganado los corazones de todos sin siquiera poner esfuerzo. Nuestro niño de cuatro años sonríe risueño, disfrutando de las atenciones, incluso se aferra al abrigo de Park con sus pequeñas manitos. Debe disfrutar que lo estén cargando todo el rato, yo ya no puedo con su peso pero los alfas sí al parecer, ya que no dejan de pasárselo entre ellos como si de un balón se tratara.

—Ustedes pueden tener otros dos cachorros más y dejarnos a este, ¿no que querías tres, Taehyung?

Al voltear a ver a mi alfa mirando a otro lado, pareciendo realmente avergonzado, sonrío enternecido. Me acerco a su lado para dejar un beso en su mejilla y lamer hasta su mandíbula sugerentemente. El alfa gruñe volviendo a tomar mi cintura y pegarme a él como ha hecho todo el tiempo desde que llegamos al lago.

—Podemos pensar en tener más, Jinnie— dice solo para mí y luego mira a Jimin y Hoseok, muestra los colmillos —pero de todas formas SeongJin es nuestro. No se quedará con ustedes.

Ante eso Jimin vuelve a correr todavía con el niño en brazos.

—¡¿Por qué son tan egoístas y solo lo traen una vez por año?!— lloriquea seguido del asentimiento de cabeza de Hoseok.

Me preparo para salir corriendo detrás de él. Podría caer al lago helado con mi cachorro, podría resbalar y soltarlo, podría hacerle daño. Mi omega gruñe por dentro al igual que el alfa de Taehyung.

—Ya cállense ustedes— gruñe una conocida voz plana y aburrida detrás de nosotros —Y yo estoy de acuerdo, después de todo el cachorro es nuestro también porque gracias a nosotros ustedes están juntos.

Taehyung resopla sentándose en el suelo frío y cubierto de nieve, me jala con él para que me suba a su regazo.

—Eso no es cierto, Yoongi-hyung— olisquea mi cuello y susurra que debería llamar a SeongJin. Al inicio no le hago caso, solo me concentro en cerrar los ojos y disfrutar como el alfa me marca con su olor. Después de una fuerte mordida encima de mi marca como regaño por ignorarlo, asiento para llamar al cachorro. Hago un sonido similar a un silbido o aullido para que se acerque, pero el niño de cuatro años está muy feliz y distraído abrazando al alfa mayor presente. Yoongi estira las mejillas en una sonrisa gatuna.

—Ya lo traigo yo, amor— Tae me levanta para dejarme cuidadosamente en el suelo y se va a traer al cachorro. Niego con la cabeza, divertido porque sé que todos solo están jugando, pero claro, Taehyung no lo toma así. Parte de su instinto es proteger.

Taehyung estira los brazos hacia el pequeño de cuatro años. Él responde de inmediato lanzándose a su papá, el alfa sonríe satisfecho y acaricia el cabello castaño de su cachorro, deja besos en su frente y regresa hacia mí seguramente con la intención de dejarme a SeongJin.

—Hombre, déjalo en el suelo— pide Hoseok —Namjoon acaba de llegar.

Ante su aviso me pongo de pie para ver como el alto hombre también con un abrigo largo como los demás camina hacia nosotros con bolsas en ambas manos. Sonrío de lado, tal como dijo Jimin, solo traemos de visita a SeongJin una vez por año a Corea así que entiendo que los chicos, aunque ya no lo sean más, se emocionen y lo consientan. No es realmente porque no queramos estar más tiempo en nuestro país de nacimiento, sino que el tiempo no alcanza para tomar más de unas medianamente largas y bien merecidas vacaciones.

Pero aún así, siempre hay tiempo para nuestro cachorro, mimamos a SeongJin de todas las maneras posibles y nunca le hemos dejado su cuidado a nadie más. No pensé que llegaríamos a ser tan protectores, amorosos y consentidores como padres, no después del desastre que resultamos siendo juntos cuando empezamos a convivir en Japón en mis primeros meses de embarazo.

Ya habíamos sido pareja pero convivir era otra historia, fue como volver a empezar de cero. La recién descubierta marca ayudó en muchas formas, gracias a ella llegué a explicarme muchas cosas. Taehyung no sabía cómo lo había hecho pero él había desarrollado por sí sólo el lazo de su parte. Podía sentir con facilidad mis emociones, saber lo que quería, dónde estaba.

Y exageraba usando esa ventaja. Como el alfa posesivo que demostró ser desde cachorro no dejaba que saliera de casa, que me levantara aún si mi vientre todavía no se notaba y todavía menos que cocinara. Así que llenaba la casa de comida ya preparada porque tampoco quería cocinar por miedo a que por consecuencia de su poca habilidad culinaria yo terminara intoxicado. Tal vez desde ese momento debí sospechar que sería sobreprotector, y como si la palabra no fuera suficiente para describir al alfa me atrevería a aumentar, en extremo.

Más aún cuando nos dijeron el género del bebé. Entonces ni siquiera había llegado al término medio del embarazo pero Taehyung ya había comprado una casa, nos mudó a lo loco y empezó a llenarla de cosas exclusivamente para el uso del cachorro que llegaría.

Entonces debí sospechar que sería un consentidor de primera aunque después parezca arrepentirse. Justo como ahora, que, cruzado de brazos y alzando una ceja, ve celoso como Namjoon le entrega regalos por montones al pequeño niño de ojos pardos, ganándose sonrisas y aplausos silenciosos de parte de este.

Sé lo que dice en su mente. Ah, no debió hacerle caso a un niño de cuatro años con el capricho de querer ir de viaje a Corea para ver a sus tíos de un momento a otro, solo porque se le antojó. Porque las visitas normalmente son entre Febrero y Marzo, cuando Taehyung por fin está más desocupado en el bufete. Ah, se hubiera evitado tener que hacerle muchísimos más regalos a su hijo para recuperar el amor que era obvio, Namjoon y los demás le estaban quitando.

Camino hasta él para reconfortarlo, colgándome de su cuello empezando a ronronear en anticipación de los besos que dejaré por todo su rostro. No se ganará el amor de nuestro bebé con regalos, porque el amor ya está ahí desde el momento en que lo concebimos. Y seguirá para siempre, no tiene reemplazo.

—Te amo— susurro dejando un beso en la punta de su nariz, justo en el hermoso lunar que tan atractivo me ha parecido desde la adolescencia.

Por fin Taehyung dirige sus ojos a los míos, dejando de mirar atento la escena de los otros alfas sentados alrededor de nuestro hijo.

—¿Son míos, verdad?— murmura lamiendo mi mejilla, tal como hice yo hace rato para provocarlo, mas su intención en estos momentos no es esa conmigo, no. Quiere establecerse para sentirse seguro lo cual no deja de sorprender. ¿Cómo no sentirse seguro después de todo de lo que ya hemos salido triunfantes? —Tú eres mío— lleva sus manos debajo de mis muslos para levantarme, enredo mis piernas en sus caderas a pesar de la incomodidad por el viejo abrigo blanco del cortejo que dio inicio a nuestra historia como pareja, una problemática y con demasiados obstáculos en un inicio pero al final, ya feliz y lograda —y tenemos un cachorro. Nuestro cachorro— murmura escondiéndose en mi cuello.

Niego con la cabeza diciéndome que este alfa no tiene remedio, pero no me molesta repetirle que está en lo cierto todas las veces que Taehyung necesite para creer la realidad. Una en la que estamos juntos por fin y no hay nada en medio de nosotros ni por delante cruzándose en el camino.

—Sí, Tae Tae— apoyo la barbilla en su mata de cabellos oscuros —y nada va a cambiar eso así que dame una sonrisa, ¿de acuerdo?

Amo lo bien que le sienta a sus rasgos duros que Taehyung se ponga serio, alce una ceja y se vea tan atractivo y sensual que mi omega chille y me haga querer lanzarme a él. Pero su hermosa sonrisa que manda paz mediante la marca de pareja es mejor, me recuerda que el alfa es feliz a mi lado. Hace que me sienta orgulloso así como trae a mí las ganas de llorar con una facilidad increíble.

Entonces los dos, mi cachorro y mi alfa se acercan, uno se sube en mi regazo para balbucear palabras dulces y bonitas mientras el otro me aprisiona en sus brazos para lamer mis mejillas, limpiar las pocas lágrimas y llenarme con su olor.

Todavía estamos creciendo juntos, pero aún con debilidades e inseguridades por momentos, sé que esto es con lo que he soñado. Las experiencias más hermosas, las sensaciones más intensas, cada instante al lado de Taehyung se siente como el mejor de mi vida. Y cuando me sonríe de vuelta, sé que le pasa lo mismo.

—Te doy una sonrisa pero antes un beso— estira los labios infantilmente en un puchero gracioso hacia mí, al ver que no me acerco deja el gesto divertido y arruga la frente —deberías estar devorándome la boca, omega. ¿Cómo quieres que esté feliz, sino? Ah, ¿es porque en el hotel me dejarás devorarte a ti o...?

—¡Taehyung!— susurro alto avergonzado, no estamos a más de dos metros de nuestros amigos que estoy seguro, están más atentos a nuestra conversación que a la charla en japonés entre Namjoon y el pequeño SeongJin.

—Ni te molestes, Seokjin-hyung— ríe Jimin saludándome con la mano apenas volteo sobre mi hombro para asegurarme de que no hayan escuchado nada. Una sugerente charla entre mi alfa y yo no está dentro de las cosas que quiero que mis dongsaengs escuchen —estamos acostumbrados a su comportamiento no apto para menores desde la preparatoria.

—De todas formas es más divertido escucharlos a ustedes— completa Hobi. Hay un corto silencio en el que interpreto que está enfatizando su punto, dejando que llegue a nuestros oídos la conversación entre Namjoon y el cachorro.

—Has mejorado mucho en los dos idiomas, SeongJin— dice entre risas quizá por alguna respuesta ingeniosa y ocurrente que ha recibido del niño, le gusta mostrarse así ante los adultos. Se cree ya un niño grande, habla muy bien y para otras personas sus avances son admirables, como el manejar ambos lenguajes con gran facilidad aunque Taehyung y yo no hablemos tanto en nuestro idioma nativo dentro de casa.

—¡Ah!— chilla Hoseok y oigo como se levanta —¡Eres tan aburrido como los padres del cachorro, Namjoon! Tráelo para acá— a pesar de no estar viendo lo que hace porque sigo siendo cargado por Taehyung, sé que otra vez ha levantado a SeongJin para llevárselo —Olvídalo, bebé cachorro Jin, te irás con los tíos divertidos.

—Jimin y Hoseok— completa la voz de Mochi.

—Yo también estoy en su grupo, no me pongas al nivel del tío aburrido Namjoon— dice Yoongi divertido y ya oigo sus pasos alejarse. Taehyung me baja con cuidado y saca los colmillos. Estoy listo para decirle que no exagere, los demás no se llevarán a SeongJin a ningún lado. Pero no es por eso que Taehyung ha sacado los colmillos y se ha puesto en alerta.

Suspiro diciéndome que es parte de la costumbre, a Taehyung se le ha quedado eso de estar alerta en presencia de...

—¡Tío Jungkook!— grita la voz aguda del infante seguida del sonido de sus botas impactando contra la nieve mientras corre a los brazos del alfa que acaba de aparecer.

Abrazo a mi alfa por su espalda para que se calme. Muchas emociones por hoy, es normal que se haya vuelto más posesivo y celoso que antes porque ahora tiene una familia propia. Comprendo que esté tan alerta por la presencia de cinco alfas junto a su cachorro pequeño aún.

Beso su cuello omitiendo que sé que aprieta los puños porque está esforzándose para tranquilizar a su lobo por él mismo, me hace sentir tan orgulloso.

—¡Eh!— exclama Jeon cargando al cachorro dejando caer en la nieve las bolsas que traía consigo. Abraza fuerte al niño y este le corresponde cerrando sus ojitos.

Taehyung por fin deja de estar tenso.

•°•

Lamento la demora para el Epílogo, es irónico que justo para terminar el libro toda la creatividad se haya ido regresó así que esto tendrá una segunda parte.

Ya publiqué un nuevo fanfic, es All x Jin y el primer capítulo está en mi perfil. Es sobre las dieciséis rosas que Seokjin recibió en San Valentín mientras estudiaba en una escuela para varones, me gustaría verles por allá si se animan a leer.

Y por favor, ¿hay alguien que sepa hacer portadas que pueda ayudarme? Perdí mi contacto y necesito una nueva para este proyecto. Gracias de antemano.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro