Cap.1- Un doble escape.

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Capitulo uno: Un doble escape.

      La noche más larga del año es hoy.

No, no me crean. En realidad no sé si hay noches más largas que otras, pero siento como si está durará una eternidad.

             Es en realidad, esos momentos necesarios en los que te quedas recapacitando tu vida mientras miras el techo. Lo digo porque mi compañera de cuarto, Clara, lo hace seguido. Recalcando que sus ojos son enormes como un par de canicas, eso contrastando con la oscuridad del lugar, hace que parezca que ve algún espíritu de los que te hacen gritar. Solo espero no escucharla en la madrugada decir que ve muertos. Porque sería más  aterrador.

Aunque por ahora, ese cargo me toca a mi. Tampoco es que este viendo un espíritu. Es más bien lo contrario.

No veo nada, absolutamente. Desde hace más o menos tres horas.

             Clara, mi ya mencionada compañera de habitación se mueve entre sus sábanas, ya muy cómoda de estar durmiendo. Pero en cambio yo no podía. Me movía una y otra vez incomoda para ver si de una vez por todas me duermo. 

Mmm... No se va a poder.

            Los ojos ni siquiera me pesan del cansancio, y eso que hice muchas cosas hoy. Es mejor si me voy a dar un paseo por ahí, en vez de quedarme en cama como un mendigo cacahuete sin hacer nada. 

          Después de no darle mucho rodeo, decidida de ir. Muevo mis sabanas con las piernas hasta quedar libre, luego me pongo mis pantuflas desgastadas y trato de salir de la habitación con suma cautela. Clara tiene el sueño ligero y si se me ocurría despertarla, puede que me meta den problemas, entonces eso significaría cambiarme de compañera. Lo que ya paso tres veces anteriormente. Clara la niña castaña, es mi cuarta compañera en un mes, pero me agrada mucho más que las pasadas. Así que no esta en mis planes asustarla... Al memos no por ahora.

         En este orfanato hay niñas de todo tipo. Algunas son agradables y otras no. Unas son interesantes y otras ni siquiera te dirigen la palabra. Mucha variedad para ser verdad, al menos todas aquí hemos pasado por el mismo asunto. Queramos o no, tenemos dos cosas en común; Ser mujeres y huérfanas.

        No se que paso con mis padres. No se si me trajeron aquí por elección, o si ya no tenían de otra y no podían mantenerme. Claro que a veces me siento sola por ellos, pero como ya dije, recuerdo que no soy la única. Al menos a mi me dejaron conservar mi nombre, que es lo único que le puedo agradecer. Algunas otras ni siquiera saben sus orígenes, pero la ventaja es que pueden elegir sus nombres. Como mi compañera anterior: Rebeka Tribeka. Divertido.

       Un sonido agudo proviene de la otra cama, lo que me saca muy pronto de mis pensamientos. Si quiero salir, es mejor que lo haga ya, antes de que cualquier otra cosa pase. Aun estoy muy cerca de la puerta, pero los juguetes se hacen obstáculos y es difícil pasar por ahí. Una vez que salgo de la trama muy exitosamente, reposo mis manos en la puerta para poder abrirla con lentitud.

Ya casi... Ya casi... ¡Al fin!

Soy libre.

          Hace más frío aquí, que haya dentro, por lo que debí pensar mejor antes de correr y no abrigarme. Ya no importa, de todas formas no regresare hasta más tarde. El pasillo aparte de congelado es larguísimo. Cuenta con una ventana de cuerpo completo, por cada dos puertas. Deben imaginarse cuantas personas viven en este horrible castillo que esta por derrumbarse.

          La oscuridad me intriga por como se ven las cosas de distinta manera. ¿Como se ven las cosas a media noche? La respuesta es: Aterradoras. No me digan que no lo piensan. Cualquier objeto ya piensas que te esta acosando o es algún ende maligno que te comerá los sesos (Si es que tienes, digo, no es como que Rebeka Tribeka los tuviera en ese tiempo). Termina siendo un bulto de ropa sucia, de todos modos.

         Mmm... Nada como respirar aire fresco de un lugar viejo y polvoriento. Las alfombras negras están tapizadas de partículas blancas con gris, se ven tan gruesas, que dudo mucho que las haya lavado en este siglo. Las cortinas son delgadas y transparentes, que ni siquiera tiene un objetivo claro. Se ve triste el lugar.

Creo que su decoradora los estafo. Yo pediría un reembolso. Pero sinceramente, quien sabe al siga viva.

        Mis pies se deslizan por la aberturas de madera en el suelo, y me llevan a donde sea. Solo necesitaba estar despejada, andar vagando por ahí, puede resultar mucho mejor que quedarse inmóvil como las cucarachas cuando las matas. (Boca arriba. Ya seria muy asqueroso hablar sobre su rellenó).

       Doy vuelta en la esquina, introduciendo a un pasillo igualito al anterior. Solo que este llega a las escaleras principales. Es muy probable que el velador este dormido en su banco. Me he escapado cientos de veces por la puerta principal, con ese tipo de guardia y ni una sola me han atrapado. ¡Viva yo!

La agilidad y rapidez es la clave, se cauteloso y hagas lo que hagas ¡Ni se te ocurra despertar al señor! Podrías quedarte sin postre por una semana completa.

      Terminando de bajar el ultimo escalón, avanzo en pinturas hasta la puerta, estoy a unos escasos centímetros del guardia que ronca mucho. Para nos despertarlo y apresurarme, abro la puerta lentamente, solo la cantidad necesaria para dejar pasar mi flacucho cuerpo. Por fin estoy afuera, las ráfagas de viento que azotan mi espalda es una buena señal. Debe ser el polo norte, o es que tal vez la noche no tiene consideración por nosotros los vagos.

     El patio de la propiedad sólo se divide por muros frágiles y arbustos muy largos y pomposos. A veces son útiles para esconderse, pero a veces también, hay muchos insectos raros. De ahí para adelante es puro campo, lo que rodea el área del orfanato de señoritas. Del otro lado, a unos tantos kilómetros se encuentra el orfanato de los chicos. Es básicamente lo mismo, pero con niños. Nadie a convivido con ellos excepto las niñas grandes o cuando son días festivos como navidad. En donde nos sientan en largas mesas uno delante de otro. Pero no nos dejan hablarles. Según la hermana monja, eso es cometer pecado. Aunque no estoy segura de a ver leído eso en la biblia.
     Me acerco más al jardín donde tienen las flores y me siento delante de ellas para observarlas. Digo, después de tener tanto tiempo aquí, debe mostrar algo interesante... quince minutos y nada... media hora. Nada. Creo que ya es mas aburrido que al principio. Pero sigo sin tener sueño. Ahora me paseo por ahí para encontrar algo interesante. Como una de las novicias teniendo platica con un aprendiz del padre, desentrañando un amor prohibido y apasionado. Uno nunca sabe.

   Unos pasos más, dejando caer mis pies sobre el pasto. Algo suena de lejos... No es un sonido causado por algún objeto o parte del castillo, es más bien un tipo de cuchicheo. ¡Se los dije! Aquí hay gato encerrado.

Me acerco un poco más hasta llegar al insípido pasillo que hay entre la reja y el muro gigante del castillo. 

    —Ya te lo dije, me han pillado hablando contigo —Dijo una voz varonil. No puedo saber si pertenece a alguien específicamente ¿Recuerdan que no conozco muchos chicos? —No puedo seguir haciendo esto de hablar contigo. Los demás me creen raro.
Luego escuchó otro sonido extraño, un siseo se escucha. Pero no puedo percatar que significa. ¿A caso alguien hablaba solo?

     —Hice lo suficiente para que nadie se me acercara más, si. Funciono. Pero me meteré en problemas si lo hago de nuevo, no puedo seguir robando.

Otro siseo.

     A estas alturas de la conversación dudo mucho que se trate de un romance apasionado. Ahora es extraño y macabro. Sera mejor que me vaya antes de que la personas diabólica me mate.

    —Se que lo merecen. Cada uno de ellos... Tienes razón. No esta mal —Vuelve a decir el chico —¿Que dices? ¿Alguien nos escucha? ¿Nos espían?

         Una vez termina la pregunta y es una señal para tirarme un balde de agua congelada. No literalmente. Pero me ha sacado de órbita. Ni siquiera pienso en escapar aunque debería. ¿Me habían visto o escuchado?

        Ya no espero más y me hecho a correr antes que los platicadores me atrapen espiando en sus asuntos. Aunque si sirve de ayuda, tengo la excusa perfecta con el romance prohíbo del prójimo y la novicia rebelde.

        La entrada esta mas lejos desde este punto, o tal vez desde esta situación. Pero no puedo detener mis pies para un descanso. No he volteado ni una sola vez, ni siquiera estoy segura de que me persigan porque no escucho a nadie detrás mio. Por si las dudas, sigue tu camino sin parar. Llegando a la puerta ni siquiera me preocupo por despertar a quien sea. Mientras sea sana y salva, las cosas resultan mejor.

Empujo con mi pequeña fuerza la inmensa tabla de madera corrediza, cuando paso mi cuerpo por dentro, no hay nadie a la vista. Ni el velador, ni alguna hermana, ni siquiera la novicia de la que tanto hablo.

Aun mejor por mi. Sana, salva y libre de problemas.

Jamas creí estar tan cerca de ser atrapada, menos por muchachos con lenguaje dudoso. ¿Que era eso? Una voz y un sonido de serpiente extraño. Quiero decir. No había nadie platicando con animales ¿Verdad? Fue suficiente aventura por una noche. Sera mejor ir a dormir antes de que alguien se de cuenta que me he escapado.
Las escaleras se ven cansadas, pero no me queda de otra y hago un viaje glorioso hasta mi habitación. Jeje, nos salimos con la nuestra.

Después de unos minutos, que parecen eternidad, entro al cuarto. Doy un suspiro largo, meterse en problemas es lo mas cansado de la vida. Creo que aprendí la lección, obedecer las reglas, ser más consciente de mis actos...

    —¿Donde andabas?

¡AAAAH!

Clara frunce el ceño cuando me ve por completo a la cara. Parece muy bien descansada, aun con pijama y los brazos cruzados.

     —Yo, salí a tomar aire. —Conteste sin importancia. Según yo mi actuación funciona bien —¿Por que has despertado?

Su cara cambia de curiosa a sorprendida.

     —¿A caso no lo sabes? ¡Ya es tarde! —Exclama con preocupación. Me contesta desde el otro lado del cuarto donde están los armarios. Saca un montón de ropa y se la prueba. Aunque mucha de esta ni nos queda porque es donada —La excursión al zoológico. Sera un largo viajes hasta Belfast, tenemos que darnos prisa si queremos buenos asientes en el autobús.

   Había olvidado la excursión. Por eso no podía dormir, estaba mas que emocionada. Ay, Heivy.

        Bueno con lo que acabo de pasar, no estoy muy segura de querer ir. ¿Que tal si me pasa lo mismo a mitad de camino? ¿Alguien sabe, que yo se su secreto? Entonces si lo digo ya no seria un secreto y terminare mas que muerta.  Mejor no.

    —Creo que no iré hoy —Le dije tendida en mi cama. Observe por el rabillo del ojo a la castaña que se detiene unos segundos, pero vuelve rápidamente a su tarea de doblase su ropa —Me siento muy mal.

    —Me sorprendes. —Se prueba su vestido frente a un opaco espejo —Hablaste del zoológico por meses, desde que te enteraste. Antes de ser compañeras, incluso pensaría que estas loca.

Me reí. No se si era chiste pero es gracioso.

    —Solo descansa un poco más en lo que yo vuelvo. Iré a las duchas. —Toma su toalla y bajón antes de irse.

Que extraño, después de tanto sigo sin tener sueño. ¿¡Que pasa conmigo!?

<<¡Track!>>

Tenia que ser. El foco se ha fundido.

 



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