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CAPÍTULO NUEVE
KEEP THEM AWAY
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A TODOS LOS NIÑOS bonitos del pueblo lo mejor será que corran más rápido que ella.

Se divertía tanto ver como sus víctimas rezaban pensando que el cielo se interpondría para salvarlos de los pecados de un monstruo sangriento.

Se mantuvo fuerte bajo los precios que tuvo que pagar. Dejo atrás su corazón y lo desecho figurando que solo era otro producto para hacernos débiles y del presente, con consciencia. Pero no se dejaría, prefería ser el cazador que la presa y si ya estaba al borde ¿por que no enfrentarlo?

Su ser era frío y corazón palpitante hecho de piedra y para lograrlo en el mundo real debía ser egoísta, existiendo de forma feroz.

Su sombra no se veía a través de la luz de la luna iluminando entre los arboles. Quisiera mirar al pasado a través del cristal para encontrar el error, y eso no se podía.

Ahora su descontento era descargada en el chico de aproximadamente dieciocho años que hace algunas horas se le descompuso su auto cerca de la reserva del bosque y para su desgracia una tierna chica de cabellera negra fue la que se ofreció a ayudarlo.

La bestia entró sin ningún tratado de paz.

Corría sin respiración sintiendo como en cualquier momento le explotaría algún órgano interno. Apretaba lo poco que le quedaba de su brazo izquierdo con fuerza esperando poder llegar a un lugar a pedir ayuda antes de desangrarse.

Todo fue tan rápido, una hermosa joven se acercó a ayudarlo con su auto y después de varios minutos de hablar esta simplemente desapareció dejando a un horrible monstruo de piel grisácea, con uñas y dientes afilados y con la cara del diablo plasmada en el rostro. De una mordida alcanzó a arrancarle el brazo pero con un golpe de una llave pudo tomar un poco de ventaja para huir.

Ahora estaba en la oscuridad del bosque tratando de salvar su vida.

En su persecución llegó a observar hacia el cielo al escuchar algo que se movía con fuerza y agilidad sobre los árboles y al ver la silueta de la criatura sollozo más asustado que antes, esa maldita cosa tenía alas.

Siguió corriendo hasta sentir como chocaba con una superficie blanda y fría.

Observó aterrado a la chica de cabellos negros y ojos rojos con mirada enloquecida cubierta de su sangre.

— Por favor... por favor... — rogó entre lágrimas y ella simplemente lo tomó de la barbilla y lo miró con hambre.

— Pobre niño bonito... No debiste perderte en el bosque.

Sus ojos se volvieron negros con un pequeño punto rojo en el medio, su piel era más pálida de lo que ya era y abrió su boca descomunalmente mostrando todos sus afilados dientes dando una gran mordida en su cuello finalmente terminando con su vida.





























Caminaba por los pasillos de Seabrooke High sintiéndose increíble. La masacre iba tan bien y la sangre de ellos le sentaba de maravilla que la había hecho más hermosa de lo que era, mucho más fuerte, rápida y con mejora en sus sentidos, incluso su poder iba mucho más rápido que antes. Casi podría decirse que era igual a Vlad, fue demasiada comida para un vampiro común.

Que bueno que no podría verse en los espejos sino estaría deteniendo a verse en cada superficie mínimamente reflejante.

Era una fuerza de la que se aseguraría que todos temieran, estaba sedienta de poder y venganza, que todos supieran del fuego que habitaba en su interior queriendo salir de su fría y muerte piel. Acababa de empezar y no descansaría hasta haberlo roto absolutamente todo.

Su nuevo despertar inicio esa mañana en la clase de historia, donde al imbécil del profesor se le ocurrió mencionar a Elio y su muerte, reabrió heridas que apenas y cicatrizaban.

Seabrooke debería estarle dando la bienvenida al incendio que se aproximaba y en el que ella tenía el encendedor. Sentía como corría por sus venas aquella adrenalina y emoción que poco desaparecía de su inexistente corazón a fin de cuentas todas las chicas buenas terminaban por ir al infierno.

No lo hacía por el reconocimiento u riquezas, estaba infectada y no tenía nada que perder. Pero aquello la hacía sentir que aún no estaba muerta del todo y apostaba que nadie creía que volvería a la vida. Metafóricamente hablando, claro.

Quería reinar Seabrooke sobre una nube de llantos y dolor, donde ella fuera la chiquilla cruel más malvada que tendrían, pero, sin volver a lo de antes, ser linda y saludar a todos con una sonrisa rota, volver a ser la niña de los concursos de belleza y en la que todos quieren ser, codearse e incluso parecerse. Tan bien que la estaba pasando dejando salir todo su odio contenido.

Pero guardarse tanta mierda la hacía más fuerte. Lo hacía con convicción, sin tregua o fricción, su enfermedad era alimentada por ellos mismos y su ambición no pararía, era un misil en una misión y la fuerza de la que al final temerían. Nadie se lo vería venir, y cuando estén listos podrán ir tras esa negra cabellera y radiante sonrisa con labios rojos.

De pronto al ver a un chico pelinegro a lo lejos fue cuando recordó rodando los ojos al vampiro sexy con el que tuvo sexo hace algunas noches.

Estúpido Vlad. Al final consiguió lo que quería. Sonrió un poco. Bueno, ella igual. También a eso se debía su tan bien humor.

Pero nada pasaría ahí, estaba segura. Solo fue una noche que ambos compartieron saciando sus deseos carnales nada más. Nada importante.

Dejando de lado la famosa rivalidad entre razas de lado por un segundo odiaba a los hombres lobo en el sentido de que ese día que llegó tarde por su culpa le pareció que no tenía nada de privacidad. Estuvo demasiados años sin acción y ahora se sentía juzgada, como si todos supieran de lo que hizo con Vlad.

Varios lobos que pasaban a su lado y que alcanzaron a olfatearla tenían plantado en su cara la expresión asombrada y divertida de « tuvo sexo »

Sabía que ese día apestaba a sexo.

Incluso Bucky le hizo algunas insinuaciones sobre el tema.




FLASHBACK

— Te ves terriblemente hermosa — llego el ex capitán de porristas a su lado mientras ella sacaba sus libros para su siguiente clase.

No era algo que se pudiera ocultar, hace pocas horas había tomado sangre de un vampiro puro y demasiado joven, le absorbió cada gota de inmoralidad. Además su sonrisa placentera no la podía ocultar de nadie.

— ¿Qué tal la cena familiar? — pregunto interesado y con una sonrisa traviesa, esa sonrisa no era por nada — ¿Un primo lejano, quizá...? — Cerró de golpe su casillero y lo miró entre asombrada y nerviosa.

— Cállate. — tomó camino con el riendo a carcajadas detrás — ¿Se nota mucho?

La miró obvio y avergonzado sin querer responderle a lo cual ella bufó.

— Además ese no es tu estilo. — señaló la ropa que Vlad le prestó antes de salir — Se nota que no se aguantó las ganas y te arranco todo.

Ella evitó su mirada totalmente abochornada y se cubrió con un libro.

— Eres un envidioso. — Bucky soltó una carcajada mientras la siguió felicitando en forma de broma para molestarla.


FIN DEL FLASHBACK


Que vergonzoso fue eso.

























Estaba sentada en la cafetería en su misma mesa de siempre junto a Bucky y otros chicos populares pero ahora menos que otros días les prestaba atención. Su mirada estaba fija en la manada de lobos a lo lejos.

Había hecho bien su trabajo como Sherlock Holmes, estuvo investigando y preguntando lo posible sobre ellos y hasta ahora tenía lo principal, pero sabía que a futuro necesitaría más si quería ganarse su confianza y poder infiltrarse.

No fue tan difícil saber sobre los lobos, era una manada que inmigró desde Grecia liderados por su alfa Willa Wølf y su beta Wyatt, por su apellido quiso pensar qué tal vez eran los hermanos del tipo que atacó a Vlad, pero aún le faltaba averiguar eso, que, si resultaba ser verdad tendrían todo a sus pies. También se tomó la molestia de estudiar al trío que parecía "estar a cargo".

Primero echo un vistazo a de estatura más baja, no tenía ni porqué preocuparse por ella, no parecía muy inteligente, sinceramente. Después estaba Willa, esta chica si seria un problema, o no si sabía mover bien sus cartas, de entrada se veía ruda e introvertida, no confiaría en ella para nada, parecía ser la alfa gruñona e impulsiva siempre queriendo llevar la fuerza por delante. En tanto Wyatt lucía más sensible e inteligente, esta segura que Willa le gana en fuerza y por eso ella es la alfa pero a leguas cualquiera se daba cuenta que que él tomaba las decisiones sensatas y veía por la manada en cuestión de supervivencia y adaptación, sería un buen líder si se propusiera enfrentar a su hermana pero ahg, lobos, son tan sensibles. No le tomo mucho pensar por cual "brecha" entrar, la respuesta era demasiado clara y obvia.

Sonrió de forma malvada y coqueta en dirección al chico con mechón blanco que no disimulaba las miradas que le echaba de reojo desde hace un buen rato. Bingo.





























Ni siquiera tenía idea de que su casillero estuviera a tan solo metros del de Wyatt, no podía ser más fácil. Estaba recargada en estos mientras el estaba de espaldas a ella sacando sus libros y guardando otras cosas.

Se aclaró la garganta para después bajar un poco su blusa dejando ver su lindo escote preparándose para acercarse al lobito.

Pero apenas y dio dos pasos en su dirección cuando una chica morena y vestido morado se interpuso en su camino con mirada molesta haciendo que borre sus sonrisa.

« No ahora por favor. » pensó con desespero.

— Hasta acá huelo tus intenciones y no te lo permitiré — Nicolette quedó completamente muda, esperaba todo menos eso.

Parpadeo nerviosa, ni siquiera había iniciado el plan y ya la descubrieron. Carraspeo fingiendo normalidad.

— ¿De que hablas, Clawdeen? — pregunto con su tono arrogante y desinteresado de siempre haciendo que Willa rodará los ojos por el apodo que le puso.

— No te acercarás a Wyatt — amenazo yendo directamente al grano —, ya sufrió mucho por tu culpa. No eres más que esas niñas ricas y caprichosas que cree que pueden tener lo que quieran con un solo berrinche,— la miró de arriba a abajo — mi hermano no es un objeto.

Willa estaba verdaderamente molesta y cansada de ver triste a su hermano menor cada que esa chica estaba cerca, no se lo volvería a permitir.

Nicolette soltó una risa seca aliviada de que la pulgosa no tuviera ni idea de su verdadero plan pero también estaba ofendida por como la había llamado.

— ¿Disculpa? — pregunto con una sonrisa para nada amigable — ¿Acaso eres su guardaespaldas manipulador o algo así?

— Solo no quiero que caiga en manos de una jactanciosa. — sonrió cortamente con hipocresía para después regresar a su mirada seria. Mientras que Nicolette hizo una mueca de molestia ante su pretensioso insulto.


— Todo lo que tocas lo arruinas. — Dijo pensando en Zed.

Desde que Nicolette se juntaba con él se había estado comportando extraño, parecía que estaba adoptando el mismo comportamiento egocéntrico de Nicolette.

— No sabía que el oro fuera ruin para ti. — respondió con burla sin perder aún los estribos colocando una mano en su hombro.

Sus labios se apretaban cada vez más queriendo soltarle un zarpazo en la cara a la chica morena.

— Te diré que si es ruin para mi, — apartó la mano de Nicolette de ella — ver a mi hermano herido de nuevo por tu culpa ¿te suena?

Nicolette estaba harta, no paraba de repetirle lo mismo y tampoco dejaría que se interfiriera en su camino, le demostraría que ella no escucharía sus absurdas ordenes ni caería bajo sus amenazas. La mordida de un lobo era mortal para ella y sabía que estaba jugando con fuego pero en ese momento por el calor de la discusión no le importó mucho.

— Me suena igual a una perra de manzana que callo lejos de su manzano. — Willa la miró ceñida sin entender verdaderamente a qué se refería haciendo que Nicolette rodará los ojos.— Lo olvidaba, eres pueblerina, entonces déjame explicártelo con palabras que entiendas. — La empujó con fuerza hacia los casilleros haciendo un gran ruido y que varios estudiantes miraran la situación con curiosidad — Llevo más tiempo que tú aquí, conozco a la gente y tengo su confianza, tu sigues siendo una embustera con colmillos y garras. No me amenaces tan a la ligera.

Ambas se miraron a los ojos de forma retadora casi sin respirar. Las dos razas nuevamente cara a cara apreciándose con odio puro, las ganas de asesinarse se notaban a kilómetros.

— No sabes cuanto deseo cortarte la garganta ahora mismo. — Exclamó Willa dejando salir sus uñas mientras susurraba con furia contenida.

— ¿De verdad crees que sea conveniente para ti y tu manada que yo aparezca muerta después de esto? — sonrió con malicia — ¿Y más después de todos los homicidios que ha habido desde que llegaron, sobre todo en luna llena? — Willa se aparto de repente nerviosa y asustada, apenas cayó en cuenta de eso sin tener idea de que la asesina estaba frente a ella — Oh — exclamó con falsa sorpresa — ¿Acaso no tenías idea de que eran los principales sospechosos, o si? — rió de forma burlesca viendo la reacción confusa de la chica frente a ella hasta que sonó el timbre. — Un gusto charlar contigo, ponkler.

Miro a sus espaldas buscando a Wyatt pero este ya se había ido desde hace mucho. Rodó los ojos.




























Wyatt se encontraba en su hora libre sentado en el piso de uno de los grandes pasillos de la escuela revisando sus apuntes de física, no entendía absolutamente nada ni de matemáticas, pero presumía que la materia que más se le facilitaba era historia, claro, por todos sus años de vida.

Estaba en sus asuntos, sin molestar a nadie cuando unas chicas pasaron cerca del lugar y al verlo chillaron con miedo y apresuraron su paso, Bufo mientras rodaba los ojos.

Al final si resultó ser verdad lo que Nicolette le dijo a Willa. Eran los principales sospechosos de los asesinatos además del incidente del baño por el cual los llevaron de excursión. Los rumores volaron rápido y ahora se decía que había un lobo fuera de control, solo que no sabían quién pero por falta de pruebas (las únicas eran la forma en que dejaban despedazados los cuerpos, como si los hubiera comido un animal y que ocurrieron en luna llena) no podían tocarlos técnicamente. Wynter, su hermana y él se pusieron manos a la obra e investigaron si era realmente alguien de su manada pero fue inútil, todos estuvieron bajo observación — además nunca dieron problemas antes — era incoherente todo el asunto.

Suspiro volviendo a concentrarse en las fórmulas en su cuaderno sin tener en cuenta la mirada chocolatina de Nicolette a lo lejos. La primera fase de su plan había funcionado. Mientras investigaba a los lobos se encargó de masacrar a varias personas en e bosque para que las autoridades creyeran que fueron ellos y que perdieran la confianza de la gente. Así, cuando los vampiros ataquen no tendrán ningún tipo de apoyo o credibilidad por parte de ellos. Pero ahora alguien debía ir a consolar al lobito afligido de que sus queridos humanos lo menospreciaran.

Puso su mejor cara de inocencia y se acercó a él a pasos lentos. Wyatt al escuchar sus tacones y sentir su presencia a su lado cerró los ojos, lo último que le faltaba.

— ¿Puedo sentarme? — Pregunto suavemente señalando a su lado mientras que él la miró y algo dudoso levanta los hombros pareciendo no importarle a lo cual Nicolette frunció el celó confundida pero aún así se sentó a su lado llorando internamente por su pantalón.

Ninguno dijo nada por largos e incómodos segundos hasta que Nicolette observó como el chico miraba frustrado la tarea de física y viendo esto como una oportunidad sonrió falsamente de forma amable.

— ¿Necesitas ayuda con eso? — Tenía siglos aprendiendo sobre ello, era totalmente una experta en el tema, era como hacer sumas de dos más dos. En cambio Wyatt para lo único que utilizo las matemáticas a lo largo de su vida fue para contar a los integrantes de la manada cada que salían, digo, ¿de que le serviría calcular la intensidad de un campo magnético en el bosque?

El castaño la vio desconfiado mientras que ella soltó una risa suave para tranquilizarlo y le quitó con suavidad el cuaderno y lápiz poniéndolos sobre sus piernas de forma de que el chico también pudiera ver el procedimiento.

— Mira, tenemos estas tres formulas y tenemos que averiguar qué datos quedan con nuestro problema y sustituir las cantidades. — Comenzó — En este caso buscamos la intensidad ya que nos están dando los datos de la fuerza y la carga, entonces usaremos esta fórmula. — La señaló y después garabateó en el cuaderno hasta llegar al resultado final — Ves, son 53 559 N/C a la izquierda por lo cual es negativa.

El chico la miró con los ojos bien abiertos asombrando.

— Wow — quedó sin habla — eres muy inteligente. — Aludió a la pelinegra.

— Lo sé... — soltó engreída — es cuestión de práctica, si quieres... puedo ayudarte... — Se pego a él y le acarició el brazo dando a entender sus otras intensiones y Wyatt se removió incómodo.

— ¿Qué haces? — Dijo tratando de alejarse.

— ¿A qué te refieres? — pregunto inocentemente.

Es suspiro enfadado quitándosela de encima de una vez por todas. Se había hecho una promesa a su mismo y pensaba cumplirla.

— No te hagas la que no sabe Nicolette. — rodó los ojos — Desde el primer día que te vi traté de acercarme a ti y tu solo me despreciabas e ignorabas ¿por qué eres tan amable ahora? — pregunto con el ceño fruncido mirándola molesto y confundido mientras que ella trago saliva nerviosa.

Si era sincera creyó que sería más fácil.

— Yo solo... — carraspeo pensando en una buena excusa — Tuve unos problemas antes, no era mi intención ser grosera contigo. — Wyatt sintió un extraño tono en su voz e inhaló profundamente para tratar de averiguar si realmente se arrepentía pero lo único que llegó a duras penas fue el olor a smores algo lejano. — He visto como me miras... — Volvió a querer tomar su brazo pero ahora él fue más rápido y lo apartó.

— Antes, Nicolette, ya no — suspira aclarándolo. Desde que Willa le dijo que Nicolette tenía intensiones de acercarse a él (sabrá para qué) estuvo alerta y repitiéndose en la cabeza cada vez más que no la volvería dejar a entrar solo para dañarlo. — Gracias por la explicación de igual modo. — tomó sus cosas y se puso de pie — Igual iré a tutorías, pero podemos ser amigos. — Exclamó como si nada y de forma seca yéndose de ahí dejando pasmada a la pelinegra.

¿Cómo pudo atreverse?

Abrió la boca sorprendida y ofendida.

Okey, tal vez lo subestimó un poco y sería más trabajo del que creyó, pero era tan poco paciente que no estaba segura de lograrlo.

¿Qué se supone que debería hacer? ¿Preguntarle?






Sentada en uno de los lugares de la primera fila se encontraba batiendo su lápiz de un lado a otro impaciente y pensativa imitando un ritmo igual al de un tambor.

No fue hasta que vio como su objetivo cruzaba por el pasillo justo fuera de su salón que sonrió con malicia en sus adentros.

Levantó la mano y puso ojos dulces.

— ¿Si, Colette? — preguntó su profesor.

— ¿Puedo ir al baño?

Solo recibió un simple asentimiento por parte del mayor para después de forma galante levantarse de su asiento.

Al cruzar las puertas del aula pudo ver al hombre lobo que estaba cazando tomar agua tranquilamente de uno de los bebederos cuando la campana de cambio de clases sonó.

*PONGAN PLAY A LA CANCIÓN*

(Oh baby, baby)
(Oh baby, baby)

Dudo en acercarse pues ya pocos estudiantes comenzaban a salir de sus clases y sería humillante que la rechazara frente a ellos.

Hizo una mueca.

Oh baby, baby, how was I supposed to know — se recargo de golpe molesta en los casilleros aún viéndolo a lo lejos — That something wasn't right here? — Hizo un levantamiento de hombros fingiendo inocencia — Oh baby, baby, I shouldn't have let you go — ironizó rodando los ojos — And now you're out of sight, yeah — Lamentó.
Show me how want it to be — Fue detrás de él pasando desapercibida — Tell me, baby, 'cause I need to know — empujó molesta a los dos estudiantes que pasaban por sus extremos — now, ¡oh because-!

The doubt is... is killing me — Llevo una mano a su frente arqueando su espalda. — I must confess I still believe-! — Se cortó a sí misma no queriendo terminar aquella frase. — When I'm not with you I lose my time — pensó en el plan, debía moverse rápido.

Entonces tomando un poco de valor finalmente se puso frente a él con la duda plasmada en su rostro.

¡Give me a sign! — Wyatt apretó sus labios nervioso sin querer volver a caer por lo que simplemente bajo la vista y la paso de largo dejándola fúrica. — Hit me, baby, Hit me, baby, Hit me, baby — En cada pausa golpeó con ira los casilleros abollándolos — ¡One more time...!


























Wyatt nuevamente se encontraba en un pilar observando a Nicolette a lo lejos la cual leía un libro mientras tomaba su famoso licuado rojo.

Quería ir y aceptar su propuesta, volver a empezar de cero pero en el fondo sabía que era por sed de poder, no le interesaba en verdad, solo quería la misma atención que le brindaba cuando estaba detrás de ella. Y el no era un juguete de distracción.

— ¿Cómo va el asunto del apareamiento? — preguntó a su lado con burla haciendo que el lobo salte en su lugar por el susto.

— Estoy pensando en ponerte un cascabel. — Miró mal a Addison y a Bree las cuales lo miraban con burla.

— Y respondiendo tu anterior pregunta... Mal, sinceramente. — suspiro abatido — No quiero ceder tan fácilmente pero esta ahí ¿sabes? — explicó señalando su pecho — Es... difícil querer ignorarla. Apenas y lo logre el otro día.

— Entonces no lo hagas, — sonrió dulce — tal vez al principio estuvo asustada pero si quiere conocerte, no debes cerrarte. — Wyatt la miró dudoso pero rápidamente Bree se adelantó.

— Yo apoyo la idea de ignorarla. — Wyatt señaló a la morena mostrando el otro punto.

— No lo se... — hablo frustrado — No me siento tan motivado como al principio. Además... con el tema del apareamiento... — Sin pena alguna se acomodó el pantalón incómodo a lo cual Addison le dio un codazo.

— No seas cerdo. — regaño y él la miró mal por el golpe hasta terminar sacudiendo la cabeza queriendo cambiar de tema.

Ya no quería seguir mortificándose con el asunto de Nicolette ni hablar de su intimidad.

— ¿Ustedes que hacían? — Addison y Bree sonrieron entusiasmadas recordándolo.

— La maestra de teatro tuvo un percance y no podrá colgar los volantes para las audiciones. — Mostró los papeles en sus manos y Wyatt los miró con intriga.

— Mmm ¿qué obra es? — preguntó tomando uno.

— Es para los de quinto grado. — Explicó divertida la de lentes.

— Ya sabía... — dice incomodo haciendo que ambas chicas soltaran una carcajada.

Hasta que una cuarta carcajada los hizo girar extrañados a sus espaldas.

Nicolette observó al par con superioridad mientras que el trío regresó asustados la mirada detrás de ellos donde antes estaba la pelinegra y volvieron a mirarla asombrados sucesivamente. ¿Cómo había llegado tan rápido?

— Pero si tenemos a Torrence Shipman — sonrió a Addison — y... compañía. — torció los labios con desagrado hacia la morena y esta rueda los ojos — ¿Y... de qué hablan? — puso sus brazos en forma de jarra — Oí algo de una obra.

— La obra es "La reina de las nieves" y no tenemos disponible el personaje de la perra de hielo, por si te lo preguntabas.— Se cruzó de brazos Bree poniéndose al frente encarando a Nicolette la cual solo sonrió con burla en su intento de querer confrontarla.

— ¿No tienes un compromiso más importante? — preguntó retóricamente — ¿Alguna convención de horribles uniformes a la que necesiten ir? — Ahora las miró a ambas — Necesito hablar con Larry Talbot. — Sonrió hacia Wyatt el cual dirigió su vista a otro lado del incómodo momento.

Ahora sabía a lo que se referían cuando hablaban de ella y sus comentarios poco amistosos.

Addison frunció levemente el ceño más no dijo nada, en cambio Bree tomó a la peliblanca del brazo y la arrastró lejos de ahí molesta.

Wyatt aprovecharía la distracción de la pelinegra para huir pero al darse vuelta esta estaba frente a él mirándolo con una sonrisa algo espeluznante haciendo que saltara hacia atrás del susto.

— ¿Y? — pregunto sin borrar su sonrisa — ¿Fue difícil?

— ¿Cómo...? ¿Cómo lo...? — se preguntaba confundido de nuevo por su rapidez hasta que bufo ignorándolo — ¿El qué?

— Rechazarme. — dice obvia a lo cual el suspira agotado con el tema — Ambos sabemos que no querías hacerlo. — Acusó y ensanchó su sonrisa al notar el nerviosismo del chico el cual evitaba su mirada — Anyway no sabes lo que tienes hasta que se ha ido cariño. — guiñó su ojo — Y te lo advierto, soy muy impaciente. — Se acercó nuevamente a él pero la alejó, otra vez.

— ¿Y qué quieres que haga exactamente? — preguntó frustrado sin entenderla.

Mostraba interés, lo rechazaba. La ignoraba y mágicamente ahora esta detrás él.

— Que digas que me amas de nuevo. — Lo ve inocente a lo cual él la miró como diciendo "no juegues " y sin decir nada se marchó del lugar dejándola boquiabierta.

Bufo frustrada soltando haciendo una pequeña rabieta para después caminar furiosa en dirección contraria.

Acababa de cometer el peor error de toda su vida. Porque una vez que das y luego tomas seguirás queriendo más, solo debía encontrar la forma de que eso ocurriera para volver a tenerlo a su merced. En ese juego ella mandaba, no él, solo ella.

Los que la observación casi echando humo por la nariz preferían hacerse a un lado, y los que no sufrían su furia del momento.

Como en el caso de la pobre Fanny.

La castaña de pelo corto no se dio cuenta por donde iba que terminó por chocar con Nicolette la cual al primer roce la empujó con fuerza.

— ¡Quita tu trasero abultado de mi camino! — Un chico cubierto de acné se acercó a ayudar a la chica que terminó en el piso y miró mal a la pelinegra — ¿Tu que me ves cara de cráter? — pregunto con despotismo y sin esperar respuesta siguió con su camino azotando puertas y empujando a los que siguieran estorbando.

Wyatt se arrepentiría por eso.





















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