El Duelo a Medianoche

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-Es una broma. -Dijo Ron, reacio a creer que las palabras de su amigo fueran ciertas.

Era la hora de cenar. Harry había terminado de contarle a Ron, Fransheska y a Bleyck todo lo sucedido cuando dejó el parque con la profesora McGonagall. Ron tenía un trozo de carne y pastel de riñón en el tenedor, pero se olvidó de llevárselo a la boca. Fransheska estaba atónita, no podía creer que lo que Evans contara fuese verdad.¡Era una locura!
Bleyck, en cambio, era la única cuervo entre el mar de leones y comenzaba a entender porqé Harry estaba tan contento cuando se lo encontró por el pasillo horas antes.

Bleyck iba a paso rápido a su Sala Común, debido a que tenía que ir en busca del libro que le faltaba sobre Defensa Contra las Artes Oscuras y, para su desgracia, William y Charles no quisieron acompañarla con la excusa de que le guardarían un puesto y cuidarían sus cosas.

- ¿Desde cuando la Sala Común queda tan lejos? -Murmuraba la azabache por lo bajo, cansada y agitada. Dentro de poco comenzaba la clase, y no quería llegar tarde. Era algo que la caracterizaba, podía llegar tarde a todos lados, menos a las clases-

Dando la curva en un pasillo, se encontró con Harry posando una gran sonrisa pero también una expresión de incredulidad. En resume, parecía un bobo a los ojos de Bleyck.

-Harry, ¿qué tienes? Estas más pálido que un vampiro. -Preguntó Bleyck cuando estuvo lo suficientemente cerca del nombrado-

-Me.., me acaba de pasar la cosa más increíble del mundo. -Dijo Harry, en casi un susurro. Mantenía su sonrisa y miraba directamente a los grises ojos de la contraria-

Desde la perspectiva de Bleyck, parecía que ni el propio Harry podía creer en sus palabras. Parecía drogado.

-«¿Tus padres revivieron?» -Pensó inconscientemente, y casi de inmediato se reprimió por sus pensamientos- «¡Ni se te ocurra preguntarle eso Bleyck Scarlett Grindelwald! Será para que te lance una maldición aquí mismo»

-¿Te regalaron un perro? -Dijo Bleyck, más como un broma que una posibilidad-

-Mejor, te lo contaré a la hora de la cena, junto a Ron y Fransheska. -Dicho esas palabras, Harry salió corriendo en dirección a, lo que suponía Bleyck, era su próxima clase-

-¿Qué acaba de...? ¿Sabes? Ni a la Sala Común quiero ir ya, mejor le robo el libro a Charles y listo. -Bleyck alzó los brazos en señal de rendición, y se dirigió a su clase. A veces no entendía el comportamiento de los varones, muchos menos el de Harry-

De pronto, las palabras de apoyo de Fransheska llegaron a los oídos de Bleyck, sacándola así de su recuerdo de esta tarde.

-De verdad pensé que te iban a regañar bien feo, pero la verdad que me alegra mucho que se te dieran esa gran oportunidad. ¡Ya quiero ir a verte jugar! -Hablo la joven asiática sonriendo ampliamente en dirección a Harry-

-Yo aún no lo creo -Habló Ron, atónito. Su trozo de carne desapareció de su tenedor, su mascota, Scabbers, había tomado entre sus patas la misión de comerlo por su dueño-. ¿Buscador? Serías el jugador más joven en...

-Un siglo -Terminó Harry, metiéndose un trozo de pastel en la boca. Tenía muchísima hambre después de toda la adrenalina la tarde-. Wood me lo dijo.

Ron estaba sorprendido e impresionado, y esto quedó en evidencia cuando el de pecas quedó boquiabierto tras las últimas palabras de Harry.

Bleyck estaba tan anonadado que no tenía palabras para describirlo. Empezando con que la profesora McGonagall, una de las más estrictas, había echo una excepción en las reglas sobre el límite edad para jugadores de quidditch sólo para permitir que Harry jugara, sin hacerle una prueba; y justo después de que haya incumplido las indicaciones de un profesor.

Parecía que todos los engranajes de la vida se acomodaban perfectamente para que Harry Potter cumpliera una misión en su vida.

-Tengo que empezar a entrenar la semana que viene -dijo Harry-, pero no se lo digan a nadie, Wood quiere mantener en secreto.

-Es una locura -Habló por fin Bleyck, después de tragar un trozo de empanada de carne-, todo esto pasó por una simple Recordadora y un patán.

Después de las palabras de la azabache, Ron asintió de acuerdo e introdujo el tenedor vacío en su boca. En cambio, ante la mención indirecta de Malfoy, Fransheska frunció el entrecejo. No sabía por qué le molestaba tanto la simple referencia a su existencia.

-Es lo único bueno que ha echo Malfoy en toda su mísera existencia. -Murmuró Weber, sus palabras salieron ásperas y secas. Desde su último encuentro con el rubio Slytherin, su desagrado hacia él aumentó a niveles impensable-

-¿Dijiste algo? -Le preguntó Bleyck a Fransheska, al escuchar ligeramente la voz de la castaña. Ignorando por completo la llegada de los gemelos Weasley-

-¿Qué? Ah, no nada olvídalo. No tiene importancia. -Respondió la joven de ojos avellana mirando de reojo a Bleyck, quien, no muy convencida de la certeza de su respuesta, asintió-

-Bueno, tenemos que irnos. Lee Jordan cree que ha descubierto un nuevo pasadizo secreto, fuera del colegio. -Anunció George-

-Seguro que es el que hay detrás en la estatua de Gregory Smarmy que nosotros encontramos en nuestra primera semana. -Con aires de superioridad, habló Fred, el gemelo de George-

Aunque, la palabra "gemelos" ni siquiera era adecuado para describir el gran parecido que compartían estos dos pelirrojos.

Fred y George acababan de desaparecer por las puertas del Gran Comedor, cuando se presentaron unos visitantes muchos menos agradables. Malfoy, flanqueado de Crabbe y Goyle.

-¿Comiendo la última cena, Potter?. ¿Cuándo tomas el tren para volver con los muggles? -Habló Malfoy, arrastrando las palabras, pero conservando un tono burlesco y de falsa pena-

-Eres mucho más valiente ahora que has vuelto a tierra firme y tienes a tus "amiguitos". -Dijo fríamente Harry, aprovechando el hecho de que Crabbe y Goyle no podían hacer nada más que crujir los nudillos y mirarlos con el ceño fruncido, gracias a la mesa alta llena de profesores que se ubicaba justo enfrente de ellos-

Weber solo sonrió de manera confiada y puso una mano sobre el hombro de Harry, como ya le era costumbre.

-No tomes importancia a esos comentarios tan mediocres y llenos de envidia, Harry, no desperdicies tus palabras y tu energía en ellos. Además -La mirada de Fransheska cambió de protagonista y ahora se enfocaba en los ojos ofendidos de Malfoy-... Sabemos que perro que ladra no muerde.

Harry y Ron sonrieron satisfechos, si algo habían aprendido de Fransheska, es que sabía callar bocas con solo usar unas cuantas palabras.
Por otro lado, Malfoy estaba tan rojo que perfectamente podía hacerse pasar por un volcán a punto de hacer erupción, y sus porcelanas blancas parecían que se agrietaban conforme Malfoy las apretaba.

Era evidente a kilómetros: Draco Lucius Malfoy estaba furioso.

Malfoy se acercó a Fransheska a paso lento, pero firme, sus pisadas retumbaban por la madera del Gran Comedor.

-Nos veremos cuando quieras -dijo el rubio, sus palabras salieron como una serpiente al escupir su veneno-, esta noche si quieres. Un duelo de magos. Solo la varita, nada de contacto -Al ver el rostro ligeramente confuso de la castaña, Malfoy sonrió con malicia-. ¿Qué pasa? Nunca has oído hablar de duelos de magos ¿verdad?

Cada palabra que salía de la boca de Malfoy lograba enfurecer más a Fransheska, pero esas últimas palabras fueron la peor de todas ya que, eran verdad. Fransheska jamás había oído algo sobre duelo de magos.

-Claro que si, es más, yo seré su segundo. -Habló Bleyck, interviniendo en la pelea de miradas que se formaba entre la castaña y Malfoy. Salvando a Fran de una posible humillación-. Pero veo que contabas con que fuera ignorante al respecto ¿no? Después de todo, los cobardes solo eligen las batallas que saben que ganarán.

En el blanco rostro Fransheska apareció una media sonrisa, le reconfortaba saber que siempre iba a contar con el apoyo de su mejor amiga.

-No te metas donde no te llamen, Grindelwald -dijo Draco, amenazante, y redirigiendo su mirada a los fríos ojos de la nombrada-. ¿No tienes una mesa de cuervos a la cual ir? No seas metiche.

-¿Un poco hipócrita viniendo de ti, no? Tú eres el que anda por ahí metiéndose en conversaciones y asuntos ajenos. -Habló Harry, dando un paso hacia adelante e interrumpiendo la mirada de odio que Malfoy le echaba a la azabache-

-El único metiche aquí, eres tú, Malfoy. -Continuó Ron, acercándose de igual manera hacia el trío de amigos-

Ninguno de los dos las dejaría solas, no después de que ambas los defendieran de las burlas y palabras ofensivas de Malfoy. Además, hicieron una promesa. Serían amigos hasta el final.

Los cuatro jóvenes le hacían justicias a sus casas. Fransheska, Ron y Harry miraban a Malfoy y sus secuaces como unos leones apunto de atrapar a su presa; y la friolenta mirada de Bleyck asemejaba a la de un cuervo apunto de desgarrar con sus garras la piel de un simple roedor.

-Veremos quién es el cobarde. Aquí a medianoche. Nos encontraremos en la sala de los trofeos (nunca se cierre con llave), a menos que no sean más que unos gatitos asustadizos. -Tras decir esas palabras, Malfoy se fue del lugar, seguido por Crabbe y Goyle-

Cuando Malfoy se fué, Harry y Fransheska se voltearon y miraron a Ron y Bleyck confusos.

-¿Qué es un duelo de magia? -Preguntaron Harry y Fransheska al unísono, ninguno de los dos había escuchado tal cosa antes de su vida y, en cierto modo, les reconfortaba no ser los únicos-

-No importa, de todos modos no irán. -Sentenció Bleyck, ya de por si era una locura que Harry no haya sido expulsado por lo de la escoba, si los vieran vagando por los pasillos a medianoche se les acabaría la suerte y estarían camino a casa en menos de lo que se lanza una maldición-

-¡¿Cómo que no?! -Espesó incrédulo Ron, ignorando las caras confusas de Harry y Fransheska- . ¡Si no van, Malfoy creerá que Fransheska es una cobarde!

-Am, agradecería mucho que nos explicarán para luego dar una opinión sobre esto. -Expresó la Weber con la misma cara de confusión y curiosidad que el azabache a su lado-

De pronto, Bleyck y Ron recordaron la presencia de sus amigos, pararon su discusión y los miraron directamente a los ojos.

-Un duelo es magia es, como su nombre lo indica, una lucha entre dos magos. Donde, su objetivo es derribar, aturdir, desarmar o matar a su oponente.-Explicó Bleyck, restándole por completo importancia, como si no acabara de insinuar que Fransheska podía morir-

Ron, igual de despreocupado que la azabache a su izquierda, asintió. Harry abrió los ojos de par en par, y Fransheska imitaba a la perfección a una estatua.

-¿M-matar? -Preguntó con dificultad Harry-. ¿Fransheska podría morir?

«A penas tenemos once, ¿cómo podemos matar a alguien?» se preguntaba el azabache aturdido. Era demasiada emoción para un simple jueves.

-Nadie morirá -Habló Ron, tranquilo-. La gente sólo mueren en las duelos reales, ya sabes, con magos de verdad. Lo máximo que pueden hacer Malfoy y Fransheska es lanzarse chispazos uno al otro.
Ninguno sabe suficiente para hacerse verdadero daño. De todos modos, seguro que él esperaba que te negaras, Fransheska -Su visita dejó de posarse en Harry y pasó a la Weber-, por eso debes ir, si no vas, Malfoy creerá que eres una cobarde.

-¿Y si es una trampa? ¿Y si Malfoy no va, y llama a Flich o Snape para que la atrapen? Es muy arriesgado. -Razonó Bleyck. «¿Acoso soy la única que piensa en esa posibilidad? » se preguntaba irritada-

-Eso debería decidirlo Fransheska. -Habló Harry-

Si estuviera en las manos del azabache, él no iría ¿y si levantaba la varita y no salía nada? Era su temor, pero Fransheska era muy habilidosa en clase, seguro ella podría hacerlo. Pero Bleyck tenía razón ¿y si todo era una trampa de Malfoy? Nunca se sabía con ese rubio entrometido. Sin embargo, eso sería decisión de Fransheska.

Los tres amigos miraron a la Weber, quien sólo permanecía en silencio. Lo único que la hacia parecer viva era el ligero brillo de emoción que destacaba entre sus hermosos ojos avellana. De pronto, habló.

-Suena emocionante -Habló la castaña, y Ron asintió frenético-, pero muy arriesgado -Bleyck y Harry asistieron a la par, y cuando Ron iba a volver hablar, la decisión definitiva de Fransheska salió de sus rosados labios-..., asistiré.

Aquello no era lo que Fransheska llamaría un perfecto final para el día, estaba acostada, despierta y oyendo como sus compañeras de habitación dormían tan plácidamente mientras ella se atormentaba internamente, pensando que había hecho molestar a su única y mejor amiga.

¿La razón? Simple, después de la apresurada decisión de la castaña sobre ir al encuentro con Malfoy, Bleyck abrió la boca para, lo que suponía Weber, era reprochar, pero justo en ese instante llegaron Charles y William con la excusa de que debía llevarse a Bleyck inmediatamente para contarle algo se suma importancia.

Es hora entonces, que Fransheska no sabía si se encontraría a su amiga al salir de la sala común, esperando para acompañarla y, como siempre, apoyarla en sus aventuras o se encontraría el amplio pasillo vacío, solo acompañado por los ronquidos de la Dama Gorda.

Fransheska escuchó como la puerta de su dormitorio era suavemente tocadas, con entusiasmado se paró rápidamente de su cama, se colocó las pantuflas de conejo y abrió eufórica la puerta; pues esperaba que, de alguna forma, Bleyck fuese la responsable de tal sonido. Pero desgraciadamente, cuando abrió la puerta, no se encontró con los grises ojos de su amiga, si no con los rostros de de Harry Potter y Ron Weasley.

-Once y media. -murmuró finalmente Ron, ignorando la expresión de descontento y el suspiro decepcionado de la castaña frente a él-

-Será mejor que nos vayamos ya. -Habló Harry, sosteniendo la lámpara que les brindaba un poco de luz y claridad en esa fría y oscura noche-

-¿Es normal emocionarse por algo como ésto? -habló la joven ya ansiosa por irse, necesitaba distraer su mente y demostrarle de una vez por todas a Malfoy que el único cobarde era él-

-Vamos -dijo Harry, quien había sido arrastrado por Ron a ir-

Los tres amigos bajaron con sumo cuidado la escalera de caracol y entraron a la sala común de Gryffindor, todavía brillaban algunas brasas en la chimenea, haciendo que todos los sillones parecieron sombras negras. «Aterrador» pensó Fransheska.

Ya casi habían llegado al retrato, cuando una voz habló desde un sillón cercano.

-No puedo creer que vayas a hacer esto, Fransheska. Te creí más sensata. -Una luz brilló y el portador de la voz se reveló, era Hermione Granger, con el rostro señudo y una bata rosada-

-¡Tú! -Dijo Ron furioso- ¡Vuelve a la cama! -espesó sin rastro alguno de gentileza-

-Soy sensata, pero mi orgullo y dignidad son más poderosos. -Respondió la asiática al oír a su compañera, que como gato sigiloso se había acercado tan repentinamente-

Hermione arrugó el entrecejo ante la hostilidad del pelirrojo y el comentario de Fransheska.

-Estuve apunto decírselo a tu hermano, Ron -contestó enfada Hermione, mirando a los verdes ojos, que ahora parecían echar humo por la iris del mencionado-. Percy es el prefecto, y puede detenerlos.

Fransheska no le prestaba mucha atención a la conversación de los presentes, solo se enfocaba en pensar pros y contras sobre esta decisión que había tomado, y sobre si fuese buena idea.

-¿Cómo alguien puede ser tan entrometido? -Murmuró Harry, indignado. «¿no tenía una vida por la que preocuparse?» pensaba el azabache-

-No lo digo solo por ustedes, lo digo por todos los puntos que perderán para Gryffindor si los atrapan, y lo harán. La verdad, es que muy egoísta de su parte. -Habló Hermione, cruzando de brazos y tomando una postura parecida a la de McGonagall cuando alguien se quedaba dormido en clase-

Ese comentario le cayó como un balde de agua fría a la castaña, quien solo pudo llenar su cabeza de miles de posibilidades en cuestión de segundos.

«¿Qué tal si Bleyck tenía razón y solo es una trampa de Malfoy? ¿Y si nos está esperando con un profesor para castigarnos? No, no lo creo. Malfoy se veía que hablaba enserio.
Pero.., Hermione tiene un bueno punto ¿qué haríamos si perdemos tantos puntos para Gryffindor en nuestro primer año? ¿Y si nos atrapan? ¿Cómo explicaríamos que íbamos camino al salón de trofeos pasadas las doce de la madrugada? Pero no puedo faltar, Malfoy se burlaría eternamente de mi por eso..., debo tener cuidado. No se que trampas se traiga bajo la manga, debo estar muy atenta y observadora a todo...»

"Atenta y observadora a todo" podría no ser la expresión adecuada en este momento, considerando que Fransheska casi dió un salto en su lugar cuando, de repente, la voz de Harry llegó nuevamente a sus oídos.

-La verdad, es que no es asunto tuyo. -Dijo Harry, molesto por la constante insistencia de la castaña y dispuesto a darse la media vuelta e irse-

-Vete. -dijo Ron, harto de la presencia de la castaña-

-Muy bien, pero les he avisado. Recuerden todo lo que les he dicho cuando estén en el tren volviendo a casa mañana, son tan...

Pero lo que Hermione, ni ninguno de los contrario se dieron cuenta, es de que ya habían salido de la sala común. Solo lo notaron cuando Granger quiso dar la vuelta para regresarse, dándose cuenta de la ausencia de la Dama Gorda (quien se había ido a una visita nocturna) y ahora Hermione estaba encerrada, fuera de la torre de Gryffindor.

-¿Y ahora que voy a hacer? -Preguntó con tono agudo-

-Bueno..., ya estás aquí y no puedes hacer nada. -hablo la menor en tono bajo debido a los nervios, sus manos empezaban a sudar frío y también comenzaba a tronar sus dedo y su mirada no podía permanecer en un solo lugar, el miedo de que llegara algún profesor realmente la aterraba-

«Ay por las barbas de Merlín ¿En qué me he metido? ¿Y si se me olvida algún hechizo y quedó como tonta?»

La castaña estaba tan nerviosa de que algún adulto los atrapara, o en general de hacer el ridículo, que hasta empezó a rebuscar entre los bolsillos de su pantalón negro si tenía la varita. Cualquier susurro del viento o incluso la más mínima respiración le hacia creer a la pobre de Fransheska que eran pasos de un profesor. Definitivamente, escaparse no era lo suyo

Aunque no era la única, Harry estaba igual de nervioso. Pero sus nervios y ansiedad eran apaciguados por la furia que sentía ante la irritante y constante presencia de Hermione.

-Exacto, ése es tú problema -dijo Ron-. Nosotros tenemos que irnos, o llegaremos tarde.

-También puedes quedarte en la puerta a esperar que llegue la Dama Gorda. -Sugirió una voz entre las penumbras, sus ojos destacaban como estrellas entre la noche, y el moviendo de la cola del gato que la acompañaba, sumado de los brillantes ojos del mismo, le daban un aspecto de película-

-¡Bleyck! -Gritó Fransheska, de pronto, sintió como los nervios dejaban su cuerpo ante la presencia de su mejor amiga. Corrió hacia ella y la abrazo fuerte-. Viniste.

-¿Qué haces aquí? Te pueden castigar si te atrapan. -Murmuró Harry hacia la Ravenclaw, como si él no estuviera infringiendo las reglas y de igual forma pudieran atraparlo-

-¿Con qué derecho hablas tú? -Contraatacó la de mecha blanca-.

-No me expulsarán a mi, soy el jugador más joven en un siglo. -Se excusó Harry, aunque no quisiera admitirlo, también tenía miedo de que los atraparan. En el poco tiempo que estuvo ahí, sintió una alegría que durante su infancia estuvo netamente ausente, y no quería perder eso, no lo soportaría.

Bleyck rodó los ojos ante el comentario del azabache, «se le infló el ego a éste» pensaba divertida. Decidió dejar el tema de la posible expulsión de Harry, y se volteó hacía la castaña con una sonrisa.

-Tenía que venir, después de todo, soy tú segundo. -Codeó ligeramente a la asiática entre sus brazos, haciendo que esta elevara la vista con una amplia sonrisa-

-Estoy segura de que todo saldrá bien, no se preocupen. -la castaña, ya más calmada, se separó del abrazo que mantenía con la Grindelwald-

Era impresionante como la aparición y palabras de su amiga la hacían sentir más relajada y segura de si misma.

-Nunca lo sabremos si no nos vamos. Vamos. -Habló Ron, empujando a su amigos por el pasillo para irse al duelo, y pensando a la par de que con la presencia de la Ravenclaw las cosas podían salir mejor.

No habían llegado al final del pasillo cuando Hermione los alcanzó.

-Voy con ustedes. -habló la de cabellos alborotados cuando llegó a su lado-

-No lo harás. -Repuso Harry. «Pero que metiche»

-No lo harás, solo serías peso muerto. -Sin rodeos habló Belyck, era de madrugada, tenía sueño y estaban rompiendo las reglas camino a romper otras más. No tenía tiempo para vigilar que no atraparán a una chica que se quedó fuera su casa-

-Yo no opino lo mismo, siento que sería una gran ayuda. -habló Weber con una sonrisa en su rostro mirando a la castaña-

Bleyck, Harry y Ron la miraron como si estuviera loca. Lo más probable era que solo retrasaría el duelo con "es mejor hablarlo, la agresividad no es la solución".

-Además, ¿no creerán que me voy a quedar aquí esperando a que Filch me atrape?. Si nos atrapan a los cinco yo le diré la verdad, que estaba tratando de tenerlos, y ustedes me apoyarán.

-Eres una cucaracha- dijo Ron en voz alta.

-A pájaro mudo, secreto guardado. -Espesó Bleyck, con la malicia y enojo brillando entre sus ojos. Sacó la varita de su pantalón apuntó a la castaña-. Si llegara la situación en donde debemos acusar a alguien, tu serias el blanco fácil. Después de todo, no es sobre verdad, es sobre mayoría.

Hermione la miró indignada, y de sus ojos salieron llamas que se peleaban con el filo de la mirada azul. La lucha de miradas fue interrumpa por el brazo de Fransheska, quiero con una de sus manos bajó la varita de su amiga.

-Tranquila Bleyck, si nos descubren yo asumiré la culpa. Soy yo la que está metida en esto y no es justo que ustedes también sean culpables de mis acciones o las de Malfoy. -Habló con tranquilidad la asiática, y cuando Ron, Hermione y Bleyck abrieron la boca para reprochar, la voz de Harry se los impidió.

-Cállense todos -Mandó Harry, ganándose la atención y miradas ofendidas por parte de los contrarios-. Escucho algo.

¡Hola!
Estuve algo ausente estas semanas, pero en mi defensa la escuela no es fácil :(
Además de que traté de publicar el capítulo muchas veces y Wattpad no me dejaba

¿Les gustó el capítulo de hoy? ¿Vieron los nuevos gráficos? ¡Están increíbles! Un agradecimiento especial a todos aquellos que me otorgaron la oportunidad de tener tales gráficos en mi historia 💗

PASAMOS LAS 700 VISTAS Y LOS 100 VOTOS! Es una locura, les juro que al principio no creía que pudiera llegar a más de 100 vistas y ahora casi un millón, enserio les agradezco tanto por su apollo 💞

Para celebrar, les regalé el área gráfica, donde habrán muuchos gráficos más, playlist¡e incluso un tráiler!

Tengo una sugerencia, ¿les gustaría un multiverso de Bleyck y Fransheska? Serían varios fanfics (de otras series y películas) donde habrá donde protagonista iguales en personalidad e historia de muestras queridas protagonistas!

Preguntas para ustedes:

¿De qué creen que querían hablar William y Charles con Bleyck?
¿A qué personaje quieren caer a golpes por el momento?

¡Dejen también sus dudas sobre la historia, en el próximo capítulo las responderé!

¡Recuerden comentar y votar si le gusta la historia y los capítulos!

¡Besos! 💕

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