🪻┆Estas en mi cama

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La sangre no paraba de brotar, apenas lograba controlar mis nervios. Mis ojos llorosos y mis manos temblaban con horror.

- Jungkook -Apoyé su cabeza sobre mis rodillas, mientras buscaba algo con que hacer presión a la herida-. Resiste Jungkook, resiste. Ya llamé a la ambulancia. Ahora mismo vendrán a ayudarte.

- ¡Ugh! -se quejó apretando los dientes.

- Así, mantente despierto. Aguanta un poco más. Pronto te curaran, te lo prometo.

- Jimin... -me miró con el rostro pálido-. Creo... que ahora sí te vas a quedar viudo.

En verdad le daría una bofetada por semejante comentario, pero si estaba consciente para decir disparates, resistiría hasta ser trasladado al hospital.

- No digas tonterías. Este no es momento para tus comentarios fuera de lugar.

- Hablo en serio, Jimin. Si muero... es mejor para ti, recibirás toda la herencia y... -se detuvo retorciéndose con dolor-. Obtendrás tu libertad. La que te negué hace seis años.

- Ya no tiene caso que hablemos de eso ahora.

- Por supuesto que sí, Jimin -hizo un esfuerzo para alcanzar mi mano-. Desde que supe que eras mi esposo, yo... ¡AH! -gritó-. Mejor alégrate, por fin podrás librarte de mí.

- Yo no deseo eso.

- ¿Acaso aún guardas sentimientos por mí? -su voz sonaba débil- ¿Te gustó? Al menos déjame saberlo antes de morir.

- Ya te dije que no te vas a morir.

Lo mantuve consciente hasta que los paramédicos llegaron. Lo subieron a una camilla, mientras cubrían con una gasa la herida.

- ¿Usted es algo del señor? -preguntó el que lo atendía.

- Soy el esposo.

- Bueno, el señor tiene un corte profundo, necesitamos llevarlo inmediatamente a que sea atendido, va a necesitar transfusiones, y los latidos de su corazón están alterados.

- Jimin... -me llamó Jungkook levantando su mano.

- Aquí estoy, dime -apreté su mano con la mía.

- No te alejes mucho. Quiero que tu rostro sea lo último que vea antes de ir al infierno.

- No -susurré agachándome hasta acercar mi rostro al suyo-. No me voy a ir.

Él sonrió entrecerrando los ojos, y con su otra mano se esforzó hasta lograr rozar mi mejilla.

- Me gusta tu aroma a vainilla, pequeña florecilla...

Su mano resbaló. Simplemente no podía creer que esto estuviera pasando.

- ¿Jungkook? ¡Jungkook!

- Tranquilo, no se asusté. Solo se ha desmayado, pero debemos llegar rápido. Ha perdido mucha sangre.

Durante todo el camino no solté su mano. Temía que si lo hiciera, nunca más volvería a verlo despierto.

Llegamos, y con ayuda de médicos y enfermeras, Jungkook fue llevado a ser atendido. A mi no se me permitió seguir, debía esperar a que salieran a darme el informe, y lo único que pude hacer, fue ver mi manos. Tenía manchas de sangre por todo lado ¡La sangre de Jungkook!

- Por favor... -apreté mis manos implorando que todo saliera bien. De inmediato saqué mi celular, pensé en llamar a Jennie. Ella merecía saber lo que estaba ocurriendo, pero si se lo decía, ella terminaría con una reacción peor que la mía-. Señor ¿Qué hago? -pensé. De todos modos ella se enteraría. Así que, marqué a su número y esperé hasta oír su voz.

- Jimin -me respondió.

- Gracias al cielo respondiste Jennie, por favor ven al hospital de la ciudad de inmediato.

- ¿Hospital? ¿Q-qué ocurrió?

- Te lo diré cuando llegues, por el celular me es difícil explicarte.

- De acuerdo, iré ahora mismo.

Rápidamente, ella colgó. Guardé el celular en la mochila y solo me quedó sentarme a esperar.

Ver a Jennie con ese semblante de desesperación por saber de su hermano hizo que sintiera la culpa caer en mis hombros. Contarle de una situación de la que ni yo estaba seguro, fue tan duro para mi como para ella. Si tan solo no hubiera sido tan imprudente. Admito que siempre busqué la forma de evitar a Jungkook para no verlo, pero tampoco quería esto. No le deseaba el mal bajo ninguna circunstancia.

- Familiares del señor Jeon -salió una enfermera a dar la información.

- Sí, soy el esposo -contesté.

- Diganos ¿cómo está mi hermano? -quiso saber Jennie.

- Por aquí, por favor. Él médico les explicará la situación.

Nosotros la seguimos, caminamos hasta llegar fuera de una habitación. Él médico estaba ahí, recién saliendo de verificar la reacción del paciente.

- ¡Doctor! -acorté la distancia con rapidez -. Dígame ¿Cómo está mi esposo?

- Relájese señor, Su marido estará bien. Ya hemos cerrado la herida, y la reacción de su esposo ha sido rápida. De hecho ya está despierto.

- ¿Puedo entrar a verlo? -preguntó Jennie.

- Por supuesto, pero sólo uno por uno.

- En ese caso, entra primero tu Jimin. Estoy segura que a él le agradará verte después de todo.

- Por mí no te preocupes, Jennie. Tu estás más ansiosa por verlo.

- Lo estoy, pero tu eres su esposo. Vamos, ve a verlo que yo esperaré con calma aquí.

- En realidad tiene razón. El paciente preguntó de inmediato por usted, señor Jeon.

- ¿Por mí?

- La compañía de los que más amamos ayuda a que el ánimo de las personas aumenten, y con eso se logre una recuperación rápida.

- Pero yo...

- Anda Jimin, ve que tu esposo espera por su principe -fui prácticamente empujado por los brazos de Jennie hasta entrar a la habitación.

Después de que la puerta se cerrará de un fuerte golpe, observé a Jungkook abrir los ojos y notar mi presencia.

Bien, aquí estoy. No hay razón para estar nervioso. Solo le agradecería y me iría para que Jennie entrara.

- Acércate -me pidió.

Solo por esta vez seguí su pedido sin mostrarme desafiante.

- ¿Cómo estás? -le pregunté sin poder evitar sentir lástima, mientras tomaba asiento cerca a él.

- Vivo, parece que aún no serás viudo.

Su broma hizo que esta vez soltara una sonrisa que cubrí con mis manos.

- ¿Por qué haces comentarios de tan mal gusto?

- Supongo que hago esto para dejar de lado el hecho de que la anestesia está pasando, y vuelvo a sentir el dolor.

- ¿Quieres que llame a la enfermera?

- No -negó estirando su brazo para sujetar el mío-. Te dije en la ambulancia que no te alejaras.

Mi pecho palpita tan fuerte con cada segundo que permanezco con él. No puedo permitir eso.

- Eh...-retiré mi brazo -. Yo solo quería darte las gracias por ayudarme con ese ladrón, estaba por llevarse mi celular, el cuál tiene valor sentimental para mi.

- Bueno, creo que al fin hice algo que te agradó. Tal vez la próxima vez muera para devolverte tu libertad.

- Ya no digas tales barbaridades.

- ¿Por qué no?

- Porque... -callé antes de decir algo que no debía-. Porque eres un hombre fuerte, y se que no te gusta perder ¿No creo que te guste perder la herencia?

- Ugh- apretó los dientes, al sentir una punzada de dolor-. Te... juro que ahora mismo eso es lo que menos me importa. En este momento solo quiero verle la cara a ese ladrón y darle una paliza que nunca olvidará.

- Pues estando herido, no podrás siquiera caminar ni un paso. Así que obedece a las enfermeras y no te creas fuerte. Ya el doctor dijo que estarás bien, pero si no eres tratado bien, la herida podría infectarse.

- Creo que tienes razón en eso. Además, no te otra opción.

- Entonces, creo que ya debo irme. Tu hermana está esperando afuera.

- ¿Tú le dijiste? -cuestionó.

- Tenía que hacerlo. Es tu hermana y ya sabes como se preocupa por ti. Me retiraré para que puedan hablar.

Jungkook asintió sin quitarme los ojos de encima, hasta que salí de la habitación. Todo ese ambiente en el que acabábamos de estar fue muy diferente a cuando estábamos en la oficina. Calma y compresión. Toqué mi pecho, todavía golpeaba fuerte.

- ¿Jimin?

- Oh, Jennie.

- ¿Y cómo está? ¿Lo ves bien?

- Sí, yo creo que pronto podrá estar de regreso en casa.

- Qué alivio -suspiró Jennie.

- Pero entra, él te espera ansioso.

- ¿De verdad? Ahora mismo iré.

La ayudé con la puerta, hasta quedarme a solas en el pasillo del hospital.

Me recosté sobre la pared fría, levantando mi cabeza a la luz del techo y luego bajar a mi manos.

- ¿Por qué aún está caliente? -me pregunté-. Los lugares que él tocó siguen cálidos. Supongo que se debe al shock de ver tanta sangre. Después de todo me salvó la vida.

Dos días después, faltando exactamente un día para que la presentación de la colección en la pasarela se diera. Jungkook fue dado de alta.

Su perfecta condición física y salud, habían ayudado que él estuviera listo para regresar a casa.

Tanto Jennie como Jackson lo habían ido a recibir. Yo me enteré de todo, mientras estaba dando la última revisión a lo que se presentaría al día siguiente. Estaba muy comprometido con esto. Sentía esa necesidad de que esta fecha fuera recordada para siempre en la industria de la moda. Así que no escatime en dar todo mi esfuerzo.

Fue entonces, que después de corregir algunos detalles. Al fin todo estaba listo para la gran presentación que se llevará a cabo mañana. Sentía tanta emoción en mi cuerpo que terminé abrazando al equipo encargado.

- Felicidades muchachos. Siento que esto deslumbrará al público.

- Agradecemos su confianza, señor Jimin, y esperamos que al señor Jeon también le agrade.

- No creo que él asista. Fue dado de alta recién hoy. De hecho, recién lo veré al llegar a casa.

- En ese caso, deseamos la pronta recuperación de su esposo, señor.

Estuve por decir algo, pero me abstuve, solo afirmé con la cabeza y pasé a retirarme.

Después de un día largo y agotador, regresar a casa por un baño tibio; relajaría mis músculos. En verdad lo necesitaba tanto.

- Bienvenido señor Jimin.

- Hola Hyejin

- ¿Va a cenar señor?

- Sí, pero primero me daré un baño. Mantén caliente la comida, por favor.

- Como usted diga.

Subí a mi habitación, ahí dejé mi bolso para empezar a desatar mi cabello y agitarlo, subí mis manos a los botones de mi camisa para quitarlo, pero recordé a Jungkook.

- Iré primero a verlo -me dije-. Mínimo le preguntaré si necesita algo.

Me dirigí a su habitación que estaba a un lado de la mía. toqué su puerta, más al no obtener respuesta, supuse que estaba durmiendo. Sin embargo, sólo para asegurarme entré, y en efecto. Jungkook dormía en su cama.

Tuve que tomar una gran bocanada de aire, pues su torso estaba totalmente descubierto. Seguro era para que la herida no fuera apretada con nada. Observé la gasa y parches que lo cubrían. Me sentí mal solo de recordarlo.

Supongo que dar las gracias no era suficiente ¿Qué podría hacer para no sentirme en deuda? Mirando a detalle su rostro completamente relajado, me di cuenta que la almohada estaba mal acomodada, seguro eso le causaría malestar mañana en la mañana. Bien, lo ayudaría, pero solo esta vez.

Apoyé una rodilla en la cama para estar más cómodo, y teniendo mucho cuidado de no despertarlo sujeté los extremos de la almohada. Quise levantar su cabeza para terminar con esto, pero cuando rocé sus cabellos, él abrió los ojos.

- Jungkook -dije llevándome una gran sorpresa, mas cuando me propuse a retirarme sentí sus manos apoyarse en mi cintura-. Jungkook ¿Q-qué haces? -él no dijo una sola palabra, simplemente me jaló con tanta fuerza que provocó que terminara sentadi sobre él. Más por el susto de no querer lastimar su herida, intenté salirme, pero él rápidamente jaló mis brazos hasta lograr que cayera a su pecho-. ¿Q-qué?

- Estás en mi cama -me susurró con voz ronca, para después apoderarse de mis labios.

Fue en ese beso que sentí algo duro contra mi parte baja, me estaba apretando y se sentía tan fuerte como si...

¡Oh Dios! Jungkook estaba desnudo.
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