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GENEVIEVE DECIDE ESTAR SOLA POR UN TIEMPO, está en el balcón del segundo piso disfrutando de estar sola y tener tranquilidad por primera vez en semanas.

Jasper se fue a cazar con Emmet y Greyson, ella sabía que él solo quería luchar con ellos así que lo dejó ir con los dos.

La brisa fría de esta noche es algo agradable, el aire que sopla de las hojas de los árboles, las luciérnagas todas encendidas se levantaban de los pastos cubiertos de rocío, a una milla de distancia el arroyo del río suena muy terapéutico, mirando hacia el cielo nocturno, vio las estrellas brillando y resplandeciendo.

Hasta que Bella decidió hacer notar su presencia a la vampira mayor, Genevieve se da la vuelta para ver bien a la recién nacida, le dedica una pequeña sonrisa, aunque estaba confundida sobre por qué la chica se acerca a ella.

―Hola ―saluda Bella con una incómoda sonrisa de labios apretados.

―Hola Bella, ¿necesitas ayuda con algo? ―le pregunta Genevieve mientras se apoya en la barandilla.

―No-um nada. Sólo quería preguntarte cómo te convertiste, ―le preguntó Bella, que a pesar de ser una vampira no dejaba de tartamudear.

Genevieve levanta una ceja, preguntándose mentalmente por qué ha decidido preguntar ahora.

―No tienes que hacerlo si no te sientes cómoda ―añade Bella mientras juguetea con sus dedos.

―Bueno, para empezar no es una historia muy bonita ―le dice Genevieve con una pequeña sonrisa, Bella solo asiente como respuesta.

―A diferencia de ti, Greyson y yo no tuvimos tiempo de decidir si nos convertiríamos o no en vampiros, nos estábamos muriendo ―comienza Genevieve con un suspiro.

Así que Genevieve decidió contar su historia, cómo formó parte de los juicios a las brujas de Salem allá por 1692; su madre es acusada de brujería porque curó una enfermedad incurable y fue enterrada en la hoguera; quedar huérfana a una edad temprana; descubrir sus habilidades a los 19 años; conocer a su primer amor, ser traicionada por primera vez; quedarse en los Volturi; participar en muchos eventos históricos y luego la mejor parte de su vida, conocer a Jasper.

―Así que eso es lo que ha pasado hasta ahora en mi vida humana y vampira ―resume Genevieve.

―¿Alguna vez te arrepentiste de haberte convertido en vampira? ―pregunta Bella.

―Lo hice. Después de regresar de los Volturi, odiaba mis habilidades pero ellos fueron los que me ayudaron desde mis momentos más oscuros ―dice Genevieve con un suspiro ―Quería terminar mi vida inmortal, he estado viva por tres siglos, me excedí―

―¿Qué cambió eso? ―Pregunta Bella con cuidado.

―Jasper lo hizo ―responde Genevieve, sin darle importancia ―Él pensó que yo era la que lo salvaba, pero en realidad él le dio a mi vida inmortal un sentido, un significado para vivir, un propósito ―continúa con una gran sonrisa en su rostro.

―Realmente no esperaba una pareja, quiero decir, he estado viva durante tanto tiempo, ¿qué posibilidades hay de encontrar a tu pareja después de tres siglos?―

―¿Alguna vez has echado de menos ser humano? ―Bella pregunta.

―¿Para ser honesta? No. Cuando éramos humanos, no vivíamos una buena vida, nunca viví realmente hasta que fuimos vampiros ―responde Genevieve.

―¿Nunca quisiste tener una familia? ―pregunta Bella lentamente, como para no ofenderla.

―Al principio sí, pero pensé que ser madre realmente no es para mí... no quiero pensar en mi pasado, Jasper ya me ayudó a superarlo todo ―le dice Genevieve ―Ahora soy feliz con él.―

―¿Crees que tomé una mala decisión al convertirme en vampira? ―Pregunta Bella.

―Sí y no, tomaste una decisión tan fácil, sin siquiera pensar en tu padre y en tu madre, eso era lo que siempre quise que supieras... extrañaba a mi madre y a mi padre, aunque mis recuerdos de ellos se van difuminando poco a poco con los años entonces de nuevo fue tu elección ser uno de nosotros.―

―Gracias por contarme todo esto ―dice Bella con una sonrisa de agradecimiento y ella solo asiente en respuesta, el recién nacido se da la vuelta y entró a su casa.

―Jazz, amor, sé que has estado ahí todo el tiempo ―Genevieve se ríe mientras sacude la cabeza.

―Perdón por escuchar a escondidas, no pude evitarlo ―comienza Jasper y baja del techo de un salto.

―Sólo añado mis pensamientos, tú me salvaste, y no podría agradecerte lo suficiente el amor que me das cada día, me diste una razón para tener esperanza ―le dice Jasper mientras levanta su mano hasta su cara, acariciando su mejilla.

Genevieve sólo sonríe y le rodea el cuello con los brazos, apretando su frente contra la de él.

―¿Así que escuchaste mi parte, queriendo terminar con mi vida inmortal? ―Susurra.

Jasper sólo suspira ―Lo hice. No podía imaginar mi vida sin ti cariño, me entristeció que lo pensaras pero recordé que en algún momento de esta vida yo también quise terminar con todo hasta que te conocí, y todo cambió en el buen sentido, en el mejor sentido posible.―

―Hiciste que todo fuera mejor Jazz, me moría de ganas de llamarte mi marido y de que tú me llamaras tu mujer ―le dijo Genoveva al rubio sureño.

―Y yo no podía esperar a llamarte como Sra. Whitlock, tiene un bonito sonido ―Jasper le sonrió mientras dibujaba círculos en su cadera con el pulgar.

―Realmente lo es, pero llamarte mía es hasta ahora lo mejor ―le dice ella

―Fui tuyo desde que Alice tuvo una visión tuya ―le responde con sinceridad.

―Qué vaquero tan coqueto, no hace falta que lo hagas, ya me tienes envuelta entre tus dedos ―le dice Genoveva mientras le revuelve el cabello rubio miel.

―Nunca podré, sólo será peor cuando nos casemos―

―¿Nunca te cansarás de mí? ¿O te aburrirás de mí? ―Le pregunta ella.

―¿De ti? Nunca, cada momento contigo nunca es aburrido, ¿y por qué iba a aburrirme? Siempre hacemos cosas divertidas juntos ―dice él mientras se lame el labio inferior.

Genevieve se limita a poner los ojos en blanco y a golpearle juguetonamente en el pecho y entra en la casa con un hombre rubio como la miel que va detrás de ella como un cachorro perdido.