Academia

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[ En Línea ]


YoonGi hyung

19:48

¿Y tú eres?

19:55

Soy yo, JiMin.

19:56

¿Cómo tienes mi número?

20:00

Usted me lo dio el día en que cenamos juntos.

20:02

Es verdad, lo olvidé. ¿Qué quieres?

20:06

Quería enviarte el horario para las prácticas. Empiezan mañana.

20:08

Demonios. ¿Empiezan mañana? Supongo que no habrá problema
en no ir el primer día de clase.

20:11

No, hyung. Debes ser responsable, es importante asistir desde el primer día.

20:13

No me puedes obligar.

20:15

Te acusaré con Suni nonna.

20:16

¿Acaso me estás amenazando?

20:18

Sí, es lo que estoy haciendo.

20:20

Tsk, eres tan molesto. Envíame el horario.

20:21

20:25

¿Es una jodida broma? Esos horarios son un irrespeto al buen dormir.

20:28

No sea tan quisquilloso, al menos tendremos el fin de semana libre. Podemos irnos juntos mañana si quieres.

20:30

¿Qué te hace pensar de que quiero ir contigo? Apuesto que sólo te ofreces para tomar ventaja de que te lleve en mi auto .

20:32

No, no, claro que no es por eso.

20:35

Como sea, nos vemos mañana.

20:36

¿Entonces sí iremos juntos?

20:38

Sí, niño. Ya no molestes. Adiós.

20:40

Descansa YoonGi. Adiós.

20:41

[Fuera de Línea ]


[]

Ya era lunes en la mañana. YoonGi, después de levantarse de su cama a regañadientes se dirigió al baño a tomar ducha, sirvió su desayuno y antes de salir de su apartamento se despidió de su adorada mascota. Una vez cerró la puerta estuvo a punto de encaminarse hacia donde su vecino, pero se detuvo al verlo sentado en la acera junto a su auto.

— YoonGi, por fin estás listo. —sonrió el de cabellera dorada al ver a su hyung.

— ¿Cuánto tiempo llevas esperando ahí sentado?

— Tan sólo 15 minutos. Ya vámonos, se nos hace tarde.

— Eres un aficionado, aún faltan 10 minutos para que empiece la clase.

— Es importante siempre ser puntual. —se encogió de hombros y esperó a que el pelinegro abriera la puerta del auto.

Una vez llegaron a la Academia. Bajaron del auto y con prisa se dirigieron hacia el aula que les había indicado el portero en la recepción.

Cuando entraron al aula aún no había llegado el profesor, sólo se encontraban aproximadamente unos 20 alumnos, los cuales JiMin ya conocía hace un tiempo.

— Hyung, te presentaré a un amigo, ven.  —tomó el brazo del azabache a lo que se acercaban a un chico de cabellos rojizos sentado en una de las esquinas del aula—.  Hola, Hobi hyung —el rubio saludó al chico a lo que este quitaba sus audífonos, para luego saludarlo regalándole una amplia sonrisa.

— JiMinnie, me alegra verte.

— YoonGi él es HoSeok, uno de mis mejores amigos en la academia. HoSeok él es YoonGi, mi vecino. —presentó a ambos chicos.

— Un placer conocerte YoonGi. —dijo con amabilidad, y estrechando su mano con la del mayor—.  JiMin me ha hablado mucho sobre ti. —mencionó a lo que el pelinegro levantó ambas cejas extrañado y dirigió su mirada hacia el chico a su lado.

— ¿Q-Qué estás diciendo Hobi? Eso no es verdad. —agitó su cabeza en una negativa, mientras fruncía el ceño en forma de reproche hacia el pelirrojo.

— Ah, tal vez hablabas de otro Min YoonGi. —sonrió burlón, y cambió de tema antes de que el rubio lo terminara de matar con la mirada—.  Estoy tan nervioso por la audición ¿Y tú JiMinnie?

— Tú no deberías estar nervioso, eres muy muy genial. El mejor bailarín de la academia, tú no necesitas de estas clases para lograr ser admitido. —halagó con sinceridad.

— ¿Crees que soy muy genial? ¿Qué tan genial? —preguntó HoSeok con una sonrisa.

— Así de hipermega genial. —explicó JiMin extendiendo ambos brazos ampliamente.

— Eres adorable. —carcajeó para luego revolver la cabellera dorada del menor—. Mira, ya llegó el instructor. —señaló al hombre, a lo que todos demás alumnos se levantaban de sus puestos para saludarlo.

Todos hicieron una reverencia hacia el instructor que ahora se encontraba en el centro del salón.

— Muy buenos días alumnos. Hoy para muchos será el primer día de lo que será una próspera carrera artística. Cada uno llenará un formato el cual les entregaré en algunos minutos donde deben anotar sus nombres y al curso de arte al que desean pertenecer.

— ¿Nos separarán por grupo? —preguntó YoonGi en un susurro.

— Por supuesto, hay más de un curso de arte. Yo entraré a clases de danza y tú a clases de música. —respondió el rubio.

Una vez el instructor terminó su presentación, todos los alumnos procedieron a tomar asiento mientras que esperaban la entrega del formato que debían de llenar. Al terminar estos el profesor pasó a recoger cada uno de los formatos.

— Muy bien alumnos, los que pertenezcan a la clase de danza vienen conmigo. Y los de sección de música se pueden dirigir al Aula 202. —mencionó el hombre para luego retirarse del aula.

— Hobi, tenemos que irnos. —el rubio tomó la muñeca de su mejor amigo para arrastrarlo hacia la salida.

— Adiós a ti también, mocoso. —el pelinegro levantó la voz para ser escuchado por JiMin.

El menor se acercó a YoonGi con prisa y tomó ambas manos del chico entre las suyas, mientras permanecía con su mirada fija y seria puesta en él.

— YoonGi hyung. Lo harás bien, no tengas miedo. ¡Fighting!

— Tsk, deja de ser tan dramático. Estaré bien. —removió sus manos apartándolas de las contrarias. 

Una vez el menor retomó su camino. YoonGi se levantó de su silla y tomó su maleta para luego encaminarse hacia el aula que le correspondía.

Al llegar al lugar que le habían indicado, se dio cuenta de que en realidad no era un aula. Se trataba de un auditorio, era inmenso. Al frente se encontraba un enorme escenario con diversos instrumentos sobre el.

— Muy bien jóvenes, tomen asiento, por favor. —mencionó un hombre de mediana edad con un elegante traje negro, el cual se encontraba ubicado en el centro del escenario.

El hombre de traje negro, quien era su maestro, luego de introducir el curso y presentarse como Chung Hee. Luego esto, solicitó a voluntarios que quisieran demostrar su talento musical sobre el escenario. 

Habían subido a tocar una cifra aproximada de 6 alumnos, un guitarrista, una cantante, dos violinistas, un saxofonista y por último un cellista. YoonGi, en realidad había prestado muy poca atención a aquellos jóvenes, puesto que se encontraba más pendiente de su celular que de otra cosa.

— Joven de la camisa de Epik High. —el hombre mayor levantó su observando al pelinegro, quien miró hacia atrás creyendo que él se dirigía a otra persona—. Le hablo a usted fantasmita.

El pálido volvió su mirada hacia el profesor, pues se había dado cuenta de que le estaban hablando a él.

— ¿Cómo es su nombre? —preguntó con firmeza.

— Min YoonGi

— Muy bien, joven Min YoonGi ¿Le gustaría pasar al escenario?

— No, gracias. Estoy bien. —respondió para devolver su mirada hacia su teléfono.

— Insisto. Sus compañeros y yo estamos ansiosos por deleitarnos con su talento. —alzó su voz en forma autoritaria reflejando algo de molestia en ella.

— Como sea. —bufó antes de levantarse y dirigirse al escenario—.  ¿Alguna canción que quiera escuchar? —preguntó con indiferencia tomando asiento frente al piano.

— Sorpréndenos.

El pelinegro acomodó su postura y a lo que los dedos de sus manos se posaron en las teclas del piano. Cerró sus ojos y dejándose llevar por la tranquilidad y el silencio del auditorio las yemas de sus dedos empezaron a deslizarse con fluidez por aquél instrumento, provocando que el auditorio fuera inundado por una suave y oscura melodía, la cual pertenecía a Beethoven. Silence, era una de las primeras piezas de música clásica que aprendió a tocar YoonGi, esta le brindaba una extraña sensación de tranquilidad y paz. Por tal motivo, cada vez que se sentía agotado o decaído se permitía tocar aquella melodía cuándo se encontraba en su apartamento en compañía de su mascota.

Una vez terminó de tocar la pieza, abrió sus ojos y pudo divisar como todos los alumnos del auditorio, incluyendo el profesor se habían levantado de sus asientos y se encontraban aplaudiendo mientras permanecían con una expresión de asombro en sus rostros.

El pelinegro hizo una pequeña reverencia antes de bajar del escenario. Este fue detenido por su profesor, el cual tomó su hombro antes de que se dirigiera a su silla.

— Pequeño rebelde, eso fue excepcional. Buen trabajo, pero trata de bajar tu arrogancia. Sé que podrás dar buenos resultados—. musitó para luego dedicarle una sonrisa de medio lado. YoonGi sólo asintió y se encaminó de nuevo hacia su lugar.

Todo la clase transcurrió de manera tranquila. Hablaron sobre los grandes artistas de la música clásica y moderna, su influencia en la sociedad actual, y otros temas que no quedaron en el interés del pálido.

Finalmente, la larga jornada de estudio había concluído. YoonGi, acababa de salir de la academia y se dirigía hacia su Nissan, aunque antes de eso sintió un peso sobre su espalda y unos brazos rodeando su cintura.

— YoonGi hyung es una celebridad. —escuchó la voz chillona de su vecino.

—  ¿De qué hablas niño? —se giró para soltarse de su abrazo.

— Todo el mundo está hablando de ti. Eres como un Arima Kousei. —empezó a dar saltitos emocionados al rededor del pelinegro, quien ya empezaba a sentirse irritado.

— JiMin, debes dejar de ver tanto anime.

— No estoy exagerando hyung. Todos dicen que estuviste fantástico en la clase del profesor Chung Hee.

— Eso me tiene sin cuidado.

— YoonGi... —el menor se paró en frente del pelinegro sin dirigirle la mirada.

— ¿Qué quieres ahora?

— L-lo siento. —se cruzó de brazos mientras inflaba sus mejillas haciendo pucheros.

— ¿Y por qué te estás disculpando?

— Ya sabes..., por lo del otro día. —bufó al notar que el mayor no entendía a qué se refería, o tal vez fingía—.  Hablo del día de cuando te platique sobre las audiciones. Te dije cosas muy poco agradables. No te conozco bien, y no debí juzgarte ni hablarte de mala manera. Es por eso que... me estoy disculpando.

YoonGi, lo miró con indiferencia tratando de reprimir una carcajada. Le causaba ternura ver como el pequeño se angustiaba por cualquier mínima situación; aunque la verdad es que se sentía agradecido de escuchar aquella disculpa. Dejó de fingir hacerse el duro al ver como las lágrimas se acumulaban en los ojos del chico en frente suyo.

— No te preocupes niño. Ya no estoy molesto contigo. —revolvió la cabellera del menor para luego regalarle una sonrisa genuina.

— ¿E-en serio YoonGi, usted no está enojado conmigo?

— En serio. Ya deja de preocuparte. Sube al auto, te llevaré a casa.

— Muchas gracias hyung. —sonrió ampliamente, tanto que sus pequeños ojitos desaparecieron en dos pequeñas lunas. 

El pelinegro le devolvió una leve sonrisa para volver a acariciar los cabellos del rubio. Después de eso ambos subieron al auto y se dirigieron hacia sus respectivos hogares.




Espero que les haya gustado el capítulo.

🐥Hasta la próxima semana🐥

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