💕Epílogo💕

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Nunca había experimentado tanto dolor en toda su vida. Sentía que todo su cuerpo se desploma en cada respiración. Sus latidos se iban incrementando como si estuviera corriendo un maratón.

No iba a soportar más.

Nadie le contestaba el teléfono. Intento con NamJoon, Seok Jin, Hoseok, hasta a el primo del último nombrado.

¿Dónde estaban todos?

Sentía un gran vacío en el pecho y mucha ansiedad en todo su cuerpo. No podía parar de llorar, estaba desesperado.

¿Qué estaba sucediendo?

La respiración le hacía falta, poco a poco estaba perdiendo el conocimiento hasta que no podía moverse más, su cuerpo no respondía.

—H-hyung —murmuró antes de caer desmayado en el duro piso del baño.

El pequeño rubio abrió poco a poco sus ojos a causa del brillo que apuntaba en sus ojos. No tenía la mayor idea de donde estaba.

Cuando se percató de la situación actual. Sólo se limitó a mirar a todos lados, la obscuridad era lo único que pudo visualizar en el sitio donde estaba.

Gritar, fue lo único que le paso por la cabeza.

—¿H-hay alguien A-aquí? —gritó con fuerza.

Absoluto silencio.

—H-hyung —murmuró con la voz rota —T-tengo miedo—.

De nuevo. No se escuchó ni un solo ruido.

No puedo soportar más el nudo en la garganta y se quebró en llanto. Tenía mucho miedo y no sabía qué hacer. La ansiedad se lo estaba comiendo vivo.

—¿Por qué tienes miedo, Minnie? —preguntó con firmeza una sombra a la lejanía.

—¿H-hyung?—.

El pequeño intento acercarse al reconocer la voz. Dio unos pasos y una presión en su tobillo derecho hizo que su mirada se concentrará allí.

Tenía una cadena enrollada en su pie.

—Dime, Minnie... ¿A qué le temes? —volvió a preguntar acercándose un poco más.

—H-hyung... ¿Qué es T-todo esto? —preguntó aún con lágrimas en los ojos —¿P-por qué hace todo esto?—.

—Te hice una pregunta—.

—O-oscuridad Y-y Sole-soledad —murmuró.

—¿Te gustan las historias?—.

—S-si... E-eso creo —susurró—.

Hace algún tiempo había una familia. Una muy feliz, estaba conformado por dos niños y sus padres. Un día fueron a un lago, su madre les dijo que no se alejaran de la cabaña y que no volvieran tarde. Eran solo niños, era evidente que no les importaba mucho y que sólo querían jugar.

El hermano mayor se llamaba Hhyun-suk, era el típico niño bueno. Amaba a sus padres y cuidaba mucho a su hermanito menor. Era el ejemplo de su pequeño dongsaeng y un orgullo para sus padres.

Mientras tanto... Yoon-Gi, era sólo un niño común. Se dormía en clases, peleaba a menudo con su hermano mayor, desobedecía a sus padres. Pero, aun así. Era amado y muy mimado por su familia.

Ellos dos jugaron toda la tarde ese día, se divertían mucho sólo con la compañía del otro. Hyung-Suk había rogado tanto un hermano por años, que cuando nació Yoon-Gi. Fue imposible no amarlo.

Ya se hacía tarde, el mayor le estaba pidiendo a su hermano que ya se fueran. Yoon-Gi, aún quería seguir jugando, decidió no hacerle caso. Pasaron los minutos y ya no había una pizca de sol. Con mucho temor, los dos hermanos se tomaron de la mano y empezaron a caminar, esperando que ese fuera el tumbó correcto.

Caminaron por varios minutos sin encontrar el camino a casa. El pequeño ya estaba llorando y tiritando de frío. Hyung-Suk estaba desesperado por no poder hacer nada por su hermano. A lo lejos pudo divisar el lago que quedaba cerca de casa. Tomó a su hermano de la muñeca y corrió a él.

Un solo paso en falso y cayó dentro del agua empujando a Yoon-Gi para que no cayera junto a él.

Se sostuvo del extremo de una piedra muy grande y le pidió con un grito a su hermano que fuera por ayuda.

El pequeño de diez años corrió y corrió hasta que vio a sus padres en la puerta de la cabaña. Con lágrimas en los ojos intento explicar la situación, para que, tiempo después, ambos adultos siguieran al niño.

No encontraron a Hyung-Suk.

Duró cómo desaparecido por ocho meses.

Encontraron su cuerpo sin vida en la orilla del lago.

[✉]

Cuatro años después de la muerte de Hyung-Suk, nada fue igual. El ahora hijo único de los Min había caído en depresión luego de aquel incidente. Su madre no le dirigía la palabra y su padre ahogaba su pena en trabajo.

Nunca le reclamaron nada. Pero, con sólo una mirada. El pequeño ya sabía que todo era su culpa.

Un día, decidió salir a jugar a el parque, sin que sus padres supieran. Encontró a un perrito color café, el cual de ese día en más, iba a ser su mejor amigo.

Pasaron semanas desde ese día. Yoon-Gi, seguía yendo a diario a ese parque para jugar con su mejor amigo.

Estaba caminando para llegar a su destino y tuvo que esperar a que el tren pasara antes de seguir con su paso. A lo lejos, puedo divisar a un niño que estaba corriendo hacia el tren sin importar que ya estaba a nada de pasar.

Corrió lo más que sus piernas le permitieron y empujó al niño fuera de las vías. El niño cayó en el pasto. Pero, el no tuvo tanta suerte. Su labio superior se golpeó muy fuerte con una parte de las vías del tren, haciendo que no parará de sangrar.

De la nada, todos los recuerdos de su hermano invadieron su mente. Su vista se estaba nublado y poco a poco sus párpados se iban cerrando.

—¡Oye, por favor no cierres los ojos! —exclamó con angustia el niño pelinegro luego de levantarse del pasto —Si mueres me sentiré muy culpable—.

—No llores... S-solo dime T-tú nombre —pidió intentando calmar al más pequeño.

—JiMin—.

—¿U-usted era el niño de M-mi sueño? —preguntó en un susurro el rubio tiempo después de que el mayor causará un gran silencio.

—¿Alguna vez soñaste conmigo? —preguntó sorprendido a lo que el contrario sólo asintió —Bueno, pues. Creo que si—.

—¿Por qué hace todo esto?... Es decir, tengo una cadena amarrada en mi tobillo ¿Había necesidad?—.

—La hay —respondió seco —Minnie... Te mostraré mi rostro —dijo con un tono de voz más suave —Lo que pase después... Es cuestión tuya—.

—... —se quedó callado por unos minutos —Estuve casi un año esperando este momento —admitió con lágrimas en los ojos —En mis sueños esto iba a ser romántico... Ahora, no sé si deba intentar escapar y llamar a la policía—.

—¿Por qué harías eso, Mochi?—.

—Porque me tienes en contra de mi voluntad en un puto cuarto obscuro, con una cadena atada a mi pie ¡¿Por qué más sería?! —grito exaltada generando que el pelimenta se acercará a abrazarlo —¡Suéltame! ¡Suéltame!—.

—Sería incapaz de hacerte algo, Minnie —susurró pegando más de cuerpo del contrario contra su pecho —Pero, si no confías en mi ahora... Te sacaré esa cadena ¿Bien? —propuso con voz suave pero firme ganándose un asentimiento por el rubio.

Tal y cómo había dicho el pálido, retiro la cadena con cuidado de no lastimar a su amado, para luego, empujar ese trozo de metal a otro lugar.

—¿Es el momento en donde me enseña su rostro?—.

—Sólo si tú quieres —dijo el más alto colocando sus manos dentro de sus bolsillos.

El rubio se acercó un poco más al pálido y miro con detalle su rostro. Sus ojos eran la cosa más hermosa que había visto es toda su vida, una sola mirada, y sentías cómo podías llegar a ver su interior.

Lentamente bajo el cubrebocas dejando al descubierto su rostro. Se tomó unos segundos para asimilar todo.

Había esperado tanto para esto...

Y resultó ser mejor de lo que espero.

Sus mejillas no tan gorditas cómo las suyas. Pero, si eran rellenitas. Su cara redondea y alargada a la vez... Sus labios...

Eso era lo que más tenía anhelo de ver. Ya los había sentido. Pero, ver que tan fino era su labio superior, el inferior era rellenito y pequeño. No tenía comparación.

Pero, había algo que llamó su total atención.

Una pequeña cicatriz posada en la parte derecha de la comisura de su labio superior.

Era él.

[✉]

El pequeño rubio abrió lentamente sus ojos, estaba intentado procesar toda la información.

No sabía en qué momento Morfeo lo tomó entre sus brazos. Pero, se había levantado totalmente solo en una cama bastante amplia.

Ya no estaba en eso lugar tétrico de la última vez, eso era un avance. Pero, la pregunta era ¿Dónde estaba?

Se levanto con cuidado y camino hasta la puerta. No sabía cómo iba a volver a su casa. Pero, lo primero era salir. Tal vez luego pedir ayuda, ya que la persona encargada de su situación no se divisaba por ningún lado.

En el momento que intento girar la manija de la puerta, cayó en cuenta de que estaba trabada.

Bien, esto no estaba siendo divertido.

—¡Hyung! —gritó con fuerza —¡Ayuda!—.

Estuvo intentando abrir la dichosa puerta blanca por unos minutos. Sin éxito alguno se sentó en la orilla de la cama.

Miro con detenimiento los detalles de aquella habitación. No tenía muchas cosas. Lo único llamativo que pudo divisar fue una gran cantidad de libros acomodados en una estantería.

Con la curiosidad a su máximo esplendor miro con detenimiento cada portada.

Al parecer a el mayor le encantaba la poesía y las obras dramáticas. Después de mirar la mayoría de las portadas, algo llamó por completo su atención.

Había un libro que decía "Guía de para una felicidad".

Su fondo era de un color amarillo sólido y tenía una carita feliz de líneas negras.

Lo abrió un poco y algo cayó al suelo.

Era un frasco de pastillas. Tomó con cuidado aquel envase y leyó la etiqueta con detenimiento.

"Antidepresivos"

—¿Por qué ocultar esto en un libro?—.

Un sonido llamo por completo la atención del rubio. Rápidamente busco el lugar donde provenía en ruido. Había un celular, que al parecer. Era suyo.

—¿Hola? —respondió rápidamente.

—JiMin ¿Dónde estás? —preguntó el pelimorado a través de la línea.

—Me desperté en un lugar desconocido. Estaba mi Hyung allí —intento explicar rápidamente —Ahora estoy en un cuarto azul con blanco y no veo a mi Hyung por ningún lado—.

—Bien, quédate allí. Voy enseguida—.

Ahora ya no tenía sólo una pregunta.

¿Por qué Seok Jin sabía dónde estaba si no le dio tantos detalles?

¿Qué está pasando?

Empezó a marearse hasta el punto en donde se sentía muy débil. Tomó el frasco de pastillas cómo pudo y las guardo en su chaqueta.

Llegaría al fondo de esto.

Al despertar por segunda vez en ese día. Bueno, en realidad el pequeño desconocía si seguía en ese día o no.

Estaba en uno de los asientos del auto de su mayor. No sabía cómo había llegado allí. Pero, estaba ahí.

—¿Jin, Hyung? —preguntó lleno de confusión incorporándose en el asiento trasero—.

—Que bueno que despertaste, Chim. Fue difícil traerte hasta el auto inconsciente—.

Las cosas cada vez se iban poniendo más y más raras.

—¿Dónde vamos ahora?—.

—A la casa de NamJoon, nos está esperando ahí —dijo concentrado en el camino.

—SeokJin, Hyung —llamó suavemente el más bajo —¿Puedo preguntarle algo?—.

—Dime, cariño—.

—¿Qué es lo que sabe? —preguntó serio —Parece que todos saben lo que pasa menos yo. Eso no es justo—.

—JiMin... —suspiró —Es complicado —se limitó a decir y el contrario sólo suspiro aún más fuerte —Juró que todo va a tener sentido luego—.

No hacía falta decir que aquel pequeño no estaba feliz con esa respuesta.

Se sentía muy mareado. Todo lo que estaba pasando le parecía cada vez s confuso.

Otra vez se sueño lo estaba atacando y esta vez intento luchar.

Totalmente en vano su intento.

[✉]

Tal vez está era la tercera o cuarta... Incluso quinta vez que despertó en ese día.

Estaba en la habitación de NamJoon. Pero, cómo siempre. Despertó solo.

—Debería hacer un libro titulado "Las aventuras de Mochi" —dijo con sarcasmo levantándose lentamente de esa cómoda cama —Si dejaron la puerta con llave... Me tiro por la ventana —se dijo así mismo girando la perilla de la puerta.

Dio gracias a los Dioses de las oreos porque aquella puerta no se encontraba con llave.

Antes de salir de la habitación. Divisó una computadora encendida en el escritorio del moreno.

Metió su mano en el bolsillo derecho de su chaqueta y saco el frasco de pastillas que había... Tomado prestado de la habitación de aquel pálido.

"Vortioxetina"

'La vortioxetina se utiliza para tratar la depresión en adultos. La vortioxetina pertenece a una clase de medicamentos llamados moduladores de serotonina. Actúa principalmente al aumentar la cantidad de serotoninas, una sustancia natural en el cerebro que ayuda a mantener el equilibrio mental.'

Ahora se sentía cada vez más y más perdido.

Borró el historial del navegador rápidamente y guardo el frasco de pastillas de nuevo es su chaqueta.

Salió de aquella habitación y bajo las escaleras con rapidez.

Al llegar a la sala de estar reconoció aquella caja de madera en la cual el contenido era lo más preciado que tenía.

Pero, ¿Qué hacia ahí?

Abrió la caja. Todo estaba tal y cómo se lo habían entregado en un principio.

Desde la primera carta hasta la ciento veinticuatro.

¿Por qué?

—JiMin —llamó el moreno apareciendo con su pareja a su diestra.

El pequeño intento responder. Pero, sus piernas en un momento a otro le fallaron. Si no fuese por sus dos mayores hubiera caído caído de rodillas en el suelo.

—Q-quiero la verdad —murmura con la respiración entrecortada —Ahora —grita alejándose de los mayores.

—Chim —intento acercarse el pelimorado a lo que el contrario sólo retrocedió.

—Quiero respuestas... No contacto físico—.

—YoonGi —empezó el moreno ganándose una mirada confusa del pequeño —Ese es su nombre... ¿No te lo dijo? —preguntó ganándose una pequeña negación —Él... —fui interrumpido por su propio llanto.

JiMin no sabía que estaba pasando. Pero, sentía una muy mala sensación.

—Minnie —llamó el mayor con voz suave —Él quería que tuvieras esto —dijo entregándole un sobre color dorado—.

Una muy mala sensación.

¡Mochi!

¿Después de todo puedo seguir llamándote así?

A pasado tanto en estas últimas semanas. No sé cómo debería comenzar esto... ¿Qué tal si te explicó primero?

Hace algún tiempo te conocí. Éramos unos niños, posiblemente no me recuerdes en lo absoluto.

Yo... Te busque.

Pase años buscando a aquel lindo niño de pelo negro, mejillas regordetas, llamado JiMin. Tiempo después descubrí que estudiabas en mi universidad.

Ya no eras pelinegro. Tenías un rubio muy bonito.

Tenía mucho miedo de hablarte. Cada vez que me intentaba acercar a ti, me dominaba la vergüenza. No podía.

Paso el tiempo y cambiaste tu color de cabello. Mi comparación era siempre con un durazno bebé.

Joder...

Demasiado hermoso para ser real.

Esta vez no me podía quedar quieto. Cada vez había más y más personas coqueteando contigo. No sabes cuantas ganas tenía de gritar a los cuatro vientos que eras mío. Aún si no lo fueras en realidad.

Pensé mucho cómo hacerlo.

HoSeok me convenció de que te escribiera una carta confesando mi amor.

Bueno...  Una cosa llego a la otra y me fije que me dabas mucha inspiración. Me era muy difícil sólo enviarte una carta.

Terminaron siendo 126 para ser exactos.

Qué cosas ¿No?

Creo que tengo que dejar de alargar esto.

Yo sufro depresión, desde mi infancia, de hecho.

Cada día era una completa tortura. No sabía cómo levantarme de la cama, mis piernas no me respondían y mi mente estaba en otro sitio.

Lo único que me hacía "feliz" verte sonreír.

No sabes lo hermoso que era verte sonreír al leer una de mis cartas. Lo hermoso que se sentía que sonrieras en medio de nuestros besos.

Eres por lo único que me levantaba todos los días.

Mi amor. Por favor, no vuelvas a llorar por mi.

Te prometo que estaremos bien.

Decidí irme por un tiempo. Hay muchas cosas de mi vida que tengo que sanar. Pero, en Corea no puedo hacerlo.

Sólo te pido tiempo, que no te olvides de mi.

Mi, Mochi. Espera por mi.

-Min YoonGi.

Aquel rubio estaba roto. No podía parar de llorar.

Sus piernas fallaron y esta vez no había nadie para detener el impacto.

Arrugó el papel con todo el dolor que estaba sintiendo aquel momento y lo sostuvo haciendo sus manos un puño.

No iba a poder soportarlo.

Quería a su Hyung. Lo necesitaba.

Seok Jin junto a su pareja, apenas vieron aquella escena. Corrieron a intentar levantar a su amigo.

—El volverá —dijo el chico de hombros anchos trayendo el cuerpo de su menor a su pecho —El volverá —repitió más suave abrazándolo con fuerza.

—N-no lo hará —susurró el rubio sin poder controlar su llanto —Nunca va a volver—.

—Lo hará, JiMin —dijo ahora el moreno participando en el abrazo —Nunca miente... Él va a volver—.

JiMin decidió confiar en él. No es cómo si tuviera otra opción.

Sumergido en su propio llanto. Morfeo lo atrapó con sus brazos, logrando que cayera en un sueño profundo.

[✉]

Querido, Hyung.

Ya a pasado dos años desde su partida. A veces me pregunto si debo resignarme a que no regresará o seguir manteniendo me con .

Me gustaría saber donde esta, si se encuentra bien, si ya comió. Me gustaría volver a saber de usted.

Ya termine mi carrera.

NamJoon Hyung, me está ayudando a buscar un trabajo. Tengo miedo, los cambios no son de mi agrado.

Ah, Seok Jin Hyung, tiene su propio restaurante. Debió probar su comida antes de irse.

Ahora ellos dos están en busca de una niña. Se sienten listos para adoptar y yo... Estoy muy feliz por ellos.

No sé qué más contarle...

Bueno, yo. No me he vuelto a enamorar en todo este tiempo. Creo que nadie puede llamar mi atención. Además... Prometí que lo iba a esperar.

Me gustaría mucho que todo volviera a ser cómo antes.

Y siempre me pregunto ¿Por qué si sabía que iba antes dejarme siguió conmigo?

No era más fácil alejarme antes principio para que no doliera tanto (?

Lo siento, a veces pienso mucho las cosas.

Se que usted no es malo.
Se que me ama.
Se que volverá.

Tengo que irme.

Lo amo mucho, Hyung. No lo olvide.

-Park JiMin

[...¿FINAL?...]

Amig@s...
*cry*

Me complace anunciar que...
¡La historia a terminado!

¡Alto ahí!
Todavía no sé si
va a tener continuación~

Para saberlo tienen que
mantener esta historia
en su biblioteca y seguirme :3

Este capitulo llevo de
2 a 3 semanas de trabajo
(sin contar las horas de edición

Espero que haya cumplido
con sus expectativas.
y que si les agrado esta historia
pasen por las demás 7w7

Sin más que decir, me despido.
Por ahora.

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