Giro, giro, pliegue y al suelo. Eso eran lo que repetía el pelinaranja en su cabeza.

El concurso de talentos se acercaba, solo quedaban dos semanas para que el pequeño terminará su número.

Una, dos, tres y cuatro caídas al suelo. Hicieron que el chico de 1.74 se detuviera por unos segundos a mirar su cuerpo en el gran espejo de lugar.

El chico de sonrisa de corazón le había prestado un pequeño estudio, donde pudiese ensayar su número de baile. El pequeño al principio desconfío de aquel chico. Pero, poco a poco se fue ganado su confianza.

Un toc toc a la puerta.

El pelirojo sosteniendo un sobre rosa.

No era de sorprenderse.

¡Mochi! Voy hacer sincero, Hoseok me dijo que te presto el estudio para que ensayaras tu número, hace rato te vi por la ventana. Por tantas caídas tu trasero tiene que doler ¿Verdad?

Déjame ayudarte a que ese dolor termine pronto Mochi.

Cambiando de tema...

¿Sabias que ese piano que vez allí es mío?

Obviamente no lo sabías. Pero, quería darte un pequeño dato sobre mi. Espero y algún día podamos tocar una pieza juntos.

Hay una canción muy buena, se llama first love, esa es mi canción favorita. Escúchala y dame tu opinión.

PD: No esfuerces tanto, vas algo lastimarte antes de la presentación.

—¿Cómo te voy a dar mi opinión si no se quien eres? —preguntó con sarcasmo el pequeño guardando la carta— First love —murmuró mientras escribía en el navegador—.

Colocó unos pequeños auriculares inalámbricos en sus oídos y reprodujo la canción, sin notarlo empezó a dar pequeños pasos, su cuerpo pudo ser liberado por lo que daba a trasmitir esa melodía, en,en unos simples pasos.

Cuando término aquella música, observó que el chico de que se nombraba Hoseok lo estaba grabando.

Puede que ya sabía como demostrarle lo que le había parecido aquella canción a su admirador anónimo.

Y tal vez podría cambiar su número de baile.