━━ 𝟐𝟑

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【𝙲𝙰𝙿Í𝚃𝚄𝙻𝙾 𝟸𝟹】


𝐦𝐚𝐫𝐭𝐞𝐬, 𝟑𝟎 𝐝𝐞 𝐞𝐧𝐞𝐫𝐨 𝐝𝐞 𝟐𝟎𝟐𝟒


𝓓afne

𝐉𝐔𝐀𝐍𝐈 𝐘𝐀 𝐇𝐀𝐁Í𝐀 𝐏𝐔𝐁𝐋𝐈𝐂𝐀𝐃𝐎 𝐔𝐍 𝐓𝐔𝐈𝐓 𝐀𝐍𝐔𝐍𝐂𝐈𝐀𝐍𝐃𝐎 𝐀 𝐒𝐔𝐒 𝐒𝐄𝐆𝐔𝐈𝐃𝐎𝐑𝐀𝐒 𝐐𝐔𝐄, en cuestión de minutos, comenzaría un directo. 

Mientras tanto, se había dirigido a buscar su ordenador, la cámara y los auriculares, asegurándose de tener todo listo para preparar una buena transmisión.

Yo me encontraba en la mesa, sentada frente a Melanie, observando cómo los chicos se divertían en el sofá. Matías, con total concentración, estaba absorto en su teléfono móvil, y me preguntaba qué podría estar haciendo. ¿Quizás estaba revisando sus redes sociales, o tal vez estaba viendo algún video divertido? A pesar de la breve distancia que ahora nos separaba, sentía su presencia de manera palpable, y cada vez que nuestros ojos se cruzaban, una chispa de complicidad parecía encenderse entre nosotros. 

Con el dibujo justo delante de mí y todo el material necesario a mano, me disponía a sumergirme en mi propio mundo creativo. En este momento, mi tarea era dar vida a la ropa de la segunda silueta, así que me tocaba dibujar un vestido corto con un toque juvenil y fresco. La imaginación fluía mientras mis manos se preparaban para plasmar las ideas en el papel, lista para dar vida a mi diseño y dejar suelta la creatividad. 

Comencé a deslizar el lápiz sobre el papel, trazando líneas de un lado a otro con un movimiento fluido y decidido. Cada trazo era una expresión de mi creatividad, una manifestación de las ideas que nacían en mi mente. Con cada línea sentía cómo el diseño cobraba vida propia, incluso agregué detalles sutiles con destreza, para así poder capturar la elegancia del vestido que había concebido en mi mente. 

Pronto volvió Juani, deslizándose suavemente a mi lado mientras comenzaba a preparar el ordenador para el directo. Observé cómo se sumergía en la tarea con una gran energía, una sonrisa iluminando su rostro mientras configuraba cada detalle con precisión. Era evidente que interactuar con sus seguidoras le llenaba de alegría, como si cada interacción lo motivara aún más. Su entusiasmo era contagioso, irradiando una vibrante energía que impregnaba el ambiente a nuestro alrededor. 

Mientras mis manos continuaban trazando líneas en el dibujo, dando forma al vestido con cada movimiento del lápiz, Juani comenzó a hablar. Su voz resonaba en la habitación, llena de entusiasmo y energía.

Sus palabras generaban un montón de comentarios que él leía en voz alta, entrelazándose con el sonido de mis trazos en el papel. Era fascinante ser testigo de cómo Juani tejía un vínculo tan fuerte con su audiencia, compartiendo experiencias, historias y risas mientras yo continuaba inmersa en mi propio mundo, dejando que la inspiración guiara mis movimientos sobre el papel. 

Pronto completé el diseño de la segunda silueta, así que me sumergí de inmediato en la tercera: un elegante vestido largo. Con cada trazo, visualizaba cómo tomaría forma en la tela, imaginando cada detalle y pliegue con precisión. Sabía que una vez que terminara los dos bocetos, el siguiente paso sería darles vida con colores vibrantes y contrastantes.

Mientras tanto, en el sofá, los chicos parecían absortos en sus teléfonos, sumergidos en su propio mundo virtual. Sin embargo, de vez en cuando levantaban la mirada hacia Juani, quien estaba inmerso en la interacción con sus seguidoras. Los rostros de los chicos se iluminaban con diversión mientras escuchaban las anécdotas del último rodaje que el rizado compartía con sus seguidoras. 

En ese momento, Juani estaba relatando con vivacidad cómo, luego de un agotador día de rodaje, el equipo solo recibió una ensalada como cena. En particular, destacaba la reacción de Pipe, cuya expresión de disgusto al contemplar el plato de comida resultaba especialmente divertida. Podía imaginar claramente la escena en mi mente: Pipe fijando su mirada en la ensalada con una mueca de desagrado, desencadenando risas y comentarios entre los demás. Juani lo estaba contando con tanto humor que resultaba imposible no reírse junto a él. 

Terminé rápidamente el diseño de la tercera silueta y, sin perder tiempo, levanté la mirada y tomé la paleta de colores para dar vida a mis creaciones. 

Al hacerlo, noté a Melanie, quien estaba completamente absorta en su propia obra, meticulosamente coloreando una silueta con un vestido corto y unas botas altas. Su expresión reflejaba concentración, y me sentí inspirada al verla tan entregada a su tarea. 

Cada pincelada que comencé a aplicar sobre los vestidos que había dibujado parecía infundirles vida propia. Los tonos que elegí comenzaron a fusionarse en el papel, creando una sinfonía de colores que resaltaban la elegancia de mis diseños. Con cada trazo, agregaba detalles sutiles que realzaban la belleza de las prendas, como delicados pliegues en las faldas y detalles ornamentales.

El inigualable tono del café que seleccioné para mis diseños les confería una distinción única, añadiendo un toque de calidez y refinamiento a cada uno. 

Cuando finalicé mis dos creaciones del día, decidí que era hora de recoger los materiales y ordenar el espacio en el que había estado trabajando. No quería dejar un caos detrás de mí, así que me puse manos a la obra organizando los lápices, las pinturas y el papel de dibujo. 

Después de asegurarme de que todo estaba en su lugar, dirigí mi mirada hacia los chicos. Algunos parecían haberse cansado de mirar sus teléfonos y estaban simplemente charlando entre ellos. Me fijé en que Matías, Blas y Enzo, sin embargo, estaban absortos en sus dispositivos, compartiendo las pantallas y riendo entre ellos. 

Entonces, desvié mi mirada hacia Juani, quién permanecía a mi lado, inmerso en una animada conversación con sus seguidoras. Su rostro reflejaba concentración, pero también percibía un destello de alegría en sus ojos mientras interactuaba con entusiasmo y respondía varias preguntas. 

─ ¿Qué tal va todo con Dafne? ─Juani soltó la pregunta entre risas, leyendo un mensaje de una seguidora. 

Al escuchar mi nombre, toda mi atención se centró en lo que decía Juani, dejando de lado lo que estaban haciendo los chicos y mi mejor amiga. Mientras hojeaba otra pregunta en su pantalla, Juani giró su cabeza hacia mí. 

─ ¿Dafne está con vos? ¡Queremos verla! ─su voz llegó hasta mí, y al levantar la mirada, sentí cómo la atención de todos se volcaba hacia mí. La expectativa estaba en el aire mientras Juani continuaba riendo─. Vamos, ¿te copás para salir? ─me lanzó la pregunta con una sonrisa en el rostro.

Justo en ese momento, una avalancha de notificaciones inundó su dispositivo, como si todas esas personas detrás de las pantallas se hubieran vuelto locas por verme a su lado. 

Estuve reflexionando un momento sobre la idea de acercarme a Juani para hacer una aparición en la transmisión, pero también sopesé la opción de mantenerme al margen. Me debatía entre tomar la iniciativa y ser el centro de atención o simplemente mantenerme en segundo plano.

Mientras tanto, observé a todos los presentes en la sala, quienes me miraban con expectación, como si estuvieran animándome a dar el paso. Tras soltar un suspiro, finalmente decidí avanzar y me acerqué lentamente a Juani. Pronto, vi mi reflejo en la pantalla, consciente de que las seguidoras de Juani estaban observándome atentamente. 

─ ¡Hola! ─saludé, con un ligero nerviosismo en mi voz─. Soy Dafne, ¿cómo andan? ─pregunté, con una sonrisa que intentaba ocultar mi ansiedad. Luego, dirigí mi mirada hacia Juani, quién estaba ocupado observando la pantalla. 

Los comentarios seguían llegando, muchos de ellos elogiaban nuestra apariencia juntos. Otros se aventuraban a preguntar si realmente estábamos saliendo, especialmente después de nuestros últimos tuits y la foto que compartí con él recientemente, lo que había llevado a muchas personas a malinterpretar la situación. 

Juani, con su característico sentido del humor, decidió añadir un toque de gracia a la situación.

─ Bueno, ya saben lo que dicen. Donde hay confianza, hay amor, ¿no? ─soltó entre risas, alimentando aún más las especulaciones─. Pero no se hagan ilusiones, ¡somos amigos!

Mientras tanto, los comentarios seguían llegando a toda velocidad, aunque uno en particular captó la atención de Juani.

─ ¿Qué tiene Dafne en el cuello? ─preguntó en voz alta, leyendo el comentario de una seguidora.

En ese instante, Juani se giró hacia mí, quedando a solo centímetros de mi cara. Su expresión divertida y juguetona estaba llena de curiosidad mientras me analizaba directamente. 

Melanie también desvió su atención hacia mí, observando mi cuello mientras se tapaba la boca con la mano, como si estuviera muy sorprendida. 

─ ¡Ah, mirá lo que tenemos aquí! ─exclamó Juani con una sonrisa pícara, señalando el pequeño detalle en mi cuello─. ¿Te picó un mosquito en el cuello? ¿O te mordió un vampiro? ─bromeó, sin mencionar específicamente quién o qué podría ser el culpable detrás de ese mordisco. 

Sentí una oleada de vergüenza recorrerme por completo, deseando que en ese momento la tierra se abriera y me tragara. 

Con seriedad, desvié mi mirada hacia Matías, quién observaba la escena con una pequeña sonrisa y una expresión de total indiferencia, como si él no tuviera nada que ver con lo sucedido.

Juani, siempre perceptivo, notó mi creciente incomodidad. Aprovechando el ambiente divertido que reinaba en el directo, decidió cerrarlo con una última broma, quizás para aliviar la tensión que se había acumulado. 

─ Bueno, parece que hay algo para investigar ─exclamó Juani con una fingida sorpresa, señalándome con complicidad─. Tranquilas, ya contaré en Twitter que pasó ─añadió, guiñándome un ojo antes de dar por finalizada la transmisión.

Después de cerrar el ordenador, Juani se giró rápidamente hacia mí con una sonrisa traviesa, listo para hacer alguna broma típica suya. Sin embargo, antes de que pudiera decir algo, Melanie se adelantó con una pregunta directa.  

─ Che, ¿quién te mandó la marca en el cuello? ─preguntó mi mejor amiga, con una mirada entre curiosa y comprensiva. 

─ Ni idea, Mel ─respondí de inmediato, tratando de minimizar la situación. 

No quería contar los detalles sobre cómo había terminado con esa marca en mi cuello, especialmente con Juani cerca. No quería revelar que había sido Matías quién me había dejado la marca. Sabía que Melanie era muy astuta y capaz de sacar sus propias conclusiones. 

─ ¡Qué misterio! ─exclamó Juani, sacando su teléfono rápidamente para tomar una foto─. Tengo que documentar este momento.

Esperaba que Juani no decidiera compartir la foto en sus redes sociales, pero sabía que con él siempre existía una posibilidad. 

Dirigí una mirada hacia donde estaban los demás chicos, quienes parecían estar bastante desconcertados por la situación. Sin embargo, noté que Enzo y Pipe tenían una expresión similar a la de Melanie, como si estuvieran comenzando a atar cabos sueltos.






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