D A Y 1 : ChanHo/MinChan

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[ Aparición de Felix como hijo de ambos ]

MinHo y Chan llevaban casados cinco años, al igual que tenían un pequeño de seis años que solía ser una mezcla perfecta del carácter de ambos —aunque normalmente se parecía mucho más a Chan—, los tres vivían en un complejo de departamentos en el centro de Seúl donde su pequeño hijo estudiaba a unas cuantas calles de distancia de su hogar. Esa mañana todo había sido extraño para Chan ya que su hijo parecía estar de mal humor y eso era raro en su pequeño Felix, pero lo dejó pasar ya que era normal tener malos días independientemente de la edad que uno tuviera. Aún así todo empeoró cuando lo llamaron del instituto de su hijo diciendo que su padre había ido a retirarlo ya que Felix se sentía mal.

Chan había intentado llamar a MinHo muchas veces pero este no respondía y siquiera leía sus mensajes, por lo que comenzaba a desesperarse de sobre manera. Mientras caminaba por el departamento con ansiedad y un poco de temor a flor de piel la puerta del departamento se abrió, haciendo que se acercara y viera a sus dos personas favoritas entrar por ahí.

Lo primero que pudo hacer fue acercarse a su hijo para abrazarlo y reclamarle con la mirada a su esposo, quién simplemente se encogía de hombros mientras se quitaba sus zapatos.

— Appa, estoy bien —Habló Felix en un intento de que su padre dejara de abrazarlo con tanta fuerza, haciendo que el mayor se aleje un poco.

— ¿Seguro? ¿qué sucedió? —Miró con preocupación a su hijo en un intento de ignorar a su esposo y esa sonrisa que tenía en sus labios.

— Sólo me sentía mal appa, no te preocupes —Felix sonrió, haciendo que Chan asintiera— ¿Puedo ir a dormir? Tengo un poco de sueño

— Claro, te despertaré para almorzar —Sonrió con cariño hacia su hijo y depositó un beso sobre su cabeza.

Luego de que Felix se alejara de la entrada para ir a su habitación, Chan miró con un poco de molestía a su esposo, quién continuaba en el mismo lugar cerca de la puerta. MinHo conocía a la perfección a su esposo, y claro que lo adoraba, pero al mismo tiempo no entendía esa forma de sobre-preocuparse por YongBok. Es decir, él también se preocupaba pero solía intentar buscar soluciones antes que sentirse agobiado por cómo "debería" sentirse.

— ¿Qué le sucedió? —Reclamó el mayor hacia el más alto mientras se cruzaba de brazos.

— Solo se sentía descompuesto, le inyectaron algo y dijeron que se le iba a pasar —MinHo intentó acercarse a su esposo, pero Chan lo miró frunciendo el ceño y eso sólo significaba que si intentaba acercarse posiblemente sólo recibiría un suave golpe en uno de sus brazos.

— ¿Y no ibas a decirme?

— Claro que si amor, pero sabes que cuando Lixie se siente mal es imposible dejarlo sólo —Chan suspiró y asintió, para luego hacer un pequeño puchero y mirar el suelo.

MinHo sonrió ante el gesto de su esposo, para acercarse lentamente y abrazarlo mientras le daba un beso en sus mejillas en un intento de pedir disculpas.

— Perdón, ¿si? —Soltó con voz suave el más alto, haciendo que Chan lo mirará y sonriera levemente.

— Te perdono, pero si pasa otra vez dormirás afuera —Habló con gracia, haciendo que MinHo riera levemente.

— No pasará otra vez amor —Respondió MinHo mientras depositaba un beso sobre los labios del más bajo, provocando una leve risa en este

Por mucho que ambos reaccionan realmente diferente a las situaciones que debían afrontar, ambos eran el apoyo del otro por lo que el entendimiento era la base de su matrimonio y una de las razones por las que habían decidido tener un hijo juntos y planificar un futuro. Si bien Chan solía estresarse de sobremanera y sobre pensar todo el tiempo, ahí estaba MinHo para demostrarle que las cosas no eran tan complicadas como él las veía, al mismo tiempo que le daba pequeños besos y abrazos cuando el mayor lo necesitaba.

Si bien en un comienzo no lograban entenderse por completo, con el pasar del tiempo lograron volverse inseparables y claramente la persona perfecta para el otro. MinHo no solía pensar las cosas antes de hacerlas y Chan se dedicaba a pensar todas las posibles consecuencias de sus actos.

— No quiero ser malo —Habló Felix, haciendo que el abrazo se rompiera y ambos mirarán a su hijo— Pero tengo hambre y también quiero un abrazo —Ambos padres rieron levemente, haciendo que Felix sonriera apretando sus labios. 

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