• CAPÍTULO FINAL •

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Te recomiendo escuchar "Then the quiet explosion" de Hammcock, mientras lees este capitulo.











Sus piernas y espalda dolían demasiado. Siendo el golpeteo de la cabalgata el que había maltratado su cuerpo en los cerca de dos y ya casi tres días de viaje.

La fría ventisca le quemaba el rostro y de no ser por los guantes que le cubrían las manos, también le helarían estas.

Maldito infierno.

Y es que el invierno estaba siendo intransigente, llevándose consigo todo el verde y cubriendo lo que quedaba con su blanco manto.

-Creo que será mejor que descansemos por un momento Taehyung- habló Jimin a su lado, quien se encontraba tan o tal vez más agotado que él- Ya nos resta el último tramo del viaje y sería mejor que recuperemos un poco de energía. Ya que no sabemos con que...bueno, con que nos encontraremos.

Taehyung asintió. Su cuerpo no siendo capaz de nada más que responder con aquella acción.

Y es que no podía evitar que la angustia le carcomiera. No temiendo a nada hasta enterarse de que Insung se dirigía hacia Jungkook.

Y lo que empeoraba la situación y volvía un caos su mente, es que para él había sido claro que su omega había dado a luz.

Lo podía sentir a traves de su lazo.

Percibiendo como su cachorro aparecía entre ellos como una ronroneante sensación de calidez. Tranquilizandole en algo, al sentir como el castaño había menguado su miedo durante esos últimos días.

Amor mío.

Y él tan solo deseaba ver a su bebé y a su omega. Estrecharlos tan fuerte entre sus brazos y brindarles toda la seguridad que él mismo ansiaba sentir.

Y que le estaba faltando.

-Tranquilo Tae - pronunció Jimin a su lado, casi silencioso y evitando que loa demás soldados que le acompañaban escucharan su conversación -No pienses en nada aún hasta que lleguemos. Tenemos a muchas personas de nuestro lado - el alfa intentaba darle ánimos acariciandole la espalda.

-Yo lo se Jimin es solo...- y era evidente que Taehyung se sentía respaldado por el apoyo que recibió de parte de los reinos, agradeciéndolo incluso aunque ello conllevara la disolución de Yeoreum a cambio de esto.

Y si, había sido un acuerdo que dolía al alfa en lo más profundo. Su orgullo mismo siendo destruido por aquella razón. Ya que para ningún gobernante resulta fácil asumir la pérdida de algo, a lo que durante años ha jurado proteger.

Perdiéndolo, como si ya no tuviese significado.

No valiese nada.

Pero Taehyung debía velar por la seguridad de su reino y su gente. Y aunque perdiera su liderazgo y su nación, debía hacerlo.

Haría todo por Yeoreum, aquello lo había jurado al cumplir los dieciocho años, pero lo tenía asumido desde que era un niño.

Y sabía que su gente quedaría en buenas manos. Mas que mal, Gaeul, Bom y Gyeoul estaban solidarizando con el conflicto interno de su propio reino, apoyandole con gran parte de sus ejercitos para lograr derrocar a Insung.

-Jungkook estará bien Tae- la voz de Jimin de pronto se entrometio en sus pensamientos, sacándole de allí- Hoseok jamás permitiría que algo le pasara.

El rubio alfa asintió, recién fijándose en la mirada de su primo. Llamativamente triste desde hace días atras.

-Perdóname Jimin- le dijo a su primo, doliendole mucho el haber involucrado al chico en todo esto.

El chico le miró - No hagas esto Taehyung, no he de perdonarte nada. Es mi padre quién ha armado todo esto, lo mínimo que puedo hacer es cooperar contigo.

Taehyung suspiró- Lo se Jimin, pero...he estado semanas lejos de Jungkook y ha sido horrible tener esta sensación aquí clavada en mi pecho - le dijo con sus manos un poco temblando de frío, porque su cuerpo había disminuido la temperatura al haberse detenido. Y también de miedo, mucho miedo- Y yo no se qué debes sentir tu Jimin... no soy imbécil y claro que me doy cuenta de lo que entre Hoseok y tú sucede.

Y Jimin le sonrió sutilmente, solo una de sus comisuras alzándose para hacer aquel gesto- Hoseok siempre ha tenido ese espíritu sabes. Como si todos dependiesen de él para alcanzar su felicidad - el chico se giró, dándole la espalda al joven monarca- Y tal vez si es un poco así, ya que yo mismo con los años he desarrollado esa dependencia hacia él.

- ¿Tú lo amas?- preguntó sin tapujos Taehyung, asumiendo que no era el momento ya para guardar secretos.

Y su primo guardó un breve silencio, tan solo oyéndose el frío viento que corría desmesurado en aquel lugar.

-Decir que amo a Hoseok suena tan tonto y pequeño Tae...yo a ese alfa le he entregado todo de mi y se ha llevado todo lo que le he dado...y sin pedir nada a cambio-la garganta de Jimin dolía, pues para él sería sencillo lanzarse de rodillas y tan solo llorar.

De rabia.

De frustración.

De lo que sea.

Más eso no era lo que debía, no cuando Hoseok le esperaba.

Y él no flaquearía.

Taehyung le vio girarse para enfrentarle. Bastante seguro de que Jimin ocultaba mucho pesar sobre él, reflejándose en el rojo y cristalino que se habían puesto sus ojos.

-Yo a ese hombre lo adoro con la vida Tae- Jimin aseveró- Tanto que se me hace imposible vivir sin él...creo que ya no puedo hacerlo- una suave risa se escuchó desde sus labios- A menudo cuando estoy solo, pienso que lo mucho que desearía ser un omega o que él lo fuese. Las personas no nos juzgarían, a pesar de nuestros años de diferencia.

El alfa rubio se acercó hacia él y tocó su hombro cariñosamente-Ustedes no han hecho nada incorrecto Jimin, tan solo...se enamoraron.

Su primo rio y le miró. Sus ojos color miel comenzando a dejar salir una pequeña lagrima.

-Papá nunca pensó lo mismo él...me dijo que aquello le avergonzaría tanto y...- y es que las palabras de su padre siempre se repetían en su cabeza, desde aquel día en que les vio-... yo solo quería agradar a mi padre Taehyung. Hacer lo correcto.

Taehyung le observó compasivo- Tu padre siempre se equivocó Jimin, jamás estuvo en lo cierto.

Y Jimin sonrió-Es lo que dijo Sooyoung antes de que partiera. Ella siempre ha sabido de Hoseok, pues ha sido mi amiga durante años y....solo desea que sea feliz. Me ha dicho que busque mi felicidad.

-Bueno, ella tiene toda la razón Jimin- le respondió el rubio alfa sonriendo- Si las cosas salen como esperamos, tendrás mucho tiempo para hacerlo y ya no deberás hacer lo que los demás pidan de ti- Taehyung apretó el hombro de su primo con más fuerza- Eres un buen alfa Jimin, una buena persona. Que no te importe lo que los demás piensen de ti, nadie tiene el derecho a juzgarte por desear ser quien eres. Por el sencillo hecho de amar a la persona que ellos consideran errada.

Las lágrimas caían por el rostro del más bajo, casi perdiéndose en la helada brisa- Gracias Tae, yo...es lo que he esperado escuchar por años- le dijó riendo, a pesar de encontrarse llorando.

Y Taehyung le sonrió- ¿Te puedo abrazar?- le preguntó Taehyung a su primo, a lo que éste asintió, abrazándole de forma cálida a lo que el otro replicó del mismo modo-Saldremos de esto Jimin, salvaremos a nuestro pueblo y seremos felices con las personas que amamos. Lo haremos ¿está bien?-y Taehyung percibió como su primo movía su cabeza afirmando con ella, percibiendo sus sollozos sobre su oído.

-Te amo Tae, de verdad agradezco que tú también hayas encontrado alguien a quien puedas amar realmente-le mencionó Jimin.

-También te amo Jimin, eres mi familia. Jamás lo olvides.

-Nunca Tae. Nunca.

Ambos se abrazaron fuertemente, sosteniendo aquella promesa entre sus brazos y ansiando poder cumplirla.

Hasta que de pronto y a lo lejos, le escuchó un sonido estruendoso que resonó en todo aquel valle. Perdiéndose entre la nieve y el frío.

Un disparo.

No.

A lo que se soltaron de golpe y miraron en dirección a la procedencia de aquel ruido. Observando como atrás de la montaña frente a ellos, comenzaba a salir una fumarola de humo.

Una muy grande.

Y que les hizo subir a los caballos rápidamente junto a todos los soldados que les acompañaban.











Apoyó a su cachorra contra su pecho y dando suaves palmaditas sobre su espalda. Ésta recién se había dormido, agotada luego de haber recibido su ración de leche correspondiente. Algo que exigía con gran apetito varias veces durante el día, como si fuese su forma de protestar por haber nacido.

Y Jungkook no podía negar que aquello estaba siendo agotador, pues le mantenía despierto cada tanto durante la noche y no le restaba mucho tiempo para otra cosa que no fuese estar pendiente de ella.

Y si, su bebé estaba siendo una pequeña recelosa desde ya y eso que solo llevaba tres días de nacida. Soltándose a llorar apenas sentía que el omega se desapegaba de ella. Y bueno, tampoco era algo de lo que Jungkook pudiese mucho quejarse, pues prácticamente dormía pendiente de lo que hiciese su cachorra.

Su pequeña lunita.

Aún seguía nombrándola de tal forma, ya que aunque Sarang había insistido en que le nombrara del algún modo, no lo haría hasta que Taehyung estuviese presente.

Ambos habían planeado nombrarla de tal forma si se trataba de una niña y él sólo deseaba que su bebé escuchase aquel nombre de la boca de su alfa por primera vez.

Su voz.

Su alfa.

Su Taehyung.

Intentaba ignorar pensar demasiado en aquello, pues sólo lograría angustiarlo y eso no sería bueno para que su leche bajara había dicho Jiwon. Y él debía velar por su pequeña bebé, absteniéndose de preocupaciones que aunque le dolían, no le harían nada de bien a su cachorra.

Bebé.

Con cuidado la tomó y acostó sobre su cama, envolviéndola delicadamente en la ropa que Taehyung había enviado para su nido. Suspirando a la vez que abrochaba su camisa y le observaba desde arriba.

Tan dulce y tranquila.

De espalda, con sus bracitos estirados y apretando sus manitos en puño. Utilizando la blanca ropita que Sarang había hecho para ella y que aún le quedaba muy grande.

Y Jungkook rió, viendo como su bebé movía suavemente sus cejitas, las que se dibujaban igual a las de su alfa. Y fruncía su boquita como succionando y buscando su pezón.

Mi amor.

Y se aproximó a ella, acurrucándose a su lado y solo deteniéndose para mirarle dormir. Percatándose en como sus facciones empezaban a tomar forma casi imperceptiblemente, pero siendo muy notorio para él.

Su carita había deshinchado y disminuido el rosado de su nacimiento, dando paso a que su blanca piel resaltara aún más que antes. Su nariz, un mero botoncito que el omega tocaba siempre con la punta de su índice. Mientras que su boquita, se marcaba con la misma forma que la suya, pero siendo un poco más gruesa y similar a la de Taehyung.

Mi preciosa bebé.

Y Jungkook acercó su nariz hasta su rubio pelito, olisqueándolo y pareciéndole demasiado agradable el aroma que su cachorra desprendía. Calmándole y apaciguando el mismo miedo que podría sentir. Cerrando sus ojos a medida que el sueño también le alcanzaba a él, pues el desgaste del cuidado que su pequeña requería, consumía toda su energía.

Y aunque Sarang y Jiwon le habían insistido que aprovechase aquellos momentos para comer, a veces la fatiga le exigía solo dormir aunque sea un ratito.

Y el omega puso su mano sobre la barriguita de su cachorra, costumbre que había tomado para sentir cada vez que esta estallara en llanto. Relajándose para descansar junto a su bebé, hasta que esta decidiese que ya era hora de una nueva merienda.

Y suspiró, dejándose ir en el sueño. Pero sobresaltándose al segundo al percibir el fuerte olor a humo sobre su nariz. Y algo más en él.

Algo que le asqueó enseguida y le llenó de un pánico aterrador.

No. No. No.

Sentándose de golpe sobre aquella cama, apreciando a aquel sujeto frente a su cama y mirándole con los ojos tan encendidos que hicieron que recogiera sus piernas.

-Nos volvemos a encontrar omega-le dijo aquel alfa. Más él sin entenderle solo fue capaz de tomar a su bebé rápidamente entre sus brazos y apretarla contra él. Tan fuerte que esta se removió bajo su abrazo, inquieta por la brusquedad- Veo que el bastardo ha nacido- Insung chasqueó la lengua- Lástima que lo hayas deseado así y no permitieses que le ahorrara el sufrimiento una vez nacido.

Jungkook empezó a sollozar, más aún cuando sentía que la casa comenzaba lentamente a calentarse. Percatándose como de una de las paredes aparecía una llama creciente de fuego.

Alfa.

Y el omega pudo percibir que algo más sucedía, pues no veía a Hoseok, ni Sarang, ni Jiwon por ninguna parte. Y sentía que la casa se remecía por algo que afueras sucedía. Por lo que decidido se puso de pie e intento correr hacia la puerta con su bebé en brazos.

Siendo detenido de golpe por el alfa, quien tomó su cabello y lo tiró hacia el suelo.

Provocando un dolor intenso en su nuca, que se acrecentaba al sentir como su cachorra comenzaba a llorar por la fuerza con la que ambos cayeron.

Ya, ya bebé.

-Eres un idiota - le habló Insung, a lo que él continuaba sin comprender - ¿En realidad te considerabas lo suficientemente fuerte como para acabar con un alfa? -el alfa rio- No seas un ingenuo.

Y el omega lo único que podía hacer a esas alturas era llorar. Muy seguro que pese a todo, no soltaría a su bebé.

Y sintiendo como su cuerpo comenzaba a calentarse con el calor del fuego que empezaban a rodear las paredes. Muy diferente al frío congelante de la nieve al exterior de este.

Y Jungkook intento moverse, más su cabeza fue echada hacia atrás de un tirón al ser sostenido por el alfa para que le mirase- Eres tan bonito - el aliento del alfa le golpeó el rostro, provocándole repulsión. Mientras su bebé no dejaba de llorar entre sus brazos - Hubiese disfrutado tanto de probarte...lástima que ya sea demasiado para eso omega maldito- le dijo Insung soltandole el rostro y haciendo que se mareara. El calor comenzaba a sofocarle y el humo que llegaba a su garganta le hizo toser.

Aferró a su bebé más fuerte contra él, observando como sus mejillitas se encontraban rosas producto del calor. Y se las besó, intentando tranquilizar la desazón en su cachorra.

Y su lobo lloró.

Sintiendo la necesidad de él. De su presencia.

De aquello que le daba la seguridad y le decía que todo estaría bien. Porque en aquel momento, nada parecía estarlo.

Alfa.

Y Jungkook lloriqueo, percibiendo que el calor de las llamas le quemaban el rostro.

Ven por nosotros.

Y Jungkook vio como Insung le apuntaba con algo que él nunca había visto.

-Te ahorrare el sufrimiento de morir bajo las llamas omega. - pronunció el alfa, haciendo resonar la carga de la bala en aquella arma- Aunque en realidad me quiero asegurar que estés muerto. Ambos.

Siendo imposible de oir para el omega, quién lo miraba un poco aturdido por la falta de oxígeno.Y sin comprender mucho lo que aquel alfa pretendía.

Percibiendo repentinamente un aroma que él reconoció de inmediato y viendo como un enorme lobo se lanzaba sobre Insung mordiendole el hombro.

Y los vio forcejear, observando como el hombre intentaba liberarse del agarre del animal.

-¡Sueltame maldito traidor!- le gritó Insung, para luego apoyar como pudo, el arma sobre el vientre del lobo.

Provocando un estruendoso ruido que se escuchó en todo el lugar. Haciendo que el animal cayera emitiendo alaridos de dolor.

Y Jungkook instintivamente se acercó hasta él. Preocupándose mucho al ver como un líquido rojo se escurria del estómago del alfa. El que automáticamente débil, volvía a su forma humana.

-"Vete. Jungkook debe irse"-le dijo el alfa con sus manos- "Lleva a cachorro lejos" - a lo que el omega negaba y lloraba, con su bebé en brazos en el mismo estado que él. Y el alfa se alarmó al ver como Insung con el hombro herido, trataba de recomponerse a sus espaldas-"Sarang y Jiwon esperan afuera"

Y el castaño le tocó el rostro suavemente. Restándole importancia a la desnudez del alfa-"Jungkook no puede dejar a Hoseok"-le señaló el omega acongojado.

Y Jung le sonrió-"Jungkook debe cuidar su cachorro. Hoseok espera que lo haga, porque Hoseok quiere mucho a Jungkook. A los dos-le dijo el alfa, también apuntando a la bebé que no dejaba de llorar. Dejándole un pequeño beso sobre su frente- Cuida de papá ¿bueno?- le habló a la cachorra, para luego mirar al omega - "Vete Jungkook". Corre omega ¡Ahora!

Y el castaño reaccionó enseguida, levantándose y observando como Insung se paraba de su lugar. Tomando una manta y cubriéndose con ella. Aprisionando fuerte a su bebé y corriendo con ella, con el fuego casi rozándole la piel.

Y Hoseok escuchó una risa escalofriante a su lado, poniéndose de pie para enfrentar al alfa.

-¡Por dios Jung! De todas las estupideces que has hecho, esta ha sido la peor-volvió a reir- es decir, mírate, estás herido y aun así intentas hacerte el héroe.

Y si, el alfa más joven sentía que se desangraba. Percibiendo incluso en la forma en la que su cuerpo le sedaba del dolor. Sintiendo como la sangre se deslizaba desde su estómago, hasta sus pies.

-Mejor asume tu derrota Insung. Aquel omega ha dado a luz al heredero legítimo de la corona de Yeoreum. Y te aseguro que no morirá, pese a todo lo que intentas para asesinarla- dijo Hoseok- Aquella bebé vivirá y se quedará con todo lo que alguna vez tú buscaste arrebatarle.

Y Insung gruñó, pues la ira le carcomía- Maldito bastardo- dijo el viejo alfa acercándosele- Debería de haberte matado apenas te vi aprovechándote de mi hijo

Hoseok rio- Yo no me he aprovechado de Jimin. Yo a tu hijo lo amo.

-¡Maldita sea cállate!- Insung le gritó, golpeándole el rostro lo que hizo que Jung cayera de inmediato. Su cuerpo encontrándose demasiado debilitado para soportar el golpe.

Y sin esperarlo Jung volvió a reír, mientras pasaba su mano sobre donde el alfa le había herido-Y aunque te duela e intentes ocultarlo. Jimin me ama a mi Insung. Aunque me mates, jamás podrás cambiarlo.

Y Jung vio como el alfa, le apuntó con el arma. Resignándose a la idea de morir y tan solo doliendo en él, el no poder ver una vez más a la persona que tanto amaba. Percibiendo como el fuego consumía rápidamente aquella casa.

Escuchando como el sonido del disparo le atravesaba un poco más encima de su otra herida.

-¡Nooooo!-Para luego oír aquella voz que se desgarró en un grito, sintiendo como alguien le sostuvo fuerte. Posando sus ojos en él.

Aquellos ojos color miel tan bonitos y que él conocía tan bien.

-¡J-Jimin maldita sea que haces aquí!-preguntó Insung estremeciéndose.

Mientras el rubio solo procuraba acariciar el rostro al alfa lastimado, recorriendo a la vez su cuerpo con la mirada. Liberando un sollozo al entender lo grave de sus lesiones.

-C-cariño estoy aquí-le dijo al alfa castaño- Soy Jimin ¿m-me ves amor?- y vio como el alfa en sus brazos asentía, dejando caer una pequeña lagrima por uno de sus pómulos. A lo que este solo le abrazó más fuerte, sintiendo como su cuerpo se encontraba frío a pesar de estar encerrados entre las llamas.

-J-Jimin...hijo, debemos salir de aquí en este momento- habló Insung de pronto.

Y Jimin rio-¿Soy tu hijo? ¿D-de verdad c-crees que aun los soy?-le respondió el joven alfa.

-Pues claro Jimin. Que hayas cometido el error de involucrarte con este alfa, no impedirá que podamos superar esto. Eres mejor que esto Jimin. Eres mi hijo.

-Superar... ¿tú de verdad crees que lo podremos s-superar?- reiteró Jimin, observando como Hoseok relajaba su cuerpo bajo él. Desvaneciendo entre sus brazos.

-Claro Jimin...claro que lo haremos.

Y el rubio sonrió, tomando la mano de Jung entre la suya y besándola -No padre. Yo jamás superaré esto- dijo de forma frío, provocando que Insung se estremeciera frente a él- Primero me has quitado a mi madre...ahora me arrancas el corazón quitándole la vida a la persona que más amo- Y Jimin se volteó a mirar a su padre. Sus lágrimas secándose rápidamente por la incandescencia del fuego- Eso y-yo nunca podré superarlo papá. Y jamás te lo p-perdonare...j-jamás.

Y el viejo alfa saltó en su lugar, al escuchar como una de las vigas cedía y caía tras él envuelta en llamas.

-V-vamos Jimin...Hijo, d-debemos salir de aquí- dijo una vez más insistiendo al rubio, a lo que éste solo negó.

-No...yo me quedaré.

-¡Maldición Jimin! ¡Acaso piensas morir por este alfa!

-¡Yo lo amo papá!-le gritó ya no soportándolo más, su cuerpo sintiéndose demasiado pesado para moverse de aquel sitio- Pero eso es algo que tú nunca entenderás.

E Insung retrocedió, su pecho lastimándose débilmente por la decisión de su hijo. Ya que pese a todo, era su carne. Su sangre. -Te amo hi...

-Yo no. Tan solo vete- se interpuso Jimin a sus palabras. Las que carecían de sentido y habían perdido todo significado.

Y el alfa se marchó de allí. Saliendo justo antes de que una de las paredes cayera frente a la entrada. Impidiendo la salida de alguien más de aquel lugar. Aunque Jimin estaba muy seguro de que no deseaba aquello.

Aquello significaba vivir, pero a costa de continuar sin él.

Y él no deseaba un futuro sin él.

Nunca lo imaginó así.

-Nunca te he contado acerca de la primera vez que te vi- preguntó Jimin a Hoseok, no muy seguro si este le escuchaba. Salvo por el modo en que sus ojos aún se movían recorriéndole el rostro- Estaba escondido tras unos arbustos...t-tenía siete años-Jimin le habló a la vez que apretaba su mano con la suya y el fuego parecía hacer arder su piel-Mamá cumplía años ese día...y y-yo estaba triste tras ese arbusto. Llorando porque mamá ya no estaba...y de pronto tu apareciste encontrándome-vió como Jung intentaba mover sus labios -Me sonreíste y dijiste que no había porque llorar. Que mamá estaba en el cielo y de allí me cuidaría- Jimin rió- Me pareciste la persona más hermosa desde ese día y pensé que mamá te había enviado para mí. Pero dudo que lo recuerdes.

-L-lo recuerdo- Jung dijo de la nada y con su voz rasposa. El oxígeno evaporándose de sus pulmones.

A lo que Jimin le sonrió, sintiendo que su cuerpo comenzaba a quemar. Mas su piel se sentía adormecida.

-¿M-me buscarás?-preguntó a Hoseok.

-Espera por mí...amor mío-le respondió éste. Intentando sostenerse de su cuerpo con la poca fuerza que le quedaba.

-Te amo...esperaré por ti-le dijo finalmente el rubio, para besarle la boca mientras cerraba sus ojos y lo aprisionaba contra sí.

-Te amo- respondió Jung. Dejándose ir en aquel beso. Mientras las llamas los consumían a ambos.








Su corazón latió rápido, pues jamás consideró la idea de ver aquella imagen frente a sus ojos.

Aquella casa que le había albergado y prácticamente había anidado su amor, ahora ardía en llamas. Y lo peor de todo, es que temía que Jungkook estuviese al interior. O su madre, o alguna persona inocente.

No por favor.

Y vio como los soldados comenzaban a enfrentarse unos a otros, intentando escabullirse entre ellos con el único fin de buscar a su omega y a su cachorro. Pues no sabría que sería capaz de hacer si algo les sucediera.

Tranquilizándose rápidamente al verlo a lo lejos. Con una manta cubriéndole el cuerpo y un pequeño bultito entre sus brazos.

Su bebé.

Observando como este se encontraba con su madre y Sarang, subiendo al carruaje que les había llevado hasta allí y dispuestos a alejarse.

Y Taehyung agradeció que pasasen desapercibidos en aquel caos. Solo deseando que su omega llevase a su cachorro lo bastante lejos de allí.

Amor mío.

-Hoseok ha de estar allí dentro-escuchó a su primo hablar a su lado, observando como este corría para ingresar a la casa.

-¡No, Jimin espera!- más su voz se perdió entre la ventisca. Viendo como la imagen del chico se desvanecía entre la blanca nieve.

Y no pudiendo hacer nada cuando uno de los soldados le atacó por la espalda y él apenas reaccionó.

-Su majestad Kim...creo que ha escogido un mal momento y un mal lugar- y Taehyung le observó, siendo evidente que aquel alfa formaba parte del ejército de Yeoreum.

Y Taehyung se preguntaba en que momento había ocurrido todo aquello.

Su reino.

Su gente.

Pero él no se dejaría avasallar. Combatiría, aunque tuviese que pasar sobre ellos.

-Quién ha escogido un mal lugar has sido tu soldado- le respondió, tomando una daga que Jimin había dejado bajo su chaqueta antes de salir de Yeoreum. Y enterrándola firme sobre la arteria principal del cuello del alfa.

Viendo como aquel soldado caía al suelo inerte. Maldiciendo por lo mucho que detestaba hacer aquello.

-Al fin te comportas como un hombre Taehyung- y lo escuchó a sus espaldas, girándose inmediatamente para enfrentarlo- Vaya, supongo que sobrevivir al ataque que he preparado no te ha salido gratis sobrino- le dijo Insung, claramente refiriéndose a la cicatriz y perdida de su ojo.

-Creo que no eres la persona más indicada para hablar de comportarse como un hombre Insung- le respondió impasible Taehyung- Cuando has arrebatado la vida de tantos inocentes, dudo que lo seas.

Y el rubio vio a su tío reir- Por favor Taehyung ¡Tanto tu padre como tú debiesen agradecer lo que he hecho por Yeoreum!- gritó el viejo alfa, casi con la mirada perdida- ¡Si no hubiese sido por mi ese reino no sería nada!

-Estás equivocado Insung. Siempre lo has estado- le respondió con mesura el joven alfa. No caería en aquel juego. No otra vez- Yeoreum no necesitaba ser el reino más poderoso. Yeoreum necesitaba bondad. Necesitaba amor. Incluso tú lo necesitas. Es decir, mírate - le mencionó despectivo- ¿Tienes alguien que te quiera? ¿Qué espere por ti al final del día? - y su tío le miró con cólera. Sus ojos ardiendo de furia contenida- Has perdido todo lo que una vez tuviste. Has perdido la confianza de tu hijo y tú eras todo lo que él tenía. Incluso yo... - Taehyung se detuvo, su lobo aguardando a la oportunidad de asomarse y romper el cuello de aquel alfa- ...fuiste en quien confié durante años y te has reído de eso, como si no valiera nada para ti. De seguro has sido tú mismo quien ha matado a mi padre, has intentado dañar a mi omega e incluso... - el rubio pasó saliva a través de su garganta, raspándole por el dolor que sentía en aquel momento- ¡Has matado a Seulgi como si no te importará! -gritó con odio- ¡¿Aun crees que sin ti no hubiésemos sido nada?! Hubiésemos sido mucho. Incluso más. Así que discúlpame, pero tus esfuerzos no han servido de nada ¡Para Yeoreum no vales nada Kim Insung!- dijo con rabia y no deteniéndose a guardar nada de todo lo que estaba afectándole aquello.

Porque para él no resultaba fácil, ni nunca lo haría.

Detestar a la persona que por años consideró su padre y amo como tal. Depositando su confianza, creyendo fervientemente en él.

Para nadie resultaría sencillo.

Y Taehyung no era alguien insensible. A él le lastimaba profundamente aquella traición y lo haría por siempre. Perdurando tal como aquella cicatriz que llevaba sobre el rostro.

-¡Eres un mal nacido Kim Taehyung!- le dijo encolerizado el viejo alfa, al sentir como el rubio rasgaba su orgullo. Enrostrando sobre él lo que nunca deseó oír.

Y Taehyung lo vio mutar, considerando que era claro para él que el alfa había perdido su conciencia. Pues sus ojos se volvieron luminosos, casi blanco debido a la pérdida de su razón.

Pero él no se quedaría sin hacer nada.

Y aunque le había despojado de gran parte de su vida, él lucharía por aquel pequeño espacio que quedaba de ella.

Su omega, su cachorro.

Su familia.

Lucharía con todo lo que quedaba de él.

Prometiéndolo firmemente mientras él mismo mutaba.










Aquel carruaje se movía lento entre la nieve. Mientras su cuerpo temblaba, mas no era precisamente de frío.

Era miedo.

Y es que estaba asustado. Mientras aferraba a su pequeña cachorra entre sus brazos, su pecho pesaba y se sentía lastimado. No pudiendo evitar en pensar en su hogar vuelto cenizas entre las llamas.

El suyo y el de Hyejin.

Aquel en el cual jugó tantas veces siendo niño.

Sin poder rescatar nada. Ni los libros, ni la ropa de la anciana.

Cualquier cosa que le recordara a ella.

No había nada.

Y lo que le rompía aún más, era haber dejado a Hoseok en aquel lugar. Sintiéndose un cobarde por haberlo hecho.

Alfa.

Su lobo pedía por Taehyung, ya no tolerando más la aflicción que sentía por todas las semanas de lejanía. Siendo necesaria y vital su presencia para sentirse calmo. Intentando comunicarse con él a través de su lazo, más aterrándose al sentir como su conexión se volvía tenue y casi nula.

Como si desapareciera.

Y sollozó, tapándose más con aquella manta y cubriendo a su bebé.

Por favor.

Quédate conmigo.

Y se encogió en aquel lugar, escondiendo sus pies bajo la tela. Los que se encontraban desnudos al no haber tenido tiempo de sacar nada más que aquella manta. Y solo pensando en sacar a su cachorra de allí.

Nada más pensando en ella.

Mi dulce amor.

Y de repente sintió como aquella carroza se detenía y en su estómago se formaba un nudo gigante que dolía. Sintiendo como su pulso se disparaba de puro temor.

No, no, no.

Tanto Sarang como Jiwon iban al exterior de esta, diciéndole que era lo mejor en caso de que fuesen atacados. Y él no sabía si ellas serían capaces de mutar. De cuidar sus vidas.

Y comenzó a llorar. Tapando su cuerpo y el de su cachorra por completo con aquella cobija.

Ocultándolos de quien quisiese lastimarlos.

Estaremos bien, estaremos bien.

Y apretó fuerte a su bebé cuando sintió que alguien al parecer abría la puerta y subía allí. Percibiendo como los pasos eran lentos, pero se acercaban hacia ellos. Sin poder evitar tiritar de pavor.

Su corazón iba a estallar. Y él solo pedía que su bebé no sintiese nada.

Que todo ocurriese rápido.

Que no se percatara del dolor.

Pensando en el cielo y en que Hyejin esperaría por ellos allí.

En las estrellas.

Sintiendo como aquella persona posaba su mano sobre su cabeza y él apretaba sus dientes esperando que solo sucediese.

Más se sintió extraño cuando aquella mano se convirtió en caricia, como si buscase calmarlo.

Percibiendo de pronto y en medio del miedo, aquel aroma que había anhelado durante tantos días.

Lluvia y tierra mojada.

Asomándose sin cuidado por entre la manta, divisando aquella silueta del alfa.

Su alfa.

Envuelto también con un edredón, tapando su desnudez.

Había mutado.

Y Jungkook le sonrió en medio del llanto, atrayéndolo hasta él para aspirar un poquito de su olor. Percibiendo como éste le acariciaba el cabello y enredaba sus dedos allí.

-Tranquilo. Ya estoy aquí amor- le dijo Taehyung sobre el oído, muy consciente de que el omega no le escucharía. Mas siendo su propia necesidad de sosegar a su lobo, la que le hacía pronunciar aquellas palabras-Ya está cariño. Ya acabó.

Y ambos sintieron a sus lobos rodar por la nieve. Lamiéndose y olisqueando sobre sus cuellos para firmar ese reencuentro.

Omega.

Alfa.

El castaño refregando su nariz sobre el cuello y pecho de Taehyung, sintiéndose cálido y no deseando alejarse más de allí. Apareciendo de pronto como nebulosa algo en su mente.

Como si de pronto hubiese recordado algo que había olvidado.

Y se alejó. Abriendo su boca en círculo y observando al alfa que le miraba atento.

Y Taehyung quiso seguirle el juego. Pero estando bastante seguro de saber que era lo que había recordado su chico.

-"¿Jungkook tiene algo que enseñarme?"-le señaló sonriente.

Su propio corazón acelerándose de anticipación.

Y el castaño asintió, regalándole una pequeña sonrisa. Para luego destapar con cuidado lo que cubría recelosamente bajo la manta.

Y Taehyung la vio. Agarrada del pezón del castaño y alimentándose como si nada hubiese sucedido.

Tan serena como el universo.

Su cachorra.

Su pequeña lunita.

Solo evidenciándose lo vivido en las pequeñas manchitas de carbón que tenía sobre su naricita y que el mismo omega llevaba sobre su cuerpo.

Ambos habiendo salido desde las cenizas cual fénix.

Y era preciosa. Taehyung podía jurar que jamás había visto algo tan bonito como su bebé.

-"Es niña. Jungkook tuvo una niña"- le dijo con sus manos el castaño-"Ambos. Taehyung y Jungkook hicieron una niña"

Y el pecho de Taehyung se sintió cálido. Como si de pronto una estrella se posase sobre su pecho.

-"Jungkook ha hecho una niña hermosa. Ambos"-le respondió el alfa, besándole superficialmente los labios. Como agradeciéndole por aquello.

Como si se disculpara por no haber estado en aquel momento.

Y de repente sintió como el omega se alejaba de él, para mover sus manos- "Di su nombre. Ella esperó ¿Ya viste que es como la luna?"- le señaló, para después pasar su mano por uno de sus rubios mechoncitos.

Y Taehyung asintió -"Es como la luna" Tan bonita como ella mi amor- y el alfa se acercó hasta su oído, entrelazando su mano libre con la de Jungkook. Sintiendo como que su garganta de pronto se apretase y sus ojos se humedeciesen -Moonbyul... hola mi pequeña luna, es papá. Lamento haber tardado. Ya estoy aquí.

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