033. recovering the tournament

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CHAPTER THIRTY-THREE
❝recuperando el torneo❞
   cobra kai season three | act. three






SAM AYUDABA A ETHAN a meditar en el dojo de su casa.

Muy en el fondo, el corazón de Ethan le decía que era una mala idea seguir con el karate, especialmente con su padre pero ignoro ese pensamiento.

Por Sam.

—Sabía que volverían —dijo Daniel feliz.

—¿En serio? —preguntó Sam sonriendo.

Ethan sonrió incómodo.

—Atrápenlo —dijo Daniel lanzando un palo a cada uno.

—¿Por qué un palo?

—Pensé que podríamos entrenar juntos. Bueno, solo si quieren. Muéstrenme... Lanzar la caña.

—¿Qué?

Lo miraron confundidos y de la nada atacó a Sam y luego a Ethan. Los dos bloquearon el golpe.

—Buen bloqueo —sonrió.

—"Lanzar la caña". Ir a pescar fue entrenamiento de karate —dijo Sam.

—Más bien una feliz coincidencia.

Los empezó a atacar de nuevo con el palo hasta que Sam lo atacó por delante y Ethan lo hizo caer por detrás.

—Genial —dijo y se levantó—. De nuevo.

Ethan caminaba por los pasillos de la escuela, pensando en si debería unirse al dojo de Johnny o quedarse con Daniel.

Ir con Johnny molestaría a Daniel y sería divertido.

Quedarse con Daniel lo ayudaría a controlar mejor sus emociones.

¿Eagle Fang o Miyagi-Do?

Estaba tan sumido en sus pensamiento que no se dio cuenta cuando Miguel pasó en frente suyo y chocó con el. Evidentemente tampoco se dio cuenta de que estaba caminando.

—Lo siento —suspiró Ethan bajando la mirada y dispuesto a seguir caminando.

—No, yo lo siento, Ethan.

Ethan sonrió levemente y levantó la mirada. Miguel estaba ahí, y estaba caminando.

—Estás caminando —rió y se le lanzó encima en un abrazo—. ¡Estas caminando!

Miguel rió y lo abrazó de vuelta. Ethan se separó, completamente avergonzado.

—Lo siento. Lo siento, fue un impulso —dijo sintiendo su cara arder. No dejo de sonreír en ningún momento—. Felicidades.

—Esta bien —dijo riendo—. Gracias.

—Bueno... —rió avergonzado—. Te dejo para que vuelvas con tus amigos.

—No son mis amigos —Ethan frunció el ceño confundido—. No luego de lo que les hicieron.

Ethan sonrió, con la vista fija en Miguel. Estaba muy feliz por el.

Debo ir a la sala de estudio —dijo sonriendo.

—De hecho, yo también —dijo Ethan riendo levemente.

—Bueno.

Los dos rieron y comenzaron a caminar, uno al lado del otro.

—¿Crees que ha pasado suficiente tiempo para que seamos amigos de nuevo? ¿O empezar de nuevo?

—Me parece —asintió Ethan—. Me llamo Ethan, ¿tú?

—Miguel. Un placer —dijo estrechando la mano del contrario con una sonrisa divertida—. ¿Te gusta Scream?

Si —dijo Ethan con una sonrisa nostálgica—, es de mis películas favoritas con mi mejor amiga.

¿La pelirroja que siempre esta contigo? —preguntó.

¿Me observas? —dijo con tono burlón—. Sí, la pelirroja que siempre esta conmigo.

La mirada de Ethan pasó atrás de Miguel, donde Yasmine y Demetri estaban besándose de una manera un tanto... asquerosa.

—¡¿Demetri?!

—Hola —dijo de lo más normal una vez se separaron—. Estábamos...

—Estudiando —respondió Yasmine.

Ethan puso mueca de asco mientras Miguel sonreía.

—Ustedes son...

—¿Qué? —dijo Yasmine—. Iugh. No. Nunca saldría con este fenómeno.

Yasmine salió corriendo y los dos chicos miraron con una sonrisa a Demetri.

—Como sea, Cruella —dijo Demetri—. Ve a matar unos dálmatas —volteó a ver a los dos—. Estoy absolutamente enamorado.

—No se si pensar que es increíble o sentirme disgustado —dijo Ethan riendo apenas Demetri se fue.

—Sí, supongo que... el amor todo lo puede —dijo Miguel sonriendo.

—Tu lo dijiste —dijo Ethan con una sonrisa boba.

Dios, nunca iba a superar a ese chico.

Cuando Luca le dijo que el iba a quedarsw con Johnny, Ethan tomó su decisión.

—Johnny —llamó Ethan corriendo a abrazarlo—. Te extrañé.

—No seas nenita... —dijo Johnny revolviéndole el cabello y alejándolo—, yo también. Me acostumbre a desayunar contigo.

—Iré a desayunar contigo cuando quieras —sonrió—. Lamento no haberte visitado estás semanas, ha sido todo un caos...

—No te preocupes LaRusso Junior. Estás aquí ahora.

Una media hora después, todos los alumnos habían llegado y estaban pateando frisby's. Bert fue el primero.

—Bien, Bert —dijo Johnny mientras tomaba otro—. Recuérdame no molestarte. Idiota, sigues tú.

—¿Mantendremos mi apodo del otro dojo? —preguntó Mitch.

—¿Prefieres Aliento de Gorila?

—Idiota está bien —dijo poniéndose en posición y pateando el frisby.

—¡Bien, Aliento de Gorila! —Ethan lo miró incrédulo y Luca rió a su lado—. Vamos, Díaz, es tu turno.

Miguel se acercó con una pequeña sonrisa.

—Imagina que es el tipo al que se lo robé —dijo Johnny—. Imagina sus estúpidas rastas blancas.

Miguel asintió y trató de darle una patada pero no pudo.

—Eso es. ¿Quién sigue?

—No, puedo hacerlo —insistió el moreno.

—Miguel, está bien.

—Yo puedo.

—Ponte de lado. Usa las puntas de los pies.

Ethan se mordió el labio con nerviosismo. Miguel volvió a intentarlo pero esta vez, se cayó.

Todos corrieron a ayudarlo pero sólo aceptó la mano de Ethan.

—Tomemos un descanso. Vayan a beber agua. No de la fuente, un drogadicto se limpió el trasero ahí.

Miguel se quedó con Johnny. Ethan y Luca se alejaron un poco, conversando sobre películas cuando Mitch gritó:

—¡Debe ser broma!

—¿Qué pasó? —preguntó Miguel.

—Cancelaron el torneo.

—¿Qué hicieron qué? —gritó Johnny.

—Jodeme —murmuró Luca.

Los sensei's de los tres grandes dojos estaban en la misma sala, esperando a que empezara la audiencia así intentar recuperar el torneo.

Ethan estaba muy ansioso. Por la audiencia y por que tuvo que conversar con Daniel sobre su decisión de ir al dojo de Johnny.

Al principio estaba molesto pero después simplemente dejo el tema ya que iban tarde.

—Señor Carter, debemos continuar.

—Y supe que renombrarán las alcantarillas como tapas de mantenimiento. ¿Saben cómo llamábamos a las alcantarillas en mi época? Alcantarillas.

Ethan se estaba quedando dormido. Ni siquiera notó que su papá se puso a conversar con Johnny en frente de el.

—Bueno —dijo la concejala—, ahora escucharemos la apelación a la cancelación del Torneo de Karate Sub-18 All Valley. ¿Quién hablará primero?

Los tres sensei's se levantaron al mismo tiempo.

—Damas y caballeros, soy el capitán retirado John Kreese —habló parándose en la plataforma.

—Gracias por su servicio.

Que se quede retirado mejor, pensó Ethan rodando los ojos.

—Fue un honor servir. Y sigo sirviendo aquí en nuestra comunidad, enseñándoles a nuestros chicos a ser fuertes y disciplinados a través del karate.

Ethan se levantó y se sentó al lado de Johnny.

—Tremendo imbécil —susurró en su oído y Johnny disimulo una risa.

—Me sentí devastado al enterarme de la cancelación del torneo por culpa de la pelea escolar. ¿Por qué castigar a mis alumnos por la violencia cometida por dojos como Miyagi-Do?

—Espere un minuto —dijo Daniel a la defensiva.

—Por favor, señor LaRusso, no es su turno.

—Me disculpo, concejal Roberts. Este hombre...

—Concejala Roberts —le corrigió Kreese.

—Gracias, capitán Kreese. Por favor, prosiga.

Johnny se agarró el puente de la nariz mientras Ethan apretaba los puños.

—Creo que mis colegas concuerdan en que queremos lo mejor para nuestros alumnos y la comunidad. La meta de Cobra Kai es preparar a la juventud del Valle para la desafortunada realidad del mundo real. La vida es difícil. Simplemente los estoy preparando para defenderse.

Ethan se hubiera levantado para gritarle en diez idiomas distintos pero Johnny lo obligó a mantenerse sentado.

—Lo siento, pero este tipo está distorsionando la situación —interrumpió Daniel—. Hace unas semanas, un grupo de Cobra Kai hirió a mis alumnos en un centro recreativo abandonado.

—¿Quién empezó la pelea? Si la memoria no me engaña, los descontrolados de tus hijos.

—¡Oye! —gritó Amanda—. Deja a mis hijos fuera de esto, pedazo de mierda.

—¡Mamá! —le dijo Sam.

Ethan se tapó la boca para que nadie notará que estaba apunto de reírse. Luca y Cassie, unas filas más arriba no se molestaron en disimular.

—Señora, por favor, contrólese.

—Hablando de controlarse... Pedí una orden de alejamiento en su contra porque me agredió físicamente.

—¿En serio? —dijo riendo sarcásticamente.

—¿Debería llamar a las autoridades?

—Eso no será necesario —la concejala hizo un movimiento con la mano y el guardia se trató de llevar a Amanda.

—¡Oye, no me toques! ¿Está bien? Me voy. Pero ese hombre es un lunático. Manipulo a mi hijo —se dio la vuelta y se fue indignada.

—Concejala Roberts, le seguro que soy una influencia positiva para mis alumnos y para todos los alumnos que tuve antes.

Ethan iba a hablar pero Johnny se le adelantó.

—¡Mentira! —saltó Johnny—. Señora, John Lawrence, Eagle Fang Karate. Este hombre envenenó las mentes de sus alumnos. Y yo lo sé, porque fui uno de ellos.

—¿Éramos competitivos? —preguntó al aire—. Claro. Pero todo fue por el deporte.

—Es un ladrón y un mentiroso.

—Y puso una cobra en mi negocio.

—¡Suficiente! Siéntense. Todos.

Los tres se sentaron, uno al lado del otro.

—Queda claro que el torneo de karate causa división y rivalidad en la comunidad. Ustedes, caballeros, demostraron de manera espléndida por qué este torneo no debería realizarse.

—¡Espere! —dijo Miguel bajando las escaleras—. Me llamo Miguel Díaz. Estuve en la pelea. Me tiraron del segundo piso. ¿Saben? Creí que quedaría paralítico. Aprendí a volver a pararme. Y a caminar. Quiero que el torneo continúe.

—Estamos muy felices por su recuperación, joven. Pero me temo que no entiende...

—Sí entiende —dijo Ethan levantándose—. Nosotros somos los heridos. Y somos los que peleamos. ¿Ve esto? —dijo apuntando sus cicatrices—. Esto me paso en la pelea.

—Nuestra opinión es la más importante y queremos un lugar donde podamos competir —siguió Sam, bajando las escaleras junto a Cassie y Luca— de forma justa y segura.

—Cuando me mude aquí, me acosaron —dijo Miguel— y a él también —apuntó a Ethan—. No hay escapatoria de eso. Alguien querrá tu dinero del almuerzo, hacerte calzón chino o un remolino.

—¿Un remolino? —preguntó la concejala.

—Cuando les metes la cabeza en el inodoro y tiras la cadena —dijo Johnny—. Es muy gracioso.

—¡Sensei!

Ethan estuvo al borde de la carcajada pero mantuvo su postura de seriedad.

—En lugar de fingir que no existe el acoso escolar —continuó Luca—, o que pueden acabar con él, enseñen a los niños a defenderse.

—Física y mentalmente —dijo Cassie tomando la mano de Sam.

—A veces las cicatrices que no ves son las que más duelen —completó Ethan.

—El karate es disciplina —dijo Miguel—. Es fuerza interior. Y es confianza. Son lecciones que sirven para toda la vida. Mire, no sé dónde estaría hoy o qué sería de mí si no fuera por mi sensei —miro a Johnny y volvio su vista al frente—. No necesitamos el torneo para hacer patadas geniales o vender entradas, sino para probarles a los matones que no tenemos miedo. "All Valley" significa "Todo el Valle". Y les da a todos la oportunidad de mostrar lo que pueden hacer, de pelear, de convertirse en campeones. Y merecemos esa oportunidad.

Los concejales se miraron unos a otros.

—Honestamente, no entiendo la fascinación del Valle por el karate. Pero si significa tanto para todos ustedes y firman un documento que libre de responsabilidad a la ciudad, entonces... el Torneo Sub-18 All Valley está oficialmente de vuelta.

—¡Si!

Miguel y Ethan se abrazaron al mismo tiempo que las dos chicas se daban un corto beso en los labios. Luca se quedo ahi parado y los cuatro chicos lo abrazaron, logrando que casi cayeran todos al suelo.

—Obtuvimos lo que queríamos —dijo Kreese—. Pero cuidado con lo que desean.

Sonrió y se fue. Johnny y Daniel se miraron. LaRusso abrazó a las dos chicas mientras Johnny abrazaba a los tres chicos.

Ethan y Miguel se fueron juntos a Miyagi-Do ya que era el único lugar que se les ocurrió para que nadie los molestara.

¿Por el torneo? —dijo Ethan levantando su lata de limonada—. No voy a tomar cerveza de nuevo.

—Por el torneo —dijo Miguel levantando su cerveza y chocándola con su vaso—. Este lugar es increíble. ¿Qué dice la roca?

—No lo sé —dijo Ethan riendo—. Papá no quiere decirme. Quizá no lo sabe.

—Bueno, es una roca genial —dijo sonriendo—. Aunque nuestra decoración de bancos vandalizados y rocas aburridas supera todo esto.

—Obvio —dijo Ethan sonriendo.

—Es un patio genial, pero ¿de verdad practican karate?

Ethan puso mueca de ofendido.

—¡Parecen ejercicios de respiración!

—¿No es lo suficientemente rudo para ti?—preguntó cruzándose de brazos.

—¡Entrenamos en chatarrerías y camiones!

—Y yo en ese estanque —apuntó Ethan.

—Un estanque —dijo sonriendo burlón.

—No todo es lo que parece —advirtió Ethan—. Podría destrozarte.

—Sí, bueno.

Ethan le dio un codazo y tomó de su limonada.

—Está bien —dijo y se levantó—. ¿Quieres enfrentarte al campeón?

—Te hubiera ganado si no hubiera tenido el hombro dislocado —dijo Ethan levantándose—. Y te tiré con muy poco esfuerzo en el Golf N' Stuff.

—A ver si lo vuelves a hacer —provocó Miguel—. No te contengas.

—Tu lo pediste, chico rudo.

Los dos empezaron a pelear, sin darse golpes muy fuertes hasta que Ethan lo lanzó al suelo y se puso encima, victorioso.

—Te gané.

Miguel le dió la vuelta, quedando ahora el encima.

—¿Seguro?

Los dos sonrieron e hicieron contacto visual hasta que una voz los interrumpió.

—Debí saberlo.

Ethan levantó la mirada y vio a Robby.

—¡Robby! ¿Estás bien? —preguntó Ethan levantándose.

—¿Por qué nunca escribiste? ¿No podías ir a verme?

—Robby yo...

—Te hubiera escrito yo pero es un poco difícil cuando te están golpeando todo el tiempo.

—No sabia eso —se excusó Ethan.

—No te habría importado tampoco.

—¿Perdón?

—No es su culpa —dijo Miguel.

—¡No te metas!

Robby trató de golpearlo pero Ethan paro el golpe en el aire y le dio un empujón.

—¿Que te pasa?

Robby lo miró negando y se fue, sin decir nada dejando a Ethan con un mal presentimiento en el pecho.




















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