《28》

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Narra Fred:

Respeté la decisión de Alice, y trate de ser paciente hasta que la cena acabara. Pero, realmente me encontraba bastante preocupado y molesto por la situación.

La reacción de Alice, indicaba que se trataba de algo serio, y por lo visto, alguien le habría provocado aquella herida.

Tanta era la angustia, que apenas pude cenar, y creo que lo poco que habria comido, me hizo mal. Pero bueno, finalmente Alice terminó de cenar y salimos en grupo del comedor.

Nos dirigimos a un lugar tranquilo, para poder tener privacidad  a la hora de hablar. Finalmente, optamos por utilizar el salón de Transformaciones.

- Cierra la puerta, por favor -Indicó Alice, de ello se encargó George.

- Bien, suéltalo todo -Habló Beth.

- Esta bien, pero primero prometan que sin importar lo que diga, no actuarán ni reaccionarán de manera impulsiva -Nos indicó.- Tampoco me pueden interrumpir, responderé al final todas sus dudas

- Alice, si nos pones todas esas condiciones, nos preocupas cada vez más -Me encontraba bastante ansioso.

- Lo digo por su bien, sino deberé utilizar la fuerza -Dejo un poco al descubierto su varita, asentimos al comprender a lo que se refería.- De acuerdo, esta herida -Levantó la manga de su suéter, dejando a la vista unos símbolos en su piel.- Fue el castigo, por haber quebrantado las reglas, así lo justifica Umbridge -Sin dudarlo, me acerque a ella y tomé con cuidado su mano.

En ese momento, vi que no se trataba de unos símbolos sino de una oración, la cual decía "No debo decepcionar". El simple hecho de que alguien le hiciera daño, me puso furioso, pero saber que el autor fue Umbridge empeoró mi humor.

- ¿Cómo diablos te hizo eso? -Beth, se encontraba igual de molesta que yo.

- Utilizo el método de tortura llamado "Pluma Negra"

- Nunca escuché algo parecido -Comentó George.

- Sucede, que es un método muy coloquial, actualmente casi nadie lo emplea, excepto Umbridge -Explicó.

- ¿A caso se atrevió a escribir en tu cuerpo con ello? -La miré preocupado.

- No funciona de esa manera -La miramos confundido.- Es uno quien escribe en el papiro, y en ese instante los cortes se comienzan a realizar en la mano contraria, la pluma funciona con la sangre de quien la está portando -Quedamos horrorizados.

- Esa mujer no está en sus cabales, claramente -Admitió George.

- Ni que fuéramos prisioneros de Azkaban, para recibir tales castigos -Comentó Beth.- Alice, debes contarle lo sucedido a Dumbledore, es inaceptable lo que hizo

- Lo sé, pero no haré nada al respecto

- ¡¿Qué?! -Dijo alterada Beth.- ¿Cómo puedes dejar pasar algo tan ultrajante y aberrante? Esa anciana loca no puede salir libre de esto

- Tranquila Beth -Quiso calmarla, pero está se alteró más.

- ¡No digas que me calme! -La regañó Beth, mientras comenzaba a caminar en círculos por el salón, tratando de no explotar de la ira.

- Escucha Beth... mejor escuchen los tres -Alice alejo su mano herida, la cual estuve sosteniendo todo este tiempo.- Esta marca desaparecerá el día de mañana, por lo que no tendría prueba alguna para acusar a Umbridge -La escuchamos atentamente.- Además, teniendo en cuenta el tenso ambiente que hay entre el Ministerio de Magia y Hogwarts, esto empeorará la situación -Suspiró.- Sabemos que el Ministro de Magia tiene en la mira a Dumbledore, por ello envió a Umbridge, para mantener vigilado al director

- ¿Cómo sabes eso? -Dije sorprendido, pero a la vez nervioso.

Lo último que mencionó, fue lo mismo que se habló en la Orden, por lo que no habría manera que Alice supiera, si ella no forma parte.

- Son comentarios que circulan en el Ministerio, lo he escuchado de mi padre  

- Esa es la solución -Señaló Beth.- Debes contarle lo sucedido a tu padre, dudo que se quede de brazos cruzados

- Claro que no, no pienso arriesgar el puesto de trabajo de mi Padre -Dijo sería Alice.- Umbridge no es una simple empleada, es prácticamente la mano derecha del Ministro, atacar de esa manera sería perjudicial para mi Padre... no quiero ni pienso correr ese riesgo

- ¿Entonces? ¿Qué haremos? -Consultó George, quien se había mantenido en silencio todo este momento.

- Nada, vamos a ignorar lo sucedido, como si no hubiera ocurrido -Habló seriamente.- Además, le hes contado esto solo porque Fred logró descubrirme, en caso contrario, nunca lo hubieran sabido

No negaré el hecho de haber quedado con un sabor amargo en la boca por la decisión de Alice, no me parecía lo correcto. Pero, no podría obligarla a hacer algo que no quisiera, solo podía respetar su decisión y apoyarla.

- No estoy conforme con tu decisión, pero la respetaré -Dijo Beth.- Pero si en algún momento te arrepientes y quieres cobrar venganza, estoy disponible 24/7 -Finalmente pude ver nuevamente la sonrisa de Alice, durante esta noche.

- Cuenta con nosotros -Dijo mi gemelo, al acercarse y rodear mis hombros con su brazo.

- Gracias chicos, aprecio mucho su preocupación y predisposición por ayudarme, no lo olvidaré

- Para ello están los amigos -Sonrió Beth.

- Y novio -Agregué, y recibí una mala mirada por parte de Beth.

- Si, si, si... como el diga -Le resto importancia a lo dicho.

- Tardamos demasiado, deberíamos estar en nuestros dormitorios en este momento -Mencionó Alice, al percatarse de todo el tiempo que estuvimos aquí e ingresó nuevamente en su rol de Prefecta y Delegada.

Abandonamos aquel salón de clase, para encontrarnos un pasillo a oscuras y en pleno silencio.

- Lumos -Los cuatro sacamos nuestras varitas, para usar tal encantamiento.- Aquí nos separamos, nos vemos mañana a la hora del desayuno -Dijo Alice

De esa manera nos dividimos, puesto que Beth se debía dirigir a las mazmorras. Mientras, que nosotros debíamos regresar al séptimo piso.

Narra Alice:

Este fue un día realmente agotador, pasaron demasiadas cosas, algunas buenas y otras no tanto. Por lo que, solo deseaba llegar a mi dormitorio, y dormir directamente, hasta el día siguiente.

Al ingresar a la sala común, note que muy pocos estudiantes se encontraban, no le di importancia; solo quería llegar a mi cómoda cama.

- Disculpe... Señorita Alice -Escuché una debil voz, a mis espaldas.

Al voltear, tuve que bajar la mirada ,puesto que, era una niña de primer año bastante pequeña.

- ¿Si? -Trate de poner mi mejor semblante y voz, puesto que el cansancio provocaba que pareciera estar de mal humor.

- Disculpe que la moleste... no es nada -La noté nerviosa y a punto de escabullirse.

《Excelente Alice, ya la haz asustado...》

- Tranquila, no molestas -La detuve.- Es solo que estoy un poco cansada, por ello mi expresión esta así -Sonreí leve.- ¿Qué necesitabas?

- Este... quería saber si podría enseñarme el encantamiento "Wingardium Leviosa" -Habló con timidez.

- Claro, no hay problema, pero ¿Podría ser el día de mañana? -Sonreí leve.- Siendo sincera, tengo bastante sueño y no sería eficiente para poder enseñarte en estos momentos

- Si, si... como usted diga -Dijo alegre.

- Entonces, está decidido -Sonreí.- Mañana, durante el desayuno búscame y te daré una clase

- Muchas gracias -Dio una pequeña reverencia y desapareció de mi vista.

Rápidamente me dirigí al dormitorio, encontrándome a Luna leyendo el Quisquilloso con unos lentes bastantes peculiares. Luego de haberme colocado el pijama, me recosté en mi cama, dispuesta a dormir finalmente; pero Luna comenzó a hablarme. Admito que  no he escuchado nada de lo que decía, ya que, el sueño me dominó y en segundos caí en un sueño profundo.

Al día siguiente...

Acababa de despertar, y ya me había percatado que sería un día bastante difícil y pesado. Porque, sentía que no había descansado nada y aún el sueño me atormentaba.

Con bastante desidia me aliste y bajé al gran comedor, para desayunar y tratar de recuperar vitalidad. Como todos los días, me dirigí a la mesa de Gryffindor donde siempre desayunamos y cenamos.

- ¿De qué sarcófago haz salido? -Se burló George.

- Muy gracioso -Sonreí molesta.- Pero ¿Estoy muy demacrada? -Miré a Fred.

- Y.... pareces una momia pero una momia muy bonita -Hice una mueca e ignoré el comentario.

- ¿Qué haremos luego de Pociones? -Consultó Beth.

- Yo ir a clases -Tomé un sorbo de té.

- Qué horror -Se quejó Beth.- ¿Qué asignatura?

- Adivinación -Fred me miró de manera automática.

En ese momento, recordé que no le había explicado lo sucedido durante la Copa de los Tres Magos. Y de seguro no me lo ha preguntado, porque es considerado y espera a que este lista.
Inmersa en mis pensamientos, no me percaté que alguien se encontraba detrás mío, dado que, fue Fred quien me avisó.

- Ah... Buenos días, toma asiento -Le indiqué a la joven Ravenclaw.- Disculpa que recién te lo pregunte, pero ¿Cuál es tu nombre? -Sonreí avergonzada, a mis espaldas escuché a mis amigos tratando de no reírse.

- Es Sophie... -Dijo bastante avergonzada.

- Bien Sophie, comencemos con la clase -Sonreí.- ¿Trajiste tu libro? -Ella asintió, colocando sobre la mesa unos cinco libros, bastantes gruesos.

- ¿Cómo pudo cargar todo eso? Con esos bracitos -Comentó Beth.

- Se nota que es de Ravenclaw, son los únicos que utilizarían tantos libros -Continuó Fred.

- ¿Pueden guardar silencio? -Sonreí amenazante, mientras los observaba.

- Si, Señora Momia -Se burló Fred.

- No la hagamos enfadar, nos pondrá una maldición -Habló ahora George.

- Sophie, mejor vamos a la mesa de Ravenclaw -Me puse de pie, y saque mi varita.- Aquí una pequeña demostración... Wingardium Leviosa -Los libros comenzaron a levitar y los envié a la mesa de mi respectiva casa.- Vamonos -Sonreí mientras la acompañaba, cuando la pequeña me dio la espalda, le hice al trío un seña amenazante y solo comenzaron a reírse.

Luego de haberle enseñado a Sophie el encantamiento, que para mi suerte pudo aprender rápidamente, era momento de ir a clases. De esa manera el día transcurrió con normalidad.

Narrador Omnisciente:

La tranquilidad y normalidad en Hogwarts durante los primeros días de clases, no duraron lo suficiente. A partir de la discusión entre McGonagall y Umbridge, por haber utilizado un método de tortura en sus estudiantes, que conllevó a tal desencuentro.
Comenzaron a haber cambios en Hogwarts, ya que, el Ministro de Magia designó como "Suma Inquisidora" a Umbridge, otorgándole así mayor autoridad en el castillo.

Las primeras modificaciones que se hicieron, fueron dirigidas a los estudiantes, a quienes se le impusieron normativas bastante restrictivas y sin sentido. Poco a poco, la convivencia en el castillo se vio afectada, puesto que muchas actitudes y acciones normales estaban prohibidas, y los castigos de Umbridge eran bastantes severos. Lo cual, conllevó a que muchos estudiantes para evitar tales consecuencias, tuvieron que volverse sumisos a su autoridad.

Como si eso no fuera poco, también comenzó a inspeccionar a los Profesores. Las clases se veían interrumpidas por culpa de sus entrevistas.

Pero el colmo se dio, cuando quiso despedir y echar del castillo a la Profesora Trelawney. Exponiéndola y avergonzandola ante todos, frente al patio de la Torre del reloj.

Dumbledore intervino en el momento apropiado, dejándole en claro a la sub secretaria del Ministro, cuales son sus atribuciones y cuales están fuera de su alcance.

El alumnado como los Profesores se sintieron aliviados, al pensar que todo volvería a la normalidad. Pero no fue así, puesto que, Umbridge fue con el reclamo ante el Ministro de Magia.

La gran mayoría se encontraba preocupada por lo que haría Umbridge, teniendo tanta autoridad. Mientras que la minoría, estaba bastante satisfecha, esta se componía generalmente por estudiantes de Slytherin.

Aunque, eso no significa que todos se mantendrán con los brazos cruzados y obedeceran de manera plena...

Continuará...

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¡Hola a todos! El motivo de este mensaje  es para avisarles que debido a que debo rendir un examen importante dentro de una semana, estare ausente para publicar nuevos capítulos. Espero, sepan comprender.

Y además, para agradecerles por todo el apoyo que le dan a "𝐒𝐞𝐫𝐞𝐧𝐝𝐢𝐩𝐢𝐭𝐲", estamos a muy poco de llegar a las 2k y es todo gracias a ustedes.

Sin más que decir, disfruten el resto de la historia.

Atte. Huma

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