Riesgos

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- Deberías controlar más las mierdas que comes, no he visto a nadie que se desmayara y se pusiera cómo estás por eso-

La mujer de ojos verdes azulados despierta en su cama con una sonrisa en los labios, ese día no entraba a trabajar hasta por la tarde y además había pasado una noche graciosa y entretenida. Se levantó de su cama y estiró su espalda, por lo que su camisa larga se subió dejando ver por un momento su abdomen y ombligo, volvió a colocarse correctamente, se sacudió el pelo con una mano, y con el otro se frotó los ojos, caminando a la cocina, donde se encontraba Christine.

- Alguien ha pasado una buena noche - se burló, mirando la cara satisfactoria de su amiga, con su camisón de tréboles de colores, que le llegaba apenas por debajo de los muslos.

- No te lo voy a negar - respondió Olive traviesa, preparándose el café - pero, estoy más contenta por no tener que madrugar hoy, que por lo que me haces ese comentario - dio un abrazo a su amiga y dejó ambos cafés en la mesa, para después ponerse a hacer tostadas.

- Ojalá tuviera lo que tienes con Strange - suspira la de rizos, y Olive sabía que se refería al amor, no al sexo que tenía con él, por lo cual no eran un buen ejemplo, ya que eso era lo único que había entre los dos.

Sabía que Christine había conocido a su "gran amor" en la universidad, eran completamente el uno para el otro, Olive lo había visto, en los ojos de Letchs jamás había hallado tanto cariño por nadie, pero desgraciadamente tras tres años juntos, el chico que se llamaba Tyler, había fallecido de cáncer, Chris quedó fatal tras eso, ya no recordaba cuántas noches se había levantado para abrazarla, dormir con ella y acallar sus sollozos y su amiga, está resignada a que nunca tendrá una familia de verdad, gente que nunca la deje, aunque para hablar de su familia, deberíamos meternos en otra historia.

- No digas eso Chris, te mereces algo mucho más bonito que lo carnal que tenemos Strange y yo, es más, siento que pronto, vas a tener la oportunidad. - dice la azabache, creyendo firmemente que la de piel morena encontraría a alguien especial para ella.

- No lo creo - contestó la de ojos avellanas - en fin, es doloroso pensar en algo más con alguien sabiendo que... - se sinceró.

Olive miró a su amiga y la agarró de la mano - No te va a volver a pasar lo mismo Chris, además, ya hemos hablado de esto, quedarse con lo bueno...

- y alejarse de lo malo - terminó la frase - pareces mi madre Olive - soltó para aligerar el ambiente melancólico que ella misma había producido.

- Tu madre no, pero soy la mejor hermana mayor que llegarás a tener - sonrió ella, le soltó la mano y empezaron a desayunar.

Pocas horas más tarde y ambas bastante positivas hablando del trabajo o de los recuerdos juntas, Chistine decide ir a por una pizza para comer, a lo que Olive está de acuerdo, pero prefiere quedarse en casa preparando la mesa y eligiendo la película que iba a ver antes de que Dahlian tuviera que ir a trabajar, parecía completamente un día de hermanas.

Olive pone la mesa en menos de cinco minutos y después va a su habitación, saca la probeta de su mochila y la observa, no había tenido indicios de esa magia que usó contra la asgardiana de nuevo, también tomaba sentido el hecho que no había vuelto a enfadarse otra vez.
Tomó el envase y agarró una aguja, para repetir el mismo procedimiento que había hecho una semana antes, llenó ésta al completo, dejando en la probeta tan solo un cuarto de lo que había. Lo que quedaba lo colocó en su caja fuerte, andó hasta el aseo y se miró al espejo.
Estaba volviendo a dudar, el ratón había muerto en apenas unos minutos, a ella podría pasarle lo mismo, tragó, y desde el reflejo giró sus ojos para posarlos en la aguja con la sustancia granate. No iba a funcionar, pensó, pero algo dentro de ella se lo negaba, debía hacerlo, un impulso la obligaba a buscar todo ese poder y recolectarlo, lo sentía necesario, suspiró lentamente y levantó la mano que portaba la aguja, colocó su muñeca en el lavabo y canalizó la aguja lentamente en la vena cubital, e inyectó despacio el contenido, sacó la aguja y se puso un algodón, presionando para que no saliera sangre.Subió la mirada al espejo, y vio sus iris relucir en rojo, después su reflejo de puso borroso y todo se tornó negro.

Se encontraba en un lugar lujoso, parecía un hogar de dioses, en una habitación de entrenamiento extremadamente cara, de columnas de oro y armas brillantes. Observaba a una mujer, era igual a ella, sus ojos verde azulados centelleaban a momentos, su melena azabache recogida en una alta coleta se movía al son de sus pasos, poseía su misma complexión, la altura y la forma de su cuerpo, sin embargo había una diferencia, la mujer hacía movimientos con las manos, y de ellas salían ciertas estelas rojas de poder, que modificaban el entorno su antojo, y este cambiaba. Olive se quedó parada, en shock por verse a si misma y a la vez sentir que estaba frente de alguien completamente diferente.También tornaba su aspecto y el de los demás asistentes de la sala, como los guardias, los podía volver pelirrojos, con ojos amarillos o incluso volverlos invisibles al mundo; de forma repentina algunos de los luchadores giraron sobre si mismos, la chica que era igual a ella se había posicionado en el centro de la sala, con sus manos al costado, y los ojos cerrados, de ellas bajaba lentamente un humo escarlata que parecía chispear y resplandecer a cada segundo, llegando hasta sus pies y transformando cada baldosa que tocaba en hierba. Los civiles que se encontraban allí no podían ver nada de aquello, pues esa diosa les había encerrado en realidades alternas, que podían ser como deseosos sueños o terribles pesadillas, Olive retrocedió al ver que el humo se cernía sobre ella, hasta que lo único que llegaba a ver era una nube bermellón que la consumía.

Cuando Christine vió a Dahlian desmayada en el baño casi le da un infarto, se agacha y sin ceder al pánico le mira el pulso, continuaba respirando lentamente, aunque tenía una expresión perturbada, intenta levantarla y la coloca en su cama. Sale rápidamente de la habitación para ponerle un paño de agua fría o buscar unas pastillas, a la vuelta, sin saber cómo, vio la habitación en llamas, con los muebles quemándose.

- ¿¡Qué!? - se exaltó, con los recuerdos de una mala noche en su cabeza, fue a por una toalla mojada para el humo, pero al volver éste ya no existía, dejando las quemaduras en los muebles, que parecían desaparecer. Se acercó corriendo a Olive e intentó despertarla - ¡Olive! ¡Olive! - sacudió a la chica.

Esta abrió los ojos extrañada, y estos relucieron de rojo mezclándose con su azul, para brillar en morado por unos segundos, y al parpadear, se volatilizó.

- ¿Qué demonios te ha pasado? - preguntó la de rizos, que sentía como si estuviera loca o sufriera alucinaciones.

- No... - tragó saliva - No lo sé, debió ser algo que comí - intentó incorporarse

- Deberías controlar más las mierdas que comes, no he visto a nadie que se desmayara y se pusiera cómo estás por eso - dijo enfadada y aún algo asustada, observando el mal aspecto de su amiga. Sin embargo que estuviera bien la reconfortaba, se abalanza sobre la azabache y la abraza - No me des más sustos así por favor.

- Te lo prometo - aceptó el abrazo de su amiga, disfrutando el contacto - ahora tranquilizate, no creo que vaya hoy a trabajar, ¿podrías avisar al laboratorio para decir que estoy mala?

Christine se separó y le acarició el pelo - Vale, yo te cuidaré hermanita - rió, más tranquila.

- Gracias - susurró Olive, tumbándose en la cama, dándole una sonrisa a su mejor amiga.

A media tarde, suena el timbre de la casa, Christine abre la puerta y se sorprende gratamente al ver al compañero de laboratorio de Dahlian.

- Hola Luke, supongo que vienes por Olive, ¿quieres pasar? - se apartó amablemente.

- Buenos días Christine - saluda cortés -¿Cómo está la enferma?

- En cama - habla, Chris con burla - viendo una serie, ahora iba a llevarle algo sano de merienda, ¿Quieres dárselo tú? - preguntó, notaba que ese chico sentía algo especial por su amiga, y si bien no sé fiaba del todo de aquél individuo, fue educada.

- Me encantaría - el joven tomó la bandeja que estaba encima de la mesa y llamó a la puerta de Olive, para seguidamente, pasar. - ¿Cómo está mi mejor amiga?

- Luke - sonrió Olive, dentro de las sábanas de su cama - que detalle que hayas venido a verme - se incorporó un poco en el colchón y paró la serie.

- Si, obviamente debía venir a cuidarte un poco - le dedica una sonrisa, ocupando la silla que antes estaba usando Christine.

- Muchas gracias, pero deberías estar trabajando en el laboratorio - aclaró ella.

- Tal vez, sin embargo, si estuviera trabajando no podría estar aquí contigo - agarró suavemente la mano de Olive. - ni charlar.

Ambos compañeros de trabajo comienzan una conversación de temas banales que se va haciendo más larga y profunda, tocando temas felices y espinosos. Letchs observaba a Dahlian de vez en cuando en el marco de la puerta, la chica se lo pasaba bien con su amigo, pero no parecía mostrar la total confianza que aparentaba, ella por otro lado, veía en los ojos del chico algo más que inocencia, desconfianza, quizá cierta astucia. Daba igual, su amiga y medio hermana era feliz charlando con ese hombre y entonces ella también lo era, al menos, hasta que debiera actuar.

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Aquí tenéis el nuevo Cap!
Las amo
Darle LOVE 💣❤️

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