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Primer paso: Vestir a la moda


KiBum se encontraba de pie en medio del enorme centro comercial. Muchos ruidos, muchos colores, mucha gente. ¡Joder! ¿Acaso eso era una jungla humana? Al parecer sí.

Acomodó la capucha de su sudadera negro-rosa, traía los audífonos puestos mientras escuchaba la mejor música para él, era tan sublime, tan exquisita y delicada que KiBum comenzó a cantar en voz alta sin importarle que lo vieran mal o extraño.

Estoy enamorado de una zorra
no me intentes detener
estoy enamorado de una zorra
y pronto lo estarás también

Bebedora, manipuladora,
la peor pesadilla de cualquier señora
siempre consigue lo que quiere
nada la detiene porque sabe lo que quiere

No se complica
no se complica
ella te dice picas o platicas

Agitó su cabeza al compás del sonido de la batería.

—Zorra, zorra...—Cantó al unísono del grupo. Fue interrumpido cuando una mano grande tiró de su capucha para retirarle los audífonos— ¡Hey!

—Estás haciendo el ridículo, a nadie le interesa que estés enamorado de una zorra...

—Y pronto lo estarás también. —KiBum guiñó un ojo a Choi quien solo pudo negar lentamente.

—Andando, perdón la tardanza, tenía que comprar algo.

—¿Algo? ¿Qué?

—Nada importante. —Choi caminó observando las tiendas de ropa. Key se posicionó a su lado de inmediato observando todo. Por un momento, MinHo giró el rostro para ver a su amigo, pese a que aún era más alto, eso no quitaba que admirara como Key estaba creciendo, podría decir que ya medía 1.70 c.m y eso le enorgullecía.

—¿Qué clase de ropa compraré para estar a la moda?

—Ya veremos, cualquier estilo estará bien mientras te deshagas de eso...—Señaló sin problema la vestimenta holgada de Kibum.

—¿Por qué? es cómoda y no me causa problemas.

MinHo dejó ir un largo suspiro, quizá KiBum no se lo había contado por vergüenza o porque eran sus propios asuntos pero Choi intuía que detrás de esa forma de vestir existía un muy mal secreto, recordaba que su amigo solía vestir normal, era un niño educado y estudioso, los pantalones de vestir siempre iban bien planchados y MinHo recordaba vagamente que eran pantalones ligeramente pegados, ahora...no. Se negó rotundamente ante la idea de lo que alguna vez su amiga YuRi llegó a comentarle.

—Puede que no te lo haya dicho pero si cambió de esa forma, ¿no crees que tenga que ver con lo que le hicieron? —YuRi bebió poco a poco de su café.

—¿O sea?

—MinHo...hablar del abuso sexual no es fácil.

—Imposible.

—Si cambió y comenzó a usar ropa holgada para ocultar su cuerpo, ¿por qué lo haría?

Imposible. No pudieron haberle hecho daño a Key, ¿verdad?, no, él cambió, sí, pero tenía que ser por otra razón, no por las conclusiones de YuRi.

—Key...—nombró, más no se atrevió a hacer la pregunta, no era el lugar ni el momento adecuado. Señaló una tienda con un esbozo de sonrisa— Vamos ahí.

La tienda de ropa mostraba las tendencias mundiales en hombres. Key prácticamente corrió alejándose de los maniquís que mostraban ceñidos y ajustados pantalones de mezclilla.

—Ni pienses huir Kim. —Amenazó MinHo sujetándolo por la sudadera— No seas delicadito.

—Delicados mis huevos. —Escupió con pavor al ser arrastrado directamente a la sección juvenil.

—Calma tu vocabulario, vamos que acabo de ver algo perfecto para ti.

MinHo se internó en su mundo de pantalones y camisas, realmente era un masoquista en ayudar a su amigo a conquistar a DongWoon pero no podía negarse, la felicidad de Key era la suya, aunque doliera.

Escogió la mejor ropa, los mejores conjuntos él mismo los creó y aunque KiBum se negó a probarse algo así de ajustado, fue Choi quien tomó la decisión de que así vestiría, ropa juvenil, a la moda, perfecta para Key.

—¿Y si mejor hago que se enamore de mí así al natural?

—A mí me gustas así —MinHo se mordió la lengua, demasiado tarde como para retirar sus palabras. Esperaba una reacción de sorpresa de su amigo sin embargo no ocurrió.

—Obvio que te gusto así porque solo me ves como un amigo y ya sabes, entre amigos es chido gustar la forma de ser, pero no aplica para el chico que deseo conquistar.

Key sonrió ligeramente resignado por ser así, pero él no tenía la culpa, si hubiese sido más cuidadoso en el pasado, quizá ahora no sería tan temeroso ni inseguro. MinHo por su parte asintió en silencio, la pequeña esperanza que había mantenido para que KiBum se diera cuenta de sus sentimientos, había muerto.

—He pensado en que puedes usar más gorras.

—Me gusta mi gorra negra. —Key inevitablemente hizo un puchero que a MinHo se le antojó demasiado tierno.

—Más gorras, me gusta cómo te ves con gorras o esos gorros de lana que te teje tú mamá.

—Necesito mantener mi cabeza caliente.

—Busquemos más variedad entonces.

Key cargó con algunas bolsas de ropa, MinHo como buen caballero que era, cargó el resto, aunque KiBum no lo demostrara siendo consciente pero era evidente que sí, podía ser un buen doncel delicado, al menos eso mostraba en ciertos tiempos, como ahora, que cargaba dos minúsculas bolsas sin decir, no soy un marica, puedo cargar las putas bolsas como podría cargarte a ti, en su lugar seguía caminando observando todas las tiendas.

—¡Zorra! —una voz femenina se escuchó cerca del dúo— ¡Zorra! —el grito de la mujer causó que KiBum girara el rostro y al hacerlo sintió el impacto de una nalgada.

—Hija de tu...

—¡Hola putita! —la ¿chica?, se detuvo frente a Kibum.

—Amberto, ¿qué onda qué pedo? —Key masajeó su glúteo con sutileza.

—¿Estás con tu jaino? —Preguntó la chica cuya vestimenta era equivalente a la de Kibum, salvo que no portaba sudadera, en su lugar traía una camisa sin mangas revelando los tatuajes impresos en sus brazos.

—No cómo crees —Key carcajeó y MinHo se detuvo a su altura—, es MinHo, mi mejor amigo, te hablé de él.

—Por eso, ¿no era el chico del que dijiste que estabas enamorado?

—No. —KiBum enrojeció de golpe y le dio la espalda a MinHo para que no lo viera, estúpida Amber y su boca grande, aquel enamoramiento ya había pasado y ahora no deseaba recordarlo.

—Papa-zote, quisiera ser aguacate para embarrarme en esas tortas. —Amber como se llamaba realmente, sacó su lengua y lamió sus labios con tanta rapidez que MinHo no supo qué carajos con ella. Haber dicho eso de KiBum hizo que sonriera victoriosa.

—¡Yah! No empieces de puerca que no está disponible.

—Hazme un hijo o un queso pero que sea con tu leche, papasito. —Amber continuó con su sesión de halagos.

—A MinHo no le gustan las marimachas, él quiere sentir la pantufla, no la salchicha.

—¡Ah! Eso explica mucho. —Amber carcajeó dándole una palmada en la espalda a Key.

MinHo arqueó una ceja, resultaba extraño aquello, Key solía decirle a veces los mismos albures pero causaban algo raro, era una extraña felicidad que el más bajo le producía y escuchar ahora a Amber simplemente generaba repulsión. ¿Cómo había mujeres...así? Si es que Amber se podría considerar una.

—Nos vemos luego, te lo lavas. —Key decidió cortar la charla.

—Sobras, ahí te guardo el agua para que hagas gárgaras.

—Ya te la sándwich que por su pollo.

—Ya estuvo dijo la teibolera. —Amber le dirigió una mirada a MinHo y esbozó una sonrisa ladina, se acercó al alto y habló bajo o eso quiso intentar pero su voz falló, igual y habló— Te consideraré hombre cuando tengas los huevos de decirle a Key que te gusta.

—¿Qué? —Choi abrió grande los ojos.

—Adiós Amberto. —Sonrió KiBum ignorando aquellas palabras escuchadas.

—Key, lo que dijo esa chica. . .

—Amber es así, no le hagas caso, suele decir mucha pendejada.

Pendejada.

Claro...

Siguieron su camino hasta tomar un descanso y dejarse caer sobre las sillas del amplio comedor en la sección de comida. Key suspiró sonriente, MinHo era el mejor y le estaba ayudando bien.

—¿Te imaginas cuando conozca a la familia de DongWoon?

MinHo quien había pedido un par de hamburguesas, tomó asiento dejando la bandeja en la mesa, observó a un soñador Key y negó lentamente.

—Sería tipo, ¿qué pedo puerquitas? ya llegó su gato a mejorarles la raza.

—¿Qué carajos?

—Les diré, ya vine a enseñarles a comer wiskas, pinches básicas...

Inevitablemente ambos soltaron a reír y es que cuando ambos carcajeaban su risa de matraca se escuchaba al doble, casi podían inundar el centro comercial con el sonido de su risa. Key limpió una lágrima falsa de su ojo y negó.

—Ahuevo, seré el sueño de mi suegra.

—Ya hasta te estás proyectando en el futuro.

—Ahuevo, nuestros hijos serán la combinación más asquerosamente fascinante, tendrán su altura y mi belleza.

—O tus modos...—Concluyó Choi dando un mordisco a su hamburguesa.

Key estaba por morder su hamburguesa, dejó la boca abierta y pegada al pan cuando observó a DongWoon, el hombre iba casual pero a Key se le antojó tan perfecto y masculino que prácticamente babeó.

—Mira nada más ese papa-zote. —KiBum ni siquiera disimuló al momento de dar lametazos a sus labios. La misma acción que había hecho Amber ahora él la hacía. MinHo dirigió su mirada hacia el susodicho y frunció el ceño— Yo tan mojado y él con tremendo paraguas.

—Key, contrólate.

—Cómo me gustaría ser piñata para que me dé de a palos, grrr.

MinHo carcajeó, negó dejando a su amigo ser, tenía mucha tarea por hacer para intentar modificar un poco ese vocabulario, pero, ¿a quién engañaba? le fascinaba, aunque fuese lo más vulgar, a MinHo no le molestaba en absoluto, probablemente porque sabía que después su amigo volvía a la normalidad al ver un capítulo de algún cursi dorama.

—Iré a hablarle. —KiBum fue decidido cuando se puso en pie.

—¿Qué? ¡Espera, no!

Pero era muy tarde, Key ya estaba caminando directo hacia el hombre que se encontraba comprando su comida, posiblemente también estaría acompañado y lo que menos deseaba Choi era que Key sufriera algún desplante o mala contestación.

—Ho-hola. —KiBum se acobardó al estar detrás de él.

DongWoon se giró y abrió los ojos por el susto. Relajó la expresión y después esbozó una sonrisa más por compromiso que por sentir.

—Hola.

—Soy KiBum...

—Lo sé —rió bajo y a KiBum casi se le derrite el corazón. Alzó la vista con ojos esperanzados, DongWoon sonrió más amplio y le escudriñó con rapidez—, eres el único en el instituto que llega a clases en patineta.

—Oh yo...sí. —Se sintió tan cohibido y tímido que no supo que más decir.

—¿Vas a comprar algo? Porque ya pasó mi turno.

—¿Eh? no, solo venía a saludar, je...je...—Su sonrisa tensa hizo a DongWoon reír por lo gracioso del momento.

—¿Vienes con tu novio?

—¿Quién?

—Choi, ¿no es tu novio? —DongWoon dirigió la mirada directo a MinHo, quien observaba con ojos entrecerrados.

—No, cómo va a ser eso, él es mi mejor amigo.

DongWoon asintió sin creer nada, no por Key, sino por la despectiva mirada que estaba recibiendo de parte del chico Choi, así que ¿por qué no jugar un poco?, con su mejor sonrisa, se inclinó un poco hacia Key y masculló muy bajo pero entendible.

—¿Te gustaría salir conmigo el viernes?

—¿Qué? —Key abrió los ojos con asombro, ¿realmente estaba pasando eso? ¿En verdad DongWoon lo estaba invitando a salir?— Sí.

—Entonces, nos veremos el viernes.

Intercambiaron números, DongWoon se alejó con la excusa de que su amigo estaba esperando por él y era cierto, YoSeop estaba esperando de brazos cruzados a quien en realidad era su novio.

KiBum volvió a su mesa flotando en su nube de felicidad. MinHo no pudo evitar torcer los labios y negar.

—Saldremos el viernes.

—Espera, ¿qué?

—El viernes y yo estoy así —Miró su propia vestimenta, suspiró y negó—, quiero verme bonito para él.

—Entonces —resignado y con dolor en su corazón, MinHo trató de animarlo con una sonrisa que le supo a desilusión y amargura—, podemos pasar al punto dos.

—¡Maquillaje para verme caguai!

—Nunca sad, siempre kawai —Completó MinHo dando una corta mordida a su hamburguesa.

Vendría el paso dos, hacer de KiBum un chico pandroso y desarreglado a un bello doncel con perfecto rostro y cabello. MinHo solo esperaba que todo saliera correctamente y que DongWoon no lastimara a Key o de lo contrario, amanecería muerto entre sus manos.



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