1.- Primer final

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

El cantar de las aves y las hojas del viento meciéndose por la suave brisa crearon un relajante ambiente en el dormitorio del joven. Pero la alarma de su teléfono sonó, despertándolo. Adormilado, apagó el timbre y miró la pantalla en la reconfortante oscuridad que le rodeaba. Ponía 15 de agosto, a las 12:38.

Frotándose los ojos, se levantó de la cama y se vistió rápido con una camiseta azul y vaqueros marrones. Y una vez más despierto, bajó al comedor donde se encontraba su hermano menor viendo la televisión.

Era una sala rectangular en la que estaban el salón, el comedor y la cocina unidos. Con las paredes canela claro y el suelo de madera oscura, la sala de estar se encontraba a la izquierda, formada por dos sofás, una mesa baja y un televisor; el comedor, en el centro, con tan solo una mesa de cristal y sillas a su alrededor; y la cocina en la derecha, compuesta por una encimera de granito y los electrodomésticos que hacen a una cocina ser lo que es.

El mayor de los dos se acercó a la repisa de la cocina y tomó un paquete de galletas para posteriormente acercarse al menor comiendo una.

-Buenos días, Tsu- Saludó utilizando ese característico apodo que pocas veces usaba y ofreciéndole el paquete.

-¡Buenos días, Amane!- Respondió con una sonrisa. – ¿Vas a salir?- Preguntó al verlo vestido, tomando lo que le ofrecía.

-He quedado con Yashiro-

-¿Una cita?- Cuestionó inocentemente.

-¡No!-

-Pero vosotros sois novios, ¿Verdad?-

-¡Claro que no!- Contestó más nervioso al tiempo que sus mejillas se tornaban rojizas.

-¿Eh? Pero si el otro día os besasteis...-

-¿Cuándo se supone que ocurrió eso?- Tocó su nuca, algo cansado por las payasadas del menor.

- Em... ¡No me acuerdo!-

El mayor suspiró con paciencia y revolvió los cabellos oscuros del menor, despeinándolo. Tomó otra galleta y se alejó para ir a la entrada. – Nos vemos luego, Tsukasa-

-¡Bye bye!-

Amane se puso sus zapatos negros y abrió la puerta. Fue deslumbrado por los potentes rayos del sol de mediodía, pero a los segundos se acostumbró. Cerró la puerta y se dirigió al parque donde habían quedado.

Era un día soleado y caluroso. Un leve viento soplaba, refrescando el ambiente. El pelinegro se encontraba corriendo hacia el lugar de encuentro. Una vez llegó, la encontró sentada en un columpio con un gato negro callejero sobre su regazo. Sus cabellos platinos aguamarina ondeaban en el viento y sus ojos rubí miraban el horizonte con nostalgia. Llevaba un vestido rosa y blanco que realzaba más su belleza, bloqueando al de ojos ámbar.

-¡Amane-kun!- Saludó alegre al verlo.

El nombrado se acercó tímido y se sentó en el columpio de al lado, jugando con sus dedos y desviando la vista.

-¿Pasa algo?-

-No...-


"Pero vosotros sois novios, ¿Verdad?"


Amane agitó la cabeza, tratando de librarse de las tonterías que decía su hermano menor bajo la confusa mirada de su amiga. Puso sus ojos sobre ella y sonrió. – Te ves muy bonita con ese vestido- Soltó para maldecir mentalmente por no pensar antes de hablar.

Ella rio un poco. – Gracias, Amane-kun-

Las mejillas del nombrado se tornaron rojizas ante la sonrisa de la chica. Ella continuó acariciando al gato dormido. – Hace bastante calor...- Comentó el pelinegro sin saber que decir.

-Cierto... Es por eso que odio el verano- Firmemente afirmó, con nostalgia en su voz. – Quizás esta vez sea diferente- Suspiró.

-¿Diferente?-

Repentinamente, el gato se escapó, saltando desde su regazo al suelo, para correr hacia la calle.

-¡Ah! ¡Neko-chan!- Exclamó Yashiro

La peliblanca pegó un brinco y bajó del columpio para correr tras el gato, seguida del de ojos ámbar hasta la calle.

Era temprano en la calle, pero aun así habían bastantes transeúntes caminando por la acera. Frente a ellos el semáforo verde parpadeaba. El gato cruzó la carretera, y cuando Yashiro fue a hacerlo, la luz se volvió roja.


-¡YASHIRO!-


Un camión pasó a una gran velocidad y, sin tiempo a reaccionar, con toda su fuerza golpeó a la peliplata. Ella gritó, expresando todo su miedo y dolor en su voz.

El camión volcó varios metros más adelante, atrayendo la atención de todos los que estaban cerca y no escucharon el desgarrador grito de la chica, los cuales eran pocos.

Las personas comenzaron a murmurar y susurrar. En sus rostros, la preocupación, pero nadie se acercó a comprobar el estado de la de ojos rubí.

Amane, desesperado, se acercó a Yashiro como pudo. Sus piernas no respondían, estaban temblando. Se agachó junto a ella y la abrazó. Su cuerpo destruido, su aroma y el olor de la sangre lo asfixiaban, mareándolo.

-Yashiro... Por favor... por favor... responde...- Suplicó entre lágrimas.

Las cigarras cantaban, recordando la sensación de una alegre estación. El calor del verano miró a los ojos al joven de mirada ámbar, y con una sonrisa se quiso burlar de él. – Esto no es una broma-

El ruido se extinguió en el calor del verano. Los murmullos, sirenas y flashes de cámara desaparecieron. Así, el verano se ahogó y todo se redujo a nada.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro