Te recordé, como siempre, pero de manera distinta.
Y recordé aquellas palabras que me decías.
Excusas románticas, para frenar un impetuoso amor.
Que no podrías vivir en secreto, que preferías un adiós.
Pero fue cuando libertad llegó a ti que todo cambió.
Y hoy es el miedo, tu más frecuente recurso.
Mañana tal vez no haga falta.
Recuerda que todo se gasta, hasta el amor, incluso.
1835
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