Capitulo 14

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Park Jimin

2 de mayo de 2021
11:00 a.m

Uvas.

Esa escencia de uvas fue la causante de que despertase. Se sentía fuerte y el calor de hace unas horas ahora era sustituido por un molesto frío. Creo que estaba congelado.

Traté de respirar por la nariz pero me encontraba tupido.

Levanté lentamente mientras daba un gran bostezo cubriendo mi boca y lo primero que me encuentro es aquel chico castaño en frente de mi.

-¿Que está pasando? - pregunté dudativo de el por qué él estaba en frente de mi. Más bien sentado a una esquina de esa cama totalmente desconocida, en la que me encontraba. Mis palabras salieron lentas en un corto y simple balbuceo, ya qué, lo dije más alto de lo que debía.

-¿No te alegras de verme? - preguntó con su risa irónica.

El cuarto en su interior era rojo. En un costado de la cama se encontraba un clóset de madera, el cuál traía una cerradura que yacía abierta.

A un lado un estante de libros, que sin embargo estaba lleno de polvo. A simple vista se veían unas marcas de que quizás, habían retirado algo hacia poco.

El castaño me mira esperando una respuesta, mientras solamente me sorprendo más al seguir observando el lugar.

-No puede ser. - llevé mis manos a mi cabeza. Esto tenía que ser un sueño, pero tal vez ahora todo tenía más sentido.

-Hablas de esto. - el chico se puso de pie, caminó unos cuántos pasos y tomó aquella fotografía que mis pupilas no paraban de observar. -Fue hace unos años, no sabría exactamente cuántos. Fuimos de excursión. - sonrió al recordar aquellos momentos. -Jungkook y yo solíamos acampar fuera de la ciudad, pero desde que tiene novia se ha vuelto un aburrido sin corazón.

-Entonces Jungkook y tu... - dejé la oración en el aire. Estaba esperando a que continuase él, necesitaba equivocarme como siempre lo hacía.

-Si. Somos hermanos. - y entonces eso fue una bomba en mi cerebro.

¡Boom!

No me interesaba en lo absoluto. Si lo pensara bien, no tenía nada de malo, pero quizás lo veía extraño.

Jungkook y Yoongi hermanos, ¿Quién lo diría?

-No quise desperarte pero necesito llevarte a casa. - explicó.

-Este es el cuarto de Jungkook. ¿Verdad?

-Si. - dijo con gracia y soltó una risa burlona. -Casi nunca está en casa y cuando está no dura tres segundos dentro. Ahora debe estar en casa de Lucy, salió desde temprano. Mis padres no están tampoco por lo que no podía dejarte sola, pero en serio necesito salir.

-Oh claro, no quiero ser un estorbo. - puse de pies, miré hacia debajo y vi mi ropa, o más bien su ropa.

Traía puesto solamente un camisón, y un boxer por debajo. Sentí como mis mejillas comenzaron a arden. ¡Jamás en la vida había sentido mis mejillas de esta manera!

¿Qué me está pasando?

Miré a Yoongi con preocupación. Él lo notó y río de lado para caminar hacia la puerta.

He de confesar que sus risas no me agradaban.

-Jungkook durmió conmigo, no te preocupes. No se si recuerdes... pero anoche. - hizo un gesto con la mano, caminó un poco hacia mi lugar mientras me apuntaba con su dedo índice, y tomó mi mentón inclinandolo hacia arriba. Sus ojos marrones eran increíblemente hermosos. -Anoche estabas muerto en sueño, no sabes el trabajo que pasamos para subirte por esas escaleras incómodas que malamente cabe una persona. Estabas muy mojado y si no te hubiese cambiado estuvieras refriado. Tu ropa está colgada, si vas al baño te la puedo alcanzar.

Y fue entonces que me soltó y volvió a caminar en dirección contraria. Corrí unos cuántos metros y agarré su espalda, él volteó la cabeza de lado y sonrió.

-Puedes ir al baño de mi cuarto. - dió dos pasos hacia delante y levantó su mano. -Es allí, aunque ya debes saber cuál es. No creo que tengas tan mala memoria, Jimin.

Y fue entonces que vino a mi mente todo lo sucedido. Hacia unos días Yoongi me había traído a su casa luego de encontrarme sangrando en el baño.

Se le estaba haciendo costumbre esto de desvestirme y darme ropa limpia.

Curó mis heridas, puso una venda en mis cicatrices abiertas y no dijo ni preguntó nada.

Su cuarto tiene un olor característico al de Jungkook, huele a uvas con manzana. Contiene varios marcos de cantantes e instrumentos colgados en la pared y detrás de las puerta, por lo que supuse que le gustaba la música.

Luego de eso llevó a casa.

Y es que ahora que lo pensaba Jungkook y Yoongi tenían algo en común: ninguno dejaba que fuera feliz. Ninguno me dejaba morir.

•••

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