Park Jimin
8 de mayo de 2021

Para algunas personas las clases de educación física no son necesarias. Simplemente, ¿Por qué, y para que nos sirve eso en la escuela? Quizás para darle el gusto a los estudiantes de ser deportistas y representar a la escuela en sus estúpidos campeonatos.

Ahora mismo estuvieramos practicando algún deporte, de esos que a la profesora Jud le gustan. Ella es altética y obvio, esta en forma, no como yo.

Ni siquiera tengo el abdomen marcado, y si no fuera porque estoy algo flaco, fuese más horrible de lo que ya me veo.

En estos momentos el equipo de fútbol que representa a la escuela está entrenando, por lo que, el turno simplemente queda libre, pero tienes que mantenerte cerca de las canchas y el terrero correspondiente.

Camino hacia la sombra de un árbol. Algunas de las chicas del aula se encuentran en las gradas bajo el sol, solamente para animar a los engreídos de los deportistas. Otras se van por allí a hacer sus cosas "X".

Al llegar a la sombra del árbol tiro mi cabeza hacia trás, dejándola tocar el duro tronco, sientiendo una presencia cerca de mi. Inclino mi vista al frente. No hay nadie, por lo que vuelvo a mi anterior posición.

-Jimin. -dice una voz a los pocos minutos. No me lo esperaba. Pensaba que me encontraba solo.

Miré al lado. Él se encontraba sentado en la misma posición que yo, pero al otro lado del árbol. Solo pude ver su sombra y más menos el reflejo de su mochila inconfundible.

-¿Hola? -saludo y respondo con duda. Era extraño que este chico me hablase, demasiado extraño para ser exactos.

-Quería hablar contigo, más bien, pedirte disculpas y aclararte lo de aquella noche.

Mientras hablaba iba corriendo su cuerpo un poco en mi dirección, hasta que mis pupilas no tenían que virarse para poder mantenerlo a la vista.

-No creo que halla nada que aclarar. Tu me querías matar y yo... yo quería morir. -me quedé en silencio. Él bajó su cabeza en modo de vergüenza y yo me sentía como un completo idiota al decir esas palabras en voz alta. -Solo que no sé, ¿Por qué te detuviste? ¿Por qué me salvaste?

-No te quería matar -dijo.

Por dios. Ni él mismo se lo creía.

-¡Jungkook! -dije como si fuese su madre. De esas madres que con tan solo decir tu nombre saben que estas en un total error o, qué lo que haces no es lo correcto.

-No te estoy mintiendo, Jimin -dijo nuevamente un poco más tranquilo. Dejó caer su cuerpo al suelo mirando las hojas del árbol -Si mal no recuerdo te dije que estaba drogado. Cuando estoy de esa manera no se lo que hago, no me conozco. Aunque no te admita que disfruto estar de esa manera -su voz salió como un hilo. Quizás fuera verdad lo que me estaba diciendo.

-¿Y... De donde sacaste el arma?

-Buena pregunta, Jimin. -dije en mis adentros.

-Venía de una fiesta. Quizás la halla encontrado tirada por algún lugar y la tomé - se encogió de hombros sin importancia.

-Si, claro -bufé.

¿En serio se creía que le creía?

-Vamos, Jimin -protestó poniéndose de pie -Ni siquiera asistes a fiestas. No sabes como son ni lo que se llega a hacer dentro de éstas. No tengo por qué explicarte demasiado mi situación, tan solo quería que entendieras que en las fiestas que suelo ir se consume droga y demasiado alcohol. Hay armas -recalcó su última oración -Tan solo te digo esto para que no pienses que voy por ahí matando gente cada vez que respiro.

-Nunca lo pensé -respondí sin importancia, dudando, y es que en verdad lo de aquella noche me había dejado con dudas, pero ¿Daba igual? Simplemente lo hacía.

-Es mejor aclararte las cosas antes de que lo pienses todo mal -Tomó su mochila del suelo y fue entonces que se la colgó en el hombro -Solo pasaba a decirte eso. Con el tipo de mente que tienes no quiero que pienses lo peor de mi.

-Tu vida no me importa, Jungkook - vociferé llevando mis manos a la boca para que me escuchase. Se dió la vuelta y sonrió de lado.

-Algun día lo hará, y a mi, me valdría verga como ahora.

Y siguió su camino a donde quiera que fuese.

•••

Min Yoongi

Mientras camino sin ningún sentido por los pasillos de la escuela veo aquella cabellera recostada en el tronco del árbol. Jimin estaba a su lado, le grita unas cuántas cosas y él con una sonrisa entre dientes se marcha.

¿Que habrá pasado?

Me encojo de hombros y camino en dirección del chico. Se encuentra con ese libro extraño entre sus dedos, hojeando despacio cada hoja mientras que murmura cada palabra.

-¿Está bueno lo que lees? -pregunto de la nada. Gira la cabeza hacia mi dirección y sonríe, solo un poco para dejar el libro abierto sobre el césped.

-Si -afirma mientras pasa su mano por encima de éste -Es como si fuera escrito especialmente para mi -vuelve a decir, ésta vez con una sonrisa alegre.

Era raro verlo de esta manera, más si minutos antes se le veía algo enfadado por la presencia de Jungkook.

-A verlo -me acuclillo en mi lugar. Mis rodillas iban directo en su dirección y tomé el libro, cerrandolo para admirar la carátula -"Yo para siempre". -digo en voz alta.

-Así es -afirma -Normalmente son frases y relatos de un anónimo.

Volví a leer el título mientras miraba la portada del libro. Estaba toda negra y no tenía ni un solo dibujo. Me era familiar.

-"Agradecimientos". -hago una burla mientras leo en voz alta aquello. -En todo libro lo primero que se pone son los agradecimientos, pero sin embargo, en este no tengo a quién agradecerle. Solo a mí. -sonreí ladino. -Menuda porquería estas leyendo, Jimin.

-Esa también fue mi expresión al leer eso. Deberías continuar, tal vez te guste.

-He visto suficiente para saber que este libro. -lo sostuve fuerte en mi brazo mientras mis palabras salían firmes -Es una reverenda basura. No deberías perder tu tiempo leyendo pensamientos y sentimientos de alguien que nunca a amado a otro ser.

-El libro trata de un alma solitaria. Alguien que ha sufrido mucho y solo busca paz -respondió con tranquilidad.

Pobre e ingenuo Jimin.

-Dame aca. -volví a tomar el libro para leer. -"Un alma solitaria: la mía... Bla bla bla. Mi alma está sola, y solo busco quien la sane" bla bla bla. - lo miré serio. -¿En serio te gusta ésta basura?

-¿Puedes dejar de criticar mis gustos? - preguntó enfadado. Tomó su mochila y comenzó a recoger unos plumones que se encontraban tirados sobre el césped.

-¿Que hablabas con Jungkook? -pregunté sin descaro alguno. En serio me daba curiosidad saber.

-Me expresaba su amor por ti.

-¿En serio?

-No -negó-. Nadie te ama -dijo serio. Más bien enfadado.

¿Qué le había dicho ahora?

¿En serio un comentario de ese patético libro le había afectado tanto?

-Lo sé -dije respondiendo su comentario. Jimin me miro con culpabilidad, su mirada gritaba que se arrepentía de decir aquello.

-Era broma, ¿Vale?

-No, tienes razón. Soy patético, pero cool.

-Tch. - se quejó.

-Me llaman Romeo. - bromeé entregándole su libro.

-¿Tu nunca antes me habías dicho eso? -alzó una de sus cejas sin entender nada. La verdad, yo tampoco lo hacía, solo me dejaba llevar.

-¿Te gustaría que te lo dijera? -ésta vez fui yo quien alcé una de mis cejas. Él sonrió por copiar sus gestos y respondió.

-No sé para qué. -me encogí de hombros, dándole a entender que ni yo mismo sabía para que le diría eso. Solo obtuve una negación de cabeza por su parte.

-Hoy me ignoras más que nunca. -protesté. En ese momento toca el timbre, ya era hora de que Jimin volviera a clases y de que yo hiciese lo mismo. No podía estar faltando más.

-Bueno, me voy. -dijo ignorando por completo mi anterior comentario.

-Nos vemos después, ¿Supongo?

-Si. -tomó su libro y me puse de pie. El chico ya estaba un poco lejos de mi pero corrí en su dirección.

-¡Jimin! - le llamé para caminar a su lado. -Aquí estoy, si alguien se mete contigo solo di que me conoces. ¿Vale?

-¿Que voy a resolver con eso? -bufó. -"No me hagas nada, conozco a Yoongi. El chico de primer año." - se burló fingiendo una voz de miedo. -No eres nadie en la escuela, Yoongi.

-Jimin dos cosas. -hice el gesto con mis dedos mientras ambos nos deteníamos en nuestro lugar. -Si soy alguien en la escuela y, ya veo que no me prestas la atención que te presto a ti. Se que me ignoras pero eso no importa. Básicamente quiero saber que sales bien cada día de la escuela.

-¿Cómo por qué?

-No tiene que haber una razón en concreto. Solo avísame. - saqué un bolígrafo de mi bolsillo trasero.

Siempre llevo uno allí por si se me ocurren nuevas notas y canciones para tocar. Tomé el libro de Jimin y lo abrí en su parte trasera.

-Nooo. ¿Que haces? No lo escribas. - protestó.

-Si quieres otro de estos te lo puedo hasta regalar. - bufé virando mis ojos y anotando mi número en una esquina de la carátula. -Cuando salgas me llamas, quiero saber que llegaste bien a casa.

-¿Ok? -respondió con duda y terminó marchandose a su siguiente clase.

•••