Capitulo 21

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

"Dos idiotas, mismo sentimiento "

Park Jimin
22 de mayo de 2021

Algunas veces hacemos cosas de las que después nos arrepentimos, por ejemplo, nunca pensé tener intenciones suicidas. Ni siquiera que en mi mente surgieran esos pequeños pensamientos que te llegan a la cabeza de la nada y luego ya no importan porque se vuelven nulos, ya que los mismas se desvanecen pero no desaparecen.

Es algo temporal, sentimientos incontrolables. En un momento estoy bien, sintiendo que soy feliz y con ansias de vivir la vida, pero cualquier pedacito de arena que toque el frágil cristal de barrera con el que me mantengo de pie, hará que me rompa nuevamente.

Saludo a la anciana con la que platique la última vez que estuve en este lugar blanco lleno de alegrías y esperanzas. Me siento a su lado y mesiendo mis pies en el aire le brindo una sonrisa, como si nada.

La doctora que me ha atendido me vio al llegar, recibiéndome con un gesto en su rostro mientras entraba a su despacho para terminar de atender a "quizás", alguien más. Estava seguro que esa sonrisa de oreja a oreja más que para mí fue para sí misma, ya que, hacía mucho tiempo que no venía a verla.

Mientras analizo y pienso cualquier tipo de excusa que darle del por qué de mis ausencias sin explicaciones y, de que le diría cuando estuviéramos una en frente de la otra, un peculiar olor a tabaco se cuela por mis fosas nasales haciéndome girar en dirección opuesta, justo directo a la puerta.

-No. ¡Por Dios! - susurré al ver entrar lentamente el chico de melena castaña.

Su sonrisa de lado fue gigantesca al ver mis expresiones y solo terminé mirando al suelo para pararme del lugar en el que me encontraba, y que mis pies comenzaran a caminarar por si solos en una dirección fuera y lejos de él.

Quería irme, necesitaba hacerlo. No me agradaba la idea de que Yoongi me hubiese visto en un lugar como éste, más bien, no me gustaba para nada que supiera que asistía al psicólogo. Pero, ¿Qué hacia él aquí? Si minutos antes me había comentado que iría a casa. Claramente yo no lo veía como una persona de confianza.

-Park Jimin. - se escuchó seguido del chirrido de la puerta al abrirse. Miré al frente, el pecho de Yoongi se me interponía en mi grandiosa escapada, ya que, fue la única opción que mi cabeza pensó al estar ocurriendo tales sucesos.

Al ver que no tenía escapatoria opté por girar mi eje unos 180⁰ y llevar la vista hacia la voz de la doctora, llevándome otra no tan grata sorpresa al levantar la mirada.

Jungkook.

¿Qué hacía él también acá?

¿Por qué destino me hacía esto?

¿Por qué hoy que decidí volver a retomar mi terapia?

-Jimin, por favor. - repitió la no tan vieja psicóloga mientras me indicaba que entrara a su despacho. La mano de Yoongi sujetó la mía mientras mis ojos recorrían los suyos para poder safarme.

-Luego te lo explico. - susurró en un alarido.

-No hay nada que explicar, Yoongi. - caminé algo apurado dándole de lado.

Hice un gesto con mi cabeza mientras admiraba a la doctora y entraba de una buena vez, para sentarme y esperar pacientemente a que pudiera atenderme.

A decir verdad mis ganas de desaparecer e intenciones de arrepentimiento por haber vuelto no se esfumaron del todo con un simple: "Luego te lo explico" de Yoongi, la mirada de vergüenza de Jungkook y la sonrisa alegre de la psicóloga.

El ruido de la puerta al sonar con el marco de madera me dio a entender que ya ella se encontraba detrás de mi. No alcancé a girar mi vista para que estuviese a mi lado. Nuevamente, me miró con esa sonrisa alegre del primer día, la cual parecía ser algo típico en su persona.

-Bueno Jimin. ¿Cuéntame de ti? - fueron sus palabras mientras a una distancia corta se encontraba parada sirviéndose una taza de café. -Ha sido un día muy duro, ¿Quieres? - brindó pero negué mientras me ponía cómoda con algo de vergüenza.

-Últimamente me siento mal, no hay razón alguna para ello porque todo me va bien. ¡Supongo! - Me encojo de hombros.

Tenía planeada la conversación, más bien mis palabras, pero con todo lo antes sucedido ya no recordaba nada de lo que quería y debía decirle.

-No creo que todo valla bien. De ser así no estarías aquí. - fue acercándose poco a poco para terminar tomando asiento. -¿Qué has hecho desde aquel día? - preguntó a lo que solo di un gran respiro.

Tenía intenciones de contarle todo, hasta que ese día intenté morir.

-¿Jungkook también es su paciente? - dije como si nada. Me daba demasiada curiosidad el saber una respuesta concreta.

-¿El chico se antes? - se preguntó a sí misma. -¡Puede ser! Pero yo no quiero saber de él en este momento, sino de ti.

•••

Flashback

Yoongi urgaba entre las cosas que tenía tiradas en el suelo, no me agradaba nada la idea de que hubiese venido hasta mi casa, para luego fingir que se había cortado la mano y que le dejara pasar. La cama era un desastre por lo que solo me restó pedirle que se acomodara en el suelo.

-¿Un libro nuevo? - preguntó tomando mi mejor ejemplar de encima de la silla que estaba a su lado, la cuál yacía de ropa de extremo a extremo.

-Es mi libro preferido. - dije algo emocionado.

Por dios, no debía de haberme expresado de esa manera, no con él, no en frente de él.

-Ya veo. - contestó como si nada ante mi tan infantil e ingenua respuesta. -Pensaba que tu libro preferido era el de la carátula negra. Ni siquiera se me el nombre. - soltó un respiro ahogado.- Es una basura, no me cansaré de decirlo.

-Por cada minuto que pasa me arrepiento de haberte dejado pasar. - protesté ya aburrida de escucharle.

-Puedes sacarme cuando quieras si lo deseas.- sugirió. -Tan solo pídelo y lo haré.

-Parece demasiado fácil. Se que no accederás.

-Entonces te aguantas.- levantó la vista para sonreírme sin enseñar sus dientes y devolver su vista a la carátula del libro que traía en sus manos. -¿De que trata este? ¿Boulevard? - preguntó hojeandolo. -Tienes la manía de dibujar los libros, ¿Verdad? De seguro este también es una reverenda basura. No tienes buenos gustos, Jimin. ¡Admítelo!

Entrecerre mi puño. ¿Cómo Tae se atrevía a venir hasta aquí, urgar mis cosas y criticarticarlas. Eran mis gustos, ¡mi libro preferido! Joder. No sé por qué lo soporto.

Tomé un gran bocado de aire para contestarle, lo necesitaba. De lo contrario el castaño saldría de patitas a la calle con un buen golpe en medio de su rostro, no tan angelical.

-Se llama Boulevard y no es una mierda. Tiene mucho sentimiento y si tanto lo dudas, léelo.

-Lo haré.- respondió al instante.

-¿En serio?- pregunté anonada. No me creía sus palabras, aunque de seguro era otra de sus jugadas absurdas y yo era una tonta al creerle.

-Si es tan importante para ti, sí. Lo haré.

-No se porqué no te creo.- me acerqué a él llevando mi mano debajo de mi barbilla, haciéndome la intelectual o más bien un detective. -Si tienes tanto interés te presto mi libro.- desafié.

-Ok. Sería una buena idea.- asintió mientras lo colocaba encima de la cama para que no se le olvidase. O eso fue lo que dijo en ese momento.

Me encogí de hombros para terminar de recoger mis regueros. Él caminaba de un lugar a otro, admirando cada pequeño detalle que colgaba de la pared.

-Tengo ganas de conducir por una carretera sin sentido. - leyó uno de los papeles que colgaban al lado del ventanal.

-Y fumar en Amsterdam. Tirarme de un paracaidas. Nadar con delfines. ¡Eres patética por tener una lista de sueños! - dije entre risas para mí misma.

Oh por dios. ¡Luke!

-Si que eres una gran fanático. - me dirigió una mirada de esas que te dan cuando creen que estás loca.

No me importaba. Yo era feliz así.

-Al menos uno ya se hizo realidad. Hacerte reír. - continúe y él volvió a mirarme raro.

-Aww. Eres muy tiero.

-No era contigo imbécil.

-Que duro me resulta hablar contigo, Jimin. ¿Patético? - dijo en tono de pregunta mientras leía otro de mis papeles olgados.

-Es todo un honor. - respondí. Él camino de un extremo del cuarto a otro, hasta llegar a donde me encontraba.- Pero acá sabemos que tu eres el patético. - toque su pecho con autoridad, sonriendo un poco por mi no tan ingenioso comentario.

-Crees realmente que soy un patético después de que has hablado toda la tarde conmigo, ¿Crees que soy tan patético por solo haber fingido que me había lastimado para que me dejases entrar?

-No te conozco, Yoongi.

-Por qué no te da la gana, no te ha importado preguntarme sobre mi vida. Pero hablo con pocas personas, y contigo me comporto como en verdad soy.

-No tengo por que hacerlo. No me dedico a ir por ahí a decirle o preguntarle cosas a las personas de su vida.

-Como sea.

-Odio esa frase tuya.

-Odias tanto de mi. - dijo mientras caminaba hacia delante y mis pasos daban a su contraria, terminando acorralado contra la pared. -Puedes odiar lo que sea, puedes creer lo que quieras de mi. Siempre que nunca me dejes de hablar.

-¿Porqué te importa tanto?

-Últimamente tus preguntas me ostinan. - respondió rompiendo la escena tan rara que se había formado antes.

-¿Entonces yo te ostino? Quizás debamos dejar de hablar. - me crucé de brazos sin darle importancia.

-No. ¿Que dices? ¡No! Para nada. Solo que no se que responderte.

Un silencio se apoderó de la habitación. Yo no sabía que decir y él se encontraba sentado sobre la cama mientras miraba el suelo, o tal vez, mientras mecía sus pies.

-¿Qué vez de bueno en mi?

-¿Y tú? ¿Qué vez en mi?

-Sabes me importa porque me siento bien cada vez que hablamos. - respondió mi anterior pregunta pasando de alto la siguiente.

-¿Te afecta no hablar conmigo? Ni siquiera nos conocemos. No sé porque te importa tanto hablarme.

-Tienes razón. Pero me siento bien.

-Eso ya me lo habías dicho, pero no es lo que quiero oír. Siento que no viene al caso de lo que anteriormente hablabamos.

-Agh. Solo que haces preguntas que ni se como responderte. No se como responderte que veo en ti.

-Si sabes pero te da miedo. Lo entiendo. No exijo respuestas pero no hagas comentarios absurdos.

-¿Que crees yo que tenga algo bueno?

-Cuando tu me digas yo te digo.

-Sabía que dirias algo así. - bajó la vista, dio un gran suspiro y en menos de dos segundos volvió a hablar. -Vamos, que yo te digo una cosa y tu otra. ¿Ok?

-Ok.

-Eres muy sincero, y me gusta que seas en cierto modo dulce y muy sensible.

-Hummm. - murmuré con los labios. -Siento que eres una persona que quiere mucho. No se si me explico, tienes buenos valores y sentimientos aunque hay cosas que no te voy a decir que hacen que esos valores y sentimientos sean una mierda.

-No entiendo.

-Ya yo te expliqué, lo siento si no entiendes. Eso ya es tu problema.

-Bueno, de igual forma me agradas. Y antes de que preguntes por qué, simplemente es por qué eres tú y ya. Como quieras tomarlo y no lo digo ni para agradarte ni nada. Lo digo por que es así y ya.

•••

Presente
22 de mayo de 2021

Ella ya había terminado todas sus preguntas y, aunque no todas tuvieron respuesta, sus palabras de consuelo me hicieron sentir bien. Excepto el consejo de que no me aferrara a los personajes literarios como Luke, eso dolió.

¿Acaso nadie entiende que él fue lo mejor de éste jodido mundo?

Antes de irme me hizo prometerle que no volvería a dejar de asistir, por lo que sin tener muchas opciones en ese momento solo terminé asintiendo para poder salir de ese lugar.

Mis pasos eran rápidos, estaba atrasado. Papá llegaría pronto a casa y yo debía de tenerle la comida preparada. Miro la hora de mi celular y al notar una presencia a mi detrás tan solo me giro en el mismo acto.

-¿Por qué me sigues? - dije sin ni siquiera dejar de caminar una vez que vi su sombra inconfundible.

-¿Es delito? - preguntó.

-Sí.

-No lo creo, Jimin. - y entonces apresuró su paso caminando a mi lado. -¿A dónde vas tan apurado?

-No te incumbe.

-Bueno... Solo quería algo de compañía, no lo sé. - se encogió de hombros adentrando sus manos dentro de los bolsillos de su pantalón. Hice un gesto de que no me importaba su vida por lo que dejó de caminar, haciendo que mi paso fuese lento. -Pensé que como sabes cosas... podrías hablar conmigo, ya veo que me equivoqué.

-Supuestamente no sé nada de tu vida. No sé a qué viene eso.

Mi pies se detuvieron instantáneamente. Vi su sombra caminar de dónde antes me seguía, llevando su cabeza cabizbaja. Eso me dio pena y demasiado remordimiento.

¿Acaso yo había causado eso?

Lo pensé. Juro que lo pensé dos veces y, aunque lo que iba a hacer me metiera en problemas con padre, mientras me giraba llevé mis manos hacia mi boca al ritmo en que mis pies corrían para alcanzarle.

-¡Ey! Yo te acompañaré. - grité pero no se inmutó en girarse. -¡JUNGKOOK! - sujeté su hombro para hacerle saber que yo estaría allí para él.

Se me hizo tonto el acto, pero quizás no me arrepentiria. Quizás... todo fuera parte del destino.

-Esta noche no habrá límites, Jimin. ¿Estás dispuesto a correr el riesgo? - y fue entonces que la brisa del momento hizo que mi piel se erizara, para ver en sus ojos el reflejo de la luna.

•••

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro