Capitulo 24

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"Descubriendo la verdad"

Min Yoongi
24 de mayo de 2021


Mamá gritando mi nombre seguido del de Jungkook una y otra vez, hace que mis pesados parpados despierten de esa horrible pesadilla en la que estaba viviendo. Con un poco de pereza me siento sobre la cama esperando a que mis músculos quieran proseguir a bajar las escaleras y por fin, poder desayunar para dirigirme a la escuela.

Observo que el póster que se encuentra detrás de la puerta marca la fecha de hoy, y mientras rasco una y otra vez mi cabello pensando en por qué sería, comienza a vibrar mi celular seguido de varios mensajes que entraron sin parar.

-Que pasa. - comento a Hugo que se quedaba callado, como si estuviese hablando con alguien más.

En pocas palabras, sin prestarme la más mínima atención.

- ¡Hugo! - espeto enfadado. Quizás me había levantado con el pies izquierdo, o tan solo era esa sensación de qué algo raro estaba pasando.

-Dos cosas, - dice en tono de apuro. - En la tarde la banda tocará en la plaza, te lo recuerdo porque sé que lo olvidas todo. - y es entonces que recuerdo que he estado faltando a todos los ensayos por culpa de Jimin, y de su interposición en mi vida. -Segundo, mi madre dice que tu hermano no debe faltar a terapias. No sé por qué pero me pidió que te dijera para que estuvieses al tanto.

-No he olvidado lo de ésta noche. - mentí emitiendo una carcajada para hacer creíble la situación.

-Sí, claro. - se burló y colgó la llamada.

Puse de pie para guiar mis pies hasta las escaleras, bajarlas con algo de pereza y saludar a mamá con una sonrisa, sin ni siquiera enseñarle mis dientes.

-¿Y Jungkook? - pregunta sirviendo su desayuno, ya que el mío se encontraba delante de mí.

-¿Tendría que saberlo?

-Hazme el favor y despiértalo o llegará tarde.

Bufé levantándome nuevamente del asiento para proseguir a caminar hasta la habitación de mi hermano. No me resultaba raro que se hubiese quedado dormido, puesto que ni siquiera le sentí llegar en la madrugada.

-Jungkook. - hablé mientras tocaba con suavidad su puerta, para nunca obtener alguna respuesta. -Jeon. - repetí una vez dentro mientras encendía su luz, notando que ni siquiera había dormido en casa.

Sus pertenencias estaban intactas, y tan siquiera había tocado ésta casa luego de salir de la consulta de la madre de Hugo, ya que tampoco había presencia de su uniforme escolar sucio.

Bajé con preocupación las escaleras mientras trataba de cambiar mis rasgos para que mamá no se preocupase.

-¿Entonces? - pregunta algo preocupada al ver que bajo solo.

-Ya Jeon se fue, se me había olvidado que saldría más temprano hoy. Lo siento.

Y como si nada me dirige una sonrisa de que ya no está preocupada, logrando que mi corazón lata con normalidad a la mentira nada creíble que le acababa de contar.

-Desayunaré arriba en lo que me visto, tengo cosas importantes que hacer. - tomo el plato y mientras mis pasos rápidos y largos me llevan a mi habitación, tomo mi celular para llamar al descabezado y loco del rubio. -¡Vamos, contesta! - murmuro para ser enviado directo al buzon de voz.

•••

Había recibido un aviso de dirección, el cuál había sido el causante de tener que faltar a una de mis clases menos favoritas. Doy un pequeño brinco mientras camino con algo de preocupación en su dirección, pues no estaba acostumbrado a que me llamaran sin sentido alguno. O la menos, no cuando sabía y tenía claro que no había hecho absolutamente nada malo en toda la mañana.

Por un golpe de inercia mi mirada me lleva hasta la entrada, donde los veo a ambos, quienes bajan muy calmantes del auto. Me quedo parado detrás del muro mientras trato de espiarlos, el pelo de Jungkook parecía recién lavado y Jimin, mantenía puesta una ropa del mismo chico.

-Yoongi. - escucho por detrás mientras al girarme puedo observar al director asomado en la puerta de su despacho. -Le estoy esperando, no se retrace más para que continúe sus clases con normalidad.

Asentí dejando de largo la extraña situación que estaba presenciando y caminé en dirección a donde debía, dejando miles de dudas por detrás.

-Entra y acomódate. -pidió dejando de lado un papeleo para prestarme atención, juntando sus manos mientras entrelazaba sus dedos encima del buró.

-¿Qué hice esta vez?

-No te he mandado a llamar ésta vez por algo que hallas hecho tu exactamente. Es por algo menos peculiar. Jungkook no ha entregado unos folletos y creí que te los había dejado a ti, ¿Lo hizo?

Joder.

Le miré sin ni siquiera responder esperando a que continuase sus palabras, pero al parecer no entendió mis expresiones, donde no me quedó de otra que intervenir en la situación.

-¿Qué debía de entregar? - me atreví a preguntar algo dudativo, pues normalmente no me meten en este tipo de asuntos.

- Sabes dónde está? - pregunta preocupado.

Y si no fuera porque minutos antes le había acabado de ver, no sabría que responder a esa pregunta tan confusa.

-En su aula, ¿Se supone? ¿Acaso no tiene el control de los alumnos de la escuela? Señor director.

-Si estuviera en su aula no me hubiera dignado a llamarle.

-Pues quizás debería de cerciorarse mejor sobre la asistencia de cada alumno antes de molestar a una simple persona como yo de sus tan importantes clases. - ironicé mientras me cruzaba de brazos y hablaba con la mayor firmeza posible.

-Si está tan seguro que Jungkook está en la escuela hágamelo llegar aquí, debo hablar algo importante con él.

-Como gustes.

-Luego vuelves a clases, no te quiero ver merodeando la escuela. - advirtió mientras me señalaba con su lapicero y yo cerraba la puerta de su despacho para dirigirme al aula dónde se encontraban todas las respuestas a mis interrogantes.

Caminaba con detenimiento, pero al llegar a la parte de afuera se me ocurrió una idea mucho mejor que tan solo llevarle de apatitas a dirección a el rubio mentiroso.

-Profesor Ben. -pronuncié mientras interrumpía de cierta manera su clase, aunque me hacía feliz el hacerlo. Él era un viejo insoportable. -Vengo de dirección. -hablé y él me interrumpió bajando sus espejuelos hasta su cuello.

-No es una novedad.

-Supongo -me encogí de hombros sin darle importancia al chiste de mal gusto que acababa de hacer. -El director me mando a buscar a Jungkook. Si no me cree le invito a ir por sí mismo a averiguarlo.

-No tengo tiempo para ello. Jungkook -llamó haciendo que Jimin me mirase y cambiase la vista inmediatamente. -Termine lo que tiene pendiente en dirección y vire, el resto de la clase ignore a este pobre niño que ni sumar sabe y prosiga con el ejercicio.

Fue inevitable no soltar una carcajada mientras le sacaba el dedo del miedo a ese viejo loco y esperaba porque Jeon saliera por completo para cerrar la puerta.

-Te vi cuando llegaste. -mencioné mientras caminaba a su lado.

- ¿Y?

-Vi que llegaste con Jimin. -su expresión paso a ser atónita y cambió su semblante al segundo.

-No sé de qué me hablas.

-No te hagas el tonto, que pasó entre ustedes dos, si es que pasó algo.

-¿Estás celoso?

-¿Debería?

-Me da exactamente igual.

-¿Que folletos debes entregar en dirección?

-No es algo que te incumba. Vuelve a clases.

-Ok. - respondí para darme media vuelta y buscar las respuestas por mí mismo en otro lugar. -Viejo. -llamé al profesor de antes haciéndole una seña. -Que le mandes a Park Jimin también.

-Jimin, le llaman en dirección. -habló para luego caminar hasta mí. -Mira como me tratas y hablas, quizás el próximo que se vaya a dirección seas tú, y no exactamente para bien. -amenazó mientras Jimin salía sin entender absolutamente nada y la tomaba del brazo para comenzar a caminar.

- ¿Por qué me llaman en dirección? - preguntó preocupado.

-Quieren hacerte unas preguntas del por qué llegaste tarde a la escuela acompañada de Jungkook.

-Él dijo que nadie se daría cuenta de ello.

-Entonces, ¿es verdad?

-Sí, estábamos haciendo... un trabajo en su casa. - comentó nervioso.

-Un trabajo. - repetí.

-Sí, estabas dormido cuando llegamos por eso no notaste nuestra presencia.

-Así que dormido. -reí por lo tonto e ingenuo que estaba siendo el chico al creer que me estaba creyendo tal mentira. Agarré su mano con fuerza mientras le obligaba a caminar a rastras de mí y fue entonces que protestó.

-Me estás agarrando fuerte, Yoongi.

-Los mentirosos se merecen eso.

- ¿No íbamos a dirección?

-íbamos.

-Suéltame, Yoongi.

-No, Jimin. No hasta que me digas lo que en verdad pasó entre Jungkook y tú.

Y mientras abría la puerta del viejo salón de música le obligaba a adentrarse, tratando de ésta vez poder encontrar las respuests al misterio que Jungkook, y él mismo, tenían entre manos

Park Jimin

Por cada segundo que pasaba su agarre se intensificaba más, llegando al punto en que mi muñeca se tornó de un color malva claro, dónde al castaño darse cuenta de ello decidió soltarme, haciendo que mi cuerpo diese un paso hacia tras por inercia mientras apoyaba mi mano contra la pared para evitar caer.

-Estoy esperando una respuesta. - demanda con su brazo apoyado en la puerta, dejándome a imaginación pura de poder descartar la opción de marcharme sin responder alguna de sus preguntas.

-No pensé que fueras tan controlador. ¿Quizás un poco manipulador? -evadí su comentario mientras lo rodeaba un poco.

-No lo soy.

-No es lo que me estás demostrando ahora mismo, Yoongi. -llevé mi vista hasta donde el color malva resaltaba en mi actuendo, y cuándo él trató de acercarse me alejé. -No te me acerques, por favor. Yo no lo he hecho.

-Jimin. -susurró cambiando su semblante al de una persona totalmente distinta a la que minutos atrás había evidenciado.

- ¿Qué? -grité enfadado. - ¿Qué quieres saber, joder?

- ¿Cuántos novios has tenido? - arqueé mi ceja antes de responder su pregunta mientras movía mi cabeza en total negación.

¿Acaso Yoongi era bipolar?

- ¿Es algo que importe ahora mismo?

-Pues, ¿Quizás?

-Solo he tenido dos.

-Les decías mi amor y esas cosas. - dice curioso.

-No le digo mi amor a nadie.

-No sé por qué no te creo que solo hayas tenido dos miserables novios, no sé, no es algo creíble. -balbucea para continuar con su cuestionario de preguntas sobre mi vida privada. -Entonces... ¿No has tenido encuentros placenteros con nadie?

-Sí. Ciento y cientos. -mentí mientras me hacía la interesante, pensando que por un momento terminarían las (no) tan deseadas preguntas por su parte.

-Cientos y cientos. -repite mientras rasca su barbilla.

- ¿Ahora no puedo follar?

-No sé.

- ¿Por qué lo piensas tanto, al cabo de darle tantas vueltas al asunto? ¿Me vez capaz de ser un chico que va por ahí follando con cualquier persona?

-Quizás, sí. -responde. -Aunque no creía que fueras tan de eso de cientos y cientos. -vuelve a repetir intensificando cada vez más la palabra "Cientos".

-Y no lo soy. Era mentira. -desmiento.

-Aunque ahora que te veo bien, tienes cara de ser mal follado.

- ¿Por qué piensas eso?

-Solo lo digo por qué tienes cara de que no te han dado lo tuyo como dios manda.

-Claro, lo que tú digas.

-Solo es lo que pienso. -dice para sacar un cigarrillo del bolsillo derecho de su chaleco. -Es lo que creo, no significa que sea cierto. Además... Tú dices que soy creyente, yo creo que eres un mal follado. Quizás todo sea diferente. A lo mejor estoy equivocado.

Le miré mientras viraba mis ojos como platos. Me había traído hasta ésta habitación para nada haciéndome perder clases, por lo que con las mismas inasistencias de seguro llamaban a mi padre, y todo se me complicaría a su paso en una situación peor a la que ya me encontraba.

-No tienes nada que decirme. -habla jocoso.

-Solo que quiero volver a clases. -tartamudeo mientras pienso en algo mejor. -Aunque ya que has sacado el tema, dime tú. ¿Cuántas novias has tenido y con cuántas has follado? No creo que sea un mal follada pero dime el por qué piensas eso también.

-Bien, Jimin. Ya estamos entrando en confianza. -ríe dejando salir todo el humo de su cigarrillo por entre sus dientes y da un quejido para volver a hablar. -He tenido dos novias, y me han violado tres. No te lo voy a negar, soy irresistible.

-Yo no te he preguntado cuántas te han violado. -ironicé por el comentario tan fuera de lugar, aunque pensándolo bien. La conversación lo era totalmente.

¿En qué momento habíamos llegado a hablar de nuestra vida sexual privada el uno con el otro?

-Pues eso, he estado con diez personas. ¿Contenta?

- ¿Y por eso piensas que follas bien para tener que llamarme mal follado?

-No. -negó. -Nunca. Al contrario. No creo que sea bueno en eso.

- ¿Cuánto has durado con cada una de tus novias, si se le puede llamar así?

-Pues con Sopié llevo casi dos años.

-Que bien. -suspiré mientras me quedaba ya sin palabras que decir. -No sé si debamos de hablar entonces, suelo buscarme muchos problemas por cualquier idiotez, no creo que una novia celosa de mi sea la excepción. Aunque, ¡Mírame! ¿Quién se podía celosa de mí?

-JUNGKOOK. -pronunció lentamente acercándose sin descaro alguno, para quedarme atrapado contra la pared y su cuerpo quedar pegado al mío. - ¿Acaso pasó algo entre ustedes? - su respiración chocó contra mi rostro y entendí que no sé separaría, no hasta que le dijese aquello que ni siquiera recordaba.

-No pasó nada. -aseguré interviniendo con mi mano y tratando de correr su cuerpo hacia tras pero fue totalmente en vano. Ni siquiera sus pies flaquearon con mi tacto.

-No me agradan las mentiras, Jimin. ¿Cómo puede ser posible que hayas estado con alguien que tiene novia? ¿Explícame? - dijo enfadado. Sus fosas nasales se abrían sin parar mientras su respiración agitada hacia que mi corazón no parase tan solo ni un segundo.

- ¿Y tú? - demandé. - ¿Por qué te preocupas por alguien teniendo novia también?

- No es algo que venga al caso, ¿Verdad? -pregunta de la nada dándome salida a la cobarde situación que se había creado.

-Al menos ya puedes dejar de llamarme mentiroso. Ambos sabemos que el único mentiroso aquí eres tú. Yo al menos intenté ser sincero en una ocasión.

Y sin más me alejé, me alejé de él sin saber qué hacer. Sin saber a dónde ir o tan siquiera si volver a clases.

Flashback

5 de junio de 2015
Elle Smith

Mamá me da la mano al mismo tiempo en que intento cruzar la calle por mí mismo. Sé que ya soy un niño grande, pero para ella aún me faltan unos cuántos años más. El agarre es fuerte y camino a su lado sonriente mientras que llevo mi brazo a su codo y lo retuerzo de una forma poco inusual. Me sonríe mientras me suelta y pide que quede quieto en mi lugar para poder entrar en la tienda y comprar su habitual cajetilla de cigarros.

Odiaba que mamá fumase, más aún cuando lo hacía a mi lado y todo aquel humo se esparcía por dentro de mi nariz haciendo que un terrible coriza se adueñara de mis sentidos.

Restriego mis ojos, con desgano, y sin ganas de querer vivir, me paro del asiento mientras miro a mí alrededor y con algo de vergüenza y dolor camino hacia el velatorio.

-¿Por qué mamá, por qué? ¿Por qué no me duraste más? ¿Por qué te marchaste así sin más? ¿Por qué tú y no yo? - murmuro mientras con miedo puedo observar su rostro por última vez, viendo su delicada piel pálida y esos algodones dentro de su nariz, los cuáles son los causantes que las lágrimas brotacen solas por mis mejillas.

Él se acerca a mí, despacio. Ubica un brazo por encima de mi hombro y lo acaricia mientras intenta darme ánimos con un simple: -Todo estará bien, Jimin.

-No me toques. -digo con desprecio mientras quito su tacto de encima de mí.

-No me hables así, Jimin

-¿Cómo quieres que te hable? Eres un monstruo.

-Respétame. - grita captando la atención de todos los familiares, amigos, desconocidos y trabajadores que se encontraban en el lugar mientras su brazo abierto impactaba sobre mi cachete. -Soy tu padre.

Llevo una mano por inercia al golpe que recién había recibido, las lágrimas ésta vez son mayores y no sé por qué le tuvieron que avisar a él de esto. No cuando le importa muy poco que ella haya muerto de aquello que nunca se ocupó de evitar.

Bajé la cabeza, caminando hacia la puerta de salida mientras miraba fijamente mis zapatos. Apoyé mi hombro sobre el marco de la puerta cruzando mis brazos y mirando el cielo, que es el único que la tenía en estos momentos.

Y tal parecía que la noche fría y solitaria se ajustó perfectamente a mi estado de ánimo, puesto que en breves segundos de estar tomando el aire un rayo cayó cerca de mí, seguido de un estrepitoso trueno que me hizo brincar en el lugar. Luego de eso sus ojos iluminaron mi noche.

24 de mayo de 2021
Presente

-Jimin, vuelve aquí. -el grito de Yoongi resuena por los pasillos pero no giro mi cabeza en su dirección, tampoco miro al frente y tan solo observo el suelo mientras camino a un paso rápido. -Park Jimin-. vuelve a llamar, pero ésta vez se siente un poco más lejos al poder doblar el pasillo con agilidad, y en el mismo acto, mi rostro chocar con algo u alguien.

-¿Estás bien? -susurra esa voz mientras me sujeta de los hombros con delicadeza y voltea hacia si mismo para verme a los ojos.

-Sí.

-¿Qué te pasa? -pregunta mirándome con esos orbles esperanza mientras al mismo tiempo el castaño vuelve a ejercer su voz, ésta vez algo más aguda. Como si quisiera imponer respeto absoluto sobre mí.

-Jimin.

-¿Qué quieres, Yoongi? -responde Jungkook por mi, mientras se para en mi frente impidiendo que éste me viera.

-No es asunto tuyo, necesito hablar con él.

-¿De qué? -se cruza de brazos y Yoongi pone en posición de descanso su cuerpo. -¿No me digas que aún estas preguntándole a él del por qué vino conmigo? - El castaño se queda callado pero su mentón se mantiene firme, dándole a entender a su hermano que no se iría hasta obtener sus respuestas. -¿Qué quieres saber? -vuelve a preguntar -¿Quieres saber que pasa entre Jimin y yo? ¿Eso quieres? Pues ayer nos drogamos sin querer y terminamos haciendo el amor, ¿Contento?

-No te creo. -espeta Yoongi mientras quita a Jungkook del medio para mirarme a los ojos. -¿Eso es verdad? -me pregunta y tan solo miro al suelo sin darle respuesta, confuso. -¿Cómo pudiste Jimin? ¿Por qué con él?

Lleva su espalda contra la pared mientras acaricia su pelo con genio, refunfuñando unas cuántas veces para dar un gran golpe contra el muro.

-Sabía que tu libro de mierda haría esto. -le señala con el dedo mientras su respiración agitada casi no le deja hablar -Sabía que él se drogaría, y que terminarían pasando estas cosas por ese libro de mierda que escribiste -y es entonces que me mira a los ojos -Te lo dije Jimin, no debías de leer esa basura.

Y se da la vuelta para dejarme a solas con Jungkook mientras mi mente explotaba de la gran confesión que acababa de escuchar.

-¿Me puedes explicar que significa todo eso? -suelto entre lágrimas, las palabras de Yoongi fueron hirientes, y yo ni siquiera recordaba todo lo que el rubio había mencionado.

Además, no me esperaba para nada que ese tal (J) que expresaba sus sentimientos fuera Jungkook, y no me dolía el hecho de que lo escribiera él, puesto que tenía bastantes sentimientos y me imaginaba que su vida había de ser dura al tener que ocultar todo aquello.

Me molestaba el simple hecho de que se riera de mí en mi propia cara, acercándose como si quisiera ser mi amigo y ocultándome toda aquella verdad que había entre sus letras. Aunque a fin de cuentas nunca fuimos tan unidos, y el único que me vio cara de imbécil fue Yoongi.

-Jimin. -dice despacio mientras la primera lágrima resbala por mi mejilla.

Me sentía utilizado por todos.

-Tú entraste a mi vida cuando más necesitaba a alguien, cuando pensaba que no tenía esperanzas y que todo se me acababa. No te voy a mentir, el día del puente si era lo que tú pensaste y reprochaste aquel día bajo el árbol, y fue entonces que me di cuenta que debía de ayudarte, porque, yo ya pasé por eso. Ese día en que me sonreíste antes de querer ejercer lo que tenías en mente me di cuenta que serías un gran problema para mí, porque siempre estaría ahí para ti, aunque tú no lo supieras.

La cabeza me daba vueltas, mi cuerpo se encontraba presionado contra la pared mientras Jk se acercaba a mí y susurraba sus palabras.

-Eres tan genial que no te puedo dejar ir, no ahora que te conozco, no ahora que se cómo eres y después de lo poco que hemos pasado.

-Jungkook. -interrumpí- ¿Cómo terminamos hablando tú y yo? ¿Cómo terminamos aquí?

-Pues... - intenta hablar y le interrumpe el timbre del recreo. Todos los alumnos comienzan a salir de sus aulas y él se aleja un poco de mí. -Creo que podemos terminar ésta conversación luego.

-¿Te avergüenzas de mí?

-Tengo novia, Jimin.

Y esas fueron las segundas palabras que hicieron que me quisiera marchar, puesto que a mí alrededor cada persona tenía a alguien y yo solo una un bicho insignificante con el que todos se atrevían a jugar y terminar dañando.

•••

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