Capitulo 23

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"Descubriendome"

Jeon Jungkook

23 de mayo de 2021
2:00 a.m

La cabeza me da vueltas, es inexplicable el sentimiento que ha de tener Jimin en estos momentos, pues, si normalmente a una persona que acostumbra tomar droga le hace efectos desagradables, él debe estar en una total crisis, discutiendo con la realidad y la fantasía que ha de estar viviendo en este preciso momento.

He de recalcar en mis pensamientos más recientes que no fue mi intención darle de la botella de agua que contenía aquel polvo destructor, mucho menos que fuese también quien ingiriera la mayor parte del líquido mortal.

Es cierto que todos tienen sus demonios ocultos, y quizás ésta sea una vía para averiguar las respuestas a las preguntas que llevo encerradas hace bastante tiempo en mi cabeza.

Pero cuando la miro, <<oh mi flor salvaje>>, cuando recuerdo lo que hace poco acababa le pasar doy por perdidos esos pensamientos tan egoístas.

Jimin en su más loco momento se tiró al suelo, haciendo un angel con las flores mientras que con la linterna alumbraba lo que pasaba. En ese momento me preocupé y fué entonces que caí en razón de lo que en realidad pasaba.

Me acerqué.

Él comenzó a rodar de un lugar a otro y debía de detenerlo. Habían dos variantes totalmente inaceptables, y es que 1) podría rodar hasta el principio de la colina. Pasando por un sin fin piedras y arbustos, O... 2) Su cuerpo podría llegar hasta el acantilado, y en el peor de los casos desaparecer. Por lo que en mi sano juicio me recosté junto a él para que se quedara quieto.

-Papá me matará. - comenta aún con sus ojos cerrados en un tono de preocupación, y al mismo tiempo, total desinterés.

-¿Por qué? - me atreví a preguntar con vísperas de no obtener una respuesta.

Jimin se mueve en mi dirección, con su cuerpo recostado y mostrando su rostro con el mío mientras su trasero queda inclinado al lado contrario y se abraza a sí mismo.

-Porque él es así.

Y seguido de sus palabras su cuerpo es movido encima de mi. Su rostro juguetea con el mío mientras su cabello me hace cosquillas en el cuello. Sus labios tiemblan cerca de los míos y es entonces que pierde el equilibrio y vuelve a caer a su antiguo lugar.

No sabía si estaba completamente despierto o si se encontraba soñando, por lo que no me detuve y fui yo quién en ese entonces se colocó sobre su cuerpo. Agarré sus brazos para que la situación no se descontrolara y acerqué mis labios a los suyos con temor a ser rechazado pero sin llegar a besarle. No hasta que él inclinó su cabeza y su lengua se introdujo en mi cavidad.

Y ahí estaba yo, siendo quién terminaba dejando de hacerlo bien. Quién se encontraba engañado a su novia con un total desconocido solo por buscar respuestas. Aunque pensándolo bien, sentía algo más por Jimin que una simple curiosidad a su vida personal.

Él era como una guerra a la que siempre quería de pelear. Un partido en el cuál debía de ganar. Era como un fuego que encendía el gris de mi vida, y dentro de todos sus problemas, solucionaba los míos de una manera tan fácil, que con tan solo una mirada ya lo tenía todo resuelto.

Pero yo estaba roto, y él no podía arreglarme, porque sabía que Jimin, estaba aún más roto. Y eso era lo que me gustaba, que de cierta manera éramos tan diferentes y parecidos al mismo tiempo.

-Estoy roto, Jimin. - Susurré sabiendo que me escuchaba.- Lo sabes, sabes como soy y lo que doy. Sabes que soy un completo idiota que oculta su verdad a otros haciendo el mal. Pero joder, ¿Por qué no huyes? ¿Por qué no me tienes miedo? ¿Por qué no te alejas? ¿Por qué?

-Estamos atrapados en aquel momento. - balbuceó con trabajo, viniéndome a la mente aquel día en que le intenté matar.

-No puedes ver mi interior lleno de mierda, y no te puedo enseñar quien realmente soy porque ya lo sabes, porque tengo un corazón negro azabache. Y es que hay un huracán debajo de éste que no me deja respirar, algo que está tratando de mantenernos separados. Pero no lo consigo. Y el hecho de que leas lo que alguna vez escribí con un lápiz envenenado me da coraje de expresarme, porque estos químicos se mueven entre nosotros, y creo que es mi razón para dejar de hacer lo que hago. Por eso asisto a terapia nuevamente.

Y es que ahora me estaba aferrado a esa vida que no podía tener, porque ya había trazado un camino, y sólo tenía escrito un destino, el cuál no me importaba si acababa con mi vida.

Le miré, él miraba las estrellas sin decir una palabra, donde justo cuando movió sus labios para hablar se apagó la linterna, volviendolos a cerrar en el mismo acto. Tomé rápidamente el celular y pude notar que ya no le quedaba carga, por lo que tendríamos que pasar la noche aquí, y eso no sabía si sería algo realmente malo.

No había forma en que pudiéramos rebobinar nuestro pasado, y ahora que lo pensaba más a fondo, Jimin debía de odiarme. No por hoy, sino por todo lo que le había hecho pasar, y es que sabía que después de ésta noche, no la volvería a ver nunca más.

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