Capitulo 16

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"Juegos desesperados"



Jeon Jungkook

Ella baja las escaleras, despacio. Su rostro grita que tiene hambre y que, al mismo tiempo está agotada. Se sienta delante de mi, mira su desayuno al igual que el mío pero no dice una sola palabra.

Ya no se siento su amor matutino a las fresas.

Deja de lado todo. Parece que no tiene apetito. No le hago preguntas. Dejo que se marche. Las palabras son demasiado en este momento.

Miro mi reflejo a través del espejo. Tomo una liga de pelo y hago un pequeño moño. Cubro mi camisa con una enguatada y coloco un mono junto a unas zapatillas. Guardo un mp3 en mi bolsillo y pongo los auticulares para correr alrededor de la casa.

Hace mucho tiempo no lo hacía, y extraño la sensación de relajación que me brinda esa experiencia.


(...)


Él se está ocultando tras las nubes, observo sus ultimos rayos a través de los arbustos y es cuando se que he corrido lo suficiente por hoy. Por mi frente corre el sudor, con el codo lo limpio y mi vista gira en dirección al balcón de la habitación de Weeler.

Ella claramente me estaba observando, cambio su vista rápido pero su pelo se movía por el rápido gesto efectuado.

¿Se sentiría sola?

Negué, trote hasta la puerta de entrada y pude sentir una molesta vista perseguirme hasta que desaparecí. Parecía una historia interminable ya que mientras subía las escaleras ella hacía todo lo contrario. Traté de no mirarla. Ella tomó mi brazo e hizo que me detuviera.

Se sintió un vacío indescriptible en el salón.

-No diré lo que quieres escuchar. -hizo su agarre más fuerte con mis palabras y respiró profundo.

Me mataba lentamente tratarla de esta manera, más ver su rostro al escuchar mis frías palabras. Claramente yo había sido el unico culpable de romper mi corazón.

-Quiero estar con alguien del local. -mis ojos tenían toda su atención, mientras los de ella solo miraban el camino restante de las escaleras. -Quería avisarte que en cualquier momento lo hago.

Me soltó, bajó dos escalones pero esta vez fui yo quien la detuvo.

-Sabes que eso no te corresponde Weeler.

-¿Y qué?

-Luego terminamos ésta plática. Quizás nunca lo hagamos pero estás advertida.

-Lo que tu digas Señor Jeon.

Llamarme por ese nombre Señor Jeon, el sobrenombre de los empleados y demás personas lejanas. Sabía que yo mismo le había indicado que lo hiciera, pero por alguna extraña razón me dolía ahora, en estos momentos solo quería que dijera Jeon Jungkook. Weeler lo sabía, ya que una vez le dije que no me tratara por Señor. Subí las escaleras con rapidez, no me quería quedar en ese sitio mientras la veía marcharse, seguramente al jardín.

La noche se apoderó completamente del lugar, Jimin me había llamado, estaría fuera de la ciudad por unos días. Weeler debía de seguir hiendo al local, ya que allí la estaría vigilando mejor y no estaría sola en casa.

Pido un trago en la barra, las princesas empiezan su espectáculo y hace mucho me siento tan estresado que es lo que justamente necesitaba.

Brad se acerca a mi. Hermosa como siempre, da un beso en mi mejilla y le sonrío.

-Quiero que hagas lo mejor que puedas en el escenario. Prometo recompensarte de la manera que mas te guste. -la chica mordió su labio y reí ante su reacción.

-Espero no me dejes como la última vez Jeon. -susurró en mi oído. Mordió mi lóbulo y llevé mi mano a su trasero para darle una buena nalgada.

-No volverá a pasar princesa.

Cassie llamó a Brad. Ya debían de empezar y así lo hicieron. Solo miraba el escenario mientras bebía otra ronda de tequila.

Weeler se acercó a mi. Vestía de una manera que no me gustaba para nada. Prácticamente su trasero se encontraba en el aire y una leve tela tapaba sus pezones, que claramente podía notar que estaban rosados y erizados por la transparencia y el aire acondicionado.

-¿Que haces aquí de esa manera? -me paré enfadado. La miré con enojo y ella hizo que me sentara. Sus manos recostadas en mis hombros mientras podía percibir su aliento. Apestada a alcohol. -¿Has estado tomando Weeler? -tome su muñeca con fuerza y la apreté.

-Ahora te molesta que beba, Señor perfecto.

-Vamos. -volvi a ponerme de pie pero la chica hizo fuerza sentandome, y tropezando con su misma mano. -Me haras perder la paciencia Weeler.

Borracha perdida.

-Me has hecho mucho daño Señor Jeon. Mucho mucho mucho. -movía su cabeza mientras su mirada se encontraba perdida.

-No me gustan los juegos Weeler. No hagas que mi paciencia estalle una vez más. -dio un paso hacia atras para luego acercarse a mi.

Dobló el cuello de mi camisa y se paró en frente de la silla en la que me encontraba. Me dirigió una mirada inspeccionista de arriba a abajo y abrió sus piernas para sentarse sobre mis muslos. Quedando su boca a centímetros de la mía.

-Yo se lo que todos quieren. -susurró en mi oído. -Pero eso no lo vendere a nadie. Ni siquiera a ti Sten.

-No sabes lo que dices Weeler.

Me paré enfadado. Todos veían tal espectáculo y la cargué para sacarla del lugar.

-No necesito ayuda. -pataleó mientras hacía un pequeño berrinche.

La ignore, hablar con borrachos es perder la cordura y ponerse a su nivel. Weeler no sabía lo que hacía ni decía.

¿Por que había llegado al extremo de hacer semejante barbaridad?

-Solo quiero una probadita de ti. -me miró con lástima, hizo un pequeño puchero y acercó sus labios a los míos.

-Detente Weeler. -detuve la acción poniendo mi dedo índice en medio de sus labios.

-Te amo Jeon Jungkook. -lleve mi mano en medio de mi cabeza y di un leve golpe. Weeler estaba demasiado alcoholizada.

-Para amar hay que demostar. -Dije para tratar de callarla. Y asi lo hizo. No dijo una sola palabra hasta que llegamos a su habitación. La recosté en su cobija y apagué la luz.

El claro ejemplo de mi frase era yo mismo. Amaba a Arnie Weeler y demostraba todo lo contrario.

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