A pesar de que había mil sonidos distintos en el ambiente, Yoonji podía sentir el silencio profundo de Jimin, de vez en cuando el joven miraba detrás de su espalda, cuidando siempre de su caminar. Min de inmediato supo que permanecía alerta ante una situación similar a la que había acontecido. El sentimiento de preocupación contagió a Min de inmediato, tanto que ni si quiera quiso zafarse del agarre ajeno, solo se mantenía en silencio sin ánimo de preguntar algo relevante al altercado o incluso mencionar algo distinto que sacara de aquella burbuja con luces rojas a Jimin, solo permaneció a su lado en silencio, hasta que el joven decidiera romper esa barrera silenciosa.

—Hemos llegado a la segunda mejor atracción — deteniéndose en la fila soltó la mano ajena, la miró soltando a su vez un suspiro relajado fue entonces que la chica echó un vistazo a la enorme maquinaria, por su parte Jimin palmeó su cuerpo, buscando su preciada cajetilla de cigarrillos —, ¿quieres uno?

—No gracias — Yoonji negó también con su mano derecha y enfocó su mirada en las personas que conformaban la fila, aquella solo albergaba parejas de jóvenes y una que otra familia —, después del azúcar no se me antoja nada.

—Bueno ya sabes lo que dicen, busque un Lucky en lugar de un dulce — Jimin formó una cueva con sus manos para encender el cigarrillo que sus labios ya sostenían, miró a Min y sonrió al darse cuenta que miraba a todo ese número de personas, si bien no había podido ejecutar la fase uno de su plan, "llevar a Yoonji a la montaña rusa y esperar que en un acto de angustia y miedo le tomara la mano con fuerza", podía entonces optar por el plan número dos, "llevar a Yoonji a la rueda de la fortuna, el sitio perfecto para jóvenes enamorados que buscan una postal romántica como pretexto para besarse apasionadamente", si, su plan era un efecto domino de cosas estúpidas llenas de cliché, que casualmente siempre le funcionaban a chicos como él.

— ¿Qué tiene de especial la montaña rusa y la rueda de la fortuna? — Yoonji cruzó sus brazos y entonces observó a Jimin con seriedad, intentando comprender por qué la euforia de todos los visitantes.

— ¿Qué de especial tiene la montaña rusa?, ¿preguntas en serio? — de sus labios se coló una bocanada de humo y entonces negó con superioridad, por fin él era el experto en una charla con el ratoncito de biblioteca, eso elevó su ego pues comenzaba a tener confianza en sí mismo de nuevo — . No hay mejor sensación que la de sentir la velocidad, desafiar la gravedad mientras el aire choca en tu rostro y congela tus mejillas, tener la sensación del peligro latente pero, al mismo tiempo saber que estarás bien, que solo es un pequeño viaje esporádico. 

—Entiendo, eso es algo que puedes solo experimentar cuando te subes a la montaña rusa o la rueda de la fortuna, ¿no? — Yoonji relajó su cuerpo y desvió la mirada a lo lejos donde las luces iluminaban el recorrido de aquella montaña rusa, no entendía del todo lo que Jimin le comunicaba, pero si podía entender que esa sensación era solo una inyección de adrenalina ante un acto riesgoso.

—No, cuando estoy en mi auto paseando por la carretera puedo sentir que voy en la montaña rusa, no procuro medir la velocidad cuando no hay más autos a mi alrededor, solo voy en línea recta.

Yoonji miró una vez más a Jimin y no supo que decir, pero podía entender que aquel jovencito obtenía placer al sentir el riesgo, asintió de forma comprensible entendiendo un poco más el deseo colectivo de aquellos que se encontraban esperando en la fila de dicha atracción, entonces, miró el número de personas que se habían unido detrás de ambos para esperar turno y subir a la rueda de la fortuna.

—Entonces, ¿qué hay de especial aquí?

—No puedo creer que teniendo tanta inteligencia no puedas adelantarte a predecir el por qué esperamos el turno — Jimin dejó un leve golpecito en la cola de su cigarrillo despidiendo la ceniza acumulada, no podía creer tanta inocencia y privación de experiencias como esta en una joven de su edad, aquella estaba perdida —. La rueda de la fortuna es algo parecido solo que disminuye en gran medida la velocidad y te suspende en lo alto permitiendo sentir que estas volando y te deja observar la belleza de la ciudad desde lo alto, nada puede alcanzarte, ni si quiera tus recuerdos aquellos dejan pasó a nuevas memorias llenas de emociones singulares, quizás miedo a la altura o inquietud de la perspectiva de las cosas de la belleza que tiene esa postal ante tus ojos. La imagen que se ve desde las alturas es espectacular, normalmente solo vez la ciudad de día, a tu altura es algo muy plano, pero, ¿qué sucede cuando vez las luces que iluminan por la noche todo aquel ambiente que te rodeo en el día? 

—Oh... — Jimin negó de nuevo, metió sus manos en los bolsillos y solo sostuvo su cigarrillo con los labios, miró cómo la fila avanzaba anunciándoles que pronto subirían también a la atracción, así que decidió dejar de explicarle, pues eso era algo que tenía que experimentar por cuenta propia.

—Solo espera nuestro turno y entonces entenderás de lo que hablo.

Min procesó toda la información, no preguntó más, solo se dedicó a avanzar conforme le era permitido, hasta que por fin era su turno. Al verla confundida, Jimin se permitió posar su mano izquierda en la espalda de la joven dejándola pasar primero, siendo caballeroso. Una vez fue su turno de subir al pequeño columpio arrojó al suelo la colilla de su Lucky ya desgastado, sonrió y se acomodó el mechón que adornaba su frente, "el plan b" acababa de iniciar, acomodó su brazo cerca de los hombros de Yoonji, sabía que la jovencita mantenía aún el miedo por la altura y la enorme maquinaria, así que aquel sentimiento jugaría a su favor.

—Aún no entiendo que es lo fascinante, es posible que nos caigamos desde una altura considerable, no hay mucha seguridad en que solo nos sujete un tuvo tan delgado de metal.

—Si tienes miedo puedes abrazarme — Jimin pronunció con la voz serena intentando encontrarse con la mirada de la jovencita que no dejaba de observar todo aquel ambiente.

— ¿Qué? — entonces la rueda comenzó a moverse, tomando altura de forma lenta nada brusca, sin embargo, para Yoonji era un movimiento riesgoso, no le preocupó la insinuación de Jimin, tampoco le importó sentir el brazo ajeno rodear sus hombros, de hecho agradeció tener una protección extra y no que solo fuera aquel tuvo desgastado.

—Nada, solo respira y relájate, ya casi llegamos al mejor punto, donde podremos ver la ciudad iluminada.

Tal como lo había prometido Jimin, la imagen ante sus ojos era sorprendente, la ciudad era iluminada a lo lejos, como si fueran cientos de estrellas que podía tocar, estrellas que habían caído desde lo alto, Yoonji no podía creer la belleza en la simpleza de un punto de percepción, ¿cuántas veces había ido a casa por la noche después de una cansada jornada académica? Y nunca había sido capaz de ver aquella bella postal, no era consistente de aquel espectáculo lleno de luces, era un mundo distinto, aquel no podía ser el mismo lugar que diariamente la albergaba en su camino.

Jimin posó su mano en el hombro ajeno, él se había perdido también en aquel mundo de estrellas terrestres, aquel que se reflejaba en los pequeños ojos de miel de la joven, el universo en sus ojos. Sutilmente sonrió al darse cuenta que él había sido el culpable de aquel regalo visual, se sentía orgulloso, no egocéntrico como otras veces, mejor dicho, se sentía feliz por mostrarle a Yoonji una imagen más allá de libros y letras.

— ¿Entonces ves ahora lo especial de la rueda de la fortuna? Estar suspendido en el aire, observando ese espectáculo nocturno, cambia tu perspectiva del mundo, ¿no es así? — Yoonji dedicó ahora su mirar en el rostro ajeno, aquella sonrisa le removió el estómago quizás, o quizás era la altura, pero fue consiente de una nueva experiencia, el joven a su lado no era tan malo después de todo, hasta el momento.

—Lo veo, creo que puede haber algo de especial en las cosas que creemos malas — la frase se prestaba como una declaración contundente hacía lo que pensaba de Jimin, un parecido al famoso dicho "no juzgues un libro por su portada".

Jimin no dejó pasar la oportunidad así que acercó su rostro lentamente, intentando ejecutar su plan pero como respuesta, Yoonji había girado de nuevo su rostro para perderse en aquella imagen, Jimin entendió que esa noche no podría llevar a cabo su plan, se relajó en el asiento y se dedicó a observar por últimos instantes las luces de la ciudad.

Al bajar de la rueda de la fortuna, Jimin caminó a la par de la jovencita no quiso obtener mayor acercamiento, solo quiso disfrutar de ese momento, así que por primera vez respetó el espacio ajeno ni si quiera habló, tampoco se sentía incómodo, solo disfrutó de los ruidos y olores del lugar.

—Entonces, ¿el lunes iniciamos con tus clases? — esta vez fue Yoonji la que rompió el silencio entre ambos, se acomodó detrás de la oreja un mechón juguetón que le cubrió el rostro en su búsqueda por mirar de frente el rostro ajeno.

— ¿Qué hay de los fines de semana? — Jimin preguntó de inmediato, ni si quiera se percató de lo sagrado que era para él el fin de semana, solo dejó que la frase saliera de sus labios justo como lo hacía el humo de los cigarrillos que fumaba a todas horas — Podemos encontrarnos en algún sitio, en la biblioteca o mejor aún, en la heladería que está en frente de la biblioteca.

—Preferiría que fuera en la biblioteca, así no te distraes con juegos tontos — Yoonji afirmó con una leve mueca que tal parecía, indicaba una sonrisa juguetona.

— ¿Podrías pensarlo un poco más? Al menos en lo que te llevo a casa, entonces me das tu respuesta.

—Tal vez...

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Creación de 命⋆𝒟𝒜𝒢𝒢𝐸𝑅

Dato curioso:
En la época donde abordamos la historia se hizo muy popular el consumo de cigarrillos, especificamente la marca Lucky Strike (una de las más populares en la época), fomentaba el consumo en mujeres con el lema "Busque un lucky en lugar de un dulce", esto porque en aquel entonces el estereotipo de belleza en mujeres constaba de una cintura pequeña y cadera boluptuosa.

*Probablemente cambiemos la portada del fanfic, para que no les tome por sorpresa.

Espero les este gustando la historia, sin duda ya comienza a venir lo mejor...

Att: Jen