7. Masturbación

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Sonrió satisfecho al ver el resultado, anotó mentalmente el agradecerle a SeokJin por milésima vez por enseñarle a cocinar cuando se fue a vivir con Yoongi. Acomodo los platos sobre la mesada de la cocina para esperar que se terminara de cocinar.
Hoy era de uno de esos días donde podía almorzar junto a su novio y aprovecharía para hacerle la mejor comida que recordaba y trataría de mimarlo todo lo que podía.

Unas frías manos se adentraron en su polera, acariciando su cintura, haciéndolo sobresaltar ante el tacto, un beso en su mejilla y la voz grave le hicieron sonreír.

-Huele delicioso, ¿Quién te enseñó a hacerlo? -Los dulces besos bajaron al cuello apetecible del menor.

-SeokJin Hyung- Suspiró, los húmedos labios del mayor recorrían desde su cuello hasta su mandíbula.

-Jiminie- mencionó acomodándose a su lado en la encimera de espalda a esta, el mencionado suspiró al no sentir más los suaves besos- ¿Por qué tenemos que ir a cenar con tus padres? – El menor que se había alejado buscando una botella de suju volteó a verlo.

-Porqué nos invitaron- Yoongi volteó los ojos, no quería ir a esa cena ridícula.

-¿Y por qué el día que tengo libre para estar contigo lo tengo que pasar con tus padres? – Jimin bufó, tomando la botella para dejarla en la mesada.

-No empieces, ya hablamos de esto.

-Solo quiero que cuando vayamos a cenar sea como tu novio, no como tu mejor amigo con el que vives. – Jimin bajó su mirada, entendiendo a lo que Yoongi se refería.- Y me agota que en cada cena mencionen que deberías buscarte a alguien para formar una familia, cuando me tienes a mí.

-Hyung… Lo siento. -Suspiró, abrazándose al cuerpo del mayor- Tengo miedo y eso hace que no me sienta listo.

-Lo entiendo, Amor, pero llevamos dos años juntos y casi un año que estamos conviviendo, ya es hora de ir diciéndolo.-Jimin asintió.

-No creo tener el valor suficiente para decírselos -se aferró más a su cuerpo.

-Bebé, yo también tenía miedo cuando te presente a mis padres, y bien sabes que fue difícil- Acarició su espalda tratando de llevar seguridad al menor.

-Lo se, pero tus padres después de todo fueron comprensibles- Se separó de su pecho para mirarlo a la cara, los ojos oscuros de Yoongi lo miraban impaciente.

-Si, no me hablaron por un año y medio. Pero nos tenemos Jimin, juntos podemos con cualquier cosa- Posicionó un beso sobre sus labios.

-Tiene razón Hyung, les diré hoy-Yoongi negó rápidamente.

-No tiene que ser precisamente hoy, podemos disfrutar la cena, y otro día puedes decirles-Jimin asintió de acuerdo. Acercó sus labios a los de Yoongi, depositando un dulce beso.

Suspiró apoyando sus frentes, sintiendo el agradable calor que le trasmitía en cuerpo de Yoongi, quería quedarse así más tiempo, pero si lo hacía no podría separarse y también tenía una comida que servir.

-Te amo- apenas rozó sus labios, dejando al mayor con ganas de más.

Se separó de su cuerpo, sirviendo la comida en los platos correspondientes. Yoongi lo abrazo desde atrás, jamás se quedaba con las ganas y él besaría al menor como se le antojara.

El menor giró su rostro sonriéndole, besando la pálida mejilla. Sonriendo más grande cuando en vez de besar su mejilla fueron los labios de Yoongi donde terminó. Yoongi movió sus labios lentamente, saboreando los abultados del menor, queriendo más contacto el pelinegro delineó con su lengua los finos labios de su mayor. Entre el beso el de piel nívea bajó sus manos por el abdomen hasta llegar a la entrepierna del menor, acariciando lentamente esperando a que el miembro despertase, Jimin gimió en su boca ante aquél toque, separándose parando toda intención de su Hyung.

Giró en su lugar quedando frente a Yoongi, rodeó su cuello con sus brazos y su pequeña diestra acarició los cabellos negros del mayor acomodando los pequeños mechones rebeldes.

-lo seguiremos luego, comamos- Ocultó la sonrisa que quiso escapar al escuchar un quejido del pelinegro.

-No eres justo Jimin, siempre me dejas con ganas- Refunfuñó. El pequeño de estatura soltó una dulce risa por el berrinche que comenzó Yoongi, robándole pequeños picos.

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Suspiró por decima vez en la cena. Ahí estaba ese maldito tema de conversación, los padres de Jimin nunca pierden la oportunidad de hablar sobre él y su futura Esposa y familia, para más irritación del pelinegro habían invitado a una preciosa joven-Yoongi lo admitía- a cenar para que la conociera, rodeó los ojos cuando esta misma quiso opinar sobre el tema.

-No tienes voto aquí, no conoces a Jimin- Había soltado sin poder evitarlo.

-¡Yoongi!- Regañó Jimin sorprendido por lo descortés que estaba siendo. Bien, no había medido sus palabra y Nayeon era una persona agradable pero tan solo la situación le sacaba canas verdes y no era un buen ambiente para entablar una amistad con ella.

-Lo siento, no quise ser grosero- se disculpó, recibiendo una adorable sonrisa de la muchacha.

-Si Yoongi, de igual modo tú eres el que no tiene voto aquí. Solo eres su amigo y compañero, no impones ni decides en la vida de Jimin- El mencionado mordió su labio mirando sus dedos sobre su regazo al escuchar lo dicho por su madre, esta miró con desaprobación. ¿Quién se creía que era él para tratar de esa forma a la futura novia de su hijo?

-Ustedes tampoco- murmuró a lo bajo siendo únicamente Jimin quien logró oírle.

-¿Sucede algo Yoongi? -Preguntó el padre de Jimin, preocupado por lo irritado que se veía. A él le agradaba Min, más que cualquier persona.

-Nada importante- Murmuró- con su permiso, iré al baño- habló sin delicadeza, levantándose de la silla.

-¿Te encuentres bien, hijo? -Yoongi le mostro una sonrisa asistiendo.

-Que importa. Que vaya, así podremos hablar sin interrupciones. – la Sra. Park le restó importancia. Yoongi mordió su lengua para no contestarle a la víbora. Se notaba a kilómetros lo necesitada que estaba de que su hijo encuentre a alguien, y eso hacía que se comportara como una perra.

Se dirigió al baño dejando la puerta entreabierta, quería golpear algo, odiaba esta situación, siempre se mantenía callado con el tema, mas la presencia de Nayeon no ayudaba y se estaba volviendo loco. Se maldecía por haber aceptado ir sabiendo el resultado, debería decirles que se iba y no estorbar en la cena.

Tal vez los padres de Jimin tenían razón, él necesita a alguien con la que pueda formar una familia y que le pueda dar hijos, él necesita a una chica como Nayeon; dulce, tierna, amable, agradable como él lo era. No alguien como Min Yoongi, una definición totalmente diferente a lo que Jimin necesita.

Mordió su belfo inferior tratando de bajar el enojo que sentía, mojó su rostro soltando un largo y sonoro quejido de frustración en sus manos.

-Yoonie- escuchó la dulce voz de Jimin llena de preocupación. -¿Estas bien? -Preguntó entrando, cerrando la puerta detrás suyo. Algo dentro de Yoongi se sintió cálido al escucharlo- papá te vio mal y me mandó a verte – Y esa calidez desapareció.

-Estoy bien, ya puedes irte- Su rostro se volvió serio y su voz cortante.

-Yoon, se que el tema te desagrada, solo… -trató de acercarse y tomar el rostro del pálido. Yoongi se había acercado a la puerta abriendo esta.

-Solo vete Jimin, me agobias- el más pequeño sintió una presión en su pecho ante aquellas palabras, y lo entendió, quiso ponerse en el lugar de Yoongi y lo que su pareja debía sentir en aquellos momentos.

Pasó a su lado sin salir, cerró fuertemente la puerta. Cuando Yoongi intentó hablar fue interrumpido por los labios contrarios que se movieron sin temor alguno. El pálido tuvo la intención de separarlo pero no podía engañarse a si mismo, los labios de Jimin era su maldita droga.

Acercó su cuerpo lo más que pudo al cuerpo contrario, tomando entre sus manos el delicado rostro profundizando el beso. Jimin llevó las manos del mayor a su cintura y las suyas las enredó en el cuello contrario, enterrando sus pequeños dedos en su cabello oscuro acercándose más a su cuerpo, si es que se podía.

En el medio del beso Yoongi tomó entre el belfo inferior succionando y mordiéndolo. El menor se separó dejando pequeños besos, como siempre hacía, no logró alejarse más para irse que Yoongi lo estampó contra la puerta sacándole un quejido mezclado con un jadeo por el brusco beso que comenzó su pareja. Abrió los ojos encontrándose con los dilatados y oscuros orbes de este, la simple imagen llevó una ola de excitación recorrerle el cuerpo, la lengua de Yoongi se abrió paso a su boca, recorriendo donde quisiera, haciéndole que cerrara los ojos, disfrutando el momento.

Yoongi sin perder el tiempo desabrochó rápidamente el cinturón y el pantalón, adentrando su mano para tomar el miembro del menor, quien Chilló más alto de lo que pensaba, disfrutando la sensación siguió besando al mayor y comenzó a mover sus caderas buscando más contacto.

-Jim, ¿Se encuentran bien? -La voz de su padre lo hizo maldecir. El mayor de todos había escuchado el golpe en la puerta y la voz de Jimin, haciendo que se acercara.

-Contéstale bebé- susurró Yoongi en su oído sin dejar de mover su mano por lo largo de su miembro.

-S-si… -Quiso golpearse mentalmente por como salió su voz- Si papá, todo bien, solo que Yoongi no se siente bien- Apoyó su cabeza en la puerta al sentir como los largos dedos de Yoongi delineaban su glande, enviando escalofríos por todo el cuerpo- En cuanto se sienta un poco mejor vamos.

Se escuchó una afirmación de su parte y luego sus pasos alejándose. Yoongi sonrió escondiendo su rostro en el blanquecino cuello, repartiendo besos a lo largo de este hasta llegar al oído.

-Déjame hacerme cargo de tu problema, no querrás salir con una erección- volvió a bajar a su cuello succionando este, dejando una notable marca.

Jimin gimió cuando Yoongi bajó por completo su pantalón junto su bóxer para tener más libertad de tocarlo. Cuando Yoongi volvió a hacer el movimiento de su mano, mordió su labio evitando la sonrisa y el gemido que salió entre sus labios, llevó su mano al pantalón contrario, se notaba el gran bulto que se le había formado a Yoongi y Jimin no quería dejarlo así. No cuando Yoongi se estaba dedicando a hacerlo sentir bien a él, y no creía que hubiera tiempo para ir más allá de aquello.

Con rapidez desabrochó el pantalón de su novio, no teniendo vergüenza al colar sus manos dentro del bóxer de este, masajeando sin  pudor su miembro, justo como Yoongi estaba haciendo con el suyo.

Tiró su cabeza hacía atrás clavando sus ojos en el blanco techo, disfrutando de la deliciosa sensación que le estaba trasmitiendo Yoongi con sus grandes manos, alzando sus caderas para buscar más contacto. Él aceleró su mano escuchando el ronco gemido que Yoongi ocultó en su cuello, donde comenzó besos, mordidas, láminas y succiones dejándole varias marcas sin obtener protestas del menor.
El movimiento rápido que había empezado a ejercer en el miembro del mayor se volvió lento hasta que terminó parando, concentrándose en las sensaciones de su cuerpo.

Sintiéndose egoísta apartó la mano pálida, tomó la pequeña cadera de su novio atrayéndolo a su cuerpo pegando sus pelvis, mordió su labio tratando de ocultar el sonoro gemido que se le escapó al sentir el miembro de Yoongi junto al suyo.

Tomó el miembro de ambos,  o eso trató, su mano era muy pequeña para tomar ambos. Yoongi no evitó reírse, mas quedó ahogada cuando pasó el pulgar por su glande apretando la punta.  El mayor tomando el control de nuevo tomó entre sus manos los miembros, empezando un movimiento lento y tortuoso.

De la boca de ambos chicos no dejaban de salir jadeos y suspiros, el mayor no bajaba la velocidad de sus movimientos haciendo que las piernas de Jimin temblaban. Tomó el suave rostro de Yoongi atrayendo sus labios, ocultando los gemidos altos que amenazaban con salir. Estaba sintiendo su orgasmo llegar, sus caderas se movían contra Yoongi y sus deditos se aferraban a los hombros de su novio.

-Vamos amor, no te contengas- Yoongi mordió el hombro de Jimin, conteniendo las ganas de empotrar a su lindo novio contra aquella puerta.

Oh, Jimin no se salvaría cuando llegaran a casa,  su mente ya tenía planeado lo que le haría y sin lugar a duda Jimin no sabía lo que le esperaba.

Yoongi sintió el orgasmo de Jimin y aceleró con más ímpetu su mano, subiendo y bajando buscando también su propia liberación. Jimin sin poder aguantarlo gimió terminando en la mano de Yoongi, mientras este seguía con los movimientos. Su respiración era agitada y su cuerpo todavía tenía espasmos por su reciente orgasmo y el tener a Yoongi aún masturbándole no lo ayudaba.

Mientras trataba de que su respiración se regulara apartó de nuevo la mano de Yoongi, siendo él el que tomara solo el pene de su novio terminando de masturbarlo, fascinado con las expresiones que obtenía del rostro de Yoongi.

Unos segundos más tocando todo su miembro, Yoongi acabó en la mano del menor, con su respiración irregular pegó su frente junto a la de Jimin, mirándose con una sonrisa traviesa. Sin esperar mucho Yoongi se separó del cuerpo de su novio yéndose a lavar las manos, siendo seguido por el menor.

El pelinegro se acercó a Jimin, besó sus labios saboreando esta. Sus manos acariciaron sus esponjosas mejillas y pego sus frentes.

-Tenemos que salir. En casa no te salvas- Su ronca voz provocó que Jimin mordiera su labio deseoso.

-No te contengas-Sonrió besando una vez más los finos labios.  Se separó saliendo por la puerta, esperando a Yoongi en esta misma.

Yoongi pasó por su lado teniendo la intención de adelantarse e  irse a su lugar, más Jimin no quería eso. Tomó rápidamente su mano entrelazándola, el mayor lo miro recibiendo una dulce sonrisa de Jimin. Su pequeño novio comenzó a caminar hasta el comedor donde se encontraban sus padres.

Estaba decidido y tener a Yoongi ahí lo llenaba de confianza. Al contrario de Jimin, Yoongi forcejeaba con él para que lo suelte, más el contrario no tenía intención hacerlo.

Al llegar sus padres voltearon a verlos, enfocándose en sus manos entrelazadas y el desastre que aquellos dos eran.

Jimin suspira para luego sonreír.

-Lamento no cumplir con lo que ustedes desean y no ser el hijo que deseaban.  Yoongi es mi novio, lo es desde ya dos años.


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-Leal

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