Bo.

La chica es rápida, más de lo que pensé, además de que no teme estar en territorio Yakuza, se sabe perfectamente a quien corresponden las motos de estos sujetos.

No son nada agradables, pero hacen ganar dinero y por eso los tienen aquí.

—¿Vas a correr? La entrada cuesta un millón de yenes.

Saque la cartera y pague la cuota, los Satoshi me dieron suficiente dinero como para poder escapar del país, se que me están poniendo a prueba, pero lastimosamente estoy prendada de su puto sicario así que no me apetece correr, prefiero matar a mi hermano en el proceso de sanación de la triada.

Me fui a la línea de partida, mirando a mi objetivo estar aun lado mío, éramos las únicas dos mujeres.

—Es raro ver otra chica por aquí —se acomodo los guantes.

—Estaba aburrida —saque una goma de mascar y la metí a mi boca —de todos modos no es como si me fueras a ver mucho, a menos que te llame la atención mi trasero.

Acelere la moto y ella río haciendo lo mismo, casi me da pena ganarle.

La carrera comenzó y tal como me dijo Taeyon la chica es demasiado buena, me dejó atrás muy rápido al principio me costó alcanzarla, pero aunque es buena, es más precavida que yo.

Por lo que pasar en medio de autos y subirme a las aceras nunca fue un problema para mí.

En carreras clandestinas todo se vale.

Los otros corredores no eran contrincantes para ambas, llegamos casi al mismo tiempo a la línea de meta.

Ella se bajo de la moto directo hacia mi, pensé que me golpearía por como camino, me dijeron que no la matara pero debo de defenderme.

—Incredibile! Sei incredibile, lascia che ti offra una birra.

—Mi italiano no es muy bueno, pero entiendo cuando hablan de cerveza en casi todos los idiomas.

—Perdona, Soy Isabella, pero pueden llamarme Bella.

—Soy Bo, un placer.

—¿Bo? Me encanta tu nombre.

Ahora me sentí mal por secuestrarla estando ebria, espero poder seguir siendo su amiga más delante.