Jungkook.

—Debiste negarte —estaba parado frente a la motocicleta mientras ella se ajustaba los guantes —tienes un maldito afiche en tu espalda y no entiendes Bo.

—No me puedo negar a los jefes, además no te vi decir nada mientras lo pedían.

—¡Es una puta locura! Se los dije en su momento, todo por una maldita mujer.

—Las cosas son así —se coloco el casco.

—Tu no eres parte de la familia. No tiene que hacer esto.

Se quedo quieta un segundo, miro su reloj y sin mirarme a los ojos arranco la moto pasándome de lado.

Soy un imbécil.

Fui a la oficina de Taehyung, estaba hablando por teléfono mientras Taeyon jugaba con una moneda entre sus dedos, desde que su padre murió se la han pasado tranquilizando las alianzas, la de corea fue la mas sencilla ya que su hermana esta casada con una persona de la mafia coreana, en dos semanas viene la Bratva, su nivel de organización es impresionante, se escucharon rumores de que se pelearían por el poder, pero al verlo compartir el liderazgo sus enemigos temblaron aun mas.

El apellido Satoshi es temido por solo mencionarlo, ahora con los gemelos Tae Japón tiene un nuevo régimen que seguir, pero para eso, los gemelos locos quieren atrapar a una chica que le han estado siguiendo la pista desde casi medio años atrás, el par de locos la ha interceptado en las carreras clandestinas, pero puedo asegurar que ninguno le ha dicho quien es, ni que son gemelos.

Ahora mandaron a Bo a vigilarla mas de cerca haciéndola competir en una de esas carreras, ella acepto sin pensarlo y yo acabo de darle a entender que no es nada para la familia.

—Voy a ir.

—No, todo el mundo sabe quien eres, nada mas la vas hacer que corra, es mejor que te quedes aquí, ella es importante, puede que nos acerque a Italia mas de lo que pensamos.