💍08

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Todos llegaron al bonito restaurante donde hablarían un poco sobre lo que pasó en la sala del Juez. Las mesas estaban casi vacías así que optaron por las del segundo piso, donde la vista era totalmente hermosa pues era un hermoso balcón con una iluminación hermosa. Tomaron asiento los cuatro para poder comer algo antes de las decisiones que iban a tomar.

—Este es un sitio muy bonito, definitivamente amo este lugar. —dice Jin.

—Es muy bonito y elegante. —afirma Jimin.

Jungkook se iba a asentar, pero Namjoon no le deja.

—Porque no ordenan por nosotros, yo tengo que hablar con mi hermano unos minutos. —Comenta.

—Claro, ¿les pedimos lo que sea o prefieren elegir ustedes?

—Elijan lo que quieran, ahora volvemos —Le hizo señales a Jungkook para que lo siguiera.

Van aún sitio más privado, era la parte vacía del balcón, era perfecto para hablar con su hermano menor.

—¿De qué quieres hablar? —pregunta Jungkook

—Sabes hermanito con toda esta situación que estás pasando, porque no aprovechas todo esto para poder proponerle a Jimin que se haga pasar por tu esposo cuando lleguemos a casa.

Jungkook lo miró confundido.

—Nam, somos esposos recuerdas. Además no entiendo a qué te refieres.

—Mamá y papá, ¿te suena?. El lunes tenemos que llegar con novios entiendes, ya sabes a lo que me refiero ¿no?

—¿No? Explícame mejor. —dice con el ceño fruncido sin entender del todo.

Namjoon suspira.

—Que le sugieras a Jimin que finja con nuestros padres que es tu esposo, solo frente a ellos mientras que tú sales con él y lo conoces. Papá y mamá quieren que les presentemos a alguien, así evitaremos esa mierda de matrimonios arreglados. Ustedes van a vivir juntos, ¡qué esperas! podrán dejarnos en paz con el maldito tema.

Jungkook entendió todo.

—Se a qué te refieres ¿quieres que Jimin finja con nuestros padres para que nos dejen en paz con el tema de casarnos? — repitió.

—Exactamente. Mira a Jimin le gustas y tú a él, no le veo nada de malo, conmigo tampoco se meterán porque en serio hermanito, enserio me gusta SeokJin. —le afirma el moreno.— Es maravilloso, risueño, le gustan muchos los videojuegos en especial Mario Bros, es muy lindo e inteligente. Me tiene loco.

Jungkook lo piensa un poco y voltea a observar al peli-rosa que se está riendo con su amigo. Jimin tiene una hermosa sonrisa que cautiva a cualquiera. Namjoon tenía razón, debería sugerirle eso a Jimin para que de este modo sus padres lo dejasen de chantajear con el tema de casarse con alguien que no ama, le fastidiaba demasiado esa mujer prepotente, hueca, plástica. Nunca le faltó respeto a otra mujer, pero ella en serio le fastidiaba.

—Creo que tienes razón, yo hablaré con Jimin para explicarle la situación.

—Eso es todo hermanito —le felicito— Ahora vamos a comer tengo hambre.

Ambos hermanos se van a la mesa con sus dos chicos bonitos.

—¿Qué pidieron de comer? —pregunta Nam.

—Pues pedí pollo a la crema con ensalada de frutas y jugo de cereza, espero te guste. —dice Jin.

—Se mira delicioso, gracias. —beso la mejilla del castaño haciendo que este se sonrojara.

Jimin miró la bonita escena y miró a Jungkook.

—Yo te ordené una hamburguesa con doble queso y una cola cola con mucho hielo, espero que te guste Jungkook. —habló con timidez.

—¿Eres adivino o algo así? —preguntó.

—¿Por qué lo dices? —lo miró confundido.

—Pues amo las hamburguesas con doble queso y no miento, gracias Jimin.

La cara del peli-rosa parecía tomate en ese instante, ¿Jungkook siempre era así de lindo? Le empezaba gustar.

—Hay que comer esto y disfrutar un poquito el día y volver al hotel —dice Jungkook.— Jimin, me gustaría hablar contigo a solas cuando lleguemos quiero comentarte algo.

—Claro, Jungkook.

El mayor asintió y disfrutaron de su comida entre risa y platica, contando todo lo que pasó anoche de cómo Jimin bebió todo el barril y lo coronaron el Rey de barril de indio americano, de cómo Jin se cayó en sima de una mujer y casi se agarran a golpes, pero Namjoon interfirió, también como Jungkook defendió a Jimin de aquel idiota.

Todo estaba bien con ellos, se estaban pasando todo esto bien, con calma, a pesar de la pareja casada. Jimin amo tomar esta decisión de irse con su amigo aquí a las vegas, era como un sueño. Nunca fue un chico rebelde en su adolescencia, y ahora que era un adulto amaba todo lo que pasó, sin planear, sin organizar todo por su cabecita; solo necesitaba esto disfrutar y ahora lo haría. Tal vez para muchos esto era rápido por gustar de alguien en pocos días, no obstante, siempre estuvo con un hombre en su vida y no resultó bien, ahora tiene aún guapo y dotado pelinegro que le dijo que le gustaba, era una locura pero una locura buena.

Terminaron de comer, pagaron la cuenta y fueron a ver por última vez la bonita ciudad de las Vegas.

Caminaron por todos lados mirando los lugares más hermosos del lugar, Jin estaba con Namjoon riendo y jugando por su lado, mientras que Jimin estaba con Jungkook también por su lado, disfrutando el día tan hermoso.

El pelinegro miró una tienda de cómics, miró la figura de Mandalorian y Baby-Yoda de Star-Wars en la vitrina. Rápidamente se acordó de su hijo, había olvidado lo que le prometió llevar sus juguetes, por todo ese asunto de estar casado. Obvio llamó a su hijo cuando llegó a las vegas, le dijo que estaba bien y que lo extrañaba, pero olvidó que su hijo le pidió sus figuras.

—Jungkook ¿Estás bien? —Le pregunto Jimin.

—Si es solo que había olvidado que mi hijo me pidió aquellos muñecos que están ahí. —Señaló la vitrina.

Jimin miró adonde señaló y eran los personajes de Star-Wars.

—¿Hablas de Mandalorian y Baby-Yoda? —miró al pelinegro.

—¿Sabes quien son? —Cuestionó curioso.

—Claro que sí Jungkook. Son de Star Wars, amo esas películas, las he visto todas, incluso tengo una figura del mismísimo Anakin Skywalker, Darth Vader, autografiada por el creador de las películas. —presumió Jimin.

Jungkook abrió y cerró la boca rápidamente.

—Vaya, no sabía que eras fan de esas cosas —se burla del pelinegro.

Jimin lo mira indignado.

—Claro que me gustan estas cosas, soy superfan. También amo las películas de Marvel en especial el hombre araña, pero si escogiera a alguien en específico sería mi Reyna Harley Queen, la adoro. Aunque ella es de DC y no de Marvel, pero me entiendes.

—Woo… eres todo una caja de sorpresas Jimin, pero yo prefiero a Iron man —dice— Creo que te llevarás bien con mi hijo, a él le encanta mucho Star-Wars, se entenderán muy bien.

Jimin quería conocer al hijo de Jungkook, amaba a los niños con toda su alma y si tenían los mismos gustos esto era buen comienzo.

—Me encantaría conocer a tu hijo Jungkook, amo a los niños mucho, por eso trabajo con ellos en mi academia de danza.

—Es muy hermoso, Jimin. Tienes esa mirada de amar a los niños, se te ve en el rostro.

El peli-rosa se sonrojó.

—No puedo evitarlo.

Jungkook sonrió.

—Entremos por el muñeco. Porque si no mi hijo me mata.

Jungkook jaló a Jimin para entrar a la tienda y comprar el muñeco, pero Jimin quería preguntarle el nombre de su hijo; después de todo van a vivir juntos, no le dio tiempo pues fue arrastrado por el pelinegro a comprar el juguete.

Al terminar de comprar salieron y se fueron en busca de Namjoon, pero se les perdieron, buscaron y buscaron y no daban señales. Jungkook se apartó de Jimin un poco para así llamar a su hermano mientras que Jimin se fue a donde estaba cerca de una gran fuente. Muchos niños lanzaban monedas y pedían deseos, otros se tomaban fotos con sus parejas, era hermoso de ver.

Mientras el peli-rosa miraba todo con atención, totalmente distraído, una hermosa rosa roja hizo presencia cerca en su rostro, Jimin la tomó hasta que miró a un guapo rubio de ojos verdes frente a él, no sabía quién era, pero fue muy amable de su parte darle la rosa.

—Una bonita flor para una hermosa persona, disfruta la vida, ámala y sé feliz siempre hermoso. —el rubio tomó la manita de Jimin besándola, haciendo una reverencia ante él.

Jimin sonrió apenado por tan bonito gesto del rubio ojos verdes.

Después el hombre se alejó y fue a darle otra rosa a alguien más que estaba solo, cuando Jimin voltea observa a Jungkook con el ceño fruncido con su lengua empujada en su mejilla, mirando molesto aquel hombre.

—¿Jungkook los encontraste? —preguntó Jimin inocente ante su mirada.

Jungkook lo mira aún con ese mal gesto en su cara.

—¿Por qué te dio una rosa aquel hombre? —pregunta molesto.

Una risita salió de la boquita de Jimin mirando la escena de celos que le estaba dando Jungkook.

—Fue una regalo Jeon, además las está regalando a varias personas —dijo reprimiendo una risita.

—Ya, pero te tenía que besar la mano ¿no?

—¿Jungkook estás celoso?— Jimin arqueo una ceja cruzándose de brazos.

—¿Yo? —señaló su pecho— Claro que no, es solo que no me gusto que te besara es todo.

Jimin rodó los ojos por el comportamiento de Jungkook.

—Claro, no estás “celoso” lo que digas Jeon, ¿Dónde está Jin y Namjoon?

—En el hotel, se fueron a hacer las maletas. Jimin,  tengo que hablar contigo de algo importante, porque no vamos al parque que está aquí cerca, es muy bonito y tranquilo para hablar.

Jimin asintió y dieron marcha rumbo al parque, en realidad sí era muy grande y hermoso, ambos están en paz. No sabía que quería hablar Jungkook, y eso le preocupaba algo.

Se sentaron en una de las bancas cerca de un gran árbol.

—¿Sobre qué quieres hablar? —pregunto dudoso.

Jeon suspiro armándose de valentía.

—Con todo lo que pasó, quiero pedirte un gran favor.

—Claro ¿Qué pasa?

—Pues… —suspira— La cosa esta sí. Mis padres me quieren obligar a casarme con una mujer que no quiero, ya te lo había dicho hace unos días, y quiero que cuando lleguemos a corea, finjas ante mis padres que eres realmente mi esposo. Sé que tal vez no entiendas, pero no quiero que ellos me sigan chantajeando con quitarme todo solo por no aceptar que me gustan los hombres —tomó sus pequeñas manos entre las suyas.— Yo quiero conocerte mejor, poco a poco, y lo que he logrado saber de ti me gusta mucho Jimin. —Le regaló una hermosa sonrisa que dejaron ver sus dientes de conejo.

Claro que comprendió la situación, ellos habían hablado sobre el tema cuando pasó toda la confusión de los cuartos. Si lo ayudaría porque no es justo que sus padres le obliguen a estas cosas y más por su hijo.

—Claro que entiendo Jungkook,  no te preocupes, fingiremos cuando tus padres quieran conocerme, aunque eso me causa escalofríos —ambos rieron.

—Gracias Jimin, en serio me alegro de que toda esta confusión de las habitaciones haya pasado.

—¿Por qué?

—Porque te conocí.

Ambos se quedaron unos minutos mirándose con caras de bobos, acercaron sus rostros para así darse un dulce beso. Para sí dejar esta bonita ciudad de las Vegas.

Que bonito es el amor.
No se olviden de comentar y dejar su estrellita.

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