💍07

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El sonido de los autos hacían ruido haya fuera junto con el de las personas caminando y murmurando cosas. Otros comiendo mientras platicaban de su día a día. Mientras que en un hotel muy lujoso había dormidos una nueva pareja de recién casados.

La noche de ayer estos dos hicieron una gran locura de la cual tendría que ver sus consecuencias. Aunque tal vez el destino lo quiso de esa manera.

Jimin se removió en la cama con un gran dolor de cabeza. La luz entraba por la ventana cayendo directo a sus azules ojos, giraba su cuerpo del otro lado para acomodarse de nuevo en un suave pecho a su lado. Entrelaza sus piernas contra su cuerpo para más comodidad, hasta que cae en cuenta.

Abrió los ojos de golpe, miró hacia alrededor notando un pecho desnudo junto a él. Alza la mirada lentamente hasta que ve el rostro del Jungkook dormitar sobre la almohada. Se vuelve a acomodar otra vez hasta que... ¿Jungkook está dormido en mi cama? ¿Ambos estábamos desnudos? ¡Ambos estamos desnudos!

—Ay Dios mío qué hice —susurró mirando al pelinegro.

¿Hay Jimin que cojones has hecho? ¡hay por dios!, ¡hay por dios! Esto no está pasado ¿verdad?

Levanta un poco la sábana para ver si, efectivamente, estaba completamente desnudado. ¡Aag! Maldita sea.

El pelinegro se remueve de la cama abriendo un ojo primero mira la luz recaer por sus ojos, mira el techo blanco y segundos después se sienta en la cama hasta que siente una intensa mirada a su lado. Voltea lentamente y mira al peli-rosa cubriendo su nudes.

—No me digas que… —Jimin asintió.— Jimin yo…

—Jungkook, no tienes que decirme nada, a decir verdad ambos estábamos ebrios.

—Obviamente hay mucho que decir —expresó él.

Jungkook no podría creer lo que pasaba, es obvio que se acuerda de lo que pasó anoche, porque eso de que los borrachos no se acuerdan al día siguiente es una puta mentira, porque él se acordaba de todo, de cómo tocó a Jimin, de cómo gimió su nombre, ¡de todo¡ Lo peor, es que no se arrepentía del todo.

—¿Jungkook? —este lo volteó a ver.

—¿Qué pasa, Jimin?

Jimin le enseñó el anillo de compromiso en su dedo anular en forma de dado.

—Ay dioses.

Jungkook ahora si iba a morir ahí mismo.

—¿Jungkook nos casamos? —preguntó Jimin asustado.

Jungkook miró también su anillo en su dedo, y esa pregunta era más que obvia.

—Tal vez solo compramos anillos o algo si, no te preocupes. —Miró en la mesita de noche una hoja de papel.

La tomó en sus manos mirando qué era un certificado de matrimonio, ¿esto en serio? esto tenía que ser una broma, y una muy buena.

Jimin miró el papel en sus manos, se lo arrebató para su mirar lo que decía. Era exactamente lo que temía. Sí, definitivamente están casados.

El peli-rosa miró al pelinegro afligido por la situación al igual que él, por todos los cielos, el maldito alcohol si hacía que las personas hicieran locuras. No solo con lo que hicieron anoche pues es claro que hubo sexo.

Jungkook miró a Jimin y a decir verdad, le encantó tenerlo. Jimin es alguien hermoso, pensaba en invitarlo a salir después de todo, pero ahora eran esposos, tenían que resolver esto.

—Vamos a cambiarnos y hablaremos de esto. —le dice Jungkook.

Jimin asiente.

—De acuerdo, me iré a dar un baño primero.

Se levanta y tapa su nudes con la sábana, recoge su ropa que estaba tirada en el cuarto, con mucha vergüenza pasa al baño para sí dejar escapar un gran suspiro de alivio. Se recargó en la puerta reflexionando en todo lo que pasó en la noche con el pelinegro, aunque no lo quisiera admitir, se sentía feliz por una parte pues Jungkook lo trataba con delicadeza y amabilidad, lo pudo notar cuando lo defendió de aquel hombre y tomó su mano llegando al bar ¿Era posible que le gustase alguien tan rápido?

Le peli-rosa quitó la sábana blanca y la puso a un lado para abrir la llave de la ducha, se metió y dejó que el agua caliente relajara su cuerpo.

Minutos después salió de ahí cambiado con su ropa, el pelinegro pasó al lado de él y entró. Jimin estaba algo incómodo por esto, así que se fue a su habitación. Sin embargo recordó a su mejor amigo quien también se pasó de copas. Supuso que también tuvo algo de acción con el hermano de Jungkook.

Abrió la puerta con cuidado y como supuso, su mejor amigo estaba abrazado al moreno, ninguno se miraba incómodo, parecían una pareja de recién casados; aunque el casado era él.

De este modo, con cuidado de no despertarlos, se fue directo a su maleta para sacar ropa limpia. Cuando lo hizo entró al baño y se cambió. Miró las patillas anticonceptivas que tenía en su maleta, y las tomó pues no uso condón y lo menos que quería era un pequeño dentro de él. Aunque la idea le sacó una sonrisa, pero no podía y menos con alguien a quien apenas conocía.

Disipó esos pensamientos.

Jimin pasó por su lado hasta llegar a la cocina y tomar un poco de café y una sopa para curar la resaca. Cuando terminó le sirvió un poco para que el pelinegro comiera algo, este sale luciendo totalmente guapo con esa camisa blanca con esos pantalones sueltos.

—Jungkook. —le llamó.

—¿Si? —volteó a verlo.

—Preparé un poco de sopa para la resaca así que te serví un poco, también preparé café si gustas. —dijo tímido.

El pelinegro avanzó a la pequeña cocina y se sentó en la mesa junto a Jimin. Era un silencio algo incómodo, pero más bien el peli-rosa temía que él lo rechazara, él nunca se había alocado tanto como ayer, pero gustaba del pelinegro ¿Hora que pasaría con ellos dos? o sea, son esposos ahora.

—Hable con un abogado —dice rompiendo el silencio— Le hable sobre nuestra situación y dice que nos verá a las dos de la tarde para hacer un divorcio rápido. —miró a Jimin bebiendo su café.

—A... aclaro si está bien, creo que es lo mejor ¿No? —dijo sin más mirando la sopa frente a él.

De seguro no le gustaba y por eso lo quería lo más rápido posible fuera de su vida. Eso lo deprimió un poco. Sabía que él no tenía el mismo sentimiento que el suyo. Ahí estaba otra vez el rechazo.

Jungkook miro su rostro decaído, tal vez usó unas palabras equivocadas. Suspiró y tomó el rostro de Jimin entre sus manos, haciendo que este se sonrojara por su acto.

—Jimin, escucha. En serio pase la mejor noche de mi vida junto a ti y fue el mejor sexo que he tenido en años —miró los ojitos brillosos de Jimin— pero lo de casarnos fue tan loco y quiero hacer las cosas bien. Yo quería que cuando regresamos a Corea, invitarte a salir, conocernos mejor, ¿la razón de esto? Es porque me gustas. —Le dice— Avances nos llevamos las más grandes de las sorpresas de la vida, pero pasó, y me gustas. No creas que esto es rápido porque bueno... Después de lo que hicimos es más que claro, solo quiero hacer las cosas bien contigo.

Al peli-rosa las mejillas se le pusieron color carmesí por una simple palabra «me gustas» El corazón de Jimin palpitaba tan fuerte que pensaba que moriría ahí mismo.

—Así que por eso haré un divorcio para poder hacer esto más natural. Bueno, solo si tú quieres. La verdad no sé si te guste yo…

—Si —dice rápidamente— me gustas Jungkook. Créeme el sentimiento es mutuo.

Jungkook sonrió contento con lo que escuchó.

—¿De verdad? —El rubio asintió— ¿Estás de acuerdo en hacer lo del divorcio?

—Ajam… tienes razón, hay que pensar con la cabeza fría. Esto fue la magia que hay en la Vegas, vi muchas películas donde estás cosas pasan, ahora nos pasó a nosotros.

—Si también las he visto. —Sonríe.

—Lo del matrimonio es toda una locura, claro que me gustaría salir contigo, de buena manera —le regaló una bonita sonrisa Jimin.

El pelinegro se acercó poco a poco para poder probar esos dulces labios del peli-rosa, moría por besarle otra vez y saborear su dulzor. Estaban tan cercas que sus alientos se mezclaban, pero se fueron interrumpidos por 4 pares de ojos que salían de la habitación.

Rápidamente se separaron con las mejillas sonrojadas mirando al par que venía con las manos entrelazadas mirándose felices de la vida.

—Buenos días Minnie. —se sentó en la mesa junto al moreno— ¿Qué tal su noche eh? —alzó las cejas seguidamente, curioso de saber.

Jimin se sonrojó y miró al pelinegro, este suspiro y miró a su hermano quien también lo miraba con una ceja arqueada de la curiosidad.

—Bueno pues, nos casamos. —dice mirando la expresión de su hermano y el castaño.

—¡¿Qué?! —expresaron ambos en un unísono.

—Que Jimin y yo nos casamos.

Se paró de la mesa para ir al cuarto por el documento, cuando llegó se volvió a sentar y extendió el papel a su hermano.

Namjoon lo tomó y empezó a leer lo que decía, si era un acta de matrimonio, y ellos firmaron como testigos.

—¡Por dios Kook!, joder hermanito —expresó incrédulo a su hermano.— ya… ya recuerdo, nos fuimos a una capilla a casarlos joder ¿y ahora que?

—Ya hable con un abogado y dijo que nos vería a las dos para poder dar procesó a un divorcio, así que no te preocupes.

—¿Jimin estás bien con eso? —preguntó preocupado Jin.

—Si de hecho lo acabo de hablar con Jungkook, queremos esto además… —lo interrumpe el pelinegro.

—Queremos salir primero y conocernos mejor, ya saben —se alzó de hombros mirando la cara sonrojada de Jimin.

Namjoon y Seokjin se miraron a los ojos con una expresión de felicidad, pues ambos estaban confirmando que se gustan.

—¡Jimin! —chilló Jin de emoción abrazándolo— no puedo creer que des este paso, estoy tan feliz por ti.

—Jin, basta me asfixias —dice ya púrpura de la cara.

—Lo siento, lo siento, pero es que, tú con Jeon, pillín— codeó a su amigo.

Él peli-rosa tenía la cara como un tómate, por las vergonzosas palabras de su amigo, hasta parecía que le había dicho que le urgía una relación.

Por otro lado el pelinegro estaba igual de sonrojado, su hermano lo miraba con cara de «eres todo un galán»

—Bien ya basta, mejor almorzamos y vamos al despacho del abogado ya después iremos a comer algo por ahí.

—Tienes razón es lo más coherente que pueden hacer. —afirma Namjoon.

Namjoon estaba feliz de ver a su hermano dándose otra oportunidad de amar o bueno salir en este caso, luego de la muerte de su difunto esposo no quería salir con nadie, ni siquiera con él, con el tiempo iba algunas fiestas, pero nada más, muchas mujeres y hombres se acercaban a él, pero este les rechazaba.

El moreno estaba al punto de rezarle a su ex cuñado para que Jungkook entrara en razón para que se diese una oportunidad con alguien, y eso que él no era creyente de nada, pero hoy le agradece por esto pues su hermano se notaba feliz con el peli-rosa.

Jin por otra parte esta feliz por su amigo, luego de la cagada le hizo el cara de gato enfrente de todos, Jimin quedó muy triste y ahora estaba aquí con un guapote pelinegro con el cual tuvo una noche loca de sexo.  Ahora está casado. Definitivamente le agradece a la vida por ver a su mejor amigo de esta manera. Él cara de gato quedó en el pasado y le daba la bienvenida al presente.

Todos empiezan a desayunar la sopa que Jimin hizo para la resaca, tanto como el peli-rosa y el pelinegro se dedicaban miradas tímidas, afirmando lo loca que fue su noche, pero tal vez, solo tal vez no era tan malo después de todo.

2 Pm Con el juez.

—Bien, el señor juez nos espera listo para poder dar proceso al divorcio —dijo el abogado Miller.

Todos estaban listos para el trámite de divorcio.

—Claro, por supuesto —Se levantó el pelinegro a ver Jimin quien hablaba con su abogada también.

—¿Jimin? —le llamó.

—¿Si Jungkook?

—Ya está todo listo para dar paso al divorcio, vamos.

Jimin asintió y se paró junto a la mujer, el procedimiento era fácil, ambos concordaron en que sus bienes no se tocarían y que era un divorcio sano sin pelea.

Sin más entraron a la sala de la corte, donde hablarían con el Juez Franky para el procedimiento rápido, pues tenían un vuelo en la noche.

Se sentaron en sus respectivas sillas, cada uno con su abogado a lado. El Juez hizo presencia y todos se levantaron para mostrar respeto ante él. El Juez tomó asiento mirando los papeles para el caso de hoy, miró de reojo a los dos hombres mirando lo nerviosos que estaban.

—Buenas tardes —dice acomodando sus lentes— por lo que miró aquí ustedes solicitan un divorcio sin problemas de bienes.

—Sí señor juez —dijeron los dos al mismo tiempo.

Los abogados explicaron la situación, a lo que el juez asintió comprendiendo, pero tal vez no de todo.

—Así que se embriagaron y se fueron a casar a la capilla de Elvis presley —ambos asintieron.— Esto lo veo venir de los más jóvenes, no se ofendan aún son jóvenes, son guapos ambos, pero a los que me refiero es que ustedes son adultos responsables —los miró confusos.— El señor Jeon Jungkook tiene 29 años y un hijo, está a cargo de una gran empresa en Corea del Sur. —miró ahora al peli-rosa— Park Jimin tiene 28 años, sin hijos, pero con una empresa de danza de alto prestigio.

Todos estaban atentos a lo que el señor Juez decía, realmente los regaño a ambos.

—Son adultos y me extraña este comportamiento de los dos, estoy cansado de estos adolescentes pidiendo divorcios por borracheras y luego pasa esto. Así que no haré lo mismo con ustedes dos, no les concederé el divorcio.

Los abogados protestaron.

—No puede hacer eso, ellos lo pudieron —dijo uno.

—Claro que puedo. La ley en Nevada puede hacer que estos dos estén casados 6 meses para que aprenda su lección, ustedes dos —Los señaló— Van a vivir juntos por los próximos 6 meses y cuando se cumpla el plazo les consideraré el divorcio para ese entonces. —golpeó el mazo en la mesa— Se cerró el caso, ahora me voy a comer porque tengo hambre.

Jungkook miró al juez desaparecer por la puerta dejando aún peli-rosa confundido por lo que acababa de pasar.

—¿Él puede hacer eso? —preguntó Jungkook.

—Si, bueno; casi todo el tiempo hay muchos adolescentes que se casan y al otro día piden el divorcio de esta manera. La ley cambió por ese tipo de situaciones, así que él puede hacer eso. No imaginé que ese sería su veredicto final. Alegrarse un poco, solo  serán 6 meses, usted y su “esposo” tendrán que cumplir la ley o serán arrestados por no obedecer la ley de Nevada.

Jimin se acercó adonde Jungkook preocupado.

—¿Jungkook esto es en serio?

—Si Jimin, al parecer él puede hacer esto, es la ley de Nevada.

—Y no únicamente eso, señor Jeon —interrumpió el abogado.— Según la ley ambos tienen que vivir juntos por el resto de los 6 meses e ir con un consejero matrimonial para confirmar que estén cumpliendo la ley, de no hacer esto irán a prisión incluso en su país natal.

—¡¿Qué?! —Jungkook se pasó las manos sobre la cabeza revolviendo un poco su cabello.

—Esto es una locura —dijo Namjoon.

—Tal vez, pero es la ley, así que tienen que cumplirla tal y como lo ha dicho el juez. Si no se les ofrece nada más nos retiramos.

—Si, gracias por todo.

Los abogados se fueron con su paga.

Jimin y Jungkook se miraban con cara de ¿ahora qué haremos?

—Bueno hay que tomar esto con calma y hablar correctamente de la situación, por qué no vamos a comer y llegando al hotel hablamos sobre esto. — anima Namjoon.

—Namjoon tiene razón, no hay nada mejor que hablar esto con calma, nuestro vuelo sale a las ocho, tenemos tiempo de arreglar todo este asunto —apoyo Jin.

Ambos suspiran dándoles la razón.

—Por supuesto, comemos algo y arreglamos esto en el hotel.

Jungkook miró a Jimin y este le regaló una bonita sonrisa, todos se fueron a buscar un restaurante para comer.

Había algo muy claro aquí, esto era el destino y vaya jugada les dio a estos dos.

—Señor juez, ¿cree que hizo lo correcto con esos dos?— pregunta la mujer.

El jueves asintió.

—Si, ya vez que pasó con la anterior pareja, se casaron y vinieron a lo mismo, ahora están esperando su primer hijo.

La mujer sonrió al recordar a la otra pareja que venía hecha furia por haberse embriagado y casarse cuando estos se odiaban a muerte, para terminar enamorados y con un hijo en espera. Tal vez pase lo mismo con estos dos.


Jejeje pobres

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