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Todo estaba mal, muy mal ¿Era en serio que sus padres hicieron a esos malditos presidentes? Lo peor es que uno de ellos era el maldito que golpeó a Jimin. Para empeorar las cosas, cuando fueron a denunciar a ese maldito, la policía no quiso hacer la gran cosa, ya que los señores Jeon habían interferido y abogaron por el peli-gris. En serio todo lo estaba jodiendo.

Pero no todo era tan malo, estaban haciendo su propia empresa y los señores Jeon solo se podían destruir así mismos; pues muchos de sus empleados renunciaron y por ahí escucharon que fue por culpa de cierto peli-gris.

Jimin estaba en sus clases de danza, después de todo lo que pasó hace 3 días lo dejó con un ánimo muy malo, pero tenía que ser fuerte porque su esposo la estaba pasando un poco mal. Sus pequeños niños estaban haciendo la coreografía muy bien y no se diga de Soobin que era un niño demasiado tierno y hermoso, definitivamente amaba a ese pequeño niño.

Unas horas después las clases terminaron, los alumnos salieron y únicamente quedó Jimin con Soobin.

—Listo Soobin, hay que irnos.

—Sí, listo papi Jimin. —dice Soobin tomando la mano de Jimin.

Lo tomó de su manita y se dirigió a la salida, hoy era el último día de sus clases pues era jueves.

Ambos salen del edificio para su marcha a la casa, ambos subieron al coche que esperaba por ellos. Una media hora después llegaron y se adentraron a la casa del pelinegro. Soobin subió a su habitación para cambiarse por algo más cómodo y Jimin miró al pelinegro teclear algo en su laptop, lo miró en la sala con ropa casual lo que lo hacía ver demasiado sexy a decir verdad.

Una camisa blanca y un pantalón negro suelto con sus sandalias, hasta en su comodidad este hombre se ve sexy.

—Hola, guapo. —Saluda Jimin y besa su mejilla.

—Hola, hermoso. —Jungkook imita su acto.

—¿Cómo te va con eso? —Le pregunta mientras toma asiento a su lado.

—Muy bien, ya tenemos el pequeño edificio donde empezaremos a trabajar al igual que contratamos a expertos para videojuegos y programación y todas esas cosas.

—Parece interesante.

—Si, pero aún nos faltan algunas cosas. Necesitamos algunas ideas para poder promocionar el juego que sacaremos. Los programadores son novatos, quiero que se sientan agusto  con el cargo de trabajo que harán —dice mientras cierra la laptop.

—¿Y qué juego sacarán? —preguntó curioso el peli-rosa.

—Desde que era más joven, siempre quise sacar un Juego de competencias. Dónde todos estén en línea y compitan. Ya tengo el nombre y se llamará little ghosts.

—Suena interesante cariño, ¿Y de qué trata?

—Ya te dije que habrá competencias online, donde todos en las partidas podrán enfrentarse con otras personas para llegar al primer lugar, corriendo para atravesar obstáculos para ser el número uno, solo que con un ambiente algo oscuro.

—¿Casi como un Battle Royale? —el pelinegro asintió— Kookie eso suena bastante genial.

—Lo sé, desde que era un adolescente siempre quise hacer esto, estoy tan entusiasmado sobre el proyecto que siento que tengo 15 años otra vez. —declaró con una gran sonrisa.

Jimin soltó una risita mirando lo tierno que Jungkook era.

—Aún eres Joven Jeon, solo tienes 29 años.

—Sí, soy joven y sexy —Se lanza sobre el peli-rosa devorando su boca.

Jimin rápidamente le aceptó el beso, realmente amaba que Jungkook fuera tan cariñoso con él.

—Jungkook...

—Mmm… —el pelinegro estaba besando su cuello.

—Estamos en la sala y podrían vernos. —le comunica Jimin sin dejar de sentir ese hormigueo en su entrepierna.

Jungkook se separa de él. Tiene razón, están en la sala y podrían verlos.

—Bien, pero en la noche serás mío. —le advierte.

—Claro, de eso no tengas dudas. —Jimin le roba un último beso a su esposo— Voy a hacer una llamada y después bajo para comer.

—Está bien. —le dio un último beso y siguió con sus cosas.

El menor subió a su habitación con una gran sonrisa en su rostro. Entró y primero se cambió de ropa después tomó su teléfono para sí poder marcarles a sus padres.

Estaba indeciso en cómo decirles que se casó y que ahora tiene un esposo con un hijo, a lo mejor su padre lo felicité, pero su madre es más gruñona, conociéndola bien ella era comprensiva cuando le contaba las cosas con calma. Con un gran suspiro marcó el número de su madre esperó a que los tonos dejaran de soñar y entonces, la voz de su madre escuchó.

—Hijo, que bueno que llamas no sabes cuánto te extrañe ¿Dime cómo estás? —le pregunta.

—Estoy bien mamá, gracias por preguntar.

—¿A qué debo tu llamada cariño?

«Jimin traga saliva»

—Mamá, hay algo que debo decirte y no quiero que te enojes conmigo.

—¿Qué es lo que pasa hijo? No me asustes.

—No es nada grave mamá lo que pasa es que… —suspira— Me case —Soltó—, no fue con Yoongi. Yo y él terminamos hace ya muchos meses y encontré a otro hombre que es muy bueno conmigo, todo pasó muy rápido en verdad, es que sus padres del que es ahora mi esposo, lo querían casar con alguien que no ama, así que hicimos la locura de casarnos en las Vegas, y ahora vivo con él y su hijo, porque si mamá, tiene un hijo y es un amor de niño. —termina de explicar todo tan rápido.

El silencio se escuchaba del otro lado de la línea. Jimin tuvo miedo que su madre se desmayara, pero lo que escuchó casi lo deja sordo.

—¡¿QUÉ TENGO UN NIETO Y YERNO NUEVO?!

Dios la fuerza de voz de su madre casi le rompe los tímpanos.

—Mamá no grites así, casi me dejas sordo.

—Estoy en mi derecho de enojarme contigo jovencito por no decirme, pero también estoy feliz que no te casaras con ese tipo. ¿Y cómo se llaman mi yerno y mi nieto? —Le pregunta.

Jimin sonríe como bobo, al menos no se lo tomó tan mal.

—Se llama Jeon Jungkook y Jeon Soobin.

—Tu padre pegará el grito en el cielo cuando se lo diga, pero si estoy molesta Park Jimin, esto no se oculta y ni siquiera supe cuando terminaste con ese pálido hombre.

—Lo siento si, te dije que pasó todo tan rápido. El fin de semana iremos a Busan y quiero presentarlos a ti y papá, te explicaré todo personalmente.

—Está bien hijo, los esperaremos con muchas ansias, siempre quise un nieto aunque no de ese paliducho. Me alegra el corazón que lo dejaras, yo te dije que Yoongi no era tu alma gemela.

Jimin se sonroja un poco. Su madre jamás quiso a Yoongi y tenía sus razones.

—Lo se mamá, bueno me voy, tengo que ir a comer, mi esposo me espera.

—Está bien cariño, los miró el viernes, adiós y cuídate mucho.

—Si mamá lo prometo, adiós, te amo y salúdame a papá.

—Lo haré no te preocupes.

Cuelga…

Se dejó caer en la cama tocando su pecho del alivio por cómo salió todo.

—Por lo menos no me gritó groserías, eso es algo.

Jimin suspira satisfecho, baja a la cocina donde su esposo e hijo ya estaban esperando por él.

—¿Por qué tardaste tanto cariño? —le pregunta Jungkook.

—Hablé con mi madre, le conté sobre nosotros y casi me deja sordo.

—¿Y qué fue lo que te dijo? —su rostro era de preocupación.

—Pues que ya quiere vernos el fin de semana, le comenté que iríamos a verla para que se los presente, ella estaba más que feliz por verlos.

—¿En serio? —Jimin asintió— Me alegra que no le haya desagradado la idea de que yo tenga un hijo.

—Ya te lo dije, mis padres no son personas malas, son unos amores y mueren por conocerte a ti y a Soobin. Conociendo a mi madre de seguro mañana irá a comprarle juguetes a Soobin. —ríe.

A Soobin le brillaron los ojitos con la palabra Juguete.

—¿Juguetes?, ¿abuelita me dará Juguetes?

—Si cariño, tenlo por seguro.

—Ya quiero conocer a mi nueva abuelita.

Ambos empiezan a reír, Jungkook nunca se imaginó que algo así le pasara. Tenía un lindo esposo al que empezaba a querer más y más y un hijo que era todo para él.

Los sentimientos entre ellos fluían con normalidad, sentía que era un buen sueño, pero no lo era. Amaba estar de esta forma, ya no se sentía solo ni nada parecido, aunque ya no trabajase en la empresa de sus padres, no le importaba, él nunca quiso estar a cargo de ella y ahora haría la propia suya, como siempre quiso cuando joven.

Las empleadas sirvieron la comida y todos empezaron a comer, Jimin convencía a Soobin de comer brócoli porque al parecer no le gustaba, era tan gracioso ver a su hijo hacer muecas cuando Jimin lo convenció, pero todo cambió cuando Soobin pidió más.

Entre risas, Jungkook se sintió tan feliz después de todo, y claro que lo era, pero también recordaba a su esposo Taehyung. Él era todo lo contrario a Jimin, él siempre era más serio, también divertido, pero lo que más amaba de él era su gran sonrisa cuadrada. Antes de que Jimin llegará a su lado siempre se acostaba en esa gran cama solo, en realidad la casa en la que ahora están no es con la que compartía con él.

En realidad cuando murió Taehyung se cambiaron de casa, a una más grande para que su familia tuviera más espacio, pero no contaba que su esposo no regresaría nunca más, él murió en el parto dejándolo solamente con Soobin. Y ahora tenía aquí a un lindo peli-rosa riendo porque su hijo estaba obligándolo a comer los granos de maíz, ¿Ahora quién era el niño berrinchudo?

—Vamos papi Jimin tú me obligaste a comer brócoli, ahora te toca comer los granitos de elote. —Soobin sostenía la cuchara con los granitos de elote, acercándose a su boca, pero Jimin la tenía cerrada para no comerlos.

Jungkook soltó una carcajada haciendo que los dos voltearán a verlo.

—Vamos cariño, es justo —le animó— Tú lo hiciste comer el brócoli.

Jimin negó con la cabeza.

—No es que no quiera Jungkook, pero... soy alérgico al elote.

Jungkook abrió los ojos de sorpresa y Soobin igual.

—Lo siento papi, Jimin.

—No cariño no te pongas triste no lo sabías, pero si como eso me voy a sentir mal, pero no te pongas así. —acarició su mejilla.

—Está bien papi ya no lo haré. —le sonrió tiernamente.

—¿No sabía que eras alérgico? —Cuestiona Jungkook.

—Bueno hay que hablar de eso en otro momento.

El mayor no comprendió, pero al ver a las empleadas cercanas lo entendió un poco, sería extraño que siendo su esposo no supiera que Jimin es alérgico a los granos de elote.

—Tienes razón. —Come la última cucharada de comida y bebe su jugo— Lo hablamos en la habitación.

O bueno eso intentará pues le debía algo muy carnal al pelinegro.

Minutos después todos terminan, los tres se dirigen a la habitación de Soobin, para poderlo arropar y desearle dulces sueños.

—Descansa pequeño travieso. —le dice el pelinegro.

—Gracias papi, tú también descansa. —bosteza y sus ojitos se estaban cerrando.

Jimin le dió un beso a su francesita.

—Te quiero Soobin, duerme bien.

—También te quiero papi, Jimin.

Soobin se queda dormido y ambos salen de la habitación. Entran a la suya ambos se ponen ropa cómoda para dormir, pero unos grandes brazos rodean la pequeña cintura del peli-rosa.

—Me debes una gran noche cariño. —Le susurra en el oído Jungkook.

Jimin soltó una risita.

—Pues que esperas Jeon.

Jungkook volteó a Jimin para sí besar sus dulces labios esponjosos, Jimin rodeó su cuello para sí profundizar el beso, ambos llegan a la cama quitando prenda por prenda hasta quedar completamente desnudos. Caricias, jadeos se escuchaban, pero no tanto por si alguien lo escuchara. Sus pieles chocar descaradamente, sus cuerpos sudados por el vaivén de su pelvis, los morados de los cuellos de ambos, sus respiraciones agitadas todo estaba completo en ellos. Ambos cansados de una noche pasional cayeron a cada lado de la cama abrazados llenándose de mimos, disfrutando de su amor.

Un dulce amor con premio.


Yo sé que quieren sus detalles, hijas de satán, pero eso más adelante.

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