Día 33: Doy por finalizado este arco.

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

Namjoon miró a ambos costados de la calle cuando cruzó, iba tapado, todo lo que más que podía. Llevaba pantalones cómodos y una sudadera de color negro así como tapaba su rostro con un cubre bocas y una gorra del mismo color. Se metió en la cafetería y se arrimó contra el mostrador cuando fue su turno.

—Buen día, ¿qué va a pedir?—Preguntó el muchacho con una linda sonrisa en su rostro, Namjoon tragó saliva mientras trataba de comportarse lo menos idiota que podía.

—Hum... qui–quiero un americano frío. Sí, un americano frío—Mierda ni siquiera le gustaba el americano frío, pero era lo único que su cabeza había podido pensar con claridad.

Pagó el café y esperó por su orden, luego, se sentó en una mesa donde tuviera una buena vista de la persona que había ido a ver de lejos y de lo cual nunca sería capaz de admitir que en realidad iba a ese lugar para admirar a Hoseok aún cuando esa bebida no era tanto de su agrado.

Jung Hoseok tuvo una idea de lo que sucedía cuando observó al muchacho que parecía venir todos los días desde que habían inaugurado el lugar y se sentaba en la misma mesa, quitarse el cubrebocas. Él sabía que lo había visto en otro lugar, tal vez un poco más de cerca, esos ojos de dragón eran algo imposibles de olvidar. Lo recordó un tiempo después, tal vez cuando había atendido a cuatro o cinco clientes más. Sus ojos algo abiertos en sorpresa siguieron la forma en la que él tomaba de su vaso descartable y podía confirmar que era el mismo enfermero que había ayudado a Tae a la última visita que había ido. Su mirada fija en él llamó su atención y a pesar de que había hecho todo lo posible para sacar su mirada de su persona, se sonrojó de un caluroso rojo cuando le guiñó el ojo izquierdo. ¿Acercarse a él quedaría muy mal de su parte? Porque realmente quería hacerlo, pero estaba demasiado avergonzado para dar un paso.

Namjoon observó su teléfono celular antes de que el mensaje llegara y él lo entendiera bien claro, pero soltó un suspiro porque tendría que irse del lugar en donde él creía, estaba el amor de su vida. No entendía cómo es que él había llamado tanto tu atención en un solo día que lo había visto tan solo unos minutos, pero su sonrisa, él sabía que quería hacer algo para verla todos los días. Sin embargo, su plan debía de esperar un poco más, dar ese paso significaba que dejaría atrás muchas cosas de las cuales no sabía si estaba seguro que quería dejar.

Sus ojos de dragón se pusieron más allá, en el hombre de cabello castaño claro que parecía hacerse mucho más claro en el sol por las canas que estaban esparcidas por casi toda su cabeza. Terminó su café y esperó unos minutos, el hombre avanzó y él lo hizo poco después guiñandole un ojo a Hoseok antes de salir por la puerta sonriendo burlón a la forma en la que sus mejillas se teñian de un intenso rojo.

Se enfundo en su sudadera y subió el cubrebocas, poniendo las manos dentro de los bolsillos de su pantalón mientras en los bolsillos más bajos sentía lo que necesitaba para realizar el trabajo de esa mañana. El hombre caminó ajeno a él y a todo aquel que estaba a su alrededor porque se sentía el más grande de esa ciudad y de casi el país entero, su mirada altanera se posaba en las mujeres que pasaban por su lado y algunas se le quedaban mirando, viendo a tan imponente y guapo hombre.

— ¡Oye!—Gritó alguien detrás de Namjoon y siseo por lo bajo una maldición antes de darse vuelta sobre sus talones y observar al lindo muchacho que robaba sus pensamientos, y suspiros—. Solo quiero preguntarte algo—Murmuró. Los ojos del más alto tratando de observar al tipo que seguía su camino como si nada—. ¿Eres quién curó a Tae cuando tuvo el accidente?

—Lo soy, ¿sucede algo?

— ¿Él está bien? No he podido ir a verlo porque debo estar en la cafetería hasta que podamos acomodarnos bien.

—Tae está perfecto, no hubo ningún problema con él—Namjoon se acercó dos pasos y notó la gran diferencia de altura que había entre ambos antes de sonreír haciendo que sus hoyuelos resaltaran haciendo suspirar un poco a Hoseok porque se veían sumamente tiernos—. Lamento venir todo el tiempo y ser tan misterioso, pero desde que te vi no he podido dejar de pensar en ti. Eres muy hermoso—Guiñó uno de sus ojos antes de darse la vuelta y seguir con su camino, mirando con desesperación el lugar por donde ese hombre se había ido.

Hoseok se quedó parado en la puerta de su cafetería, en el medio del camino sintiéndose extrañamente bien por el cumplido que el enfermero le había dicho antes de soltar un suspiro y salir de su ensimismamiento gracias a una de sus compañeras, volviendo al local a descansar porque sentía su presión baja y su rostro demasiado caliente.

Namjoon caminó con apuro mientras empujaba varios hombros escuchando las quejas de las personas, sintiéndose casi una persecución a ciegas porque había perdido a la persona que estaba siguiendo y no sabía bien en donde se había metido, pero lo encontró unos minutos después mirando una vidriera de trajes a medida con esa mirada que al enfermero tanto le molestaba. Se acercó a él, sigiloso y con una sonrisa en los labios poniéndose a su lado mientras su mirada estaba puesta en los maniquís vestidos con caras prendas.

—No vas a decir nada, ni vas a intentar huir, tengo un arma en la cintura y realmente no me importa dispararte en medio de todas estas personas.

El hombre, de porte elegante y llamativos ojos claros tragó saliva con fuerza mientras sentía como sus manos comenzaban a temblar dentro de los bolsillos de su saco azul. Él sabía lo que ahora sucedería, la orden en su mafia ya estaba dada hacía algún tiempo; Nadie tenía permitido hacer nada si a él le sucedía algo, lo que fuera, y si su muerte involucraba a Jeon era mejor que lo dejaran así porque la venganza no había sido nada bueno y lo único que había logrado con eso es que más y más personas de su familia y su mafia murieran mientras el muchacho se volvía cada vez más fuerte, más invencible y él realmente no podía competir contra eso. Se dio vuelta a un ritmo despacio, mientras sus ojos se ponían en el enfermero, él ahora sonriendo con la altanería que alguna vez tuvo y también la valentía.

—Todo es más fácil si se coopera, ¿verdad Nicolo?

- ̗̀ ❪❪ ✎#60DíasPreso.‧ੈ;๑↷

El contenido a continuación contiene escenas de tortura explícita, si esto no es de tu agrado te pido por favor que dejes de leer.

Con brusquedad Namjoon empujó el cuerpo inconsciente de Nicolo dentro de la camioneta. Había mantenido en sus anchos bolsillos bajos del pantalón cargo que tenía puesto, una jeringa llena de anestesia que inyectó intramuscularmente esperando el tiempo adecuado antes de que hiciera su efecto. Lo había llevado, sin queja alguna, detrás de un callejón donde tenía la camioneta estacionada y dentro, esperaban cuatro de los hombres en los que más confianza tenía.

—Hombre, si ibas a hacerlo tú solo, ¿para qué nos trajiste?—Namjoon se subió al asiento de copiloto mientras con ojos molestos observaba al idiota que había hablado.

—Para que mires, aprendas y hables idioteces, imbécil—Murmuró con voz ronca mientras observaba al frente cuando el muchacho a su lado arranco el vehículo.

Ninguno dijo nada después, el silencio que se formó fue suficiente para saber que Namjoon tenía todo el control de la situación y que si hablaban era solo para arruinar el momento y lograr que el enfermero se molestara un poco más. El edificio abandonado apareció un tiempo después, a las afueras de Seúl, en un terreno lleno de hierba seca y estructuras destruidas. Los cuatro hombres bajaron y se llevaron con ellos a Nicolo que aunque Namjoon no había inyectada demasiada anestesia, él aún seguía inconsciente.

Nam observó el pequeño paquete de plástico que tenía en sus manos, tragó saliva y lamió sus labios secos, la abstinencia siendo malditamente molesta y agonizante. Colocó solo un poco del polvo blanco en el borde de su mano antes de aspirarlo y echar la cabeza hacia atrás eufórico de entrar en ese estado que tanto había extrañado. Esperó unos segundos antes de salir de la camioneta y entrar al edificio abandonado. Nicolo tenía las manos atadas detrás de su espalda mientras estaba recostado en el suelo, el enfermero aún en ese estado de euforia, soltó un suspiro y pateó con fuerza la boca del italiano.

—Uh—Dijo uno de los hombres. Nam hizo una seña con su mano que entendieron a la perfección, quienes se quedarían en ese lugar sería alguno de ellos cuatro y el enfermero.

Namjoon se sentó en una silla, apoyando el pecho en el respaldo mientras veía como aletargado Nicolo abría los ojos soltando un grito después al sentir el dolor en su mandíbula, escupiendo sangre unos segundos después, retorciéndose en su lugar. El enfermero sonrió con burla mientras más allá observaba uno de los objetos de tortura que a Jeon más le gustaba.

—Hey, Nicolo—Llamó, su mandíbula haciendo un movimiento extraño antes de apretarla con fuerza—. ¿Ves eso de allá? Con eso Jeon picó el corazón de tu padre, él gritaba y se retorcía, tal y como tú estás haciendo en este momento. Lloró, lo hizo tanto y le rogó que lo asesinara porque no aguantaba más el dolor y fue gracioso ver la forma en la que suplicaba. ¿Y sabes por qué fue, no es así? Narae no tenía la culpa de nada de lo que JeongSu hizo. Tenía veintidós años y le arruinaron la vida, literalmente. ¿Su estabilidad mental? Se fue a la mierda luego de los abusos y torturas que recibió por culpa de tu querido papi y los imbéciles que lo seguían e incluso, tal vez, los hijos de puta de sus hijos—Hizo una seña para que el único hombre que quedaba se fuera—. ¿Sabes...? Incluso... ¿te imaginas lo qué fue? ¿Ver a la muchacha que viste crecer desmoronarse de esa forma? Demonios. Han sido todos unos hijos de puta, ¿y se creyeron con la valentía de vengarse de Jeon? ¿En verdad lo creyeron tan fácil? Porque, que Jeon esté en prisión no significa que él está solo. Es el rey de la prisión de Busan y eso bien lo sabían, pero decidieron pasarlo por alto y seguir creyendo que realmente valía la pena tener una maldita venganza en contra de él. Perdiste a muchas personas a causa de eso.

— ¡Ya lo sé! ¿Bien? Ya lo sé, tan solo matame, maldita sea.

—Lo haría, realmente lo haría, pero ¿sabes qué? Lo que te haré, no será nada comparado a lo que has hecho, Nicolo. Te asesinaré, claro que lo haré, pero a lo último.

Se levantó de su lugar y lo rodeó unos segundos, caminando a su alrededor mientras lo inspeccionaba, antes de que con su pesada bota pisara su cabeza con fuerza. Lo pateó varias veces en distintas partes del cuerpo antes de tomar su cabello en un puño y arrastrarlo por el edificio, haciéndolo gritar de dolor mientras reía viviendo ese estado eufórico que la cocaína le proporcionaba antes de soltarlo bruscamente logrando que su cabeza golpeara contra el suelo sucio. Lo sentó en la silla, manteniendolo del cuello para que no se moviera. Silbó y el hombre que había salido entró unos segundos después ayudándolo a atar sus muñecas y sus tobillos contra la silla que estaba especialmente preparada para torturas.

— ¿Qué podemos hacer primero?—Preguntó con ese tono de burla tan característico de él y Jeon que puso los pelos de punta de Nicolo, mirando asustado hacia el frente mientras negaba con su cabeza al ver las distintas herramientas que estaba preparando—. ¿Por qué estás tan asustado? Si es casi lo mismo que tú hacías—Hizo una pausa, maniobrando una pinza en sus manos, negando con la cabeza para luego tomar un bisturí mirando la hoja que tenía puesta sabiendo a la perfección lo que podía hacer.

Lo primero que realizó fue un corte en su ropa para proseguir a realizar uno profundo en la piel de su pecho, escuchando como de su boca salían dolorosos alaridos. Cortó partes de su piel, viendo el músculo y algunas venas, sonriendo por lo que estaba realizando. Luego tomó la pinza y arrancó una muela, abriendo su boca con extrema fuerza mientras arrancaba más molares y dientes, su lengua fue la siguiente. Tomó el músculo con la pinza y la estiró antes de que con el bisturí lo cortara. Nicolo lloraba, lágrimas como cascadas cayendo por sus mejillas mientras los dedos de sus pies se enroscaban.

Tanto Namjoon como Jeon seguían un mismo patrón para torturar. A veces comenzaban por las uñas o arrancando los dientes, cada quien elegía por lo que quería empezar, pero al momento de asesinar era bastante distinto. A Jeon le gustaba lo lento, verlos sufrir, darles un tiro en el corazón y verlos agonizar por diez eternos minutos, escuchando como se ahogaban con su propia sangre cuando sus pulmones se reventaban. A Namjoon le gustaba lo rápido y eficaz, clavando el bisturí en el cuello moviendolo para cortar la arteria carótida, los escuchaba agonizar tan solo un minuto o tal vez un poco más. Jeongguk tenía distintas formas de tortura, una más grotesca que la otra mientras que Kim simplemente se quedaba con dos o tres métodos.

El enfermero hizo una mueca cuando saltó sangre a su rostro, la limpió con la manga de su sudadera sabiendo que de igual manera ahí quedaría una molesta mancha roja. Rompió la ropa de Nicolo, fijándose en sus brazos antes de comenzar a cortar la dermis, dejando el músculo a la vista sabiendo a la perfección que el italiano ya no podía más, pero de igual forma no le prestó atención. Jeon le había dado este importante trabajo y él realmente no iba a defraudarlo para nada porque el maldito clavo que molestaba en sus zapatos hoy por fin lo sacarían.

Namjoon observó las cadenas con ganchos colgados a unos metros de donde él estaba. Enganchó su dedo índice en la barbilla de Nicolo, levantando esta para que lo mirara, sus parpados caídos y sus ojos celestes inyectados en sangre se veían tan cansados y Kim estaba tan feliz, se sentía tan tranquilo y parecía que un molesto peso en sus hombros se desvanecía rápidamente. Lo soltó, pero él ya no tenía las fuerzas suficientes para siquiera levantar uno de sus brazos. La sangre que estaba perdiendo, los cortes que le había hecho, en su boca quedaban pocos dientes y su lengua se encontraba cortada a la mitad.

Nicolo se quejó y quiso decir algo, pero no pudo, simplemente se quedó observando al enfermero mientras en su cabeza lo único que pedía era que lo asesinara de una maldita vez. Namjoon lo movió hacia adelante mientras escuchaba los quejidos, silbó una canción mientras sus ojos se movían por las cicatrices de la espalda  contraria. Lo volvió a recostar en la silla antes de acercarse a tomar las cadenas, colocándolas a un lado.

—Oh, ¿papi era malvado?—Preguntó con burla.

Cuando lo separó nuevamente de la silla, tomó uno de los ganchos y con fuerza lo clavó en la parte derecha de su espalda un poco más arriba de donde había una cicatriz antes de hacer lo mismo en el lado izquierdo. Los alaridos que se escuchaban extrañamente horribles, alentaron a Namjoon a clavar aún más los ganchos en su espalda. Lo dejó solo unos momentos antes de hacerle una seña al muchacho que había estado observando todo y quien tragó con fuerza cuando pudo observar la mirada que Namjoon tenía, igual de hambrienta de sangre que la de Jeon. Lo había visto actuar muchas veces, pero nunca había observado la forma en la que sus ojos parecían volverse malévolos y sedientos de muerte. Él hizo todo sin quejarse ni rechistar por lo que le habían mandado a hacer, jaló las cadenas con toda su fuerza cuando Nam corrió la silla y lo colocó en el suelo, siendo arrastrado hasta ser levantado en el aire.

El enfermero tomó la decisión de dejarlo colgado ahí mientras hacía nuevos cortes, la sangre chorreando en gran cantidad mientras se quejaba, cada vez más bajo y casi inaudible hasta que no se escuchó más y simplemente murió. Sus ojos quedaron abiertos y lo dejaron ahí esperando que los cuervos comieran el resto de su carne.

A Namjoon no le gustaba las muertes lentas en donde los minutos pasaban eternamente, pero ver a Nicolo Capello sufrir de esa forma mientras la vida dejaba sus ojos era algo sumamente gratificante que le hacía saber que personas como él no iban a joder a nadie más. Y tanto el enfermero como Jeongguk podían ser iguales o peores, pero nadie podía darse el lujo de querer molestar a su familia y salir bien parado de eso.

Los italianos, era algo que podían decir que ese arco estaba cerrado.

- ̗̀ ❪❪ ✎#60DíasPreso.‧ੈ;๑↷

Nuevo capítulo. Lamento mucho la demora, pero tuve unos días exhaustivos, estresantes y el tiempo parecía no alcanzarme para nada. Hacerse cargo de una manada de adolescentes y 3 niños mientras mi tía trabaja es insoportable, agotador, ya no aguanto, saquenme de mi casa ahre

El NamHope es tan lindo, pero acá exactamente no. Namjoon todavía tiene que soltar algunas cosas para no arrastrar a x personas con él.

Probablemente la mayoría no se haya dado cuenta, pero hay fechas que no son, como por ejemplo cuando Nam dice que conoce a Jeon hace más de 20 años y no es así lo conoce hace casi más de 15 años. Esos son pequeños errores que van a ser corregidos cuando la historia esté finalizada.

Muchísimas gracias por el apoyo a 60DP y también por esperar, sepan entender.

Espero el capítulo haya dido de su agrado.

Cuídense♡

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro