Especial Halloween: 31 de Octubre en Itaewon. 🔞

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Con los músculos tensos y la mirada puesta en el muchacho con quien estaba entrelazando su mano, Jeon trató de moverse entre la apretada multitud que esa noche Itaewon estaba teniendo. Respiró hondo cuando un idiota borracho lo empujó y ni siquiera se disculpó, para ese punto probablemente lo hubiera tomado de la cabeza y lo hubiera golpeado contra el suelo, pero esa noche estaba para cumplir con cada cosa que su Tae le dijera. Estaba tratando de reunir la paciencia suficiente para esa noche no terminar a los golpes con nadie, él no era de esta forma, pero desde que Tae había salido con ese disfraz a la calle, las miradas lascivas y los comentarios fuera de lugar no se hicieron esperar, y él realmente no estaba enojado con que lo miraran, él estaba enojado por la clase de barbaridades que le gritaban logrando ponerlo incómodo.

Apretó la mano contraria antes de empujar su lengua contra su mejilla, Tae notando que su hombre estaba molesto y se preguntó si lo estaba por el difraz que le había obligado a usar o por las cientos de personas que ocupaban la calle esa noche. Era una mezcla extraña, Jeon confundió su disfraz diciéndole que no quería ser un aburrido boxeador, pero Tae sabía que no era un boxeador. Tal vez en su cabeza se había formado de una mejor manera porque viéndolo en ese momento pudo deducir que se veía como todo un mafioso en vez de un vampiro de aspecto sensual. Tenía una camisa blanca manchada con sangre falsa, el saco colgando de su hombro, un pantalón de vestir de color negro y por su comisura derecha su novio había dibujado una línea de sangre sin contar las vendas que le había puesto alrededor de la muñeca.

— ¿A qué lugar estamos yendo?—Preguntó el mayor cuando se pegó al cuerpo del más bajo. Tan solo lo había mirado unos segundos con esos preciosos y brillantes ojos color miel, y había calmado cada molestia, cada sentimiento oscuro que parecía aferrarse a él de una molesta forma.

—Al bar que está por allá—Tae señaló a alguna parte, pero Jeongguk no pudo observar porque lo atrajo un poco más a él y besó sus labios antes de soltarlo, y seguir con el camino.

El bar, así como todo Itaewon, estaba repleto de personas, todas apretadas entre sí y a Jeon no le importaba esto mientras tanto no lo separaran de su lindo novio. Más allá, en una mesa casi en el centro del lugar se encontraba Namjoon con un vaso de whisky en una de sus manos y la mirada algo perdida. Su disfraz se distinguía a lo lejos y Jeon supo que él estaba representando a la santa muerte o eso es lo que creía. Tenía una camisa negra así como unos pantalones de vestir del mismo color, una capa azabache con capucha y la parte de adentro de color rojo sangre. Su rostro tenía un maquillaje bastante elaborado, todo en blanco y negro, simulando una calavera que a Jeongguk le sorprendió por lo bien trabajado que estaba.

—Heeey—Dijo arrastrando las palabras mientras sonreía embobado por el alcohol que recorría fervientemente sus venas. Jeon frunció el ceño antes de negar con su cabeza.

Él no era alguien amante de las festividades, le parecían aburridas y nunca había hecho algo como eso, pero aceptar todo lo que su novio le propusiera parecía ser siempre un gran plan. Tae hacía una semana que había planeado todo e incluso había invitado a Namjoon, Jimin y el oficial Min sin contar que su amigo, el tal Hoseok, también iría. Él creía que todo sería tranquilo, tal vez ellos seis en algún bar tomando algo y los demás contando algunas anécdotas, nunca se le cruzó por la cabeza que algo así podía suceder y que en realidad todo sería este enorme desastre, y gran aglomeramiento de personas que iban de aquí allá tomando y hablando a los gritos.

—Jimin y Yoongi no vendrán—Murmuró Nam con sus ojos de dragón puestos en Tae que hizo una mueca con sus labios—, algo de que los perdonaras, pero querían algo de tiempo para ellos y al oficial Min no le agrada mucho el festejar Halloween—Dijo levantando su tono de voz por sobre la música que se escuchaba retumbando contra sus oídos.

Jeon repasó nuevamente a Taehyung y el disfraz que esa noche se había puesto. Tenía su teléfono celular en su oreja mientras gritaba algo, pero Jeongguk no podía deducir qué era ya que sus ojos estaban en el cuerpo del muchacho de cabello oscuro. Llevaba puesta una remera trasparente que dejaba ver a la perfección sus pezones oscuros y los piercings que los adornaban, tenía shorts blancos y algo de encaje encima que él no sabía diferenciar muy bien, también llevaba una especie de kimono de mangas cortas de color blanco y esas molestas alas que de vez en cuando dificultaban con su visión o al momento de querer tomar su mano. Su cabello negro se encontraba corto y peinado con pequeños bucles que de pegaban a su frente y los costados de su rostro, se había maquillado muy poco y había creado raspones falsos colocando en el medio de su frente una especie de cicatriz en forma de cruz, y a él le encantaba lo bien que esos lentes de contacto de color verde agua le quedaban. La forma en la que su ropa se pegaba a su marcada cintura y su algo anchas caderas resaltaban con esa cosa de encaje que llevaba puesto.

— ¿Qué sucede, mi amor?—Preguntó Taehyung mientras se abrazaba al cuello de su novio, atrayendolo hacia él antes de besarlo en los labios.

La forma en la que Jeon desencajaba en ese lugar era incluso hasta graciosa, pero no dijo ni hizo nada mientras se dejaba besar por el hombre que hacía meses lo traía como un demente de él. Jeongguk bajó sus labios hasta su cuello y aspiró el aroma a frutos cítricos que desprendía, gracias al perfume que se había colocado antes de salir del departamento, tomó la piel dorada entre sus dientes para luego chupar dejando una marca roja. Tae se aferró a sus anchos hombros cuando él deslizó su lengua por todo el largo de su cuello disfrutando de la suavidad y el como el menor se apegaba a él.

— ¡Dejen de estar así!—Gritó Namjoon poniéndose en el medio de ambos—. ¡Vamos a bailar! ¡Taehyung creo que vi a Hoseok por allá, vamos a buscarlo!

Y empujó a ambos hacia la pista improvisada que el lugar tenía mientras juraba que Hoseok estaba por ahí aunque era una simple mentira para que ambos se despegaran. Jeon los siguió a ambos algo molesto por que su mano derecha fuera un completo imbécil cuando estaba ebrio.

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Las escenas a continuación son de sexo explícito si no te gusta, te recomiendo dejar de leer.

El lugar retumbaba con música de moda que sonaba por los altavoces. Jeon apretó el vaso que tenía en una de sus manos cuando Tae hizo un movimiento de cadera que lo tuvo pensando en muchas cosas en tan solo unos pocos segundos. Él bajó y subió mientras que el mayor se mantenía casi paralizado en su lugar. Hoseok había llegado hacía unos minutos atrás acompañados de varias personas, pero en cuanto había visto a Namjoon se había perdido en alguna parte del bar, demasiado asustado y nervioso de enfrentarlo. El enfermero se encontraba apoyado contra la barra, apenas podía sostenerse y seguía buscando con sus ojos brillosos y felices a alguien entre la multitud de personas.

Jeongguk tomó del brazo a Tae mientras lo arrastraba lejos de la pista, lejos de la barra y lejos de cualquiera que pudiera verlos. Había aceptado esto, luego de que su novio le hubiera dicho que necesitaba con urgencia descansar y alejarse un poco de lo ajetreada que su vida era, y el como nuevamente, se había vuelto un fugitivo de la ley; Él no se quejó porque tenía razón y tener un día de descanso parecía una buena idea aunque sabía que no era de esa forma. El mayor bajó sus manos por la pequeña cintura del menor, apretando en estas los globos de carne, separandolos entre sí y queriendo meter un dedo juguetón.

— ¿Estás seguro?—Preguntó Tae sonriéndole con algo de burla antes de estampar sus labios contra los contrarios. Lo besó suave y lento antes de aumentar el ritmo e ingresar su lengua en la cavidad contraria. Jeon lo empujó contra la pared antes colocar unas de sus manos en su cuello y apretar con esa fuerza que sabía tanto excitaba a su chico, lo escuchó gemir cuando volvió a besarlo con rudeza.

Estaban unos metros más allá de las puertas de los baños, en ese lugar oscuro y solo al cual parecía no ir nadie más. Tae echó su cabeza hacia atrás y soltó un alto gemido antes de enredar sus largos dedos en el cabello algo largo de Jeon, quien gruñó por lo bajo cuando el menor estiró varias hebras para llevar su cabeza nuevamente a su boca. Se besaro de nuevo porque ambos sabían que era algo que podían hacer, pero Jeongguk estaba duro y Tae lo notó cuando apoyó su dura erección contra uno de sus gruesos muslos. Entonces, el menor tomó una decisión rápida porque se sentía caliente y a punto de explotar porque quería a este hombre tanto encima de él que ya no aguantaba estar así por mucho tiempo más.

—Si nos vamos...—Murmuró entre cada beso que Jeon le daba, le ponía los ojos en blanco, le hacía perder cualquier pensamiento que pasara por su cabeza cuando jugaba con su lengua de esa manera—, ¿Nam-Namjoon hyung estará bien?—Preguntó y el honorífico le molestó un poco porque él no lo usaba cuando le hablaba, pero de igual forma no le prestó mucha atención. Los labios de Tae chuparon una marca en su blanquecino cuello y le gimió al oído cuando lo alzó e hizo que enredara sus piernas en su cintura, pegandolo a la pared y chocando su dura erección contra ese lindo culo que tanto le gustaba coger.

—Sí, él va a estar bien—Aunque quería aparentar que su voz salía firme, tembló un poco al final y todo era culpa de la forma que él lo tenía comiendo de su mano y haciéndolo sentir tantas cosas—. Vamos—Lo bajó y tomó su mano izquierda, entrelazandola con la suya sintiendo el contraste frío que el anillo que meses atrás le había regalado, tenía contra su piel, raramente, caliente.

Él no esperó mucho y arrastró a Tae que rió bajito antes de aferrarse con ambos brazos al antebrazo del mayor, mirándolo de vez cuando con esos ojitos brillando cada vez que Jeongguk giraba la cabeza para asegurarse que él seguía ahí y no se había, de alguna forma, perdido en el lugar. El mayor mandó un mensaje rápido a uno de los chicos que estaban de su lado para que fuera en busca de su mano derecha porque estaba seguro que si Namjoon esa noche no conseguía lo que quería armaría cualquier problema para tener algo de atención. Caminaron unas calles antes de encontrar el auto del mayor, un lujoso Mercedes–AMG GT de color blanco y dos puertas. Le quitó la alarma y Tae fue el primero en subir antes de que Jeon lo rodeara y subiera a su asiento, las miradas de las personas se quedaron por un largo tiempo tratando de adivinar si realmente el que conducía era una celebridad o algún empresario famoso, pero tanto el maquillaje como la forma en la que arrancó el auto no pudieron capturar más que un vistazo de sangre falsa y alas de ángel.

Taehyung sabía que era el punto más débil de Jeon, por ese motivo cuando colocó su mano en el muslo del mayor y la subió de a poco hasta apretar su entrepierna con un poco de fuerza, escuchar el gemido que salió de sus labios lo hizo sonreír con algo de burla. Era magnífica la forma en la que podía tenerlo para él, el como apretaba sus dientes con fuerza y luego, soltaba un jadeo lleno de placer. El menor desabrochó sus pantalones y con ayuda de Jeongguk los bajó, sus manos aferrándose con fuerza al volante para luego darle todo el espacio que Tae necesitaba. Su lengua, maldición, su lengua rodeó su glande en una juguetona caricia logrando que clavara sus muslos contra el asiento, el camino desviandose un poco.

—Tae, mi amor, no creo que sea buena idea—Murmuró mientras soltaba aire por sus dientes apretados con la mirada puesta en la carretera.

— ¿Por qué?—Preguntó con ese tono tierno de voz que le hacía saber al mayor lo mucho que él estaba disfrutando viéndolo sufrir—. Los ojos en la carretera o podemos tener un accidente.

—Maldita mierda, Taehyung—Dijo en voz baja soltando un gemido en voz alta cuando el menor metió su pene dentro de su caliente boca, bajando hasta su empuñadura y haciéndolo soltar un fuerte gemido, el volante resbalando de sus manos.

Tae sacó el pene del otro de su boca con un sonido tierno y excitante, un hilo de saliva uniendo sus algos rellenos labios con el glande hinchado y rosa. Pasó su lengua por todo el largo del falo, delineando las gruesas venas y yendo más abajo, pasándola por los testículos del mayor, chupando uno mientras masajeaba suavemente el otro. Jeongguk despegó una de sus manos del volante antes de ponerla sobre la cabeza de su novio, empujando su cabeza y a veces ubicandola en donde quería que lo chupara.

El complejo de lujosos edificios apareció en su campo de visión y él no tardó mucho en estacionar y destrabar las puertas, subiéndose los pantalones al tiempo que Tae salía del auto y se disponía a caminar a la entrada. El departamento era propiedad de Jeongguk, uno de los tantos que tenía esparcidos por el país, y ambos habían decidido de pasar unas agradables dos semanas ahí hasta que volvieran a Busan o se fueran a alguna otra ciudad e incluso estaba la posibilidad que salieran de Corea a algún otro país. Si Tae tendría que describir con una palabra qué es lo que ellos se mantenían haciendo, era que estaban escondiéndose hasta que la ley se diera cuenta que no era buena idea volver a encerrar Jeongguk.

Lo acorraló contra una de las paredes del ascensor mientras besaba su cuello con fiereza, mordiendolo y marcandolo, escuchando los gemidos del menor traladar en su cerebro. Pellizcó con sus dedos uno de sus botones oscuros mientras que con su mano libre se acariciaba sobre su ropa, apretando su erección y necesitando una liberación lo más pronto posible. Lo alzó y Tae enredó sus piernas en su cintura en el momento que el ascensor llegó a su piso, aún besándose Jeongguk hizo todo lo posible para abrir la puerta del lugar.

— ¿Podemos usar tu corbata?—Preguntó Tae cuando se bajó del mayor de un tirón abriendo su camisa, los botones volando por todo el lugar. Desajustó la corbata y la enredó en su mano antes de sonreír con burla mientras corría hacia la habitación que ambos se habían encontrado compartiendo.

Se desvistió lo más rápido que pudo y se acomodó en la gran cama matrimonial mientras veía a su novio sacar la única prenda que le faltaba. Jeongguk sonrió y ató sus muñecas lo más rápido que pudo al cabezal de la cama, antes de erguirse en su altura y mirarlo desde arriba, su dedo índice y pulgar tomando su barbilla para que lo mirara con esos bonitos ojos brillantes y llenos de deseo contenido, lo besó unos segundos bajando su boca en movimientos lentos. Esa noche no quería hacérselo duro, él realmente esa noche quería hacerle el amor de una forma lenta y tortuosa, siendo suave y atento a todo lo que su chico pedía.

Su lengua acarició en suaves lamidas uno de lo pezones de Tae mientras con sus dientes mordía la dura bolita y lo estiraba, el otro poniendo sus ojos en blanco. Le dio atención al otro mientras con lentos besos bajaba por su abdomen, chupó por encima de su ombligo dejando una marca en ese lugar y luego, hizo lo mismo debajo de este. Tomó la erección de Taehyung en su boca mientras su dedo índice tanteaba su entrada. No estuvo mucho tiempo con el pene del otro en su boca si no que, hizo que Tae se doblara un poco con su culo a la vista antes de bajar y deleitarse con esa entrada rosa y palpitante. Pasó su lengua en un movimiento lento, chupó suave y tortuoso haciendo gemir al menor que enroscó los dedos de sus pies cuando el experto músculo de Jeon ingresó en su interior. Él amaba que hiciera eso, pero en ese momento estaba pidiendo más.

—Jeongguk—Gimió mientras estiraba sus brazos atados queriendo tomarlo del cabello o empujar su cabeza más contra su entrada—, ¡ah! Nene, por favor—Él sabía lo mucho que su novio quería brindarle amor esa noche, pero él realmente quería que se lo hiciera duro porque aún tenían bastante tiempo para entregarse mucho amor.

Cuando Jeon volvió a subir, esta vez fue para alinear su pene en la entrada de su novio, observándolo y sabiendo con esa sola mirada lo que quería esa noche. Se empujó dentro de una sola y brusca embestida, logrando que un pequeño grito escapara de los labios contrarios y sus manos se apretaran fuertemente entre sí queriendo liberarse del molesto agarre por el cual había pedido en un principio. Se quedó quieto unos segundos antes de comenzar a moverse con rudeza, empujandose en el interior de su chico y rozando ese punto tan delicioso que lo hacía delirar, pidiendo más, volviéndolo un manojo de gemidos que lo hacía pedir más y más, una y otra vez.

Jeon siseo entre dientes a la manera tan excitante que era ver como su pene entraba y salía de esa perfecta entrada rosada. Miró a su novio a los ojos, notando las lágrimas que se habían acumulado y las que poco a poco iban bajando por sus suaves mejillas. Desató sus manos un tiempo después y Tae se abrazó a su espalda recordando muy vagamente que hacía muy poco su hombre había tapado con tatuajes las cicatrices que un tiempo atrás lo ataron a un doloroso pasado. Clavó sus uñas en los hombros, rasguñando sus brazos y mordiendo el labio inferior contrario cuando se levantó unos segundos a besarlo, a sentir como su lengua jugaba con la suya y en como su piercing frío hacía un contraste en su boca.

Jeongguk llevó su mano hasta el pene de su novio, tomándolo con suavidad antes de afianzar su agarre y comenzar a masturbarlo sin dejar de parar ni un segundo las duras embestidas. El sudor comenzó a bajar por sus frentes, por sus espaldas, por el cuerpo de ambos mientras los gemidos se volvían cada vez más y más fuertes. El calor comenzó a arremolinarse en su bajo vientre mientras sentía como sus piernas se entumecian, apretó los dientes con fuerza cuando explotó, su cuerpo entero temblando mientras sus ojos se ponían en blanco, largas tiras de semen cayeron sobre el pecho de Jeon que siguió embistiendolo hasta que él mismo llegó unos minutos después. Se tiraron en la cama y trataron de calmar sus respiraciones aunque sabían más que nada que en unos minutos volverían a hacerlo.

Jeongguk se aseguró que cuando Tae despertara hubiera comida por ese motivo salió de la ducha y cambiándose con unos pantalones de deportes y una sudadera negra caminó hasta el 24 horas unas calles abajo de donde se encontraba su departamento. No habían terminado luego de una segunda vez y mucho menos cuando lo hicieron una tercera, eran las cinco cuando decidieron parar, el cansancio les estaba pasando factura y Taehyung casi cae dormido antes de poder limpiarse. El sol recién estaba saliendo y Jeon trató de que ese sentimiento que había tenido todo el día anterior se fuera, era molesto y por alguna razón hacía que se sintiera vigilado. Compró lo necesario para ese día y algunas cosas que seguramente su chico querría comer, algunos suplementos y bebidas antes de volver al departamento tomando la decisión de dormir algunas horas antes de poder comunicarse con Namjoon y su hermana, quería asegurarse que todo estaba realmente bien y que ese sentimiento era algo de lo que no debía prestar atención porque en cualquier momento desaparecería.

Acomodó las bolsas sobre la encimera y se sacó la sudadera dejándola sobre el sofá de la sala. Bostezó algo ruidoso y entró a la habitación, Tae dormía de lo más plácidamente. Se acostó, arropó a su novio y trató de cerrar los ojos dando molestas vueltas en su lugar hasta que simplemente se quedó quieto escuchando el como algo vibraba, pero no sabía bien qué. El teléfono celular que la mañana anterior había dejado sobre una de las mesas de noche, sonaba insistentemente, el mismo número marcando las veces que Jeon se tardó en responder.

— ¿Hola?—Preguntó, su voz saliendo algo ronca y adormilada. Del otro lado soltaron un suspiro y una voz chillona al fondo se quejaba de algo.

—Jeon al fin contestas. Soy Yoongi—El oficial Min no se comunicaba con él a menos que fuera algo de suma importancia, algo de vida o muerte—. Hace diez minutos que estoy intentando comunicarme contigo, ¿en dónde estás?

—En mi departamento de Itaewon, ¿por qué? ¿Sucedió algo?—Se levantó de la cama y se acercó al ventanal tratando de hacer el menor ruido posible para no despertar a Taehyung.

—Debes irte. Toma las pocas cosas que tengas y vete. No sé en qué horario será, pero un grupo de policias irán a tu departamento, saben que estás ahí y tienen una orden de registro de domicilio firmada por un juez—Movió a Tae escuchando como este se quejaba y golpeaba su mano para que dejara de molestarlo—. No sé cómo diablos lo averiguaron, pero de alguna forma saben que estás en Itaewon y no van a parar hasta encontrarte. Aumentaron la recompensa y ahora tu cabeza vale más de ochenta mil millones de won.

—Bien, llámame dentro de veinte minutos. Tengo que sacar a Tae de acá—Cortó la llamada y guardó el teléfono en el bolsillo de su pantalón deportivo mientras tomaba algo de ropa y la ponía encima de la cama—. Tae, amor, despierta—Volvió a sacudirlo mientras la pelota de golf en su garganta aumentaba de tamaño—. Debemos irnos—El muchacho abrió un ojo y lo miró, alarmandose por el rostro lleno de preocupación que su novio tenía.

— ¿Qué sucede?—Preguntó ronco sentándose y viendo como Jeongguk se comportaba como un casi demente, moviéndose por toda la habitación y tomando pertenencias que era de ambos.

—Debemos irnos.

— ¿Qué? ¿Por qué? Llegamos hace como tres días.

—La policía—Murmuró mientras guardaba ropa dentro de un bolso negro—. Vendrá la policía y no voy a permitir que tú estés acá. Debemos irnos—Tae se alarmó mientras tomaba la muda de ropa que Jeon había dejado a su lado en la cama, cambiándose tan rápido como pudo, ayudando a su novio a empacar las pocas cosas que habían traído. Apagaron las luces y cerraron la puerta con llave antes de bajar por el ascensor con rapidez hacia el estacionamiento y luego, meterse dentro del auto.

Los oficiales podían llegar en cualquier momento y ellos realmente no querían estar cuando lo hicieran por ese motivo salieron del estacionamiento en dirección a cualquier lugar que los pudiera mantener tranquilos aunque fuera solos unos días. Taehyung apretó la mano de Jeon tratando de lograr tranquilizarlo un poco, de decirle que él estaba ahí, pero sabía que era en vano.

Jeongguk había comenzado a pensar demás y se dio cuenta que él realmente no quería darle esa vida a su novio por ese motivo se replanteo muchas cosas las cuales no sabía qué hacer. Quería que Taehyung fuera feliz, pero no sabía si lo que estaba pensando sería una buena idea al final del día.

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Holis. Hace mucho tiempo que siempre quise hacer un especial de Halloween, pero como no sé escribir terror me pareció buena idea hacerlo de esta manera. Espero que este especial sea de su agrado y lo hayan disfrutado. Aunque no es 31 todavía para mí todo octubre es Halloween.

Lo que este especial tiene es que nos da una vista al futuro de Tae y Jeon, quiero que presten suma atención, especialmente a la última parte porque esto va a ser muy importante en la historia más adelante.

Para quienes les gusta el omegaverse 60DP muy pronto va a tener su versión y ya está publicada en mi perfil, seguramente el fin de semana les suba el prólogo.

Muchas gracias por leer y muchísimas, muchísimas gracias por los 50K de leídas que 60DP tiene. No se dan una idea lo feliz que me hace saber que esta historia esta creciendo de a poquito y les está gustando mi trabajo, me hacen muy feliz. Les amo♡

Cuídense♡

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